28 mayo 1933

El periódico dirigido por Juan Ignacio Luca de Tena califica al de Luis Montiel de "periódico ministerial" y asegura que este sólo era monárquico antes del 14 de abril

Nuevo enfrentamiento entre los diarios AHORA y ABC por apoyar el primero la prohibición gubernamental de un mitin de la CEDA

Hechos

El 26.05.1933 el periódico ABC publicó el editorial ‘Reticencias serviles’ en los que se refería al periódico AHORA.

Lecturas

Un editorial del periódico Ahora de D. Luis Montiel Balanzat contra la CEDA es replicado por un editorial del ABC de D. Juan Ignacio Luca de Tena García de Torres que define a Ahora como ‘periódico ministerial’ y vuelve a recordar que Montiel Balanzat era monárquico hasta la proclamación de la República. En su réplica Ahora reconoce ese hecho pero acusa a ABC de estar haciendo daño a la Patria en su insistencia por mantenerse monárquico.

En mayo de 1933 el Gobierno de D. Manuel Azaña prohibió un mitin en Valladolid de Acción Popular (partido matriz de la Confederación Española de Derechas Autónomas, CEDA) a pesar de haber sido autorizado inicialmente, por temer que en él se dieran discursos a favor de la monarquía.

El periódico republicano AHORA, que dirigían D. Luis Montiel y D. Manuel Chávez Nogales apoyó tal medida, causando una réplica del diario monárquico ABC, que dirigía D. Juan Ignacio Luca de Tena, que se refirió a su competidor como ‘diario ministerial’ y volviendo a recordar el pasado monárquico del Sr. Montiel.

26 Mayo 1933

Reticencias Serviles

Editorial (Director: Juan Ignacio Luca de Tena)

Leer

Que el Gobierno se rectifique cediendo a desplantes y amenazas, prohibiendo el mitin de Valladolid, expresamente autorizado, no sólo por el gobernador, sino también por el ministro, como acto lícito de propaganda autorizado por la ley, es cosa indignante.

Un periódico ministerial, AHORA, en un artículo que lleva por título “Actitudes claras” – título que, desde luego, no puede referirse a la suya – intenta justificar la medida del Gobierno, y por añadidura, en tono airado, pide que se dilucide si existían designios encubiertos para imprimir al mitin de Valladolid fines que no fueran los declarados. La ideología de Acción Popular es muy clara; no la compartimos en algunos puntos, pero la proclamamos recta y clara; y es pueril, además de torpe, pretender empañarla con ese género de reticencias. La hipótesis monarquizante es simplemente un pretexto burdo y maligno, un tópico malicioso y absurdo. Que fuera un mitin contra el Gobierno y contra la política del Gobierno no implica que fuese un mitin monárquico, porque no es sólo en el monarquismo donde se repudia al Gobierno y a su política. El testimonio es ostensible y clamoroso en toda España. Pero AHORA necesita, para cumplir sus oficios de servidor adicto, dar por verosímil hipótesis que por lo visto repugna hoy al periódico que dirige el Sr. Montiel, monárquico hasta el 14 de abril de 1931, con fervoroso apoyo cuarenta y ocho horas antes a las candidaturas monárquicas, y solemnemente monárquico-conservador en la suya cuando, semanas anteriores, anunciaba en Castellón de la Plana cómo él era el candidato encasillado por el Gobierno Berenguer para el distrito de Morella.

Bueno es hacer constar que el Gobierno no ha dicho nada semejante. Se ha limitado a exponer sus temores de choques cruentos; es decir, a confesar la preparación coactiva Pero el servilismo ministerial necesitaba añadir lo otro, sobre todo desde las páginas donde hace falta insistir muchas veces en la apostasía para mendigar el crédito republicano.

27 Mayo 1933

Actitud Turbia

Editorial (Director: Luis Montiel)

Leer

El auge de nuestro periódico, los éxitos que hemos obtenido estos días, tenían que acarrearnos esto: una acometida de ABC. Es inevitable. Las etapas de crecimiento de nuestro periódico van jalonadas por estas arremetidas.

