17 agosto 1930

Los opositores al Rey Alfonso XIII se organizan bajo el liderazgo de ex monárquicos como Miguel Maura o Sánchez Román

Pacto de San Sebastián: Exmonárquicos, republicanos y socialistas pactan sustituir al Rey Alfonso XIII como Jefe de Estado de España por Niceto Alcalá Zamora si logran el poder

Hechos

El 17 de agosto de 1930 se formalizó el ‘Pacto de San Sebastián’.

Lecturas

Se han reunido en San Sebastián representantes de todas las fuerzas republicanas del país, con el fin de unfiicar sus actuaciones frente al Gobierno y la monarquía. Tras realizar una comida en el hotel de Londres, se congregaron en la sede social de la Unión Republicana y liderados por el ex monárquico D. Niceto Alcalá Zamora se reunieron los señores Sasiain, D. Alejandro Lerroux, D. Manuel Azaña Díaz, D. Marcelino Domingo, D. Álvaro de Albornoz, D. Ángel Galarza,D. Miguel Maura, D. Manuel Carrasco Formiguera, Sr. Mallol Bosch, Sr. Aiguader, D. Santiago Casares Quiroga y – como invitados, D. Indalecio Prieto, Sr. Sánchez Román y D. Eduardo Ortega Gasset, además de la adhesión del Dr. Gregorio Marañón exiliado en Francia.

La reunión constituye un serio intento de las fuerzas republicanas por alcanzar unanimidad en sus actuaciones y preparar el camino de una república parlamentaria. De allí ha salido el acuerdo de formar un comité revolucionario, y la aceptación de la necesidad de elaborar un estatuto de autonomía para Cataluña, en unas futuras cortes constituyentes. También se ha acordado iniciar gestiones para que se unan al pacto de San Sebastián otras fuerzas políticas y sociales, como el PSOE, la UGT y la CNT, con el fin de presentar una amplia plataforma de oposición a la monarquía. La unión de las fuerzas republicanas pretende conseguir la incorporación de los sectores burgueses, para enfrentarse a la monarquía.

La imagen pacífica que buscan dar los firmantes del Pacto de San Sebastián quedará truncada por los Sucesos de Jaca de diciembre de 1930. 

El partido político en el que más hubo crisis por la firma del Pacto de San Sebastián será en el PSOE, dado que han firmado por este partido los Sres. Indalecio Prieto, Largo Caballero y De los Ríos, pero cuentan con la oposición del presidente del PSOE D. Julián Besteiro, que terminará rompiendo con estos en febrero.

El Análisis

¿UN TONTO ÚTIL PARA LA IZQUIERDA?

JF Lamata

Lo que parecía impensable hace apenas unos años se ha materializado este mes de agosto en San Sebastián: republicanos de muy diverso signo —burgueses, radicales, federalistas— se han sentado a la misma mesa con dirigentes socialistas marxistas con el objetivo común de preparar el relevo del régimen monárquico si, como cada vez parece más probable, Alfonso XIII se ve forzado a abdicar o a huir. Este Pacto de San Sebastián, aún informal en lo institucional pero muy significativo en lo político, refleja una confluencia insólita en la historia reciente de España: la conjunción de las clases medias reformistas con el mundo obrero organizado para instaurar una República democrática y parlamentaria.

El nombre propuesto como futuro Jefe del Estado en caso de proclamarse el nuevo régimen no es menor: Niceto Alcalá Zamora, un católico convencido, de larga trayectoria monárquica y exministro del propio Alfonso XIII, quien se ha desmarcado de la Corona ahora que su imagen se deteriora por haber respaldado la Dictadura del General Primo de Rivera. Lejos de la imagen de agitador rojo que tanto temen los sectores conservadores, Alcalá Zamora representa, según sus propias palabras, “una república de orden, de ley, incluso de obispos”, y no oculta su deseo de contener cualquier deriva revolucionaria o radical. Frente al miedo de que la República significaría caos, quema de iglesias y soviets, este pacto muestra una apuesta por una transición ordenada, pactada y plural.

Pero no faltan las voces que ven en este movimiento una maniobra ingenua o peligrosa. Para muchos monárquicos y antiguos compañeros de gabinete, Alcalá Zamora no es un moderado clarividente, sino un traidor, un converso y, quizá, el tonto útil de los socialistas, que esperan usar su figura como puente hacia una futura hegemonía revolucionaria. La desconfianza no es menor en la otra orilla: ¿aceptarán los republicanos de izquierdas y los socialistas un liderazgo tan moderado y católico en un futuro gobierno? El pacto abre caminos, sí, pero también interrogantes profundos sobre la viabilidad, naturaleza y estabilidad de una futura república. Lo que está claro es que la monarquía ya no es el único marco posible para la política española. La alternativa, por primera vez desde 1874, está siendo organizada.