4 septiembre 1979

La revista del PCE, LA CALLE, propone a Juan Luis Cebrián para director de RTVE, críticas desde EL ALCÁZAR

Hechos

En su edición del 15 de septiembre de 1979 la revista LA CALLE de D. César Alonso de los Ríos (del PCE), en un artículo firmado por D. Raúl del Pozo (del PCE), sugerían a D. Juan Luis Cebrián como nuevo director de TVE.

Lecturas

19 Septiembre 1979

CANDIDATO DEL PCE PARA TELEVISIÓN

Editorial (Director: Antonio Izquierdo)

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El semanario comunista LA CALLE, en su último número y en dos trabajos distintos, aunque uniformados en la intención, proclama el nombre que el PCE postula para la dirección de Televisión Española. Por supuesto, a través de una estrategia consistente en el intento de descalificación de otros nombres que no sean ése, y con la habitual táctica de buscar un consenso que ratifique la previa elección. La campaña del carácter impositivo, se centra en el Estatuto que todavía no ha aprobado el Parlamento, e incluso confunde y unifica algunos de los organismos que tal Estatuto incliue para terminar dando el nombre de ‘tapado’ y hasta su fotografía. Naturalmente se trata de Juan Luis Cebrián, porque en estos casos, y al menos momentáneamente, más vale un compañero de viaje que un militante. Y hay que reconocerle a Cebrián sus demostradas facultades para tal menester turístico, que ya aprovechó en el régimen anterior. También, precisamente, para ocupar un cargo televisivo.

Y resulta curioso que Rául del Pozo, al enumerar las virtudes de Cebrián para ocupar ese cargo, haga alusión a quel as nuevas entidades democráticas que controlarán esa labor del máximo dirigente televisivo, estudiarán con lupa, nada menos, el árbol genealógico político hasta la quinta generación. Evidentemente, el término generación debe de ntener un significado distinto en el idioma castellano usual y en el barallete comunista, de lo que acaso sea vivo testimonio el propio autor de la invocación anticonstitucional, discriminatoria, revanchista y depuratoria. Porque, las cosas como son, el pedigrí demócrata de Cebrián apenas tiene tres años de existencia, e incluso, si se nos apura, media docena de meses, e incluso adquirido por caminos ocultos o por lo menos no dados a la publicidad.

De todas maneras, todo esto es ‘peccata minuta’ en relación con el hecho de que el Gobierno, en cuyo poder está ese nombramiento, ceda, mediante el ya tradicional consenso, a las presiones comunistas, que evidentemente se consideran ya triunfantes. El resultado lo padecería el Gobierno antes que nadie, con la inmediata y ya fácil conversión de TVE en una célula marxista, disfrazada, naturalmente, con un manto democrático. Y los sufriríamos treinta y cinco millones de españoles, conejillos de indias para una conversión de la única televisión disponible en un centro de aleccionamiento, y quién sabe si de adiestramiento marxista, manejando quién sabe desde dónde, aunque sea fácilmente conjeturable en qué sentido.

Ya conocemos al candidato comunista a la dirección de TVE. Vamos a ver ahora si el Gobierno acata la propuesta. El acatamiento sería significativo. Y de los españoles dependería, en definitiva, que su ejecución resultase más significativa todavía. Entregar el medio de comunicación social con más audiencia en las manos que los comunistas proponen, no sería ya bailar el el agua al comunismo, sino estar entregado a su servicio.