19 abril 2005

El pleito se produce apenas un mes después de que el ex director adjunto de EL MUNDO haya asumido la dirección de PERIODISTA DIGITAL

Pedro J. Ramírez demanda a PERIODISTA DIGITAL, de Alfonso Rojo, por ‘infracción de los derechos de propiedad intelectual’

Hechos

El 19.04.2005 el diario EL MUNDO, dirigido por D. Pedro J. Ramírez, informó que demandaba a PERIODISTA DIGITAL, dirigido por D. Alfonso Rojo, por infringir los derechos de propiedad intelectual al reproducir diariamente artículos suyos.

Lecturas

LA DEMANDA SEGÚN EL MUNDO

Unidad Editorial y Mundinteractivos, editoras del diario EL MUNDO y del sitio en Internet elmundo.es, respectivamente, han demandado a PERIODISTA DIGITAL, en la persona de su representante legal, David Rojo, por acciones reiteradas de «competencia desleal» e «infracción de los derechos de propiedad intelectual», a través de PERIODISTA DIGITAL. La demanda alega que «desde el año 2003 hasta el día de hoy», periodistadigital.com «ha venido reproduciendo sistemáticamente, sin consentimiento y sin abonar cantidad alguna por tal explotación», los contenidos informativos realizados y publicados por elmundo.es y EL MUNDO. Además, en este periodo ha desoído las reiteradas peticiones de ambas sociedades para que cesara en esa desleal actividad. «Sin el menor esfuerzo empresarial e informativo, [PERIODISTA DIGITAL] se limita a aprovecharse del trabajo y prestigio ajeno en beneficio propio, obteniendo pingües beneficios comerciales, en forma de publicidad, que de otra manera no obtendría», añade la demanda.Esta recuerda cómo PERIODISTA DIGITAL «tiene una finalidad muy parecida a la de un diario en formato papel, e idéntica a la de elmundo.es», por lo que su actuación «supone obtener una ventaja competitiva mediante la infracción de las leyes».

 La actividad llevada a cabo por el demandado no se puede encuadrar en el derecho de cita, dado que PERIODISTA DIGITAL no reproduce fragmentos, sino «la copia íntegra de editoriales, artículos de opinión, fotografías y viñetas». La demanda argumenta que tampoco existe la excepción de «obra ya divulgada», porque la reproducción «se consuma a los pocos minutos de que EL MUNDO y elmundo.es lancen su edición en sus formatos de papel y digital». Como ejemplo, se hace constar que, en un solo día, periodistadigital.com ha llegado a reproducir, sin consentimiento, hasta 29 contenidos de EL MUNDO y elmundo.es.Además, «para mayor lesión de los derechos patrimoniales y económicos» de los demandantes, la web de PERIODISTA DIGITAL explota sus contenidos bajo títulos como «portada de papel» o «editoriales». En cuanto a los supuestos «fines informativos» de PERIODISTA DIGITAL, la demanda arguye que «encubren una realidad bien distinta, el aprovechamiento del trabajo ajeno con la finalidad comercial y lucrativa, ajena por completo a los requisitos exigidos legalmente para un adecuado uso del derecho de cita».

Por todo ello, Unidad Editorial y Mundinteractivos solicitan «la suspensión infractora» por parte de PERIODISTA DIGITAL, «la prohibición al infractor de reanudarla» y «la retirada del comercio de los ejemplares ilícitos y su destrucción». En este último caso hace referencia a la hemeroteca digital que el demandado mantiene con obras copiadas a EL MUNDO y elmundo.es. Por último, los demandantes piden, en concepto de resarcimiento de los daños materiales y morales ocasionados por PERIODISTA DIGITAL, una indemnización de 3.204.050 euros.

LA DEMANDA SEGÚN PERIODISTA DIGITAL

EL MUNDO siempre va a ser un periódico crítico con el poder», le dijo Pedrojota Ramírez al presidente Zapatero mirándole a los ojos durante una entrega de premios en la sede del diario, el jueves pasado, y ante un nutrido auditorio de políticos y empresarios españoles. Y añadió el director de EL MUNDO a continuación: «Está en nuestra naturaleza, forma parte de nuestra identidad genética».

Lo que no confesó Pedrojota a ZP es que en la naturaleza y en la identidad genética del director de EL MUNDO anida un germen mucho más intenso: la incapacidad de asimilar una crítica. 

Desde que PERIODISTA DIGITAL desvelara que Pedrojota había falseado la realidad en su libro El Desquite sobre su relación con Exuperancia Rapú –estaba la versión de él frente a la versión de ella–, el director de El Mundo juró en público que no cejaría hasta cerrar este diario online. Durante días, envió un notario a nuestra redacción anunciando multimillonarias querellas que nunca llegaron a materializarse.

Pero ha sido la revelación de la piscina ilegal que posee en su mansión de Mallorca –una violación de la Ley de Costas que, antes de llegar al Congreso de los Diputados, desató una guerra de medios en la prensa mallorquina y un enfrentamiento con Jaume Sastre, quien quiere ser el primero en bañarse en ella este verano– lo que parece haber llevado finalmente a Pedrojota a idear una forma de silenciarnos: demandarnos por 500 millones de pesetas (3 millones de euros). En su edición de papel, a cuatro columnas, con cierto despliegue y en su sección de Comunicación, es lo que publica hoy EL MUNDO.

Hace exactamente dos meses y en una prueba evidente de que la reacción de Pedrojota tiene mucho más de rabieta, que de intento de defender legitimos intereses, el sacrosanto New York Times, la biblia de la prensa liberal mundial, se hacia eco del nuevo fenómeno. En un amplio reportaje, que ocupaba casi una página de su sección Business Media, que al día siguiente reprodujo The International Herald Tribune, el diario neoyorquino describía con minucioso detalle la eclosión de la prensa digital en Europa, con especial atención al caso español.

«PERIODISTA DIGITAL es uno de los diarios digitales más leídos en España, con 115.000 socios registrados», escribia Doreen Carvajal en el NYT. «En un día cualquiera, 4.000 personas se conectan durante el desayuno para leer los titulares sobre los gastos en publicidad del Gobierno socialista, o el último capítulo en la historia de un importante director de un diario que ha extendido su piscina hacia el mar desatando una polémica sobre la legalidad de la ampliación».

Con tanta exactitud como minuciosidad, el reportaje describía la complicada peripecia de la prensa digital en Europa y las maniobras, en el caso español, de parte de la prensa tradicional para cerrar el paso o cercenar sus fuentes de financiación.