14 julio 1996

Pedro J. Ramírez responde a Juan Arias atacando por motivos ajenos a la polémica.

Manifestación de plataforma ciudadana en Hernani contra ETA: Según EL PAÍS sus participantes fueron agredidos por batasunos, según EL MUNDO no hubo ningún tipo de violencia

Hechos

El 8 de julio de 1996 tanto EL PAÍS como EL MUNDO publicaron reportajes con la misma foto de EFE de una manifestación en Hernani, pero con interpretaciones antagónicas.

Lecturas

El 8 de julio de 1996 tanto el diario El Mundo como el diario El País publican un reportaje sobre unas manifestaciones batasunas en Hernani. Mientras que El Mundo asegura que no hubo incidentes, El País asegura que hubo incidentes violentos. La diferencia de criterio sobre un mismo hecho será analizada por el Defensor del Lector de El País el Juan Arias el 14 de julio de 1996. Sus conclusión no gustarán a El Mundo que al día siguiente publica un editorial de réplica al ‘Defensor del Lector’ de El País.

LA VERSIÓN DE EL PAÍS: «HUBO VIOLENCIA Y AGRESIONES».

«Grupos radicales insultaron y agredieron con huevos y globos de pintura a un centenar de personas que, precisamente para protestar contra la violencia callejera, se concentraron ayer en Hernani (Guipúzcoa), convocadas por la plataforma ciudadana Hernanin Askatasunean Bizzi (Vivir en Hernani en libertad). En la concentración pacifista participó el alcalde, José Antonio Rekondo, que recientemente fue agredido, al igual que varios concejales. Los contramanifestantes, situados a varios metros de distancia, profirieron gritos como «carceleros» o «españoles» y corearon consignas en favor de ETA y los presos de la organización terrorista. En primer término de la fotografía, los manifestantes radicales. Al fondo, los concentrados contra la violencia» (EL PAÍS, 08-07-1996).

LA VERSIÓN DE EL MUNDO: «NO HUBO NINGUNA AGRESIÓN»

«La Plataforma Ciudadana de la localidad guipuzcoana de Hernani celebró ayer una manifestación a la que acudieron numerosos vecinos de este municipio para expresar su repulsa por las continuas agresiones e incidentes que se registran en dicho pueblo. Los radicales también convocaron un acto, justo enfrente del primero, para exigir la independencia de Euskadi. Pese a que ambos actos se celebraron a escasos metros de distancia no se registró ningún tipo de incidente» (EL MUNDO, 08-07-1996).

El defensor del lector de EL PAÍS, D. Juan Arias, tomó partido de la cuestión.

14 Julio 1996

¿Quién llevaba razón, EL PAÍS o 'El Mundo'?

Juan Arias

Leer

El 8 de julio pasado, este diario publicó una foto sobre una concentración pacifista promovida en Hernani, Guipúzcoa, y convocada por la plataforma ciudadana Hernanin Askatasunean Bizi (Vivir en Hernani en Libertad). La foto era de la, agencia Efe, e incorporaba el siguiente titular: «Agresiones a los concentrados contra la violencia en Hernani». En el pie se informaba de que «grupos radicales insultaron y agredieron con huevos y globos de pintura» al centenar de manifestantes, y añadía que «los contramanifestantes, situados a varios metros de distancia, profirieron gritos como ‘carceleros’ o ‘españoles’ y corearon consignas a favor de ETA y de los presos de la organización terrorista».El mismo día, el diario El Mundo publicaba la misma foto de Efe con la leyenda siguiente al pie: «Manifestación contra la violencia», y en el texto se decía que, junto a los pacifistas, los radicales también habían convocado un acto, justo enfrente del primero, para exigir la independencia de Euskadi. Y comentaba: «Pese a que ambos actos se celebraron a escasos metros de distancia, no se registró ningún tipo de incidente».

Pues bien, el escritor y periodista vasco Aristi Urtuzaga se ha dirigido al Defensor del Lector comentando este hecho, y se pregunta: ¿Dónde está la verdad?’. Porque mientras en EL PAÍS se habla de «agresiones a los concentrados contra la violencia en Hernani» -explicando a continuación que «grupos radicales insultaron y agredieron con huevos y globos de pintura a un centenar de personas» en el diario El Mundo se decía lacónicamente un «no hubo incidentes».

Ante: el hecho, dice Aristi, «quedé perplejo, y deseo hacerle estas cuatro preguntas: ¿dónde está la verdad?, ¿pueden ser los límites de la verdad tan difusos que dos diarios se contradigan?, ¿en qué se basa el tratamiento de EL PAÍS respecto al País Vasco: en la búsqueda de la verdad o en la utilización deformativa de la información para determinados intereses políticos?, ¿puede un diario implicar al lector en su particular batalla política aun a riesgo de hurtarle: la verdad o parte de ella?’. Y concluye: «Finalmente, y aun a riesgo de parecer descortés, debo sugerirle que no soy de HB ni defiendo sus tesis, porque éste es el modo de que, a veces, en los medios nacionales, respeten y tengan en cuenta a los vascos que tampoco pasamos por apoyar el acuerdo de Ajuria Enea y mantenemos una disidencia ideológica totalmente pacífica y enteramente defendible».

