14 marzo 1996

Howard venció al hasta ahora primer ministro Keating

Elecciones Australia 1996 – La derecha gana las elecciones y acaba con 13 años de gobierno laboralista

Hechos

El 2.03.1996 el Partido Liberal de John Howard ganó las elecciones en Australia al Partido Laboralista de Paul Keating. Howard pasó a ser el nuevo primer ministro.

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Howard venció al hasta ahora primer ministro Keating

03 Marzo 1996

El liberal John Howard pone fin a 13 años de Gobiernos socialdemócratas en Australia

Lola Galán

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Australia puso punto final ayer a una era de Gobiernos laboristas que ha durado 13 años. Una coalición conservadora liderada por John Howard, un abogado de 57 años con aspecto de modesto contable, consiguió alzarse con el triunfo por abrumadora mayoría en las elecciones federales, en. las que participararon el 95% de los 11,6 millones de australianos con derecho a voto. A falta de efectuar el recuento total en tan sólo 10 circunscripciones, la coalición estaba a punto de alcanzar anoche una mayoría de 100 escaños del total, de 148 de que consta la Cámara de Representantes australiana.

Debido a las diferencias horarias que rigen en este inmenso país, el primer ministro saliente, Paul Keating, felicitaba al nuevo Gobierno y se despedía de sus seguidores cuando apenas cerraban los colegios electorales en el esta do de Australia Occidental.El cambio de era fue acogido con absoluta flema en el país de las antípodas. Una sociedad bien distinta a la española, pese a las curiosas similitudes que las elecciones celebradas ayer presentan con las que hoy afronta España. Las encuestas habían predicho la derrota inapelable del primer ministro laborista, el carismático y arrogante Paul Keating, de 52 años, principal abanderado de una Australia republicana y en sintonía con los vecinos países de Asia. Pero ayer, los líderes laboristas hubieron de reconocer que la derrota superaba las expectativas más negras. «Esperábamos una cambio en la intención de voto, pero esto ha sido una carnicería», comentó Peter Duncan, candidato laborista de Australia del Sur, uno de los pocos diputados del partido que mantiene su escaño con algo más de venta ja que en las elecciones de 1993.

Sin acalorados debates ni es pecial despliegue de pasión política, los australianos han retira do su confianza a Keating que anoche anunció su intención de abandonar el liderazgo del partido Laborista que conquistó en 1992 tras la dimisión del veterano Bob Hawke. Los conservado res celebraban anoche en todo el país su regreso al poder tras 13 años de oposición. El programa que ha vendido su líder a lo largo de toda la campaña se resume en la promesa de reactivar la economía, el recorte de impuestos y el del gasto público.

Sentimiento de humildad

Un emocionado John Howard, líder del partido Liberal con un record de intentos fallidos de al canzar la jefatura del gobierno de Australia, compareció en un hotel de Sydney ante sus seguidores. «Soy consciente de la responsabilidad que, asumo y mi sentimiento más intenso en estos momentos es el de humildad. El pueblo nos ha entregado un inequívoco mandato y nuestra intención es gobernar con energía y no limitamos a seguir los pasos del equipo saliente», dijo Howard que formará Gobierno con el más derechista partido Nacional.Eran poco más de las 10 de la noche en Sydney (mediodía en la España peninsular) y el recuento provisional de votos arrojaba ya datos concluyentes. Las papeletas escrutadas en Nueva Gales del Sur, Victoria y Queensland, -donde reside el grueso de la población australiana- eran más que suficientes para comprobar ]la magnitud de la catástrofe del partido Laborista, superado, según datos todavía no definitivos en la práctica totalidad de los estados australianos, salvo el de Victoria.

Pese a todo su carisma, Keating no pudo ganar la elección inganablecomo en 1993, cuando contra todo pronóstico el partido Laborista consiguió una mayoría de 79 escaños. La amarga realidad. de la derrota se impluso a las 21.30 horas de Sydney, cuando el resultado de las circunscripciones de Nueva Gales del Sur mostró un abrumador triunfo del partido Liberal. El área de Sydney, tradicionalmente pro laborista venía a señalarla temperatura política del electorado. Mientras en el estado de Victoria los laboristas ganaban por los pelos, Nueva Gales y Queensland (el estado más conservador del país) emitían un veredicto contrarío.

Kleating compareció con expresión tranquila ante sus seguidores en su jurisdicción de Sydney. Vestido con uno de sus habituales trajes cruzados y sin mostrar especial emoción, el líder laborista se despidió del pueblo australiano recordando los logros esenciales de una era que ha durado 13 años y «ha transformado», dijo, «la faz del país». El ya ex primer ministro felicitó a su contrincante y pasó a enumerar las conquistas sociales: asistencia médica general, educación, protección del medio ambiente y reconciliación con los indígenas, que han constituido los ejes de la política social del partido que se despide ahora del Gobierno de Canberra.

La referencia de Keating a los aborígenes australianos no deja de ser curiosa. Desde hace más de 20 años el único escaño del Territorio del Norte está en manos laboristas gracias a los cuidados especiales dirigidos a las comunidades de aborígenes que pueblan la zona. En Australia la política se mantiene en los límites de la contabilidad sin demasiados alardes ideológicos.