5 marzo 2022

Maestre reta a Iglesias a que le lleve a su programa en PÚBLICO-TV, reto que el exvicepresidente no aceptará.

Pablo Iglesias rompe públicamente con el periodista Antonio Maestre tras una discusión en Twitter: «Has montado una campaña de acoso y derribo contra Yolanda Díaz»

Hechos

El 5 de marzo de 2022 se produce un diálogo en Twitter entre D. Pablo Iglesias y D. Antonio Maestre.

Lecturas

D. Antonio Maestre, subdirector del digital izquierdista LA MAREA estaba considerado uno de los políticos más cercanos a Podemos, la formación política fundada por D. Pablo Iglesias Turrión. Sin embargo a raíz de la retirada de D. Pablo Iglesias de la vicepresidencia del Gobierno, siendo sustituido por Dña. Yolanda Díaz (por designación propia del propio D. Pablo Iglesias) para ser candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid en la que obtuvo pésimos resultados (quedó por detrás de PP, Más Madrid, PSOE y Vox) D. Antonio Maestre Hernández empieza a mostrar un distnciamiento del Sr. Iglesias y de su sector político dentro de Unidas Podemos para acercarse a su inminente sucesora, Dña. Yolanda Díaz.

El día 13 de febrero de 2022 D. Antonio Maestre anunció en Twitter que daba por amorticado el proyecto de Unidas Podemos.

El día 14 de febrero de 2022 D. Antonio Maestre publicaba en ELDIARIO.ES un artículo sobre la situación interna en Unidas Podemos que incluía críticas sutiles a D. Pablo Iglesias Turrión y a D. Jaume Roures (el dueño de PÚBLICO, el digital desde el que el Sr. Iglesias realiza su programa):

«Los periodistas progresistas que tuvieron que encontrar acomodo en cooperativistas de trabajadores o meidos digitales por las tácticas turbocapitalistas de empresarios marxistas o que siguen sin cobrar colaboraciones son conocedoras del salvajismo mediático mejor que nadie como para encima tener que escuchar lecciones desde micrófonos pagados por esos mismos empresarios». 

D. Pablo Iglesias esperó para replicar al 3 de marzo de 2022. Cuando se produce la invasión de Ucrania por Rusia. La vicepresidenta Dña. Yolanda Díaz secunda la posición del Gobierno de respaldar a Ucrania con el envío de material bélico, también lo hace D. Antonio Maestre desde el programa de D. Antonio García Ferreras en LA SEXTA. Pero no lo hace D. Pablo Iglesias Turrión, que publica un artículo en el digital CTXT que incluye una referencia despectiva a D. Antonio Maestre:

«Mañana a los africanos que huyen de sus guerras también se les llamará refugiados. Se van a ocupar de ello Borrell y Margarita Robles. y Ferreras hará un especial en el que no faltará Antonio Maestre». 

LA BRONCA DEL CINCO DE MARZO

D. Antonio Maestre Hernández respondió en Twitter el 5 de marzo de 2022 la cita que le había hecho el Sr. Iglesias en CTXT.

El Sr. Iglesias le acusó entonces de no aceptar su crítica y termino su tuit con ‘abrazo, compañero’. Inmediatamente una gran parte de sus seguidores comenzaron a zurrar al Sr. Maestre.

El Sr. Maestre respondió airadamente contra el Sr. Iglesias.

El Sr. Iglesias subió el tono en su siguiente tuit reprochando al Sr. Maestre que fuera al programa de D. Antonio García Ferreras en La Sexta, aunque le acepta que a lo mejor sea útil, volviendo a terminar con un ‘abrazo’.

El Sr. Maestre se muestra más contundente en su siguiente tuit evidenciando ya a todos los lectores la hostilidad existente entre ambos.

El Sr. Iglesias acusa entonces al Sr. Maestre de pasarse ‘de arrogante y de agresivo’, y vuelve a terminar con un ‘abrazo’.

