22 marzo 1979

Reemplaza en el cargo a Fernando Álvarez de Miranda, también de UCD

Landelino Lavilla (UCD, sector democristiano) elegido nuevo Presidente del Congreso de los Diputados

Hechos

El 21.03.1979 el Comité Ejecutivo de UCD designó a D. Landelino Lavilla como el candidato del Grupo Centrista (la minoría mayoritaria) a presidir el Congreso de los Diputados.

Lecturas

El 23 de marzo de 1979 D. Landelino Lavilla Alsina, de la UCD, hasta ahora ministro de Justicia, es elegido presidente del Congreso de los Diputados en esta I Legislatura (1979-1982) tras la siguiente votación:

  • D. Landelino Lavilla Alsina (UCD) – 177 votos.
  • D. Luis Gómez Llorente (PSOE) – 119 votos.
  • D. Teodoro Ignacio Gallego Bezárez (PCE) – 23 votos.
  • D. Adolfo Suárez González (UCD) – 1 voto.
  • D. Fernando Abril Martorell (UCD) – 1 voto.
  • D. Francisco Letamendía (Herri Batasuna) – 1 voto.
  • D. Telesforo Monzón (Herri Batasuna) – 1 voto.
  • D. Miguel Castells Arreche (Herri Batasuna) – 1 voto.
  • En blanco – 16 votos.

El resultado de la votación evidencia que los diputados de Coalición Democrática (Alianza Popular) respaldaron al candidato de AP. Los polémicos votos al Sr. Suárez González y al Sr. Abril Martorell parece que fueron de los líderes del PSOE, D. Felipe González Márquez y D. Alfonso Guerra González para ironizar sobre que ellos controlan la presidencia del Congreso.

Los votos a representantes de Herri Batasuna no pudieron corresponder a ellos mismos dado que ningún diputado de esta coalición estaba presente, por lo que se especula que fueron de miembros del PNV y Euskadiko Ezkerra.

La elección del presidente del Senado en la I Legislatura dio el siguiente resultado el 27 de marzo de 1979:

  • D. Cecilio Valverde Mazuelas (UCD) – 122 votos.
  • D. Ramón Rubial Cavia (PSOE) – 71 votos.

Por lo que el Sr. Valverde Mazuelas asume la presidencia de la cámara alta.

EL SEGUNDO INTENTO DE GÓMEZ LLORENTE

llorente D. Luis Gómez Llorente (marxista del PSOE) volvió a ser propuesto por su partido como candidato para presidir el Congreso como ya lo fuera en 1977. Obtuvo 129 votos, que no pudieron hacer frente a los 186 que sumaron los diputados de UCD, Coalición Demócrata (AP), CiU y PSA que respaldaron a D. Landelino Lavilla (de UCD).

ÁLVAREZ DE MIRANDE ‘DEFENESTRADO’ POR LA PROPIA UCD

alvarez_de_miranda D. Fernando Álvarez de Miranda pierde su cargo de presidente del Congreso, el cargo que ha venido ocupando durante la legislatura constitucional. Podía haberse mantenido en el cargo al seguir siendo diputado por UCD, pero el presidente del partido y del Gobierno, D. Adolfo Suárez, le comunicó su decisión de darle el cargo al Sr. Lavilla en esta nueva legislatura. El Sr. Álvarez de Miranda se había enfrentado al Sr. Suárez por su oposición a que UCD dejara de ser una coalición para convertirse en partido único como impuso Suárez.

UN ‘SOVIÉTICO’ EN LA MESA DEL CONGRESO

IgnacioGallego D. Ignacio Gallego, del PCE, estará en la mesa del congreso representando a los comunistas. Su presencia es original habida cuenta de que el Sr. Gallego es un firme partidario del régimen de la Unión Soviética, por lo que es considerado como líder del sector pro-soviético del PCE hasta el punto de haberse enfrentado con D. Santiago Carrillo por la política eurocomunista de este, que desea estar más distanciado de Moscú.

LA MESA DEL CONGRESO (I LEGISLATURA)

Presidente: D. Landelino Lavilla (UCD).

