12 febrero 1968

Nuevo expediente contra el periódico MADRID por reproducir unas declaraciones de Andre Lwoff contra la universidad franquista

Hechos

El 12 de febrero de 1968 el periódico MADRID publicó el reportajo ‘A propósito de su renuncia al doctorado honoris causa».

Lecturas

Antonio Fontán era director del Diario MADRID desde abril de 1967.

En 1968 el diario MADRID se hizo eco de las palabras del profesor Lwoff para rechazar una condecoración universitaria:

El conflicto entre el Gobierno y la Universidad ha entrado en una fase aguda. Profesores y estudiantes continúan el combate por las libertades elementales sin las cuales no existe la Universidad. Los profesores son revocaos o dimitidos, los estudiantes son detenidos o encarcelados. La Universidad está bajo el control de la Policía. En otros términos, no hay Universidad. (don André Lwoff, MADRID, 12-2-1968)

Nuevamente el TOP franquista reaccionó abriendo proceso contra el diario. Hasta aquí, lo hecho por el MADRID no era diferente a las osadías realizadas por muchos otros diarios que tan bien enumera don Pedro Crespo en su libro “La prensa en el banquillo”.

La siguiente sanción era el ‘No al General De Gaulle’. 

El Análisis

PISANDO EL ACELERADOR

JF Lamata

Al Diario MADRID le habían abierto ya varios expedientes. Uno de ellos por las crónicas de Miguel Ángel Aguilar sobre las universidades. En general, en periódicos liberal opusdeistas cuando se abría un expediente sancionador es tomárselo con calma unos meses antes de volver a reincidir. Ante todo debían salvaguardar el periódico y a sus trabajadores. Pero aún estaba caliente el expediente sancionador a Aguilar y ya se metieron en otro por reproducir las declaraciones de Lwoff. Un artículo que bien podría haber ocasionado una sanción relevante dada la sensibilidad de la dictadura. Pero lo que más enfureció al consejo de ministro es que cuando aún se estaba instruyendo el expediente sancionador por ese caso, publicaron el famoso ‘No al General De Gaulle’, que además era un ataque al Jefe del Estado, el único punto sagrado en la Ley de Libertad de Prensa de Fraga.

Los ejecutivos del Diario MADRID no querían que sobreviviera, habían decidido despeñarlo por la montaña porque sabían lo rentable que podía ser un buen funeral.

J. F. Lamata