23 febrero 2022

Un derrame cerebral acabo con la vida de alguien que hasta el mismo día de su muerte había estado ejerciendo su profesión con normalidad

Muere fulminante del periodista Juan Pablo Colmenarejo Pérez, locutor estrella de ONDA MADRID, en el grupo TELEMADRID

Hechos

Falleció el 23 de ferero de 2022.

23 Febrero 2022

La radio encarnada

Juan Pablo Colmenarejo

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Periodista de radio con una voz privilegiada. Se licenció y doctoró en la Universidad de Navarra. Tuvo numerosos premios, entre los que destacan la Antena de Oro en 2004 por el programa La Brújula en Onda Cero, el Premio de Comunicación Juan Pablo II en 2009, el Micrófono de Oro 2010, el Premio Bravo de 2010 de la Comisión Episcopal de Medios; el premio Víctor de la Serna de la APM al periodista más destacado de 2011 o la Antena de Plata 2019 a su programa Buenos Días en Onda Madrid.
Juan Pablo Colmenarejo ha sido una de las mejores voces de la radio española y una de las personas de mayor integridad ética que yo he conocido en esta profesión. Puso los principios por encima de todo. Y eso le costó algún enorme disgusto de muy difícil somatización.
Juan Pablo y yo nos conocimos (poco) mientras estudiábamos nuestra carrera de Periodismo en la Universidad de Navarra, él un curso más abajo que yo. Como a tantos otros compañeros de profesión, le marcó profundamente el magisterio de don Ángel Faus Belau y como él, la radio pasó a ser casi todo para Juan Pablo. Él era una encarnación de la radio. Tras hacer prácticas en Radio Cadena Española en Navarra durante sus estudios, entró en COPE donde dirigió el Informativo Mediodía entre 1995 y 1998, año en que se fue a RTVE donde fue subdirector de programas informativos, editor del Telediario1 y presentador de España a las 8 en RNE. Tuvo después un periodo de siete años en diferentes programas de Onda Cero hasta que en 2009 fue llamado de vuelta a la COPE de Alfonso Coronel de Palma y Alfonso Nasarre.
Durante nueve años dirigió el programa nocturno de la COPELa Linterna, con creciente éxito. Durante todos esos años estuve en su equipo de contertulios, además de en otros programas. Admiré su forma de hacer radio, su capacidad para crear equipos y combinar correctamente sus contertulios manteniendo el equilibrio adecuado. Recorrimos España de Norte a Sur, de Este a Oeste: de Santander a Canarias, de Barcelona a Sangenjo. Tantas veces y tantos otros lugares. A diferencia de lo que pasa con frecuencia con algunos «jefes» periodísticos, nadie quería irse de su equipo de redactores, aunque se le ofreciese entrar en el equipo de un programa más importante.
Defendió mejor que ningún otro programa de la casa la línea editorial de COPE y era, con mucho, el programa más escuchado por los obispos y las jerarquías eclesiásticas. Principalmente por su horario de emisión, más conveniente para ellos que un programa matinal. A pesar de esto, ya en 2016 me dijo que las cosas pintaban mal para él con el nuevo presidente de COPE. A lo largo de dos años su programa fue progresivamente acogotado hasta darle la empresa la puntilla en mayo de 2018. En la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal del 24 de mayo de 2018 la mayoría de sus miembros dijeron al presidente de la COPE que Juan Pablo Colmenarejo debía seguir al frente de La Linterna. Aun así, al día siguiente a las 14,00 la COPE anunció el relevo de Colmenarejo. Eso me hizo dudar para quién estaba yo trabajando allí y decidí abandonar la COPE de inmediato en solidaridad con Juan Pablo.
Una de las muestras de la grandeza de este amigo que estoy llorando se pone de manifiesto por el inusitado número de colaboradores que decidió marcharse con él, a pesar de que pasó de los micrófonos de la segunda emisora más escuchada de España a los de una modesta emisora regional, Onda Madrid. Estos profesionales, alguno de los cuales llevaba lustros en COPE, no sólo con Colmenarejo, fueron: Victoria Prego -a la sazón presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid- Manuel Marín, Fernando Rayón, Javier Redondo, Ángel Collado, Carlos Sánchez, Javier Fernández Arribas, Rafael de Ribot, Juan Fernández-Miranda y servidor de ustedes. No es común ver ejemplos de solidaridad como éste.
Juan Pablo supo rehacer su vida profesional, aunque le fue muy difícil encajar el durísimo golpe que recibió. Empezó a hacer el programa Buenos Días en Onda Madrid, para intentar, cual hormiguita, ir atrayendo oyentes. Además, escribió su tesis doctoral -sobre la radio, sobre qué si no- que le fue valorada cum laude en la Universidad de Navarra y se incorporó como profesor a la Universidad Villanueva donde le sorprendió un derrame cerebral masivo cuando daba clase el pasado martes por la mañana. Había seguido disfrutando de la vida, de su pasión por el Atlético de Madrid y de su maravillosa familia, Gloria, su mujer y sus hijos Juan y Cecilia con los que cada año, nos íbamos, las dos familias, a pasar las vacaciones de Semana Santa a Lanzarote.
Dios te premie tanto bien como has hecho en esta vida, querido Juan Pablo. (Qué difícil es escribir un obituario con los ojos llenos de lágrimas)