12 noviembre 1926

Su hijo, Javier Bueno, también es periodista y activista socialista

Muere el periodista republicano José Nakens, marcado por su vinculación con el asesino Mateo Morral

Hechos

El 12.11.1926 falleció D. José Nakens.

Lecturas

El 12 de noviembre de 1926 falleció D. José Nakens, periodista, en Madrid. Conocido anticlerical, alcanzó notoriedad cuando siendo editor de la publicación EL MOTÍN se supo que había ayudado al asesino Mateo Morral a burlar la persecución policial, ocultándose en la redacción de su periódico EL MOTÍN tras el atentado contra don Alfonso XIII el día de su boda en mayo de 1905 en el que murieron más de 10 personas incluyendo un niño. Condenado a 9 años de prisión, recibió el indulto al llegar al Sr. Maura la poder en 1907. Desde entonces permaneció dedicado plenamente a sus actividades periodísticas.

El Análisis

José Nakens y la sombra del ramo sangriento

JF Lamata

D. José Nakens, periodista batallador y republicano combativo, ha quedado enredado en los hilos del más infame de los atentados. Cuando se supo que Mateo Morral, autor del crimen contra Sus Majestades, había encontrado cobijo momentáneo gracias a gestiones del propio Nakens, la estupefacción fue general. ¿Qué hacía un hombre de pluma y letras auxiliando, aunque fuera de modo indirecto, a un lanzador de bombas?

El Sr. Nakens alegó humanidad. Que lo suyo no fue complicidad política, sino un acto de caridad cristiana hacia un fugitivo que no conocía del todo. La justicia creyó sólo a medias. Fue encarcelado, juzgado y, más tarde, indultado por el propio Alfonso XIII, que quiso mostrar que el perdón es atributo del fuerte. Pero su nombre, que antes resonaba en los cafés por su verbo mordaz y su republicanismo audaz, quedó manchado por la cercanía con el crimen de Morral.

De aquel episodio, el Sr. Nakens salió libre, pero no ileso. En las tertulias ya no se le cita sin levantar cejas; su periódico, El Motín, careció de relevancia alguna, y su conciencia —dicen— no volvió a dormir del todo tranquila. No es poca ironía que quien tanto predicó contra la monarquía terminase salvado por la gracia real. En España, incluso los librepensadores acaban rezando cuando la historia les pasa la factura.

J. F. Lamata