19 diciembre 1998

Muere el torero Antonio Ordoñez Araujo

Hechos

Falleció el 19 de diciembre de 1998.

20 Diciembre 1998

Cabeza fría, corazón caliente

Antonio Burgos

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Ha muerto el peor enemigo de Antonio Ordóñez. Ese gran enemigo de Antonio Ordóñez, una de las cumbres del toreo en el siglo XX, se llamaba Antonio Ordóñez Araujo. Digo que Antonio Ordóñez era el peor enemigo de Antonio Ordóñez porque en los últimos años estaba harto de oír: «Vaya tela cómo es Antonio Ordóñez; las cosas de Antonio Ordóñez…» Y a nadie le oí, por el contrario, decir: «Vaya torero que fue Antonio Ordóñez, qué importancia ha tenido su figura en la Historia de la tauromaquia del siglo XX». Quienes tal callaban serán los que ahora llevarán escrito y dicho que no se puede entender el toreo del siglo sin comprender a la figura que se ha ido.

En la muerte del maestro Ordóñez, tenemos una singular perspectiva del siglo taurino: el siglo que en su primer tercio se llama José y se llama Juan, se llama luego Pepe Luis y se llama más tarde Antonio. De los tres primeros nombres, ni siquiera hace falta decir los apellidos para saber que nos referimos a Gómez Ortega, Belmonte, Vázquez. Pero cuando llegamos a Antonio, hay que añadir Ordóñez. ¿Por qué? Yo creo que por culpa del propio Ordóñez. Quien menos importancia le daba a su figura en el mundo de los toros creo yo que era el propio maestro de Ronda.

Por la llaneza de sus verdades, a Ordóñez le regatearon hasta su maestría. Decíamos Juan, y era Belmonte. Decíamos José, y era Gómez Ortega. Decíamos Pepe Luis, y era Vázquez. Pero decíamos Antonio… y era el bailarín. Porque este otro Antonio nunca le bailó el agua a los pontífices del toreo, a los archimandritas de las famas pasajeras. Solamente sus partidarios le daban ese título de Grande en España que es el uso a solas del nombre de un artista, aunque precedido por el don de la maestría: «Don Antonio».

Como pocos, tuvo la cabeza fría y el corazón caliente ante el toro. Pocas veces se unieron arte y técnica con esa delicadeza. Antonio fue como José y Juan en una sola pieza. Y junto a ese arte y esa técnica unidos, un valor que también se le ha regateado en su hoja de servicios.

Estuvo casi un cuarto de siglo en el toreo, y casi un siglo llena. Esto, ahora, lo dirán todos. Hasta ahora, apenas lo decía nadie. Si al final de sus días se le reconoció la importancia histórica, fue con la terrible conmiseración española que se otorga, lastimosamente, a los que sabemos heridos de vida, heridos de muerte.

Ha muerto Antonio Ordóñez Araujo. Quiero decir que ha muerto el más íntimo enemigo que el mito Antonio Ordóñez, el maestro Antonio Ordóñez, el histórico Antonio Ordóñez, tenía. Ha muerto el que había quedado poco menos que como el de Las Cuarenta, el del pisito en la calle de Iris, el hermano de Alfonso, el cuñado de Luis Miguel, el suegro de Paquirri, el abuelo de Rivera, el padre de Carmina. Ahora es cuando empieza a vivir Antonio en la Historia del toreo.