Para atacar a AHORA ha sido preciso dar una interpretación falsa a palabras muy claras consignadas en estas páginas. Es vano intento el de presentarnos como un periódico adicto a la falange ministerial. Nuestra independencia, bien probada en dos años y medio de vida periodística, nos permite enjuiciar los hechos con una imparcialidad de que da cumplido testimonio el mismo editorial de que ha tomado pie ABC para combatirnos. Examinemos el caso. Tema de nuestro artículo: la suspensión del mitin que, con la colaboración de algunos diputados agrarios, proyectaban celebrar en Valladolid los elementos de Acción Popular. Frente a este propósito hubieron de alzarse, unánimes, todos los sectores del a izquierda de la provincia por entender que se trataba de una exhibición de poderío absorbente que tenía alguna semejanza con las grandes paradas y con las marchas sensacionalistas del fascismo. La Unión General de Trabajadores amenazó con declarar una huelga general si el mitin se celebraba. La excitación de los ánimos hacia presagiar choques sangrientos. Hasta aquí la exposición de los hechos. Veamos cuál ha sido nuestra posición ante los mismos. “La más elemental previsión – decíamos – aconseja suspender un acto político cuando existe la certidumbre de que se van a producir graves alteraciones de orden público”. Quizá han sido estas palabras las que han ocasionado el dictado ministerial que ABC lanza, en calidad de arma arrojadiza, contra nosotros. Conviene, sin embargo,, recordar lo que escribíamos a continuación: “Pero hace falta también – añadíamos averiguar si la autoridad ha puesto en juego todos sus resortes para hacer respetar el derecho de reunión que asiste a todos los ciudadanos”. De seguro que el Gobierno no habrá encontrado motivos de satisfacción en las líneas precedentes.

Las únicas afirmaciones terminantes contenidas en el editorial a que alude ABC van encaminadas expresamente a condenar la duplicidad de tácticas empleadas por los socialistas. He aquí nuestras palabras textuales: “La coacción ejercida por el sector obrero rebasa las fronteras de la licitud… La huelga general no es arma que pueda ser empleada para boicotear al adversario político cuando se hallan abiertos todos los cauces de la lucha legal que consiente un régimen democrático… Si el ministro de Gobernación procedió con acierto al suspender un acto que podía acarrear desórdenes, los ministros socialistas no pueden, en cambio, alegar excusa para su inhibición en este pleito. La autoridad que les confiere el mandato que han recibido del partido debió ser utilizada para refrenar el ímpetu pasional de unas organizaciones desmandadas”. Conceptos bastante explícitos que no nos servirán, desde luego, para adquirir patente de ministerialismo.

Nada se ha dicho, ni siquiera se ha insinuado desde estas columnas en torno a la hipótesis monarquizante que, con respecto a los organizadores del mitin de Valladolid, nos atribuye ABC falsamente. Hemos preconizado siempre la licitud de todas las ideas. No habíamos de hacer una excepción de la idea monárquica cuya propaganda, en nuestro sentir, tiene como único tope los preceptos taxativos de la legislación vigente. Otra cosa bien distinta es el conato de organización fascista que quizá ha encontrado simpatías, ya que no adeptos francos, entre algunos elementos acampados a extramuros del régimen. Frente a esas complacencias – meramente esporádicas talvez – pedíamos definiciones y actitudes claras que eliminasen todo equívoco. Nuestras palabras han suscitado la agresividad de ABC. ¿Está acaso adscrito el colega a esa incipiente y, por fortuna minúscula campaña del fascismo español? Que lo diga claramente.

Claro está que ABC necesitaba dar una versión mixtificada de nuestra actitud para poder comunicar a sus lectores una noticia que no debe constituir para ellos una novedad. Nuestro director, don Luis Montiel, no es republicano de toda la vida. ABC muestra singular interés en lanzar a la circulación este tremendo aviso. No tenemos inconveniente en contribuir a esta tarea de divulgación. Habremos de añadir tan sólo una aseveración irrefutable: AHORA y su director, al recoger y encauzar una masa caudalosa de opinión que hoy presta asistencia al nuevo régimen, han realizado una obra patriótica que, por lo visto, causa la desesperación de quienes, en su ceguera, no vacilaron en volverse de espalda a la voluntad de España, inequívocamente expresada en día memorable, sin importarles el daño que hacían a la Patria.