Vicepresidente 1.º:  D. Modesto Fraile (UCD).

Vicepresidente 2.º: D. Luis Gómez Llorente (PSOE).

Vicepresidente 3.º: D. Ignacio Gallego (PCE).

Vicepresidente 4.º: D. Victoria Fernández de España (AP).

Secretario 1.º: D. Víctor Carrascal (UCD).

Secretario 2.º: D. María Izquierdo (PSOE).

Secretario 3.º: Dña. Soledad Becerril (UCD).

Secretario 4.º: D. Leopoldo Torres (PSOE).

29 Marzo 1979

Relevo con transfondo político

Bonifacio de la Cuadra

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La entrega de la antorcha presidencial del Congreso por Fernando Alvarez de Miranda a Landelino Lavilla se configura como todo un símbolo de la nueva etapa parlamentaria surgida de las urnas el 1 de marzo. El aplauso que tributaron ayer todos los sectores de la Cámara al presidente saliente y los elogios de los distintos oradores al señor Alvarez de Miranda encontraron su contrapunto en las primeras escaramuzas de la oposición con el señor Lavilla, quien impuso sus decisiones con serenidad y firmeza.El informe que el señor Alvarez de Miranda rindió a la Cámara, en su calidad de presidente de la Diputación Permanente, tuvo el epílogo de unas palabras de gratitud a los diputados de la anterior legislatura, de quienes glosó la entrega y colaboración para lograr la Constitución que establece la democracia. Aludió a sus propósitos integradores, defendió con un acento de amargura contenida la conveniencia del relevo como práctica democrática saludable -en los bancos de la oposición se cambiaron miradas de complicidad, buscando en el argumento una alusión a Adolfo Suárez-, y convocó a todos a colaborar con el nuevo presidente de la Cámara.

El aplauso generalizado del hemiciclo fue el preludio a un rosario de gratitudes a Fernando Alvarez de Miranda, encabezado por el peneuvista Marcos Vizcaya, quien manifestó incluso lealtad al ex presidente. Manuel Fraga resaltó el buen pulso y la honestidad de un hombre capaz de rectificar, y el comunista Jordi Solé Tura le rindió también homenaje.

Fue el socialista Gregorio PecesBarba quien introdujo, en la felicitación al señor Alvarez de Miranda «por su actuación objetiva y al servicio de toda la Cárnara»,un mensaje envenenádo para el señor Lavilla, quien permanecía glacial en su sillón. El señor Peces-Barba recordó las buenas costumbres del anterior presidente al publicar los criterios interpretativos previamente a la celebración de las sesiones, y no como el actual, que había sorprendido a la Cámara con las normas por las que se estaba rigiendo el Pleno, lo que podría tener consecuencias políticas graves en temas como el debate de investidura.

El señor Peces-Barba había comenzado la sesión suscitando una cu,estión de orden, mediante la que expresó la extrañeza y protesta socialista ante la falta de publicidad de los criterios interpretativos dictados por el señor Lavilla. Este tipo de intervenciones, salpicadas de enumeración de artículos del reglamento, eran las que habitualmente producían el desconcierto del señor Alvarez de Miranda, deseoso de contentar a todos. Landelino Lavilla -que a la invocación de artículos reglamentarios contesta con una nueva serie de ellos-, no perdió los nervios en ningún momento y apeló a la práctica parlamentaria común de aprovechar la solemnidad de la sesión plenaria para ofrecer una primera publicidad de las normas.

En todo caso, por debajo del carácter reglamentista de las disquisiciones de Gregorio Peces-Barba -el hombre de las cuestiones de orden-, latía el descontento político de los socialistas ante el nuevo director de orquesta parlamentario, que no parece dispuesto a dejarse arrebatar la batuta. Una batuta firme y ligeramente escorada a la derecha.

