4 julio 2018

Militante del PSOE desde 1973 ocupa el cargo de secretario de Estudios y Programas en la ejecutiva federal del PSOE

Pedro Sánchez coloca al socialista José Félix Tezanos al frente del CIS iniciando una campaña de la prensa contra él por sesgar las encuestas a favor del PSOE

Hechos

El 4 de julio de 2018 D. José Félix Tezanos es nombrado director del CIS.

05 Julio 2018

CIS e incompatibilidad

EL PAÍS (Directora: Soledad Gallego Díaz)

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Debilitar las instituciones es un círculo sin salida

El nombramiento de un miembro de la comisión ejecutiva del Partido Socialista para dirigir el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) podría no ser objeto de objeciones de fondo si, nada más producirse la designación, el interesado hubiera abandonado los cargos donde desarrolla funciones similares a las que tendrá al frente del organismo público. Las razones que exigen establecer esa clara distinción en el caso del CIS, un instituto cuyos estudios demoscópicos son relevantes para las estrategias electorales de todos los partidos, no tienen que ver con la competencia ni el rigor personal de su titular, sino con la concepción de las relaciones que deben regir entre las estructuras políticas que suministran los cuadros a un Estado democrático y las instituciones cuya independencia es una exigencia imprescindible del servicio público que prestan.

El éxito de la moción de censura contra el Gobierno de un partido condenado por corrupción puso en manos del presidente Sánchez una oportunidad y una responsabilidad seguramente únicas de acabar con los usos políticos que, llevados al extremo por el anterior Ejecutivo, han terminado por perjudicar al sistema constitucional. Las tentativas iniciales de nombrar un nuevo presidente y un nuevo Consejo para la radio y la televisión públicas fueron un error, como reconoció la propia vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo. El nombramiento al frente del CIS podría ser la segunda equivocación si tanto el Partido Socialista como el Gobierno convalidan la situación creada. Con el agravante de que, aunque el nuevo director del centro abandonase ahora sus funciones en la ejecutiva socialista, existiría un daño político ya hecho, en el sentido de que se habría sugerido a los ciudadanos que la pérdida del sentido institucional es un círculo sin salida.

Evitar que ese círculo se perpetúe es una tarea que corresponde al actual Ejecutivo en virtud de argumentos que nada tienen que ver con una supuesta superioridad moral, sino con el hecho rigurosamente político de que su llegada a La Moncloa se debe a una moción de censura contra un Gobierno que, además de sustentarse en un partido condenado por corrupción, manipuló las instituciones para posponer o evitar esa condena.

Gestionar las consecuencias políticas de la única moción de censura que ha prosperado bajo la Constitución del 78 es el inequívoco mandato que obtuvo Sánchez del Parlamento, y entre esas consecuencias ocupa un lugar destacado desmentir las sospechas que han sobrevolado las instituciones democráticas. Es una tarea que en estos momentos le corresponde sobre todo a él y a su Gobierno, porque, entre los grupos mayoritarios, el PP fue responsable del desprestigio que padece, Ciudadanos antepuso sus intereses electorales a la impostergable exigencia de desalojar del poder a un partido condenado, y Podemos ha dado muestras de que su denuncia de la ocupación del Estado por el Partido Popular sólo respondía a que no era él quien lo ocupaba. Algún partido tiene que empezar a actuar con las instituciones de otra manera, y la responsabilidad le corresponde hoy al que sustenta al nuevo Gobierno.

08 Julio 2018

El CIS no es la cocina del PSOE

EL MUNDO (Director: Francisco Rosell)

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EL DISCURSO reformador que con aspaviento agitaba el PSOE desde la barrera de la oposición parece habérsele olvidado ahí. Hoy publicamos que Pedro Sánchez se ha rodeado de la mayor estructura de altos cargos de la historia de La Moncloa: el número de sus directores generales, por ejemplo, duplica al de Rajoy. Más allá del poco lustre que supone ostentar el reprobable récord de cargos discrecionales, resulta inquietante el inequívoco afán partidista que guía a Sánchez en tal reparto.

Caso flagrante supone la elección de José Félix Tezanos como presidente del CIS: la primera vez que un miembro de la dirección del partido gobernante ejerce como tal. En concreto, el encargado de diseñar el programa electoral y de manejar los sondeos del PSOE es de quien dependen los estudios que deben expresar fielmente las tendencias de los ciudadanos. El malestar político es altísimo. Y el revuelo también ha llegado al ámbito académico. Los sociólogos advierten de que, pese a que el resultado de las encuestas es difícilmente manipulable, sí se puede retocar la estimación de voto con su consecuente impacto en la ciudadanía, a quien se le sirve así una orientación sesgada ideológicamente.

La situación de Tezanos es insostenible. Tanto que voces del propio PSOE exigen al menos su dimisión del cargo orgánico. Sánchez no puede amparar más esta incompatibilidad: el CIS es un organismo científico y su pretensión de convertirlo en su cocina simplemente lo desacredita.

26 Octubre 2018

Tezanos arruina el prestigio del CIS

EL MUNDO (Director: Francisco Rosell)

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LAS URNAS dijeron lo contrario, pero desde hace unos meses el PSOE no deja de acumular potenciales electores en las encuestas de intención de voto. Al menos en las que cada mes hace públicas el Centro de Investigaciones Sociológicas a partir de que accediera a la dirección José Félix Tezanos, histórico y destacado miembro de la Ejecutiva socialista que solo dimitió para ocupar el cargo. Pero convertir en mensuales unos barómetros que desde 1996 eran trimestrales no es la única novedad que introdujo Tezanos.

Además modificó la metodología, simplificándola y eliminando la ponderación de los resultados para favorecer al PSOE. Desde entonces no hay mes que Pedro Sánchez no doblegue en intención de voto a Pablo Casado. Los resultados del mes de septiembre, sin embargo, se nos antojan especialmente burdos. Pese a la dimisión de una ministra por mentir, la polémica del compadreo de la titular de Justicia con Villarejo –el turbio comisario del las cloacas– o las informaciones ocultas sobre el patrimonio de Celaá y Pedro Duque, la distancia entre Sánchez (31%) y Casado (18,2%) es de 13 puntos. Las cifras son disparatadas. La propaganda política que la pague el partido, no el prestigio y el crédito de una institución de todos como es el CIS.

15 Noviembre 2018

TEZANOS CAMBIA Y SIGUE IGUAL

EL MUNDO (Director: Francisco Rosell)

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MÁS ALLÁ de los resultados –la victoria cómoda de Susana Díaz el triple empate entre Ciudadanos, PP y Podemos–, el sondeo del CIS sobre intención de voto en Andalucía conocido ayer vuelve a retratar las intenciones políticas de José Félix Tezanos, además de ahondar en su descrédito. Ante la unanimidad de las críticas de los expertos a su peculiar método crudo de medición –prescindir de la llamada cocina es una forma de adulterar los resultados porque no se eliminan los sesgos–, el presidente del CIS y añejo militante socialista decidió no solo regresar a la cocina para estimar el voto sino interpretarla en virtud de un método propio. Lo que no cambia pese a la rectificación es el efecto final: el PSOE en cabeza sin acusar desgaste. Eso sigue igual.

