16 enero 1935

La policía asegura que la madre de Barker podría ser la verdadera 'cerebro' de los secuestros y tiroteos que se atribuían a aquel grupo

La policía americana acaba con la vida del gangster Fred Barker y su madre, la legendaria Ma Barker

Hechos

En enero de 1935 se informaba de que Fred Barker y Kate Barker habían sido abatidos por la policía.

Lecturas

Barkerss  Los Barker, madre e hijo en el depósito.

OTROS GÁNGSTER DE LA ÉPOCA

El Análisis

Ma Barker: ¿madre devota o jefa de banda?

JF Lamata

La reciente muerte del gánster Fred Barker y su madre, la célebre Kate «Ma» Barker, tras un largo tiroteo con agentes del FBI en Florida, ha vuelto a colocar el foco mundial sobre la figura del crimen organizado estadounidense y sobre el papel, cada vez más implacable, de la nueva fuerza federal comandada por J. Edgar Hoover. No es sólo el final de otro episodio de violencia y leyenda, sino un ejemplo claro de cómo el relato criminal se mezcla con elementos de mitología popular, especialmente cuando se trata de figuras tan controvertidas como Ma Barker.

¿Era Ma Barker realmente la mente criminal detrás de la banda de sus hijos, o fue simplemente una madre que acompañó su destino hasta el final? Para el FBI, ella fue “el cerebro más peligroso entre los delincuentes de su generación”, mientras que otras fuentes, incluso dentro del entorno policial, la describen como una figura pasiva, más madre protectora que estratega del crimen. Sea como fuere, su muerte ha contribuido a crear una imagen poderosa: la de una mujer de edad avanzada, armada, enfrentándose al Estado en la defensa de su hijo. Un símbolo trágico, si se quiere, del colapso moral que trajo la Gran Depresión y de cómo, en medio del caos, hasta las madres se convierten en iconos del crimen.

Pero lo más relevante quizás no sea su figura, sino lo que representa: la consolidación de un nuevo orden legal en los Estados Unidos. El FBI de Hoover ha dejado de ser un actor administrativo para convertirse en una maquinaria eficaz, temida y mediática. Con la muerte de los Barker, se refuerza un mensaje claro: el tiempo de los gánsteres románticos está llegando a su fin. Y con él, también, el de las madres que se sientan en la mesa del crimen.