28 Marzo 1979

A don Landelino

Francisco Umbral

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Don Landelino, o sea, que congratuleisions por el empleo y como le digo una cosa le digo otra, que me parecen fatal esos juegos de palabras, tipo letrista de La Latina, que se vienen haciendo con su nombre y su apellido, que los letristas de La Latina son unos escritores castas y madriles y anónimos o pseudónimos, pero respetables como el que más, un respeto, y en cambio el personal político- periodístico, o sea la canallesca, pierde clase. cuando reduce su ingenio a la fonética, tipo Muñoz Seca.

Lo cual que yo me he metido alguna vez, o sea con usted, pero se, recordará, si es que llegó a leerme (que dicen los asilvestrados que usted sólo lee la Biblia Nácar Colunga), reconocerá usted, no sé si me sigue, que mi ingenio era más fino y no cayó ni caí nunca en el trástueque y trabucación de sílabas o la dureza de oído, ese oído de otros que alberga inconfesables parásitos, jefe.

Lo cual que no era éste el tema, sino pedirle un pase, don Landelino, para la cosa esa con leones, eso que hay frente al Palace y que usted preside -congratulesions ai no le había dado ya antes-, que está liade entrar, la burocracia mayormente, usted ya sabe, incluso siendo un clásico Rivadeneyra, como es uno, o un clásico Castalia, de los deRodríguez Moñino, aquel rojazo, que ya no sé ni qué clase de clásico soy yo, don Landelino.

Lo cual que su predecesor, o sea Alvarez Miranda, en el cargo mayormente, me lo mandaba por el motorista de la muerte, que ya no era el de Franco, ni el de Jean Cocteau, sino un propio muy educado, la democracia con casco mismamente, y usted no va a ser menos, don Landelino, que el señor Miranda, me refiero, que los dos son cristianos, lo primero, y luego son demócratas, o sea los tiempos, que es lo que ha venido, y si Cristo les dio la lengua de fuego a unos pescadores no alfabetizados, el don de los idiomas, una academia Briam del Evangelio, no va usted a negarme a mí, apóstol de otros evangelios, pescador en otros ríos revueltos, analfabeto de buenas letras, el analfabeto más culto de España, no va usted a negarme -¿usted me sigue?- la credencial de entrar a su función, que ahora le dicen acreditación, pisoteando el castellano como siempre, que en la cena de Tamames ayer mismo (qué buen alcalde si oviera buen señor), un culto dijo la cosa educacional, en lugar de la cosa educativa, que es lo nuestro, Lamela creo que fue, el arquitecto, y en este plan.

Lo cual que dirá usted, don Landelino, que para qué quiero yo acreditación, pues mire, ya lo ve, que ya se ha hecho uno a la idea, que somos de derechas, España es de derechas, ya no hay que darle vueltas, la historia está de su parte, de parte de usted, don Landelino, y no digo Dios, porque es sabido que Dios está de parte de don Blas Piñar, que le ha visto primero.

O sea que quiero ver los toros desde la barrera, en la plaza partida del Congreso, aguafuerte de Goya, suerte taurina del XVIII/XIX, plaza partida España y sus Congresos y corridas, corridas y Congresos en las que España, España vallejiana muere siempre de la otra media, que ha de helarte el corazón, y no como cuando Machado, que ahora te lo escarcha en la KeIvinator o cualquier otro invento multinorteamericano.

Que no sé si me sigue, don Landelino, pero que quiero un pase, ya le digo.

Cautivo y desarmado el ejército rojo, las tropas nacionales han cubierto sus últimos objetivos municipales. La guerra ha terminado. Pero yo no quiero pasarme otros cuarenta años en las tabernas de Valladolid, escribiendo poemas míos de la generación del 27, ni en una mesa del Gijón, con Gerardo, García Nieto, Garciasol, Alvarez Ortega y Pavón, tan grandes escritores y amigos, debatiendo la acentuación del heptasílabo, el sexo de los ángeles, o el sexo de Rilke, que tampoco estaba nada claro. Yo quiero abono para la isidrada de la Historia, la sempiterna isidrada de la derecha española, con Solana y Goya como fotógrafos de prensa en el hemiciclo, el sagastacanovismo joselitobelmontiano que se nos anuncia e inviste. Lo cual que por la presente, gracia que espera merecer de usted, cuya vida guarde Dios muchos años.