20 febrero 2011

"Su visión de las mujeres es o putas, o monjas o amas de casa"

Lucía Méndez secunda a Carmen Rigalt y se convierte en la segunda columnista de EL MUNDO que carga contra su ‘compañero’ Sostres

Hechos

El 19.02.2011 Dña. Lucía Méndez publicó el artículo «Berlusconi entre nosotros»

19 Febrero 2011

Berlusconi entre nosotros

Lucía Méndez

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En España hay cantidad de hombres que escriben en los diarios -en éste, sin ir más lejos- cuya visión de las mujeres es clavada a la del primer ministro italiano. O putas o amas de casa o monjas.

NÉMESIS era la diosa griega encargada de impartir justicia, de castigar los excesos y de vengar la falta de honradez y los pecados de los humanos. Sólo una mano divina puede haber elegido a tres juezas para castigar los pecados de Berlusconi. Il Cavaliere, millonario, dueño y señor de Italia, acabará siendo juzgado como un vulgar viejo verde. El poder envejece mal y el poder absoluto envejece patéticamente. Hemos visto las fotos de las juezas Giulia Turri, Carmen D’Elia y Orsola De Cristofaro. No son precisamente el tipo del primer ministro italiano. Se parecen más a las estatuas que nos quedan de la diosa Némesis. La revista Famiglia Cristiana tuvo que echar mano de una deidad griega para explicar el azar de la elección de las tres juezas, a pesar de que Italia es el país donde el verdadero Dios justiciero tiene más representantes en la tierra por metro cuadrado. El Vaticano ha dejado en manos de Némesis la justicia divina por los pecados de la carne de Berlusconi.

Los diarios italianos están llenos de artículos sobre la relación del primer ministro con las mujeres, éxtasis y tormento de su vida desde que era cantante de cruceros. En el fondo, por mucho dinero que tenga y aunque asista a las cumbres europeas para decidir el futuro del euro, Berlusconi sigue siendo un cantante de cruceros que desde el escenario observa y elige a las señoras por el tamaño de las tetas y de las nalgas.

La joven Ruby no es el canon griego de belleza, pero se ajusta como un guante al canon berlusconiano de mujer. Aunque no debemos engañarnos, Berlusconi vive también entre nosotros. En España hay cantidad de hombres que escriben en los diarios -en éste, sin ir más lejos- cuya visión de las mujeres es clavada a la del primer ministro italiano. O putas o amas de casa o monjas. O esclavas del hombre macho para su esparcimiento, o esclavas del marido o esclavas de Dios. ¿Para qué, si no, vamos a la peluquería, nos hacemos la manicura, nos ponemos wonderbra para parecernos a Ruby y nos calzamos unos tacones que destrozan los pies? Para gustar a los hombres, verdadera finalidad berlusconiana de la existencia de las mujeres. Los émulos de Berlusconi son como él, no se cortan un pelo, carecen de vergüenza, creen que pudor es una marca de detergente y que todas las feministas son unas resentidas, feas y gordas que además no se lavan. Ya que carecen de cualquier otro recurso intelectual, utilizan mucho las palabras tetas y culo para llamar la atención. Como los niños de 14 años. El universo berlusconiano le ríe las gracias y ellos tan contentos, vendiendo el concepto de lo políticamente incorrecto en material de contrabando. Lo malo es que ellos no van a tener su Némesis.

«Los émulos del primer ministro creen que las feministas son feas, gordas y no se lavan»

Salvador Sostres