06 Diciembre 2018

España, por un lado; Tezanos, a lo suyo

ABC (Director: Bieito Rubido)

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Si las siglas del CIS responden a las palabras Centro de Investigaciones Sociológicas, con José Félix Tezanos al frente solo caben dos opciones: o no hay «investigación» alguna, o si la hay, en absoluto es «sociológica»

El barómetro del CIS se ha convertido en una grotesca, y hasta hilarante, caja de sorpresas. Lo lamentable es que sea a costa del erario público, porque sufragar con el bolsillo de los ciudadanos sondeos tan peregrinos, realizados a mayor gloria de Pedro Sánchez, no tiene parangón en democracia. Con cocina o sin ella, el ridículo hecho por el CIS con Andalucía ha sido épico. No previó la drástica bajada del PSOE en catorce escaños, no atisbó el desplome general de la izquierda hasta ponerla en la tesitura de perder el Gobierno andaluz tras 38 años de poder ininterrumpido, y no intuyó el espectacular estreno de Vox.

Si las siglas del CIS responden a las palabras Centro de Investigaciones Sociológicas, con José Félix Tezanos al frente solo caben dos opciones: o no hay «investigación» alguna, o si la hay, en absoluto es «sociológica». Más bien, burda manipulación política. Como ha demostrado ABC con sus sondeos, no resulta tan complejo medir los movimientos sociológicos, por rápidos que sean los cambios en nuestra sociedad. Carece de sentido gastar dinero público en estudios que o bien son desfasados -como el de ayer-, o bien readaptados en virtud de tendencias sin la más mínima credibilidad científica. Y si estos hipotéticos resultados del CIS fuesen fiables, resulta incomprensible que Sánchez no convoque ya elecciones. Con su gestión cómplice del sepatarismo catalán, Sánchez ha sido muy castigado en Andalucía, pero apenas sufre desgaste. Y eso, sencillamente, no es creíble. El PSOE andaluz es la evidencia. En pocos meses el CIS sostendrá que Sánchez será elegido por aclamación y no harán falta comicios.

05 Enero 2019

El PSOE sigue usando el CIS a su antojo

EL MUNDO (Director: Francisco Rosell)

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YA SE ha convertido en una costumbre en la política española el ninguneo y la falta de credibilidad a la que se ve sometido el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) cada vez que publica una encuesta de intención de voto. La incompetencia y la manipulación de su presidente, el socialista José Félix Tezanos, son tan obscenos que ha terminado por echar por tierra la labor demoscópica a la hora de calibrar la estimación de voto, que es la principal función de este organismo. De ahí que el resultado del sondeo conocido ayer haya que intepretarlo como un nuevo intento de condicionar la opinión pública en un momento en el que el Gobierno zozobra, por no decir que sucumbe, y el centroderecha se ha visto propulsado tras su nítida victoria electoral en Andalucía.

Tezanos fabrica las encuestas del CIS a mayor gloria de su partido. El método de cálculo conduce al resultado que beneficia al PSOE. Por eso no tiene rubor en cambiar la técnica en cada barómetro, un hecho absolutamente impresentable que debería merecer el rechazo no sólo del conjunto de la clase política sino de la comunidad académica, especialmente, del colectivo de sociólogos. El PSOE, según el CIS de Tezanos, conservaría una amplia ventaja (28,9%) respecto al PP, que se mantiene prácticamente en 10 puntos. Los populares recabarían un 19,1% de apoyo; Ciudadanos, un 17,9%; y Unidos Podemos y sus confluencias, que se desplomarían, un 14,9%. Pero si resulta significativo el resultado de los socialistas, que apenas notarían el acusado desgaste del Gobierno, aún lo es más que el CIS adjudique a Vox un 3,7%, lejos del porcentaje que le asignan otros sondeos. Y ello pese a su eclosión en el Parlamento andaluz con 12 escaños, una cifra muy superior a los pronósticos anteriores a los comicios del 2-D. El hecho de que Tezanos haya vuelto a cambiar de método del sondeo por tercera vez redunda en el desprestigio del mismo. Los resultados ofrecidos durante los últimos meses estaban elaborados sin cocina, un sistema que pasa por imputar a los datos directos la «simpatía a partidos» como posible opción de voto para aquellas personas entrevistadas que han afirmado indecisión (opciones de no sabe o no contesta) o intención de abstención. El último barómetro, realizado después de las elecciones andaluzas, no incluye la «simpatía»: los datos directos de intención de voto en la encuesta en porcentaje sobre censo se recalculan en porcentaje sobre voto emitido.

Dado los vaivenes de Tezanos, resulta imposible establecer paralelismos entre los resultados conocidos ayer y los anteriores. Lo que sí se mantiene es la victoria del PSOE, pese a la incapacidad de Pedro Sánchez para activar la legislatura, hacer frente al desafío separatista y aprobar los Presupuestos del Estado.

Las conclusiones del CIS, en esta coyuntura, resultan inverosímiles. Lo más lacerante, en todo caso, es la abierta voluntad de Sánchez de seguir explotando el CIS no como un instrumento al servicio de la ciudadanía sino como una herramienta de confusión para supeditar el debate político y la opinión pública. Nunca ningún Gobierno se había atrevido a hacer tanto daño al CIS, cuya reputación ha hecho trizas.

Sánchez relega el CIS a mero instrumento de manipulación

05 Enero 2019

La realidad distorsionada del CIS

ABC (Director: Bieito Rubido)

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El sondeo de Tezanos se suma al culto al líder que fomentan los propagandistas de La Moncloa al diferenciar entre la labor del Gobierno socialista y la del propio Sánchez

La nueva encuesta del CIS de José Félix Tezanos vuelve a poner al PSOE en primer lugar, a una inverosímil distancia de casi diez puntos del PP. Sin embargo, las elecciones andaluzas no han sido en vano, y el PSOE se deja más de dos puntos respecto de la encuesta de noviembre, quedándose en un apoyo del 28,9 por ciento. El PP mantiene el mismo porcentaje que hace un mes, el 19,1%, pero mejora sustancialmente el porcentaje de voto sobre censo. Ciudadanos pierde tres décimas y se queda en el 17,9%, alejándose de su objetivo de superar al PP. Vox, por su parte, aumenta su voto y llega al 3,7%. El peor dato se lo lleva Podemos, con el 14,9% del voto, lo que supone perder algo más de tres puntos en un mes. La estimación del voto y la asignación de diputados a cada partido servirían para concretar aún más los sesgos de las tendencias que esta encuesta del CIS apunta tímidamente, porque su primer titular sigue siendo una sospechosa ventaja del PSOE, pese al revés electoral en Andalucía, el empeoramiento de la situación en Cataluña, las nulas expectativas para aprobar los Presupuestos Generales de 2019 y el deterioro de la imagen de Pedro Sánchez con las polémicas por sus viajes en avión oficial para asuntos privados. Los gestos presidencialistas de Sánchez no solo se manifiestan en sus desplazamientos o en su desprecio a instituciones como el Senado, sino en el propio CIS, rendido a la figura del presidente del Ejecutivo.

