15 marzo 2003

Será reemplazado por su hijo Arnaud

Muere Jean-Luc Lagardére, magnate francés de los medios (grupo Hachette Filipacchi) y de la fabricación de armas

Hechos

El 14.03.2003 falleció Jean-Luc Lagardére, gran patrón del grupo Lagardére.

Lecturas

El Sr. Jean-Luc Lagardère, empresario mediático francés, falleció el 14 de marzo de 2003. Era propietario del grupo líder en fabricación de misiles y satélites en Francia. En el sector de los medios es propietario del grupo Hachette, dueño de la revista Paris Match y que está presente en España como propietario de numerosas publicaciones como la revista del corazón Diez Minutos.

lagardere_arnaud Arnaud Lagardére será el nuevo presidente de Largardere Media (Grupo Hachette Filipacchi) y el nuevo responsable de Matra y el resto de compañías de su padre.

15 Marzo 2003

La leyenda empresarial francesa

Cristina Frade

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Jean-Luc Lagardère, fallecido ayer a los 75 años como consecuencia de una infección vírica contraida en una operación de cadera, era uno de los más grandes capitanes de la industria francesa, propietario de un imperio que llevaba su nombre y abarcaba la aeronáutica y el armamento, la edición, los medios de comunicación y la distribución, con una facturación de 13.216 millones de euros el año pasado.

Al magnate, apasionado por los deportes y la cría de caballos, le pertenecían el grupo Hachette y revistas bandera como Elle y Paris Match, emisoras de radio como Europe 1, cadenas temáticas de televisión como Canal Jimmy y una participación en la plataforma CanalSatellite, más de 40 editoriales y las redes de distribución de prensa y productos culturales Relay y Virgin Megastore.

Armado sólo con un diploma de ingeniero de la Escuela Superior de Electricidad, que no figura entre las más grandes escuelas de las elites francesas, Lagardère comenzó su carrera como responsable de estudios aeronáuticos en Avions Marcel Dassault y en 1963 entró en Mécanique Aéronautique et Traction (Matra), entonces una empresa de tamaño medio especializada en cohetes y satélites de la que no tardó en convertirse en presidente.

Decidido a diversificarla, Lagardère hizo incursiones en la electrónica y la telefonía, pero no fue hasta 1981 cuando dio el salto a la edición y a la prensa. Esa orientación más civil no impidió que el grupo fuera víctima de la ola de nacionalizaciones emprendida en 1982, tras la llegada a la presidencia de François Mitterrand, para luego ser devuelto a sus dueños en 1988.

En 1997, de nuevo con la izquierda en el Gobierno, el magnate se las arregló para convencer a Lionel Jospin de que era el único capaz de salvaguardar los intereses franceses en Airbus, codiciado por británicos y alemanes. Lagardère supo hacerse también imprescindible en el montaje de EADS (Airbus, Ariane, Eurocopter) nacido en julio de 2000 de la fusión de Aerospatiale-Matra, la alemana Dasa y la española Casa.

No todas las aventuras de este acróbata de los negocios se saldaron con éxito. Considerado también pionero del foot-business, lanzó en los años 80 el equipo Racing Paris 1, luego rebautizado Matra Racing, pero acabó abandonando el fútbol tras repetidos fracasos.

En 1987, la cadena TF1 se le escapó de la manos para ir a parar al grupo Bouygues, y Lagardère estuvo a punto de perder el control de su grupo al dilapidar su fortuna en La Cinq, adquirida a Robert Hersant. Creador del Renault Espace, a finales de febrero pasado el grupoLagardère anunció que se retiraba después de 39 años de la producción de automóviles, tras el fracaso de la Renault Avantime.

Su último triunfo se produjo en octubre del año pasado cuando, apoyado por el Ejecutivo conservador, se hizo con el polo editorial del grupo Vivendi Universal, convirtiéndose así en el primer editor francés, el tercero europeo y el quinto mundial. Gaullista de la primera hora, Lagardère era también chiraquiano convencido.

Casado desde 1993 en segundas nupcias con la brasileña Elizabeth Pimenta Lucas, el empresario había preparado cuidadosamente su sucesión. El heredero del imperio no es otro que su hijo único Arnaud, fruto de un primer matrimonio y que Lagardère educó sólo tras divorciarse de su primera esposa. «Me parecería vergonzoso que con la vida física se acabara la vida de la empresa», dijo el magnate hace ya unos años cuando presentó en sociedad a su heredero.