5 noviembre 2018

Gestmusic despide a Itziar Castro como colaboradora de ‘Operación Triunfo’ (‘Profesora de Interpretación’) tras apenas unas semanas en el programa

Hechos

El 31 de octubre de 2018 la productora Gestmusic anuncia el fin de la colaboración con Dña. Itziar Castro a través de un comunicado.

Lecturas

EL COMUNICADO ÍNTEGRO DE LA PRODUCTORA (31-10-2018):

COMUNICADO DE GESTMUSIC ENDEMOL

En relación a las informaciones aparecidas sobre el despido de la actriz Itziar Castro como profesora de interpretación de la Academia de Operación Triunfo, la dirección del programa y de Gestmusic Endemol confirman que:

  • Se ha decidido prescindir de sus servicios desde el pasado lunes por la noche. Circunstancia que le fue comunicada personalmente después de sus clases.
  • La causa de esta decisión responde a que Itziar Castro no ha conseguido los objetivos esperados en su área.

A pesar de esta circunstancia, en ningún momento se ha puesto en duda su dedicación, su capacidad y su talento, pero su trabajo con los concursantes no ha dado el resultado esperado en las Galas.

La vacante dejada por Itziar Castro será cubierta a partir del jueves próximo, después del reparto de temas, para no romper de esta manera la rutina de trabajo de la Academia.

05 Noviembre 2008

¿Y SI ECHARON A ITZIAR CASTRO DE ‘OT’ POR GORDA?

Luis Martínez

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¿TIENE ALGO QUE VER EL DESPIDO de Itziar Castro de OT con algo más o menos relevante, importante o simplemente curioso? En un principio, y teniendo en cuenta que el asunto no ha merecido ni una línea de la Abogacía del Estado, no. Sin embargo, la respuesta correcta es sí. Y el motivo es el sentimentalismo. Alguien dijo que ahora mismo es mucho más fácil, y hasta humanitario, arrojar una bomba atómica sobre la región más extrema del extremo oriente que contemplar la muerte de un gatito. Y es cierto. Hace tiempo que hemos sustituido cualquier amago de reflexión por la celebración entusiasta de lo que nos conmueve, nos emociona o nos pone los pelos del occipucio como escarpias. Desde un punto de vista psicológico es, si se quiere, una reacción defensiva (no justificable, pero sí comprensible). Ante la imposibilidad real y palmaria de conseguir un mundo mejor pese a todos los desastres de los que venimos (guerras mundiales, Holocausto, gulags, limpiezas étnicas…) sólo nos queda la ensoñación de nuestra inocencia con el trámite de los buenos sentimientos. Nadie que llora puede ser malo. Nadie que da limosna es culpable. Nadie que siente los colores de la patria está solo. Y así.

Según el comunicado oficial vomitado, que no sólo leído, por una persona con gafas, además de directora de la academia (la real, que no la Real), «Castro no había cumplido los objetivos esperados». En realidad, se le acusaba de no haber conseguido que sus alumnos emocionasen a una audiencia cada vez más desganada. Gestmusic ha decidido que si sus candidatos tan minuciosamente seleccionados no cantan una mierda (con perdón) su obligación es hacernos llorar. «Transmitir», decía un aficionado con galones a la baja frecuencia. Y, claro, pocos tan expertos en estos asuntos del llanto místico como los hiperemocionales Javis (los). Sus sustitutos. Daba vergüenza ver saltar de alegría a esos campeones de la corrección política (esto por lo de «mariconez») por el despido de una profesora. Todo sea por la emoción.

Castro llegó un buen día y, sin aspavientos, dijo aquello de «Me llaman gorda y me insultan por ser feminista y lesbiana». Lo dijo sin mover una ceja y sin victimismo de ningún tipo. No lloró. La brillante e inspirada (no diremos descomunal por polisémico) actriz de Pieles se limitó no tanto a sincerarse como a dejar claro lo evidente. Se trataba de una afirmación política por lo que tenía no tanto de reivindicativo, que también, como de resistente. En un tiempo en el que todo compromiso social pasa por la exaltación identitaria de lo propio, de lo personal, con el objetivo de ser aceptado por la autoridad, ella optó por el desafío sereno a esa misma autoridad al verse y mostrarse como es. Nada que ver con el lagrimeo fotogénico de sus suplentes. A Itziar la echaron por negarse a ser víctima. Por gorda. Por lesbiana. Por feminista. Sin sentimentalismos.