El sondeo de Tezanos se suma al culto al líder que fomentan los propagandistas de La Moncloa al diferenciar en su cuestionario, y de manera vergonzante, entre la labor del Gobierno socialista y la del propio Pedro Sánchez, al que la encuesta -sobra reseñarlo- no solo sitúa como el líder político mejor valorado, sino como el que «puede hacer más por los ciudadanos de la Unión Europea en estos momentos». El CIS analiza al detalle el estado de la opinión pública sobre el Brexit, Gibraltar o las instituciones europeas, pero pasa de largo sobre la crisis catalana, talón de Aquiles del Gobierno socialista y acelerador del cambio al que apuntan los resultados andaluces.

Con todas las reservas a las que obliga la ingeniería estadística de Tezanos sobre la fiabilidad de sus encuestas, el sondeo del CIS muestra una tendencia a la baja del bloque de izquierdas -que pierde 5,4 puntos respecto del mes de noviembre- frente a una tendencia al alza de la mayoría de cambio que dio la cara en Andalucía. Ni siquiera Tezanos ha podido evitar que la encuesta muestre una realidad que ya se palpa en el ambiente político y que debería llevar al PSOE a valorar hasta qué punto su dependencia de separatistas, proetarras y extremistas de izquierda no es la causa de que se esté consolidando la mayoría «andaluza» por un cambio de carácter nacional.

01 Marzo 2019

Un nuevo barómetro tendencioso de Tezanos

EL MUNDO (Director: Francisco Rosell)

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JOSÉ Félix Tezanos ha vuelto a hacerlo. Desde que llegara a la presidencia del CIS, el sociólogo y ex miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE no ha dejado de utilizar ni un solo barómetro mensual (periodicidad impuesta por él) para colocar en máximos la intención de voto del PSOE. Según el CIS de Tezanos, uno de cada tres votos irán, en las próximas elecciones generales, a Pedro Sánchez, que aventajaría en 16 puntos al PP de Casado. Ciudadanos y Unidos Podemos se tendrían que conformar con un resultado en torno al 15%. Unos datos tan desaforados como poco creíbles si se los compara con sondeos demoscópicos publicados recientemente.

Pero estos resultados, que son la buscada consecuencia de ofrecer los datos directos, sin la ponderación que logra la llamada cocina, son solo un aspecto del uso partidista que Tezanos hace del organismo. La forma de plantear determinadas preguntas –como el deseo de aprobar los Presupuestos– parece más encaminada a condicionar las respuestas que a reflejar la opinión de los encuestados. Es una burla a todos los ciudadanos este descarado intento de manipularles con el único propósito de favorecer a quien le ha designado para el puesto. Tezanos no debería seguir ni un minuto más al frente del CIS.

12 Abril 2019

José Félix Tezanos, el druida de la Moncloa

Rubén Amón

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El presidente del CIS, contrario a cocinar encuestas, enfrenta ahora críticas por instrumentalizarlas

La reputación del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha fluctuado con los Gobiernos que lo han custodiado, pero nunca se había proyectado tanto la notoriedad de su presidente ni se le había cuestionado tanto. El CIS era un acrónimo y una abstracción hasta que José Félix Tezanos (Santander, 1946) lo ha convertido en una prolongación personal.

La oposición le reprocha coralmente la instrumentalización de las estadísticas y de los estudios. Esta misma semana, Tezanos ha sido motivo de controversia por habérsele atribuido la elaboración culinaria de una receta perfecta que necesita Pedro Sánchez. Tanto por la holgura de la victoria como porque no tendría que recurrir a los partidos soberanistas. Es más, Tezanos otorgaba a Vox una pujanza electoral —una subida de siete puntos en un mes— merced a la cual se descompondría la derecha y tendrían los socialistas razones de emergencia para movilizarse, más o menos como si estuvieran librándose las fuerzas del bien contra el mal. La gran sorpresa no fue el sondeo, sino el escepticismo con que lo observó 24 horas después el propio Tezanos. Explicó en una entrevista con Pepa Bueno en la SER sus dudas. Llegó a decir que el hundimiento del PP igual no era tan elocuente como lo reflejaba la megaencuesta.

Tezanos tiene tres problemas. Su desmesurado protagonismo, el desprestigio del CIS y el conflicto de intereses, hasta el extremo de que Pedro Sánchez lo ungió presidente del Centro en 2018 sin importarle que estuviera alojado en la comisión ejecutiva del PSOE. Recaló en ella meses antes con ocasión del trigésimo noveno Congreso del Partido Socialista. Premiaba Sánchez la contribución de Tezanos al discurso de la nueva socialdemocracia. Y se sobreexponía Tezanos a un severo conflicto político-sentimental: la ruptura con el guerrismo.

Alfonso Guerra y él eran amigos, mucho, hasta que los alejó un cambio de guardia en la Fundación Pablo Iglesias. La presidía Guerra. Y la dejó de presidir cuando Sánchez, hostil a la vieja guardia del PSOE, decidió sustituirlo por el camarada Tezanos. El trauma bilateral redundaba en el posicionamiento de las primarias. Alfonso Guerra había expuesto su adhesión a Susana Díaz, tanto como Tezanos había decidido significarse en la apuesta del sanchismo.

Es el último giro de una vinculación al PSOE que se remonta al año 1973, cuando el sociólogo cántabro decidió alistarse en el partido de la rosa. Ya era profesor en la Complutense, aunque mayor originalidad académica revistió la iniciativa de haber fundado la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Nacional a Distancia (UNED). Tezanos fue el primer decano y el artífice de una actividad académico-divulgativa que incluye la publicación de 82 ensayos.

Semejante patrimonio le ha convertido en una referencia ubicua de la sociología contemporánea, aunque la perspectiva crítica de muchos sociólogos reprocha al presidente del CIS haberse recreado en una línea de investigación más teórica que empírica. Tezanos, dicen, conoce mejor su despacho y sus estanterías que los humores de la calle. Una alegoría bibliotecaria que las polémicas encuestas de los últimos meses han trasladado al espacio doméstico de la cocina.

José Félix Tezanos se desempeña en los fogones como un druida. Reprochaba a los medios informativos practicar más la “brujería” que la demoscopia, pero él mismo ha sido un ejemplo de volubilidad metodológica. En cinco ocasiones ha cambiado de criterio. Tanto privilegiaba “lo que dice exactamente el ciudadano” (octubre de 2018) como aplicaba decenas de variables, filtros y ponderaciones (abril de 2019), de forma que no está claro si Tezanos trabaja en Master Chef o en Pesadilla en la cocina. La segunda hipótesis proviene del vistoso desencuentro que proporcionaron las encuestas de las últimas elecciones andaluzas. No ya porque el CIS eludió reflejar el brusco retroceso del PSOE, sino porque le atribuía a Vox el 3,7% de los votos. Nada que ver con el 10,95% que luego alcanzaría el partido ultraderechista o con la extrapolación parlamentaria de los 12 diputados. El escarmiento ha añadido argumentos al desprestigio del CIS, pero también explica los márgenes de incertidumbre que incorpora el último sondeo de las generales. Tezanos sostiene que uno de cada cuatro votantes aún no ha decidido el destino de su papeleta.

