La Mafia asesina en Italia al políticoo Salvo Lima, líder de la Democracia Cristiana en Palermo y fiel colaborador de Andreotti

Salvo Lima, jefe en Palermo de la corriente democristiana del primer ministro italiano, Gitilio Andreotti, ex alcalde de la capital siciliana y actualmente diputado europeo, fue asesinado ayer en la citada ciudad en un atentado de indudable signo mafioso. El hecho ha provocado un desconcierto palpable en la opinión pública, porque Lima había sido repetidamente investigado por la justicia y denunciado por sus oponentes políticos en relación con supuestos delitos de la Mafia.

Leoluca Orlando, líder del movimiento antimafia La Red, y uno de los acusadores públicos de Lima, declaró que el suceso se encuadra plenamente en las vinculaciones entre la delincuencia y la política italiana, con un carácter comparable al asesinato de Roberto Calvi, el ex presidente del Banco Abrosiano víctima de manejos financieros por los que han sido acusados ante la Justicia personajes de la Mafia, la logia masónica P2, la gran empresa italiana y el cardenal Paul Marzinkus, antiguo responsable de las finanzas del Vaticano.Arnaldo Forlani, secretario general de la Democracia Cristiana (DC), dijo ayer, por el contrario, que quienes habían desarrollado una campaña denigratoria en contra de Lima tienen ahora la oportunidad de arrepentirse.

Salvo Lima estuvo en el ámbito de la crisis desatada en la DC en Sicilla durante los años ochenta, como consecuencia de los indicios de profunda corrupción municipal que condujeron al procesamiento del ex alcalde de Palermo Vitto Cianciamino. Precisamente aquella crisis condujo al nombramiento como alcalde palermitano de Leoluca Orlando, que entonces era democristiano. Orlando consideró posteriormente imposible librar a la DC siciliana de sus «componentes mafiosos» y fundó La Red, tras dejar el partido.

Penas de cárcel

Lima fue alcalde de Palermo en los años sesenta, y durante su mandato tuvo como asesor para las adjudicaciones de urbanismo a Vito Cianciamino. Durante el pasado mes de junio, testificó en un jucio a favor de éste, que finalmente fue condenado a graves penas de cárcel por el delito de asociación mafiosa. Lima era tambien el hombre clave de la DC a la hora de promover el voto en Palermo.El asesinato de Salvo Lima se produjo a plena luz del día, cuando el político democristiano y diputado europeo se encontraba en Mondello, cerca de Palermo, donde la semana próxima debía participar en la campaña electoral junto a Andreotti. Dos jóvenes en una moto se aproximaron a un coche en el que Lima viajaba acompañado y le disparon a quemarropa sin herir a ninguno de los otros ocupantes. El eurodiputado intentó escapar a pie herido, dejando un jirón de su abrigo en la puerta del automóvil. Pero fue rematado en la acera segundos mas tarde.

La muerte de Lima, que ha suscitado declaraciones de repulsa por parte de las más altas instancias del Estado italiano, incluído el presidente de la República, Francesco Cossiga, que se encontraba en Bruselas, perturba la campaña italiana para las elecciones del próximo 5 de abril con un mensaje mafioso que se seguirá prestando a interpretaciones.

Pero es indudable que la delincuencia organizada italiana ha optado por hacer oír su poderosa voz en vísperas de estos comicios. El pasado miércoles, un concejal de Partido Democratico de la Izquierda (PDS), ex comunista, en el ayuntamiento de Castellammare di Stabia, ciudad vecina a Nápoles, fue asesinado por la Camorra, también en plena calle. El concejal había denunciado delitos mafiosos en una unidad sanitaria de la localidad en que él mismo había trabajado como enfermero.

Hace años un delincuente de la cárcel juvenil Malaspina de Palermo, en la que Marco Risi rodó su célebre filme ‘Mery para siempre’ afirmaba que el general Dalla Chiesa obró bien cuando quiso terminar con los homicidios mafiosos y mal cuando quiso eliminar a la mafia, porque con la mafia se trabaja. Por eso no estuvo mal que le matasen.

Una distinción entre mafia como asociación criminal y mafia como empresa paraestatal, generadora de empleo y riqueza, todavía profundamente arraigada en las clases menos privilegiadas de Sicilia; forma mentis, que contribuye uno de los principales escollos para cuantos tratan de combatir los poliédricos aspectos del fenómeno Cosa Nostra: desde la mentalidad mafiosa – que no necesariamente implica una afiliación o una simpatía por la organización criminal, sino más bien una señal de identidad que se caracteriza por la desconfianza hacia las instituciones, la defensa a ultranza del grupo o la clase de pertenencia y la no injerencia en asuntos que rebasen la estrecha esfera de los propios intereses – hasta el terreno donde confluyen poderes públicos e intereses mafiosos. Uno de estos combatientes es Leoluca Orlando, ex alcalde de Palermo y ex democristiano. Orlando habría abandonado su partido cuando la Democracia Cristiana no aceptó su ultimátum para dejar en sus listas un solo nombre: el suyo o el de Salvo Lima, asesinado la semana pasada a las puertas de Palermo. Un homicidio que obedece a motivos todavía indescifrables, cuyos efectos en el resultado de las próximas elecciones serán muy relativos, pero que ha vuelto a poner de relieve la impunidad, la ferocidad de Cosa Nostra, tanto en el caso de que el asesinato del hombre fuerte de Andreotti en Sicilia obedezca a intereses mafiosos, como en la hipótesis de que la mafia haya sido sólo el brazo ejecutor de un plan amplio de desestabilización nacional e internacional.

