2 septiembre 1981

Ferrer se querelló contra Germán Álvarez Blanco, pero este fue absuelto al acreditar que se encontraba de vacaciones al publicarse ese editorial y no poderse repetir el juicio con las mismas pruebas

La revista SÁBADO GRÁFICO acusa de corrupción al director de Carabanchel, Emilio Ferrer, por no dejarles hacer un reportaje

Hechos

El 2.09.1981 la revista SÁBADO GRÁFICO publicó el reportaje ‘La Tarifa de Ferrer’.

Lecturas

La revista SÁBADO GRÁFICO que editaba D. Eugenio Suárez y dirigía D. Germán Álvarez Blanco, no se tomó muy bien que el director de la Prisión de Carabanchel, Emilio Ferrer, no les permitiera entrar a las instalaciones para hacer un reportaje fotográfico y, en cambio, si se lo permitiera a periódicos de ámbito nacional. Como respuesta, SÁBADO GRÁFICO publicó un editorial donde insultaba a Ferrer comparándolo con Tejero e insinuando que merecía estar en la cárcel por corrupto:

02 Septiembre 1981

La Tarifa de Ferrer

SÁBADO GRÁFICO (Editor: Eugenio Suárez)

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El comportamiento con la prensa del director de la  cárcel de Carabanchel no ha podido ser más deleznable. De los escasos periodistas y fotógrafos que acudieron a cumplir con su deber informativo este pintoresco funcionario sólo dejó pasar a DOS fotógrafos de diarios madrileños. ¿Por qué? ¿Estimaba llegar a un acuerdo económico, práctica que parece generalizarse?

La revista SÁBADO GRÁFICO que editaba D. Eugenio Suárez y dirigía D. Germán Álvarez Blanco, no se tomó muy bien que el director de la Prisión de Carabanchel, Emilio Ferrer, no les permitiera entrar a las instalaciones para hacer un reportaje fotográfico y, en cambio, si se lo permitiera a periódicos de ámbito nacional. Como respuesta, SÁBADO GRÁFICO publicó un editorial donde insultaba a Ferrer comparándolo con Tejero e insinuando que merecía estar en la cárcel por corrupto:

Emilio Ferrer está al frente de un establecimiento donde toda corrupción, además de tener su asiento, necesita el amparo y la tolerancia de los carceleros. Allí entran la droga, el alcohol, las armas; allí los precios de las cosas se duplican con relación a los de la calle. Allí circula el dinero generosamente. Parece ser que la violenta protesta de los reclusos tuvo su origen en el distanciamiento de dos semanas en recibir los paquetes familiares. Así lo visto, se les obligaba a pasar por el economato de los buenos servicios de los celadores.

Con la actitud de Emilio Ferrer, ninguno de los males que siguen corroyendo las instituciones penitenciares se han remediado y ha quedado de manifiesto que este pequeño y bigotudo déspota, especie de Tejero carcelario, también es discriminatorio con la prensa. Con ánimo conciliador pedimos desde aquí su tarifa para realizar nuestra labor. Si la cantidad es razonable, la pagaríamos.

Mientras, nos parece muy lógico que Ferrer esté en la cárcel; menos lógico que entre y salga de ella. Alguna responsabilidad alcanza al chisgalavís que dirige tan difícil y nunca arreglado cotarro.