No es su caso. El controvertido sociólogo ya era socialista en la clandestinidad cuando Franco sostenía el bastón de la dictadura. Un pasaje de su biografía oficial en la web del PSOE demuestra que no siempre ha estado confinado entre las paredes de un despacho: “Mi compromiso político comenzó durante mis años de estudiante de Derecho y de Ciencias Políticas y Sociología. Participé activamente en el movimiento estudiantil, sufriendo varias detenciones (en mi casa), multas y un breve encarcelamiento en Carabanchel”.

No parece la hagiografía de un héroe, pero sí parece que José Félix Tezanos asume con disciplina su papel de augur. Así se llamaban los sacerdotes de la antigua Roma a los que recurrían los patricios para conocer el futuro. Y a los que frecuentaban los emperadores para sugestionar las victorias con las señales de los cielos.

04 Julio 2019

El CIS instrumental del socialista Tezanos

EL MUNDO (Director: Francisco Rosell)

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LA CONCEPCIÓN de las encuestas como la foto fiel de un momento social ha quedado definitivamente superada gracias a Tezanos, que ha convertido el CIS en instrumento al servicio del PSOE, de cuya Ejecutiva fue extraído por Sánchez para ocupar el puesto. La decisión de que sus entregas fueran mensuales obedecía al plan de reconvertir el CIS en instancia creadora de opinión, y hasta la fecha ha cumplido ese objetivo con tanto descaro como falta de rigor. No se explican de otro modo los sucesivos cambios de metodología siempre favorables al partido del Gobierno, o que el PSOE alcance ahora el 40% de la intención de voto dos meses después de las generales, cuando obtuvo diez puntos menos. Cs mantendría la segunda posición por encima del PP y el centroderecha transferiría voto al PSOE, mientras que Podemos se hunde: el escenario idóneo para empezar a negociar la investidura de Sánchez con Iglesias.

El propio Tezanos reconoce que esta oleada debe valorarse como una inercia del pasado antes que como una medición de comportamientos futuros. Pero hay un dato que, descontando abstencionistas e indecisos, debería obligar a Sánchez a abandonar su inmovilismo y negociar de una vez su investidura: el 92,4% votaría al mismo partido. Trabajen.

11 Octubre 2019

TEZANOS, EN UNA POSICIÓN INSOSTENIBLE

EL MUNDO (Director: Francisco Rosell)

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LA IDONEIDAD de José Félix Tezanos para presidir el CIS fue más que cuestionable desde el instante de su nombramiento. Recordemos cómo se enrocó en su sillón de secretario de Estudios y Programa del PSOE pese a que la presidencia del CIS requería una imparcialidad incompatible con los intereses –evidentes, por otra parte– de un miembro de la Ejecutiva socialista. La presión mediática consiguió que abandonara el puesto orgánico, pero las sospechas sobre su falta de rigor e independencia al frente del instituto cristalizaron pronto, al comprobar cómo retorció la metodología de las encuestas para que al levantar las cartas aparezca siempre el PSOE como partido beneficiado.

Bailando sobre el alambre desde el principio, su posición desde esta semana es, directamente, insostenible. La publicación de un artículo de opinión en la revista Temas, ligada al PSOE y que él mismo dirige, lo sitúa en una peliaguda tesitura que bordea la ilegalidad. Aunque la legislación de altos cargos –que exige una dedicación exclusiva– le permite como excepción desempeñar una actividad relacionada con la producción científica, literaria o técnica, ésta debe realizarse sin comprometer la imparcialidad o la independencia de sus funciones como alto cargo. Y a todas luces, culpar del bloqueo político a Podemos, PP y Cs al tiempo que descarga de toda responsabilidad a Sánchez y pide el voto para el PSOE no parece un ejercicio de neutralidad encomiable. A Tezanos, en cambio, hay que agradecerle que en estos tiempos de discrepancias logre un consenso inédito: la oposición en bloque pide su dimisión.

12 Octubre 2019

Tezanos y la lógica de la distracción

Daniel Gascón

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Somos demasiado optimistas si pensamos que los sistemas son infinitamente flexibles y que las malas decisiones no producen consecuencias desafortunadas para todos

La política genera más contenido que antes: sabemos más de los líderes y los votantes, leemos sobre los estrategas, conocemos detalles de los conflictos. Como nuestra vida, la política es más acelerada y transparente, pero no está claro que eso produzca más conocimiento o sentido.

Cuando tenemos más información sobre los problemas, encontramos líderes más personalistas y una discusión tan enconada como simplificadora. Como ha escrito Fernando Vallespín, el liderazgo en los partidos sigue el modelo del populismo. Unas veces porque el sistema de primarias debilita los contrapesos internos; otras porque el diseño ya era ese.

Para competir en un mercado de la atención, la política debe ser espectacular. Pero la sobreexposición y el ciclo de noticias sin fin también significan que uno puede decir o hacer casi cualquier cosa: cambiar de postura sin explicaciones, quebrar viejas alianzas, negar una contradicción evidente. Nadie presta atención mucho tiempo y resulta difícil saber qué es lo trascendente y lo secundario. Es una lógica de la distracción, donde empiezas perdiendo la visión a largo plazo y acabas perdiendo la vergüenza.

Es más grave en otros países que en España, aunque ahora se presentan como partidarios del pacto líderes que hicieron cuanto pudieron para evitar un acuerdo. Se confía en la desmemoria de los ciudadanos, en que es lícito patrimonializar las instituciones y en que el sistema aguanta el desgaste.

El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha dado algunos ejemplos: el trasiego de cesantes tras la moción de censura, la confusión entre partido y Gobierno, o la designación al frente del CIS de José Félix Tezanos, en ese momento dirigente del PSOE. Tezanos, que ha tomado polémicas y contradictorias decisiones metodológicas, publicaba recientemente un artículo en la revista Temas donde aconsejaba a los ciudadanos abandonar “la búsqueda de culpables y chivos expiatorios”. A juicio del presidente del CIS, “lo único sensato es reaccionar con pragmatismo y con sentido de la utilidad de voto, concentrándose en aquellos partidos que hoy por hoy pueden gobernar”. El escándalo lleva a la inflación léxica y a un uso experto de las dobles varas de medir. Pero somos demasiado optimistas si pensamos que los sistemas son infinitamente flexibles y que las malas decisiones no producen consecuencias desafortunadas para todos.

