9 octubre 1978

La presentadora de TVE Isabel Teanille rechaza vender la exclusiva de las fotos de su boda por nueve millones de pesetas

Hechos

Dña. Isabel Tenaille contrajo matrimonio en el santuario de Nuestra Señora de Aránzazu, de San Sebastián, con D. Adolfo Butterini.

11 Noviembre 1978

Siempre Isabel

Francisco Umbral

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Estoy convencido de que la española no se libera hasta después de casada. La Tenaille, que no me había llamado jamás para darme las gracias por nada de lo mucho y bello que he escrito sobre ella, de pronto, ayer, coge, va, agarra y me llama:-Que te quiero ver.

-¿Bovarismo tan pronto?

-No es bovarismo, que es periodismo.

-Me quiere hacer una entrevista para un semanario. Ramón decía que el matrimonio es policía. Hoy podemos decir que el matrimonio es pluriempleo. Encuentro a Isabel más niña que antes de casarse, muy bella, con los ojos y las ojeras profundizados por la noche de bodas y el armario de luna, ese armario de luna que todo lo ve:

-¿Estás locamente enamorada, Isabel?

-Estoy enamorada.

-Televisión, periodismo, cosas. ¿Qué hace una chica como tú en una profesión como ésta?

-Ganar pasta, si se puede. Yo mantengo a mis padres.

-Tu marido.

-Es agente comercial.

-Tu casa.

-Un apartamentito. ¡Uy si lo vieras! Nada, muy pequeño.

Este uy es muy de Isabel y muy español. A mí siempre me ha gustado mucho. Niña Isabel trae el pelo muy corto, pelo color de gato. Del color de mi gato exactamente. Niña Isabel trae suéter, cuello colegial, pantalón vaquero azul, de pana, muy ceñido -insisto, muy ceñido- y botas.

-Pero he venido a entrevistarte yo a ti, Paco. Cuéntame tu rollo.

-Nací en Madrid, me hice un hombre de bien en Valladolid y en seguida volví a Madrid a esperar que naciese Isabel Tenaille.

-¿Porqué utilizas tantos personajes símbolo en tus crónicas?

-Quieres decir que por qué hablo tanto de ti. Porque eres el Íñigofemenino, porque en ti cristaliza la chica media española, la imagen que Televisión quiere dar de sí misma y de la sociedad. A pesar de lo cual yo te amo a ti y no amo a Íñigo.

-Estoy casada.

-Íñigo también.

-¿Eres de izquierdas, de derechas o de centro?

-El centro no existe y la derecha eres tú Isabel, amor. De modo que no me queda más remedio que ser de izquierdas.

-Nadiuska.

-Pues resulta que no es Sofía Loren, no.

-¿Por quién me has sustituido como musa?

-Yo no manejo musas, que es un concepto kitsch. Manejo signos de una sociedad o de mi vida privada. A ti, que eres la cristalización de la niña buena, te he sustituido por Sandra Alberti, que es la encarnación malvada de la mujer o el hombre maudit, del desarraigo, la noche, el suicidio, Nerval y todos los que no encuentran un farol donde ahorcarse.

-Travolta.

-Travolta era yo a los dieciocho años. El travoltismo está en nuestros libros o en las comedias de Arthur Miller, como Recuerdo de dos lunes. Hollywood toma un problema social y en lugar de hacer su denuncia hace un disco.

-¿Porqué dices que soy de ucedé, Paco,si no lo soy?

-Porque me da rabia que no me quieras y te tengo asco y te odio y quiero vengarme de alguna forma. Por cierto, ¿eres de la Joven Guardia Roja?

-No.

Hace muy bien las entrevistas. No tiene sólo telegenia. Amo a este teleñeco. Con perdón del señor Tenaille. Ya se ha ido, con su pelo de gato y su cara de derechas. Juan Ramón me asiste una vez más: Cómoera, Dios mío, cómo era.