El eurodiputado Salvo Lima fue hasta el momento de su muerte el hombre clave de la Democracia Cristiana en Sicilia. En la isla el partido cuenta con un 42 por 100 de votos, el porcentaje más alto de toda la península; un factor de equilibrio fundamental para contrarrestar la pérdida de poder del partido en el norte del país cuya hegemonía ha sido puesta en crisis por la avanzada de las ligas xenófobas, defensoras de los intereses de la burguesía industrial, que no quiere que sobre sus espaldas pese la endémica situación del mediodía italiano.

Lima, cuyo nombre aparece 136 veces en los dossiers de la Comisión Antimafia, representaba para muchos la línea divisoria entre actividades lícitas e ilícitas, el hombre cremallera de la vía siciliana al desarrollo odiada por Orlando. Siete veces alcalde de Palermo, bajo su hégira y la de su compañero de partido Vito Ciancimino – arrestado por sus conexiones con Cosa Nostra – la ciudad se convirtió en una gigantesca cantera; el resultado fue un desastre urbanístico que alteró irremediablemente la fisonomía de la capital, enriqueció a empresas constructoras bajo sospecha de ser fachadas para el blanqueo de dinero sucio de la mafia y dejó intactos los barrios palermitanos en ruinas. Las subastas de obras públicas han sido siempre terreno fértil para la infiltración mafiosa, hasta el punto de que cuando Orlando concedió por primera vez el alcantarillado de una zona de la ciudad a una empresa romana, encontró esperándole fuera del ayuntamiento una manifestación de obreros enfurecidos que habían escrito en sus pancartas: ¡Viva la mafia!

UNA ADVERTENCIA. El eurodiputado asesinado se había movido siempre en una zona fronteriza, que probablemente creía lo suficientemente protegida para no pasar nunca a engrosar la cosecha de sangre de Cosa Nostra. Sin embargo, algo en los últimos tiempos ha impulsado a los ‘hombres de honor’ a lanzar una advertencia al Estado italiano asesinando a un intocable. ¿La creación de la superestructura de Policía Animafia? ¿La mayor incisividad en la lucha contra el fenómeno mafioso de cara a la incorporación de Italia en la Europa del 93?

Indudablemente, asesinando a Lima se hiere de gravedad a Andreotti, futurible candidato a la Presidencia de la República, se levanta una polvareda que hace que el nombre del jefe del Gobierno aparezca de nuevo al lado de personajes discutibles, pero a la vez se proporciona un mártir a la Democracia Cristiana tres semanas antes de las primeras elecciones con preferencia uninominal, destinadas a poner freno a los arregros internos dentro de los partidos. Ennio Pintacuda, el incómodo jesuita de Palermo, sostenedor de Orlando y uno de los analistas de la complicada política italiana declaraba a DIARIO16 que: “El peso del asesinato de Lima en la decisión de voto de los sicilianos será muy relativo; no creo que obedezca tampoco a motivos de índole electoral. Mi opinión es que forma parte de la serie de delitos que s eproducen cuando entran en colisión diversos tipos de poder, nada más saber la noticia de su muerte pensé en las de Calvi y Sindona en las que jugaron parte tantos factores, desde la logia P2 a los servicios secretos y a la Mafia”.

“Creo, eso sí – prosigue – que se trata de una señal clarísima a Andreotti, una prueba arrojada ante todo el país de que el líder de la Democracia Cristiana no está en grado de defender a sus aliados, de que hay un poder más potente que el suyo”.

Pintacuda cree también que la deserción en masa de la ciudad de Palermo de los funerales de Lima, es un síntoma de que las cosas están empezando a cambiar.

Por otra parte, si la preferencia única asestara un golpe considerable al os juegos internos dentro de la Democracia Cristiana, el voto, y sobre todo el rural, no tendría que ir a parar obligatoriamente a manos del candidato aconsejado por el clan local.

No hay que olvidar que el más famoso de los mafiosos arrepentidos, Tommaso Buscetta, a quien están interrogando en Estados Unidos los magistrados Borsellino y Aliquo, encargados de esclarecer el homicidio del poderoso Lima, ha evitado siempre hablar de las relaciones entre mafia y política, insisteindo en que muchos personajes que se movían entre los dos mundos estaban todavía ‘en activo’. ‘Este – dijo en una ocasión – es el nudo central del problema mafioso’, para añadir después: “Si declaro algunas de las cosas que sé, iría a parar al manicomio. No me creerían; pensarían que estaba contando una historia de ciencia ficción”.

Teresa Bustelo