D. Antonio Maestre lanzó entonces un reto solicitando a D. Pablo Iglesias que le invitase a su programa en el digital PÚBLICO, ‘La Base’, para que desvelara la campaña de acoso y derribo que, según él, D. Pablo Iglesias estaba realizando contra Dña. Yolanda Díaz.

D. Pablo Iglesias no respondió a ese reto, pero volvió a mandar un abrazo.

D. Antonio Maestre además, aseguró que Dña. Yolanda Díaz estuvo a punto de renunciar al liderazgo del espacio político de Unidas Podemos por la campaña de acoso que, según el Sr. Maestre, hacía el Sr. Iglesias.

El Sr. Iglesias no respondió a esa acusación ni invitó a su programa en el digital PÚBLICO al Sr. Maestre.

15 Febrero 2022

Melancolía de Podemos

Antonio Maestre

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Yolanda Díaz es la única tabla de salvación de un espacio progresista a la izquierda del PSOE que pueda volver a ilusionar a votantes propios y a quienes no se identifiquen con ese espacio ideológico. La ministra de Trabajo es consciente de que las siglas de Unidas Podemos están agotadas y eso le ha hecho tomar distancia

Un proyecto político que surgió para canalizar una emoción de hartazgo e indignación corre el riesgo de morir cocido en un estado de ánimo de profunda melancolía. Podemos se encuentra inmerso en ese humor decadente que adormece en el otoño de la existencia y con el riesgo de apagar los rescoldos del proyecto más potente de la izquierda en democracia en vez de usarlos para construir una nueva formación que ilumine en tiempos de penumbra reaccionaria. Podemos fue audaz en su tiempo y logró en 2014 encontrar el punto dulce donde anclar diferentes sensibilidades políticas que proyectaron a un partido sin estructura ni cuadros hasta destrozar un sistema bipartidista que parecía incólume. Los ideólogos reconocían en los albores de la formación morada que la tensión de la transversalidad con la que irrumpió estaba en canalizar una pulsión política indeterminada hacia un espacio progresista que corría el riesgo de convertirse en reaccionaria si el agente movilizador fuera de diferente signo. Ahora tenemos emergentes posfascistas bebiendo de la misma pulsión y una izquierda desnortada que boicotea desde dentro a la única figura que puede servir para sacar al electorado progresista del estado catatónico en el que se encuentra.

Podemos sufre de astenia y añora lo que un día logró. No es capaz de revertirlo y por sentirse impotente ante el desánimo recurre a regodearse en la estética de la resistencia que sirve para atrincherarse y cerrar filas, pero jamás para avanzar y ganar. Podemos se sabe herido y sin fuerzas para plantear un nuevo espacio propositivo, de vanguardia, incisivo e ilusionante y se encela en usar la épica de la víctima para mantener el castillo sin rendir. La salida de Pablo Iglesias, que mantenía las estructuras en asedio permanente, sirvió para salvar los muebles madrileños y terminar con una fase crítica de acoso mediático-reaccionario. Sin embargo, dejó huérfanos a los escasos militantes que aún mantiene fuera del festín de hienas que son las redes y que solo sirven para asustar a críticos primerizos que no están acostumbrados a lidiar con turbas digitales, mucho más efectivas, crueles y con menos escrúpulos.