30 Octubre 2019

LA FARSA DE TEZANOS SIGUE

EL MUNDO (Director: Francisco Rosell)

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POR desgracia Tezanos nos ha acostumbrado a tomarnos a broma un organismo que pagamos todos y que antes de su desembarco gozaba del crédito de los españoles y del respeto de la profesión. Ambas cosas las ha perdido ya por el obsesivo afán del sanchismo de colonizar las instituciones a mayor gloria de su propaganda partidista. No es solo que la estimación de escaños ofrecida a la opinión pública por el CIS nazca desfasada porque el trabajo de campo se realizó antes de la violencia separatista desatada en Cataluña, cuyo influjo electoral es evidente. Es que Tezanos, ya reprobado por la Junta Electoral por pedir el voto en una revista, trata de fijar un marco mental que resucite a su jefe, Pedro Sánchez, estancado o en caída en todas las encuestas restantes.

12 Noviembre 2019

TEZANOS DEBE DIMITIR YA

EL MUNDO (Director: Francisco Rosell)

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UN ORGANISMO público como el Centro de Investigaciones Sociológicas no puede seguir arrastrándose por el fango del descrédito por la desvergüenza de su actual presidente. Tezanos se negó ayer a dimitir, algo que se daba por seguro después de que el resultado de las elecciones confirmara que su última encuesta fue una monumental manipulación al servicio del Gobierno en funciones. No es cierto, como dijo ayer Tezanos, que las perspectivas de los partidos hayan cambiado radicalmente en los últimos días. El último sondeo del CIS no coincidía para nada con los datos bien ajustados a la realidad de los que ya disponían en ese momento los institutos demoscópicos. Si Tezanos no renuncia, Sánchez está obligado por higiene democrática a cesarlo.

20 Mayo 2020

ENTRE BURLA Y PREVARICACIÓN

EL MUNDO (Director: Francisco Rosell)

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CADA entrega del CIS parece el nuevo acto de un sainete que nunca se acaba y que no tiene gracia, pero se burla de todos los españoles que participamos de manera involuntaria. El último informe pergeñado por José Félix Tezanos presenta al partido de un Gobierno que carga con una gestión especialmente desastrosa de la pandemia según numerosos indicadores no solo como la sigla en la que más confían los ciudadanos, sino la única que junto a Cs sigue subiendo en intención de voto. Si a estas alturas la ingenuidad nos permitiera seguir creyendo en los datos que arroja el CIS, diríamos que si hoy se celebraran elecciones los socialistas conseguirían tres puntos más que en las del 10-N. Y que a quien habría castigado la pandemia electoralmente hablando es al PP, cuya distancia con el PSOE aumentaría cuatro puntos respecto de los últimos comicios. Pero el CIS está sumido en el descrédito. Tezanos cogió las riendas de la institución para someterla al propósito propagandístico. Sus barómetros ya no reflejan un diagnóstico objetivo y útil de la sociedad, función para la que paga el contribuyente y que ha sido degradada. Ahora se dirigen a crear estados de opinión política.

Se cambian las respuestas, se añaden preguntas teledirigidas cuando no capciosas, la metodología se modifica al albur de los resultados… Durante años el CIS fue un organismo que contribuía al conocimiento científico de la sociedad española. Hoy ya no responde a los intereses generales sino que es la maquinaria electoral de un partido político. Con dinero público. Y todo esto tiene un nombre que se acerca demasiado al de prevaricación.

18 Junio 2020

UN CIS SIN CREDIBILIDAD

EL MUNDO (Director: Francisco Rosell)

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DESDE que puso al frente del CIS a José Félix Tezanos, que pasó directamente de la dirección del PSOE a presidente este organismo, Pedro Sánchez dejó clara su voluntad de instrumentalizar una entidad que hasta ese momento había logrado preservar su reputación. Los cambios de criterio y de metodología, y el sesgo partidista del propio Tezanos, han hundido al CIS en el descrédito. Nunca, a lo largo de cuatro décadas de democracia, se había visto tan sometido a las presiones del Gobierno de turno. De ahí que las encuestas de intención de voto hayan perdido validez, en la medida que ya nadie se cree que dibujen el escenario electoral del momento sino el que le gustaría a Tezanos y al PSOE.

En este contexto hay que enmarcar el barómetro de junio. Según el CIS, la gestión de la pandemia no pasaría factura a los socialistas, que obtendrían una décima más que en mayo, y sí al Partido Popular, que desciende ocho décimas. Mientras el Partido Socialista aglutina el 31,2% de los votos, los populares se quedan con el 20%. Vox se recupera y Ciudadanos mantiene su proyección al alza respecto a las últimas elecciones hasta superar el 9% de los sufragios. En todo caso, la alianza socialcomunista no se vería resentida en la medida que la merma de Podemos se compensaría con la fortaleza que el sondeo otorga al PSOE.

Resulta inconcenbible que, después de la desastrosa y negligente gestión de la emergencia sanitaria, el Gobierno de coalición mantengan intacto su respaldo en las urnas. Pero, más allá de la coyuntura, lo que resulta un escarnio es que Tezanos, echando mano de fondos públicos, erosione el prestigio del CIS poniéndolo al servicio del interés partidista de quien le colocó en ese puesto.

05 Febrero 2021

Tezanos y los límites de la prevaricación

EL MUNDO (Director: Francisco Rosell)

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HACE ya demasiado tiempo que el CIS de Tezanos sobrepasó los límites del decoro institucional. Lo que ahora cabe preguntarse es si además está sobrepasando los límites judiciales de la prevaricación. Sánchez no solo ha aumentado la partida presupuestaria para el CIS y lo ha puesto a su servicio particular desde que ocupa La Moncloa, sino que acaba de inventar el sondeo de incitación al voto socialista en plena campaña electoral. El sanchismo ha destruido el prestigio del principal instituto sociológico del Estado, pagando la propaganda de parte con los impuestos de los ciudadanos. Amparándose en la absurda excusa del gran «número de indecisos» -como en cualquier elección, por lo demás-, Tezanos sale al rescate de Illa, cuyo cacareado efecto parece estar desinflándose desde que la Generalitat sacó a los golpistas condenados de la cárcel a tiempo para dar mítines.

Todo es disparatado en estos comicios que ponen un coherente colofón a la deriva locoide de la política catalana en la última década. El recrudecimiento de la pandemia que aconsejaba su aplazamiento fue ignorado por el ministro de Sanidad desdoblado en candidato. Nadie sabe cuántas mesas podrán completarse, a qué cifra escalará la abstención o si el mismo 14 de febrero la participación resultará segura para los ancianos que acuden a votar a primera hora. Lo único seguro es la falta de escrúpulos del jugador de Moncloa.

06 Abril 2021

A la manipulación Tezanos añade ahora la chapuza

EL MUNDO (Director: Francisco Rosell)

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LOS ESPAÑOLES están ya acostumbrados al zafio ejercicio de instrumentalización con el que el socialista José Félix Tezanos ha arruinado el crédito labrado durante décadas por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Es habitual que sus sondeos de estimación de voto no estén ponderados con objetividad, sino que respondan directamente a la estrategia electoral de Ferraz. Lo que ya rebasa el colmo es que lo haga incurriendo en una metodología fallida. La encuesta hecha pública ayer de intención de voto en la Comunidad de Madrid está plagada de errores, tal como diversos especialistas en demoscopia demuestran en nuestras páginas. La encuesta asigna mal los escaños en función del porcentaje de voto. Así, alienta las expectativas de la izquierda con un empate a 68 escaños entre los bloques, genera duda en el centroderecha sobre el voto útil y consolida las tendencias de PSOE y Más Madrid, mientras frena el avance de Podemos. Todo esto está alineado exactamente, y ya no puede decirse a estas alturas que sea una sorpresa, con los intereses de La Moncloa.

