6 febrero 2016

Ya rompió en su día con el diario PÚBLICO del que también su columnista hasta 2009

Rafael Reig despedido de ELDIARIO.ES por Ignacio Escolar tras sus ataques a Podemos «Sólo es un PSOE con coleta y piercing»

Hechos

El 6.02.2016 el digital ELDIARIO.ES confirmó que había prescindido de las colaboraciones de D. Rafael Reig.

Lecturas

RAFAEL REIG HABÍA ESCRITO:

«No solo vive, sino que el bipartidismo crece y se multiplica. Podemos no es más que un PSOE con escote y coleta, con piercing y en ropa informal, más atractivo para la atolondrada juventud, con más aspecto de izquierdas, pero en esencia la misma propuesta acomodaticia y complaciente que ofrecía el PSOE de 1982. Una versión beta del PSOE, menos vomitiva que aquello en lo que el poder ha convertido al PSOE. Por así decir, el mismo PSOE con una deriva de pocos grados a la izquierda. Ciudadanos no es más que un PP alegre y desenfadado, con la pezuñas recortadas y menos cara de vinagre, pero en esencia con la misma propuesta sin complejos y en favor de una sola libertad: la de las empresas. Una versión beta del PP, menos intragable que aquello en lo que el poder ha convertido al PP. Por así decir, el mismo PP con una deriva de pocos grados a la izquierda».

22 Diciembre 2015

Podemos no es más que un PSOE con escote y coleta, con piercing y en ropa informal

Rafael Reig

A los votantes

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Tras anunciar a bombo y platillo, y hasta con palmas, el fin del bipartidismo, acabamos de comprobar que está en plena forma todavía: la mayoría absoluta de los votantes ha elegido al PP y al PSOE. Los votos de ese agónico bipartidismo suman más que los del resto de los partidos juntos.

Por tanto el famoso bipartidismo goza de excelente salud. Es la primera constatación con la que cualquiera se tropieza al conocer los resultados.

No solo vive, sino que el bipartidismo crece y se multiplica.

Podemos no es más que un PSOE con escote y coleta, con piercing y en ropa informal, más atractivo para la atolondrada juventud, con más aspecto de izquierdas, pero en esencia la misma propuesta acomodaticia y complaciente que ofrecía el PSOE de 1982. Una versión beta del PSOE, menos vomitiva que aquello en lo que el poder ha convertido al PSOE. Por así decir, el mismo PSOE con una deriva de pocos grados a la izquierda.

Ciudadanos no es más que un PP alegre y desenfadado, con la pezuñas recortadas y menos cara de vinagre, pero en esencia con la misma propuesta sin complejos y en favor de una sola libertad: la de las empresas. Una versión beta del PP, menos intragable que aquello en lo que el poder ha convertido al PP. Por así decir, el mismo PP con una deriva de pocos grados a la izquierda.

Así que, bien por partenogénesis, bien mediante infame cópula con íncubos súcubos, los dos grandes partidos han conseguido reproducirse y criar a su pechos cada uno un sonriente retoño que se le parece mucho, pero en versión para jóvenes (o para mayores con reparos). Son como suplementos dominicales de un periódico serio que los más peques de la casa ya no leen, pero de cuyo suplemento dinámico, juvenil, refrescante, frívolo y osadísimo no se pierden ni una coma.

¿No queríamos bipartidismo? Pues dos tazas. El periódico de siempre más los nuevos suplementos para jóvenes aventureros, un poquito más a la izquierda.

Mi pregunta para los votantes es: ¿no decían que no querían bipartidismo?

Pues ya ven, no solo han votado por mayoría absoluta al PP y al PSOE, sino que, si sumamos Ciudadanos y Podemos, la cara B de ambos, han votado por casi unanimidad al bipartidismo. Los mismos dos partidos, pero en dos opciones cada uno: para quienes tienen ya tragaderas de sobra y se resignan, en versión original; para los más melindrosos, en la nueva versión con envase de colores supersolidarios y comprometidos con el medio ambiente.

¿Nueva política? Más bien se trata del bipartidismo de siempre, pero ahora por fin en estéreo.

Lo único nuevo está siendo, por supuesto, la desaparición de la izquierda y la contención del independentismo (gracias a Podemos).

En resumen, otra vez un resonante triunfo del bipartidismo. Es decir: de las dos marcas que la misma empresa lanza para acaparar toda la cuota de mercado.

Enhorabuena a todos por esta gran fiesta de la democracia.

06 Febrero 2016

La marcha de Rafael Reig

José Cervera

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Dentro de un medio de comunicación  el papel de la opinión es diferente al de la información, y ambas deben estar claramente separadas. La información debe aspirar, aunque la perfección no se consiga nunca, a transmitir sin preconcepciones ni sesgos; a funcionar como un trasiego trasparente de datos lo más libres que sea posible de interferencia o prejuicio. La opinión, en cambio, es diferente: sesgada por naturaleza, su papel es funcionar como una lente coloreada que con un poco de suerte nos ayuda a comprender mejor con su deliberado intento de convencernos, permitiéndonos contemplar los hechos desde otro punto de vista ajeno, estemos o no de acuerdo. Por eso la opinión es de suyo polémica, parcial, sesgada y dada a la controversia y a despertar pasiones, a favor y en contra. Por eso muchos lectores están especialmente atentos a esta sección, sus dimes y diretes.