Las elecciones en Castilla y León no son para Podemos una coyuntura sobre la que definir su devenir porque siempre ha sido terreno baldío, aunque no hay que desdeñar la pérdida de 160.000 votos desde 2015. Sí es más relevante la consolidación de un desgaste de gota fina que sucede cada vez que se abren las urnas. La decadencia de Podemos es erosiva y no tan explosiva como la de Ciudadanos, pero ya nadie duda de que ha dejado de ser la fuerza pujante que un día fue y que puso en cuestión el liderazgo en el espectro ideológico de la izquierda. Unidas Podemos tiene diferentes problemas y todos de difícil solución si lo que quiere es salvar las siglas de un hundimiento de efecto retardado pero inevitable. La inutilidad del proyecto político tal y como está conformado es una realidad que reconocen diputados, cargos y trabajadores con peso del partido. Es normal que no lo expresen de forma abierta porque sería certificar la muerte antes de tiempo de una organización que tiene que expirar construyendo con sus cenizas un nuevo espacio de progreso liderado por Yolanda Díaz para resolver los males que han asolado a la formación morada. No es un secreto, tanto Alberto Garzón como Sira Rego han expresado públicamente la necesidad de trascender las siglas de Unidas Podemos y construir junto a Yolanda Díaz una plataforma que entierre las estructuras actuales. Unidas Podemos no solo está en riesgo por la abstención que provocan tantos años de desgaste ni por ser el socio minoritario de un gobierno de coalición que genera múltiples contradicciones, sino porque ahora también se ve amenazado por la cantonalización del electorado transversal que un día perteneció a Podemos. Las plataformas locales de la España vaciada están plagadas de electores que pudieron ser de las marcas regionales de Podemos que afloraron por toda la geografía nacional que tenían en consideración las especificidades locales del electorado y que se han deshecho como un azucarillo hasta atomizarse y dejar de pertenecer a un espacio agotado.

Podemos quema las naves discursivas culpando de todos sus problemas a una correlación mediática que jamás le será propicia a una izquierda contestataria, porque es un espacio de poder que las oligarquías nunca cederán. La influencia, increíble pero cierta, de Juanma del Olmo, que sigue siendo importante a pesar del daño causado a la formación, incide en el error. Es una obviedad que la propiedad mediática ha ido con todo contra ellos, como ya hemos denunciado, escrito y reflejado en multitud de artículos e intervenciones. Los periodistas progresistas que tuvieron que encontrar acomodo en cooperativas de trabajadores o medios digitales por las tácticas turbocapitalistas de empresarios “marxistas” o que siguen sin cobrar colaboraciones son conocedores del salvajismo mediático mejor que nadie como para encima tener que escuchar lecciones desde micrófonos pagados por esos mismos empresarios. Pero eso no es óbice para no reconocer lo evidente. La persecución judicial y mediática que ha sufrido Podemos no tiene precedentes en el ámbito nacional y solo es comparable a la sufrida por la izquierda abertzale hace años y el independentismo en tiempos más recientes. Se han cruzado muchas líneas rojas con Podemos y Pablo Iglesias, pero asumir la realidad y dejar de lado el infantilismo es necesario para no obviar lo que sí pueden hacer y está en su mano. Errores que también han cometido en el plano mediático que dicen germen de todos sus problemas. La paranoia de la antigua dirección, y de algunos remanentes de la nueva, que proyectó su obsesión viendo un enemigo en cada pluma, espumilla o teclado por el ataque antidemocrático de los medios reaccionarios les enrocó en una política de medios frentista y contraproducente que les dejó sin espacio donde defender sus propuestas. Los medios ya eran cuando Podemos surgió y nada va a cambiarlos. En política el principio de aceptación de la realidad es primordial para no desfallecer.