La manipulación del último CIS resulta tan burda que no resiste un asalto a técnicos y profesionales de la sociología. El método de reparto de escaños, que no incluye horquillas, está aplicado de forma torticera, hasta el punto de distorsionar el resultado final. El sondeo concede a cada uno de los partidos un número de diputados definitivo, y ello a pesar de que una de las formaciones, Ciudadanos, no entraría en la Asamblea por quedarse a solo seis décimas del listón del 5% de los sufragios. La encuesta está elaborada de tal forma que, aun dando por buena la estimación, la atribución de escaños no cuadra. La suma de las tres formaciones de izquierda alcanzaría los 70 escaños, es decir, superaría la mayoría absoluta, en tanto que la derecha -PP y Vox- solo obtendrían 66 diputados. Cabe recordar que el umbral de la mayoría absoluta se sitúa en los 69 diputados.

La chapuza del CIS de Tezanos suma un peldaño más en el galopante descrédito de las instituciones desde que Sánchez es presidente. Al sectarismo militante y la colonización ideológica de las instituciones del Estado se une, en este caso, la insolvencia en la gestión técnica de la aritmética propia de un instituto de sondeos antaño prestigioso. A ello hay que sumar la degradación a la que se ha sometido a RTVE durante el prolongado mandato de Rosa María Mateo, el escándalo de Correos -presidido por Juan Manuel Serrano, ex jefe de gabinete de Sánchez- tras la contratación con una empresa que opera en un paraíso fiscal y la posición insostenible de Grande-Marlaska, carente de legitimidad para seguir al frente de Interior tras quedar acreditado en sede judicial que la destitución del coronel Pérez de los Cobos fue una represalia política. El corolario es ver al ex ministro Illa de precampaña en Madrid lanzando contra Ayuso las invectivas que no se atrevió a lanzar contra el gobierno independentista de la Generalitat. El sanchismo no encuentra límite a la hora de erosionar las instituciones.

30 Abril 2021

Sondeos opacos para el PSOE

ABC (Director: Julián Quirós)

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Hace tiempo que el CIS dejó de ser un organismo público neutral para mejorar la demoscopia; hoy es solo un órgano más de propaganda oficial para que Sánchez acceda a información reservada

Los sondeos de opinión que está realizando el CIS en los últimos días de campaña electoral en Madrid, fuera ya del plazo legal establecido para poder publicarlos, no están prohibidos, pero son una práctica anómala e inusual que alienta las sospechas de ventajismo en favor del PSOE. No en vano, José Félix Tezanos, director del CIS, es un histórico militante socialista que llegó a pertenecer a la Ejecutiva Federal de Pedro Sánchez, y es el único sociólogo, de entre los muchos responsables de estudios demoscópicos publicados estos días, que sigue pronosticando una mayoría de la izquierda en Madrid. El resto, sin excepción, conceden una holgada mayoría de gobierno a la derecha.

En declaraciones a ABC, Tezanos no ha negado que se estén realizando estas proyecciones. Al contrario, admite que son «encuestas experimentales» o «sondeos metodológicos» cuya finalidad es la de seguir contrastando datos para compararlos después, una vez que se hayan abierto las urnas, con las cifras reales. Se trata de una práctica legítima. Sí, pero siempre y cuando esas «encuestas experimentales» no desemboquen en una cesión opaca de información privilegiada para el Partido Socialista. Nadie puede impedir al CIS hacer estas proyecciones electorales, porque objetivamente solo está vetado que se difundan ahora. Pero en la medida en que el CIS se ha configurado como un elemento más de la propaganda oficial de La Moncloa con dinero de todos los españoles, no es difícil aventurar que se trata de una información secreta y determinante que, en manos del PSOE, podría ser utilizada a capricho en las horas finales de la campaña. Tezanos debe saber, sabe de hecho, que si la ley le permite realizar nuevos sondeos, sus conclusiones deberían estar a disposición de todos los partidos. Pero si se hacen esas proyecciones y solo llegan a unas formaciones en detrimento de otras, se trataría de una conducta cuasi prevaricadora.

Tezanos puede ampararse en que los datos que está obteniendo en estos momentos son «parciales» y quedarán «pendientes de estudio y ponderación». Es decir, defiende que se trata de información poco menos que inservible porque no está suficientemente contrastada, de modo que su utilidad es difusa. Pero en realidad eso es lo de menos. No es una excusa válida. Basta la mera sospecha de que el CIS se pone al servicio de un solo partido, y basta que no ofrezca públicamente esas investigaciones a las demás formaciones en igualdad de condiciones, para que pueda afirmarse que también es una práctica moralmente reprobable. Más aún, tratándose de un servicio público cuya exigencia de transparencia debería ser muy superior a la de cualquier otra institución en un periodo electoral tan convulso como el actual.

Con información sensible y privilegiada en la mano, y con la eterna tentación de la izquierda para tensionar las calles con iniciativas extremas cuando las expectativas electorales no le favorecen, el CIS se convierte en un arma electoral más. Y desde luego, en el único culpable de su propio desprestigio. Cuando un organismo público que debería ser neutral se convierte en abogado de parte para tratar de condicionar el voto a la desesperada, o para movilizar a una hipotética bolsa de voto indecisa, su papel queda deslegitimado. Tezanos no es un sociólogo más. Forma parte de la estrategia de Pedro Sánchez para tratar de movilizar el voto adulterando su ‘cocina’ a capricho en beneficio de los intereses de la izquierda. Negar la evidencia a estas alturas y maquillarla con excusas de brocha gorda, no tiene sentido.

20 Septiembre 2021

Los enjuagues de Tezanos

ABC (Director: Julián Quirós)

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La colonización partidista de las instituciones forma parte del sentido del poder que tiene Sánchez y en él encaja Tezanos, que está enterrando el prestigio del CIS convirtiéndolo en un aparato de propaganda del sanchismo

La servidumbre partidista del Centro de Investigaciones Sociológicas a favor del PSOE es la huella que dejará José Félix Tezanos al frente de este antaño prestigioso y fiable organismo demoscópico que debe asesorar al Gobierno. Tezanos es un ejemplo de activista dispuesto a abrasarse con tal de cumplir con su misión de sojuzgar al CIS y convertirlo en la principal herramienta de propaganda socialista. Cada encuesta del CIS implica una movilización de fondos y empleados públicos, lo que quiere decir que Tezanos está disponiendo de recursos de la administración pública cada vez que prepara un sondeo de intención de voto. Los fallos predictivos del CIS son un elemento más del paisaje político habitual y son tan constantes que prácticamente ningún partido, ni el PSOE, se toma realmente en serio los enjuagues de Tezanos. En la encuesta preelectoral de 2016, el CIS sin Tezanos sólo tuvo una desviación de 2,6 puntos respecto del resultado oficial. Pero ya con Tezanos al frente, las desviaciones del CIS respecto del voto real son escandalosas: 22 puntos en las elecciones andaluzas de 2018, 12 puntos en las generales de 2019, 12,6 puntos en las últimas catalanas y 15,7 en las madrileñas del pasado 4-M.