Sin duda, al Defensor del Lector, en este caso, le interesa saber únicamente si el pie de foto publicado por este diario respondía a la verdad de la información del hecho; es decir, si en dicha manifestación había habido «agresiones con lanzamiento de huevos y globos de pintura» contra los pacifistas, o bien si llevaba razón el diario El Mundo, que informó de que no había habido incidente alguno.

Y, con toda franqueza, hubiese preferido que el lector se hubiera limitado a preguntarme de dónde había recogido EL PAÍS dicha -información, opuesta a la presentada por El Mundo, sin dar a entender que había sido este diario el que se había equivocado y además por «una particular batalla política, aun a riesgo de hurtarle la verdad al lector», un juicio de valor por lo menos precipitado.

El Defensor del Lector pidió las explicaciones correspondientes al periodista responsable del pie de foto, el cual explicó que la había recogido de un despacho de la agencia Efe, la misma que había distribuido la foto que publicaron tanto este diario como El Mundo.

Consultado dicho despacho de Efe -de fecha 7 de julio y firmado en Hernani, Guipúzcoa es decir, en el lugar donde ocurrieron los hechos-, he podido comprobar que, en efecto, la información de la agencia corresponde perfectamente al pie de foto publicado por EL PAÍS. El título de la nota de Efe era el siguiente: «Un centenar de personas denunció actos de violencia en Hernani». Y en el texto se decía: «Un centenar de personas se concentró ayer en Hernani, convocadas por la plataforma ciudadana Hernanin Askatasunean Bizi (Vivir en Hernani en Libertad), para expresar su repulsa por las agresiones y actos de violencia callejera que se registran en, esta localidad». Y añadía: «El alcalde de la población, José Antonio Rekondo, y los concejales Iñaki Arratibel y José Ramón Lasarte participaron en esta concentración pacifista, cuyos integrantes fueron insultados y agredidos con globos de pintura por unas doscientas personas que se situaron frente a ellos tras una pancarta con el lema Euskal Herria libertad».

Más abajo, Efe escribe: «Cuando los pacifistas prorrumpieron en aplausos para dar por terminado su acto, se produjeron momentos de tensión al impactar en la ropa de algunos de ellos varios huevos y globos con pintura lanzados por los participantes en la contraconcentración. Tras diversos enfrentamientos verbales entre miembros de las dos concentraciones, ambos grupos se disolvieron sin que se registraran más incidentes».

Añade Efe que los participantes -en la contraconcentración «les dirigieron insultos como ‘Carceleros’ o ‘españoles’ y corearon consignas a favor de ETA y los presos de la organización terrorista».

El lector se preguntaba que cuál de los dos diarios llevaba razón. Creo que la respuesta es innecesaria. Y, por supuesto, queda claro que EL PAÍS no sólo no trató de «hurtar la verdad» a los lectores, sino que, al revés, se la ofreció con todos los detalles que le había ofrecido una agencia de prensa de la mayor solvencia que firmaba la información en el lugar de los hechos. ¿Hubiese sido mejor minimizar u ocultar los hechos?

15 Julio 1996

Al ombudsman de EL PAÍS

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

Leer

En el zoo de cristal (hay que leer domingo tras domingo a MP) o de papel, se perdona casi cualquier perfidia, pero el que hace el ridículo queda marcado para siempre. Aceptar ser «Defensor de los lectores» en un diario bruñido a base de intereses requiere ya de por sí un cierto desparpajo. Pretender testar su credibilidad respecto a la competencia a partir de si en el País Vasco el lanzamiento de unos cuantos huevos debe ser catalogado o no de «agresión violenta» ya le hace acreedor a uno del Abundio Cum Laude. No hay que descartar que alguna edición de EL MUNDO valorara erróneamente ese detalle en un pie de foto. Pero puesto a defender de verdad a sus lectores, ¿tendría el tal Juan Arias la amabilidad de glosar la relación entre el desinterés de su periódico por la investigación de la corrupción y los 775 millones cobrados de la Expo, las decenas de miles de millones de créditos FAD embolsados por Polanco a través de Eductrade y los suculentos favores del felipismo a su grupo en el ámbito audiovisual? A lo mejor emplea la misma ecuanimidad con que enmascaró no ha mucho la burda manipulación de algunos textos del director de este periódico. Hay gente para todo y Polanco suele encontrarla.