8 febrero 1936
La India: Nehru asume la presidencia del partido de Gandhi
Hechos
El 8 de febrero de 1936 se anuncio el relevo.
Lecturas
Gandhi había pasado por la cárcel de los británicos en 1922.
Con su nombramiento para la presidencia del Partido del Congreso de La India, se afirma la posición del Pandit Jawaharlal Nehru como heredero político de Gandhi.
Ya en el periodo 1929-1939. Nehru ocupó el mismo cargo, y desde entonces se le consideró el más probable sucesor del líder. Fue el Pandit quien proclamó entonces el nuevo lema del partido: «purna Swarat» (independencia total).
En agosto de 1946 Gandhi fue designado futuro jefe de Gobierno de La India.
El Análisis
El Partido del Congreso de la India, principal fuerza que articula la aspiración de independencia de la mayor colonia del Imperio británico, ha anunciado el relevo en su presidencia: Jawaharlal Nehru sustituirá a Mohandas Karamchand Gandhi. El cambio, sin embargo, no implica una ruptura, pues Gandhi, figura moral indiscutida, seguirá siendo el líder espiritual y estratégico del movimiento. Desde que emergió como dirigente en la década de 1920, el Mahatma ha convertido la resistencia no violenta en un instrumento político formidable, capaz de movilizar a millones de indios sin disparar un solo tiro.
Su lucha ha combinado gestos simbólicos —como la rueca, emblema de autosuficiencia y boicot a la industria británica— con acciones de desafío masivo, como la Marcha de la Sal de 1930, que desnudó ante el mundo la arbitrariedad de los impuestos coloniales. Gandhi ha demostrado que la independencia no es sólo cuestión de armas, sino de voluntad colectiva y de dignidad recuperada. Ha sufrido prisión en varias ocasiones, y cada arresto, lejos de quebrantarle, ha multiplicado su influencia dentro y fuera de la India.
El ascenso de Nehru a la presidencia representa la renovación organizativa de un partido que ha de enfrentarse a un Imperio aún reacio a ceder poder, pero que empieza a percibir que su dominio no es eterno. Nehru, más joven y con un perfil político complementario al de Gandhi, asume la responsabilidad de dirigir el aparato político, mientras el Mahatma seguirá marcando la brújula moral. El objetivo permanece inalterable: liberar a la India del yugo colonial mediante la fuerza de la verdad y la resistencia pacífica, hasta que la bandera de la libertad ondee sobre todo el subcontinente.
J. F. Lamata