Estas desviaciones no son los únicos indicios de que en las encuestas del CIS hay algo distinto a meros errores técnicos. En el recuerdo de voto que emiten los encuestados, la izquierda se alza, como media, con el 55,1 por ciento y la derecha, con el 35,4 por ciento, cuando lo cierto es que ambos bloques mantienen diferencias mucho más estrechas. Además, la falta de rigor se muestra en los cambios -al menos cinco, hasta el momento- aplicados al método demoscópico del CIS, lo que permite sospechar que su trabajo no tiene un fundamento estable y fiable. El sesgo a favor de la izquierda deslegitima sus estudios. Por eso, las críticas que recibe Tezanos de expertos de toda procedencia no son meras cuestiones discutibles entre técnicos, sino expresiones de un sectarismo político que se asienta en un organismo del Estado y se financia con fondos y empleados públicos.

Tezanos siempre se equivoca a favor del PSOE y de Pedro Sánchez. En plena crisis de precios de la factura de la luz y con todas las encuestas independientes poniendo al PP en condiciones claras de gobernar, el CIS se descolgó la semana pasada con un sondeo en el que el PSOE no solo remontaba hasta el 29,6 por ciento de los votos, sino que el PP perdía tres puntos y se quedaba en el 20,5 de los apoyos. Realmente, Tezanos no se equivoca; sus encuestas están animadas por su militancia socialista, la misma que le llevó a insultar a los votantes de Isabel Díaz Ayuso pocos días antes de las elecciones del 4-M. Que un personaje así esté al frente de un organismo como el CIS revela el desprecio de Sánchez por la Administración del Estado.

La colonización partidista de las instituciones forma parte del sentido del poder que tiene Sánchez y en él encaja Tezanos, uno más de la lista de responsables fanatizados hasta el extremo de inmolar su pasado prestigio por asegurarle a Sánchez su continuidad en el cargo. Sin embargo, cuando las estrategias de partido las paga este con su dinero, el problema será solo de descrédito personal; pero si las fiestas socialistas del CIS se pagan con dinero público, entonces ya se puede plantear si estamos ante una malversación de fondos o, como mínimo, ante una gestión irregular que debería fiscalizar el Tribunal de Cuentas.

09 Octubre 2021

La Justicia estudiará la ‘cocina’ de Tezanos

EL MUNDO (Director: Francisco Rosell)

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EN LOS regímenes de opinión pública, como son todas las democracias liberales de nuestro entorno, la prospección demoscópica es un instrumento científico esencial para conocer en cada momento la valoración que hacen los ciudadanos de las más relevantes cuestiones políticas, sociales, religiosas, económicas, o de cualquier otro tipo. También, la evolución de esas opiniones y su contraste con los resultados electorales y las intenciones de voto. Utilizadas de manera rigurosa, las encuestas y sondeos sirven para tomar el pulso de la sociedad y fijar su radiografía coyuntural, pero instrumentalizadas de manera torticera se convierten en arma de manipulación política. Para esto último, como venimos denunciando desde estas páginas, colocó Sánchez en 2018 al frente del CIS a José Félix Tezanos, veterano militante socialista y miembro de la Ejecutiva Federal, que tuvo que abandonar por flagrante incompatibilidad. Nunca la abandonó de espíritu.

Desde su llegada, Tezanos modificó los criterios para la realización de encuestas del organismo estatal. Su nueva metodología ha sido blanco de las críticas del resto de la profesión y de la oposición, por entender que tanto la forma tendenciosa de hacer las preguntas como la cocina que se aplicaba a los resultados tenían un solo objetivo: que en los sondeos saliesen favorecidos el PSOE y sus aliados, mientras se infravaloraba al rival. Para responder de estas graves acusaciones, Tezanos tendrá que declarar como imputado el próximo día 29, en respuesta a una querella de Vox por un presunto delito de malversación de caudales públicos. La formación de Santiago Abascal entiende que se estaría utilizando el dinero de todos los españoles para elaborar sondeos a la carta para el Gobierno, lo que constituiría prevaricación. El sondeo de septiembre, en plena crisis por la desproporcionada subida del recibo de la luz, daba nueve puntos de ventaja al PSOE sobre el PP, cuatro más que en el barómetro de junio. Además, a diferencia de lo que afirmó ayer la presidenta saliente del PSOE, Cristina Narbona, el CIS no siempre acierta en sus predicciones, como quedó de manifiesto tanto en la elecciones autonómicas andaluzas (donde daba un solo escaño a Vox, que al final logró 12), como en las madrileñas del 4-M, en las que la candidatura socialista fue sobredimensionada.

Tanto Narbona como el resto de dirigentes socialistas han cerrado filas con Tezanos, como era de esperar, y han centrado sus críticas tanto en Vox como en la jueza del caso. Así evitan elevar la cuestión a la Comisión de Ética del partido, que debería valorar si suspende cautelarmente de militancia al imputado.

27 Enero 2022

El sanchismo supera todos los límites con el CIS

EL MUNDO (Director: Francisco Rosell)

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Y CREÍAMOS que ya no cabía mayor erosión en el crédito del Centro de Investigaciones Sociológicas. Sánchez colocó al frente en 2018 a José Félix Tezanos, veterano militante socialista y miembro de la Ejecutiva Federal, para convertir el CIS en un instrumento al servicio del Gobierno. Desde entonces se han producido toda clase de bochornosos episodios que en cualquier democracia seria habrían comportado la dimisión o la destitución de Tezanos hace mucho tiempo. Aquí, por el contrario, son sus impagables servicios al sanchismo, a costa de haber arrasado con la reputación de un organismo demoscópico tan importante, los que le aseguran la poltrona. Pero lo ocurrido ayer con Pablo Iglesias es otro ejemplo grave que confirma hasta qué punto hoy desde Moncloa se manejan las instituciones como si fueran chiringuitos de partido.

Que el ex vicepresidente morado reconvertido en locuaz tertuliano manejara los datos de la encuesta del CIS sobre las inminentes elecciones en Castilla y León antes de que se hicieran públicos no es ninguna anécdota. Refleja a las claras que no estamos ante un organismo autónomo y profesional, sino ante uno de los brazos propagandísticos en los que se apoya la izquierda. Iglesias, centrado de nuevo en la tutela de Podemos marcando argumentario, compartió los resultados a través de una red social, sorprendiéndose en su propio mensaje de «la cocina» -en referencia a las técnicas de burda manipulación que emplea Tezanos- por lo asombroso de los resultados y admitiendo sin escrúpulos que «el CIS es raro». Si el director del Centro continúa hoy en su cargo, está obligado a explicar con urgencia por qué Iglesias tiene acceso privilegiado a sus estudios en elaboración, lo que lleva a temer que pese a estar fuera de la política no haya perdido su gran capacidad para mangonear en el organismo público. Aunque lo ocurrido apunta directamente a la Presidencia del Gobierno, tanto a Pedro Sánchez como a su fontanero, Félix Bolaños, de cuyo ministerio depende en última instancia el CIS.

