3 febrero 2007

En el acto intervinieron varias víctimas del terrorismo de ETA, que se solidarizaron con los dos asesinados en la Terminal 4 y emitieron el himno nacional de España

Nueva manifestación contra el Gobierno Zapatero convocada por el Foro de Ermua en nombre de las víctimas del terrorismo

Hechos

El 3.02.2007 se realizó una manifestación en Madrid convocada por el Foro de Ermua contra el proceso de diálogo del Gobierno de D. José Luis Rodríguez Zapatero con la organización asesina ETA.

Lecturas

LOS QUE INTERVINIERON EN EL ACTO CON DISCURSOS CONTRA EL GOBIERNO DE ZAPATERO:

«El Gobierno que más ha despreciado a las víctimas del terrorismo»

«A ETA se la vence, no se la convence».

manifestacion_mikel_buesa D. Mikel Buesa, hermano de D. Fernando Buesa, asesinato por ETA, presidente del Foro de Ermua, organización convocante de la Manifestación del 3.02.2007.

alcaraz D. Francisco José Alcaraz, hermano de un asesinado por ETA junto a sus hijos, y presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo.

manifestacion_teresa_jimenez_becerril Dña. Teresa Jiménez Becerril, hermana del concejal D. Alberto Jiménez Becerril, asesinado por ETA al igual que su esposa Dña. Ascensión García.

conchita_martin_AVT Dña. Concha Martín, viuda del general Pedro Antonio Blanco, asesinado por ETA.

manifestacion_antonio_aguirre D. Antonio Aguirre, ex secretario de Organización del PSE-PSOE.

Manifestacion_inaki_ezquerra_buesa D. Iñaki Ezquerra, portavoz del Foro de Ermua.

AMPLIA PRESENCIA DEL PARTIDO POPULAR Y SUS MEDIOS AFINES

zaplana_arenas_barbera La manifestación fue ampliamente seguida por los medios de comunicación afines al Partido Popular, como la cadena TELEMADRID o la TDT de reciente aparición LIBERTAD DIGITAL TV, que se esmeró en mostrar declaraciones de dirigentes del PP presentes en el acto como eran D. Eduardo Zaplana, D. Ángel Acebes, D. Jaime Mayor Oreja, D. Javier Arenas o Dña. Rita Barberá.

04 Febrero 2007

EL MENSAJE NO PUEDE SER MÁS CLARO: CON LA CONSTITUCIÓN, CONTRA ETA

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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Ninguna manifestación en España, por importante que fuera, ha cambiado la voluntad de un Gobierno. Pero ningún Gobierno debería hacer oídos sordos a un clamor popular como el que ayer se percibió en las calles de Madrid. La pregunta que surge inmediatamente después de ver la riada de ciudadanos pidiendo la derrota de ETA es hasta cuándo un presidente puede mantener su estrategia antiterrorista en contra de la mayoría de las víctimas y, como mínimo, de medio país.

Zapatero tiene que plantearse adónde conduce su ambiguo discurso que, a pesar del atentado de la T-4, da argumentos a quienes piensan que deja entornada la puerta de la negociación a los violentos. Para muchos ciudadanos, actitudes como la petición de la Fiscalía de excarcelar a De Juana Chaos, ahondan esa inquietud.

Los cientos de miles de personas de todo el país que ayer se manifestaron en la capital lo hicieron de forma serena. De hecho, las banderas y los globos daban un colorido festivo y de reivindicación positiva más que de protesta, en el que era el primer gran acto de quienes se oponen a la política antiterrorista del Gobierno después de un atentado con víctimas mortales. Hubo gritos de mal gusto y excesos aislados contra el presidente, al igual que en la manifestación del día 13, convocada por los sindicatos y el colectivo de ecuatorianos, los hubo contra el PP. Pero en uno y otro caso fueron anecdóticos en un acto de masas.

La marcha de ayer era, por otra parte, mucho más clara en su mensaje que la de hace tres semanas, que se convirtió, en la práctica, en un respaldo al Gobierno. En aquélla se mezclaba el sentimiento de solidaridad con los fallecidos en la T-4, con una petición genérica de paz, sin especificar cómo alcanzarla. La de este sábado se pronunciaba directamente contra cualquier negociación y, a tenor del resultado, cabe afirmar que sus partidarios han ganado en la calle. Precisamente uno de los problemas de Zapatero que ayer puso en evidencia la multitudinaria manifestación es que demasiados españoles están en contra de su política de entente con el nacionalismo vasco porque entienden que da más oxígeno a ETA. En esa posición están posiblemente los diez millones de votantes del PP, pero también muchos otros. Junto a la plana mayor de este partido estuvieron colectivos de distinto signo, la socialista Rosa Díez y hasta la Unificación Comunista de España. El propio Foro Ermua, convocante del acto, nacido de la explosión de coraje democrático que siguió al asesinato de Miguel Ángel Blanco, no puede ser despreciado como un simple grupo antigubernamental, como ayer pretendió el secretario de Comunicación, Fernando Moraleda, siguiendo la estela de Ibarretxe.

La profusión de banderas constitucionales en la marcha lleva a pensar que los asistentes pretendían reafirmar una idea de España que creen hoy en peligro. Incluso el himno nacional cerró el acto, algo que aún puede sorprender en España, pero que es común en otras democracias. Aunque tanto Mikel Buesa como Alcaraz exageraran en sus críticas a Zapatero dando por sucedido lo que no es sino un proceso de intenciones, junto al rechazo a ETA y a la negociación con la banda, queda claro que los participantes reivindicaban los valores de la España democrática que consagra la Constitución.

Es difícil que a estas alturas Zapatero tome nota del mensaje, convencido como está de que su política hace más fuerte a España. Pero actos como el de ayer deben recordarle el grave riesgo de no escuchar la voz de la calle. Eso es lo que llevó al PP a perder las elecciones y, a él, a alcanzar el Gobierno.