Yolanda Díaz es la única tabla de salvación de un espacio progresista a la izquierda del PSOE que pueda volver a ilusionar a votantes propios y a quienes no se identifiquen con ese espacio ideológico. La ministra de Trabajo es consciente de que las siglas de Unidas Podemos están agotadas y eso le ha hecho tomar distancia de unos partidos a los que no pertenece. No es necesario que ustedes, quienes leen, crean la palabra de quien tiene información interna y se dedica simplemente a contarla, pueden comprobarlo en los mismos foros que la niegan, ya sea en artículos, radios o podcasts. También les bastaría haciendo un ejercicio prospectivo para desencriptar las tensiones entre quienes aún mandan y quien pusieron para liderar intentando explicar por qué Yolanda Díaz realizó un acto en Valencia con Mónica Oltra, Ada Colau, Mónica García y Fátima Ahmed sin nadie de Podemos, o por qué el acto en Madrid con Thomas Piketty y Yolanda Díaz contó con la escasa representación del partido morado por parte de Lilith Verstrynge en un discreto tercer plano. Es cierto que el círculo de la ministra de Trabajo podía haber sido más empático con Ione Belarra y el grupo parlamentario en diversos momentos para que Podemos no sintiera que se le está arrinconando en la conformación de la nueva plataforma. Pero los problemas son otros, la verdadera tensión está en una réplica exacta de aquellos que asolaron el Podemos primigenio con la guerra entre pablistas y errejonistas, solo que en esta ocasión es un enfrentamiento frontal de Pablo Iglesias contra Yolanda Díaz, mientras ella rehuye la disputa de forma pública. Una contienda que se produce a los oídos de todos y que tiene a la formación morada atenazada por la influencia que el exlíder de Podemos mantiene en el partido desde sus plataformas mediáticas. Las dinámicas que demolían la disensión han disciplinado a quienes aún militan porque la crítica hacia arriba nunca ha sido una opción. Paradójicamente desde los medios se está quebrando la nueva conformación del liderazgo de Yolanda Díaz, pero no desde los señalados. Sí es cierto que los medios tienen influencia en Podemos, pero no como quieren hacer creer a sus seguidores. La ley de hierro de las oligarquías de Robert Michels expresaba la máxima de que en toda organización acaba gobernando una minoría que se resiste a dejar sus posiciones de poder. En Podemos ese núcleo está formado por Irene Montero y Juanma del Olmo en la interna y Pablo Iglesias desde fuera pero marcando las líneas al partido.

Lo común es más importante, es tiempo de ceder y no hacer más daño. La construcción del espacio de Yolanda Díaz busca poner en el centro lo concreto y lo material y dejar a un lado la metapolítica que solo importa a unos pocos abducidos para mirar a las cosas del comer. Un proyecto colectivo que abandone el centralismo, toque tierra, amase pan y escuche en femenino y plural. Quienes fueron importantes para Podemos, a quienes hay que agradecer su esfuerzo y dedicación en el pasado, tienen que pensar en colectivo y dejar el nuevo proyecto construirse con calma y sin sabotajes internos. Existe un riesgo cierto de quemar al mayor activo que tiene la izquierda para el próximo ciclo político desde el mismo lugar desde el que se la nombró sin permiso. Son muchas las alertas que Yolanda Díaz ha dado de no soportar dinámicas internas tóxicas y zancadillas de los propios, lo ha hecho de forma pública y privada. No olviden estas palabras si creen que Yolanda Díaz es el futuro de la izquierda, porque está en peligro.

03 Marzo 2022

No pasarán: el editorial antifa de ‘El País’

Pablo Iglesias Turrión

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No lo han titulado así –No pasarán– pero podrían haberlo hecho perfectamente. Ya, total. El título estremece: “La legitimidad de las armas”. Y está ilustrado en la web del periódico de Prisa con una fotografía de Claudio Álvarez en la que Yolanda Díaz toca cariñosamente a Pedro Sánchez en el banco azul.

Permítanme que les copie aquí el párrafo más vibrante del editorial: “Hoy las armas para la defensa de Ucrania son las armas que no tuvo la Segunda República española hace 80 años por la lealtad interesada de las democracias europeas a un acuerdo de No Intervención en la Guerra Civil. Esa inacción propició la inequívoca superioridad armamentística del bando sublevado y facilitó el trasiego de armas, aviación y munición suministrados por la Italia fascista y la Alemania nazi. Ucrania podría quedar en la memoria de los españoles como una segunda república abandonada por las democracias liberales y sus presuntas aliadas”. Al leerlo, casi me levanto y me pongo a cantar puño en alto el Quinto Regimiento: Con Lister y campesino / Con Galán y con modesto / Con el comandante Carlos / No hay miliciano con miedo / Anda jaleo, jaleo / Ya se acabó el alboroto / Y vamos, al tiroteo / Y vamos, al tiroteo. Y creo que no soy el único que casi se levanta. Sospecho que los muertos antifascistas de las cunetas casi se levantan de sus tumbas y se ponen a cantar puño en alto. Y no solo ellos. También los 30.000 desaparecidos argentinos y también los palestinos masacrados en Sabra y Shatila y también los yemeníes víctimas de los bombardeos de Arabia Saudí y también las víctimas del método Yakarta en Indonesia. Se levantan también de su tumba, puño en alto, Salvador Allende, el Che Guevara y Patrice Lumumba. Por fin, toda la indecencia de la realpolitik de los últimos 100 años va a ser vengada en nombre de la paz y la democracia.

