8 junio 1977

Iñaki Iriarte será su primer director

Nace en el País Vasco el periódico DEIA para ser el órgano informativo del Partido Nacionalista Vasco

Hechos

El 8.06.1977 salió a la calle el primer número del periódico DEIA.

Lecturas

El 8 de junio de 1977 se publica el primer número del periódico Deia, propiedad de Iparraguirre S. A. para ser el periódico del PNV. El presidente del Consejo será Luis María Retolaza y su consejero delegado José María Gorordo Bilbao, posteriormente alcalde de Bilbao por el PNV (1987-1991). El periódico Deia será considerado el diario del PNV en el País Vasco mientras que Navarro Hoy será el periódico del PNV en Navarra.

IÑAKI IRIARTE SERÁ EL PRIMER DIRECTOR DE DEIA

iiriarte  “El DEIA nunca quiso ser un periódico de partido, aunque ahora tiene esa imagen y esa es su carga. Sin embargo EL CORREO Español – El Pueblo Vasco es un “periódico de nadie” y ese ha sido su triunfo. Sea o no esa su razón, la OJD lo confirma: “Hoy EL CORREO vende 120.000 ejemplares, mientras que DEIA solo 30.000” (D. Iñaki Iriarte).

LINEA EDITORIAL AUTONOMISTA

Para DEIA el voto de Álava y Navarra a la UCD era voto ‘al centro’ mientras que el voto de Vizcaya y Guipúzcoa a PNV era voto a ‘la autonomía’.

El Análisis

Nace el último gran 'periódico de partido'

JF Lamata
El 17 de junio de 1977, apenas dos días después de las primeras elecciones democráticas en España, se publicó en Bilbao el primer número de Deia, un nuevo diario que irrumpió en un mercado dominado por La Gaceta del Norte y El Correo Español-El Pueblo Vasco (El Correo), con el respaldo del Partido Nacionalista Vasco (PNV). Fundado por un grupo de empresarios y políticos vascos, liderados por figuras como Mitxel Unzueta y bajo la dirección de Iñaki Iriarte, Deia se presentó como un “periódico de Euskadi” con una tirada inicial de 30.000 ejemplares, adelantándose al proyecto de Egin, un diario afín a la izquierda abertzale que nacería en Guipúzcoa meses después. Desde su origen, Deia fue un “periódico de partido,” controlado en última instancia por el PNV, que moldeó su línea editorial en defensa del nacionalismo vasco moderado, el autonomismo y la identidad cultural de Euskadi. Este lanzamiento, en un momento de efervescencia democrática, contrasta con el declive de la prensa de partido a nivel nacional, donde publicaciones como El Socialista (PSOE) o Mundo Obrero (PCE) se habían reducido a panfletos frente al auge de medios independientes como El País (150.000 ejemplares), ABC (150.000), Ya (100.000) o Diario 16 (50.000).
A diferencia de la prensa de los años 30, cuando los diarios de partido dominaban el panorama español, en 1977 la prensa nacional apostaba por el pluralismo y la profesionalización, relegando a los órganos partidistas a un papel marginal. Deia, sin embargo, logró sortear esta tendencia gracias al respaldo financiero y político del PNV, que, tras obtener 8 escaños en las elecciones de 1977, vio en el diario una herramienta para consolidar su hegemonía cultural en Euskadi. Bajo la dirección de Iriarte, Deia combinó información local con una defensa explícita de la autonomía vasca, la recuperación del euskera y la oposición al centralismo, y logró colarse por delante del proyecto de periódico popular ‘Egin’ que se estaba preparando en San Sebastián y nacerá en septiembre. Aunque nunca superó a El Correo, que desde los 80 lideró el mercado vasco con una tirada superior a 100.000 ejemplares, Deia se consolidó como un proyecto periodístico sólido, gracias a su arraigo en el electorado del PNV y su capacidad para conectar con la identidad vasca en un contexto de creciente descentralización.
El nacimiento de DEIA refleja el contraste entre la prensa nacional, que buscaba la neutralidad para captar un público amplio, y la prensa regional, donde los partidos podían mantener su influencia. Mientras El País y Diario 16 se erigían como estandartes de la modernidad democrática, Deia apostó por un periodismo comprometido con la causa vasca, sin renunciar a una factura profesional. En este 17 de junio de 1977, el lanzamiento de Deia no solo marca la entrada de un nuevo actor en el competitivo mercado vasco; simboliza la fuerza del nacionalismo del PNV para proyectar su voz en una España que, en plena Transición, redescubre la diversidad de sus identidades, demostrando que un “periódico de partido” podía ser, contra todo pronóstico, un proyecto periodístico viable y duradero.
J. F. Lamata