Este hecho a todas luces escandaloso casi tapó ayer la encuesta, por más que podamos estar ante uno de los mayores fraudes en el terreno de la demoscopia que se recuerdan. Y es que el sondeo de intención de voto en Castilla y León, con errores de bulto incluidos, otorga una victoria al PSOE que desmiente lo que reflejan todos los paneles de los institutos de opinión de nuestro país, el triunfo claro del PP. Tezanos regala un punto de ventaja a los socialistas y la posibilidad de que gobiernenen en esta comunidad, donde no lo hacen desde 1987, con alianzas parlamentarias. Recuerda mucho esta encuesta a la mayúscula pifia del CIS ante las pasadas elecciones de Madrid, donde también se otorgaba la victoria a la izquierda cuando fue Ayuso la que arrasó. Entonces como ahora parece que nos encontramos en casos de manipulación de libro con los que el sanchismo busca movilizar a sus votantes desencantados al hacerles creer en un escenario bien alejado del real. Y esto, como mínimo, raya en la prevaricación.

¿Por qué Pablo Iglesias maneja información privilegiada?

17 Marzo 2022

El CIS de Tezanos no tiene salvación

Kiko Llaneras

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Los datos constatan que sus estimaciones favorecen a la izquierda y se desvían más. Pero el centro necesita más cambios que un cambio de metodología

El CIS ha vuelto a cambiar su modelo de estimación de voto, tras concluir que están subestimando a Vox, según su presidente José Félix Tezanos. Hay que celebrar que el centro revise sus métodos, pero sin ingenuidades: la reacción llega tardísimo.

La cronología es tozuda. Tezanos introdujo cambios que desde el primer día parecían malas ideas. Luego llegaron las pruebas factuales: sus estimaciones han sido imprecisas y sesgadas. El CIS de Tezanos ha sobrestimado siempre a la suma del voto de la izquierda. Es público y visible al menos desde final de 2019, por entonces, en apenas dos años, había sobrestimado a la izquierda en 17 de 17 elecciones. Después ha habido otras cinco elecciones, y todo ha seguido igual, a la izquierda siempre le fue mejor en sus presagios que en la realidad.

Vamos a darle un vistazo a los datos. Efectivamente, el CIS ha tendido a subestimar el voto de Vox. Fue así en 17 de 22 elecciones desde 2018, incluidas las cinco autonómicas más recientes. En Castilla y León, el CIS solo le daba un 11% del voto al partido de Abascal, pero logró el 18%.

Pero el problema es más general. El CIS también ha subestimado a menudo al PP, que lo hizo mejor de lo que decían sus estimaciones en 14 de 22 elecciones desde 2018. En Castilla y León, los populares batieron al CIS por 1,7 puntos; y en las autonómicas de Madrid de 2021, lo batieron por 8 puntos. Entonces el CIS hizo un sondeo flash, apenas una semana antes de la votación, que estimó un 37% de votos para los populares, pero luego Isabel Díaz Ayuso logró el 45%.

En realidad, como explicaba arriba, el sesgo más evidente del CIS es el que se observa por bloques, cuando sumamos los votos de izquierda (PSOE, Podemos, Más País) y derecha (PP, Vox y Ciudadanos). Desde que llegó Tezanos, el centro público siempre se ha desviado hacia la izquierda.

Han pasado cuatro años y esa desviación no se ha corregido, al menos hasta ahora. El centro no ha explicado en qué consiste en el cambio de método de este jueves, pero se aprecia un efecto: el voto de la derecha ha pasado del 40,9% al 43,3%. La suma de PP, Vox y Ciudadanos se acerca así a lo que observan otros sondeos, como el de 40dB., que les daba un 45%.

Este sesgo no existía hasta la llegada de Tezanos al cargo en 2018, como ya mostramos. En la preelectoral de las elecciones generales de 2016, por ejemplo, el CIS sobrestimó a la izquierda, pero apenas seis meses antes la había infraestimado.

No es raro que los datos brutos de una encuesta tengan sesgos. Puede ocurrir que entre las personas que localizan los encuestadores, o entre las que aceptan responder el sondeo, haya más votantes de ciertos partidos. Si las personas de temperamento conservador son más reacios a expresarse, por poner un ejemplo, es lógico que en las encuestas falten votantes conservadores. Pero lo que llamamos cocina existe para minorar esos problemas, usando métodos probados, como la ponderación o el raking. El problema del CIS no es un sesgo de sus datos crudos, sino constatar que, desde que llegó Tezanos, ese sesgo no se corrige luego para producir la mejor estimación posible.

“No se crean las encuestas”

En una comparecencia en el Congreso esta semana, Tezanos volvió a recomendar a la gente que “no se crea las encuestas”, porque se rodean de una gran incertidumbre, y repitió algo que dice desde su llegada, que su propósito no es ser “adivino” de lo que va a ocurrir. Es un mensaje falaz e impropio de quien dirige un centro público que se dedica, precisamente, a hacer encuestas para la investigación social.

Primero, es una incongruencia. Si las encuestas no fuesen creíbles, si no fuesen capaces al menos de aproximarnos a la realidad de un país, ¿cómo se justificaría el presupuesto del CIS? No quiero confundir a nadie: yo creo que el centro cumple una función útil, pero si lo creo es porque las encuestas sirven.

Segundo, es un mensaje falso: a las encuestas se les puede (y se les debe) exigir cierto grado de acierto. Sociólogos y politólogos recuerdan siempre que los sondeos son valiosos no tanto por predecir elecciones —aunque eso tiene utilidad—, sino como instrumento para conocer la realidad. Pero esa utilidad mayor solo existe si las encuestas son creíbles, si miden lo que piensa la gente. ¿Y cuál es una forma sencilla de comprobar eso? Demostrar que tus encuestas predicen el voto. Es un ejercicio de calibración casi perfecto: la gente responde tus sondeos y luego van por millones a expresar su verdadera opinión en una urna.

“El nuevo método no pretende acertar, no somos adivinos”. Nos lo dijo Tezanos en otoño 2018, cuando introdujo su primer cambio metodológico. Y esa promesa la cumplió: sus estimaciones han acertado poco. Pero la generalización es falsa, porque muchos encuestadores, en todo el mundo, sí hacen sus sondeos para acertar. Las encuestas no son ni brujería, ni precisas como una mira láser, pero funcionan dentro de unos márgenes. Son la mejor herramienta que tenemos para conocer las ideas de millones de personas y por eso son esenciales a la ciencia social.