Hoy es Ucrania, pero mañana las armas de Borrell y de la UE les llegarán a los palestinos para enfrentarse a Israel. Hoy es Ucrania, pero mañana las armas españolas les llegarán a los trabajadores que mueren en Qatar construyendo las instalaciones del mundial; así podrán enfrentarse a sus tiranos. Hoy es Ucrania, pero mañana los saharauis de la antigua colonia española recibirán a los caballeros de la Legión y a la Patrulla Águila con Margarita Robles al frente para dejar claro a Marruecos que las armas españolas protegerán el derecho del pueblo saharaui a su libre autodeterminación.

A ver si se entera Belarra (que no ha sido comunista en su vida pero parece más comunista que los ministros comunistas) de que lo de Ucrania no tiene nada que ver con el control de los recursos gasísticos que se disputan Rusia y los EE.UU. A ver si se entera esta pacifista de mierda de que la diplomacia es una cosa de cobardes y que a la Unión Europea y a Borrell solo les mueve el amor por la democracia y el odio a los tiranos. A ver si se entera de que es preferible una guerra nuclear antes que negociar sobre la base de las reglas de la geopolítica. A ver si se entera de que lo de la realpolitik y los acuerdos internacionales (de mierda pero preferibles a una guerra) son una cosa del pasado. Que ahora está Borrell para luchar por la democracia. A ver si se entera de que si al final se negocia es porque el envío de armas, y unos millares más de civiles ucranianos muertos en heroico combate contra un ejército profesional, pueden ayudar un poquito a los negociadores de Zelenski. Que no os enteráis, rojos, que lo de mandar armas no nos pone en riesgo de una guerra mundial. Que es mentira que suban en bolsa las empresas armamentísticas y si suben pues que suban, como las farmacéuticas. Tampoco pasa nada ¿no? A ver si os enteráis de que lo único que mueve a la UE es defender el derecho de los ucranianos a defenderse. Y por eso los admite como refugiados. Pero no penséis mal. Mañana a los africanos que huyen de sus guerras también se les llamará refugiados. Se van a ocupar de ello Borrell y Margarita Robles y Ferreras hará un especial en el que no faltará Antonio Maestre.

Perdonen mi amarga ironía. Crecí y me formé políticamente leyendo sobre el crimen de la no intervención y el editorial me ha producido náuseas por encima de mis posibilidades. Pero les confieso que siento un enorme orgullo al ver que, con la práctica totalidad de los poderes mediáticos en contra y recibiendo la más cobarde agresividad de los opinadores “progresistas”, todavía hay líderes políticos y miembros del Gobierno que dicen la verdad sobre esta guerra. Hoy Ione Belarra y Jean-Luc Mélenchon, una ministra de la UE y el candidato de la izquierda a presidir Francia, son los dos líderes de la izquierda europea más importantes que se atreven a alzar la voz por la sensatez, la defensa de la paz y la diplomacia frente al nuevo espíritu del 14 que disparan todas las televisiones. Hoy parece que están muy solos (y eso que el papa argentino ha dicho hoy algo parecido), pero quizá el deseo de paz y la decencia muy pronto se abrirán paso político en Europa.