Y por eso cuando las columnas de un columnista tan interesante, tan audaz, tan a contracorriente  y tan intensamente polémico como Rafael Reig dejan de aparecer con su regularidad acostumbrada los lectores toman nota, y preguntan.

Lectores como José Luis, de Madrid:

«Estimado defensor, como socio me gustaría saber la causa de la baja Rafael Reig, si es posible, por favor. Simplemente por razón de transparencia. Muchas gracias de antemano.»

Patricio, de Oviedo:

«Solamente quería saber qué ha pasado con la columna semanal de Rafael Reig que ha desaparecido sin ninguna explicación desde el pasado 22 de diciembre. ¿Se ha prescindido de él como columnista o colaborador? Si ha sido así ¿cuáles han sido los motivos? ¿Algún tipo de censura ideológica? Como socio y seguidor de la columna de Reig me gustaría tener una explicación clara de este asunto para poder seguir confiando en eldiario.es. Un saludo»

Santi, de San Juan de Aznalfarache:

«Esto no es una queja (al menos, no aún) y tampoco una sugerencia, pero no sé a que otro sitio enviarla. He sabido recientemente que Rafael Reig ha dejado de colaborar con el Diario. Puesto que le seguía con muchísimo interés, quisiera saber, si es posible, cual ha sido la causa de su marcha. Gracias y un saludo, Santi»

Miguel, de Madrid:

«Hola. Me acabo de enterar por vías extraoficiales que eldiario ha prescindido de la colaboración de Rafa Reig. Rafa es una de las firmas más leídas de el diario, presente desde los inicios de la publicación. Somos muchos los socios que, más allá de estar de acuerdo o en desacuerdo con sus columnas, valoramos la calidad de su escritura, lo estimulante de sus opiniones, lo original de sus enfoques y didáctico de sus argumentos. Rafa nos nos refuerza en nuestras creencias sino que nos hace pensar. Con la salida de Rafa eldiario pierde pluralidad y riqueza, y supone además un pésimo mensaje a navegantes: criticar a determinada formación política puede suponer la salida del periódico. Y esta manera de enterarse, sin un comunicado por parte de eldiario, tampoco es de recibo: un cero a en la transparencia de la que tanto presumís.»

O Sergio, desde Luxemburgo:

«Hola: Disculpad que os moleste. Os escribo con cierta inquietud porque hace ya un par de semanas que no veo que se publiquen los artículos «Carta con pregunta» de Rafael Reig. Confío en que ese silencio no suponga la interrupción de la colaboración de Rafael Reig con eldiario.es Espero y anhelo que me podáis confirmar que podremos seguir disfrutando y leyendo sus artículos. No creo que haga falta decir cuán necesarios son… Muchas gracias de antemano. Un cordial saludo, Sergio»

Preguntado al respecto el director de eldiario.es, Ignacio Escolar, responde lo siguiente:

«Desde hace unos meses, estamos apostando más por la información que por la opinión porque el número de columnas y blogs que publicamos cada día es a veces excesivo. En información, nuestro crecimiento es claro: en los últimos meses hemos contratado a 10 periodistas. Y en opinión, el presupuesto también ha aumentado, pero no tanto porque como director considero que la información es en este momento lo prioritario para eldiario.es. Además, recientemente hemos añadido nuevas firmas y secciones que incluyen opinión de temas de internacional –con los acuerdos que hemos firmado con The Guardian y con Project Syndicate– por lo que el espacio en nuestra portada para la opinión (y su presupuesto) no podía crecer indefinidamente. Tenía que reducirse por alguna otra parte.

Rafael Reig no es el único colaborador afectado por estos cambios. Tampoco siguen Agenda Pública, El Asombrario o Rosa Paz, hemos rebajado la periodicidad de otras firmas (Calleja, López Medel…) y estamos reduciendo el número de colaboradores puntuales y tribunas invitadas que publicamos.

Tomar este tipo de decisiones no es fácil, pero en ningún caso hemos tenido en cuenta las simpatías o antipatías de estos colaboradores a favor en contra de ningún partido y hemos intentado respetar la pluralidad de una sección de opinión que, dentro de unos valores sociales, sea lo más heterogénea posible. De hecho, como bien sabe el defensor, las críticas sobre nuestro supuesto sesgo editorial partidista siguen siendo bastante contradictorias: un día somos de Podemos, al siguiente del PSOE, al siguiente de IU… La realidad es que seguimos siendo un medio independiente: nos podemos equivocar o acertar, pero no hay ninguna mano negra detrás de nuestro trabajo.»

Rafael Reig no era uno más entre los columnistas de eldiario: su  Carta con Respuesta rara vez dejaba algún títere con cabeza, sistemáticamente retorciendo las preconcepciones de incluso los más ideológicamente comprometidos y exponiendo las fracturas en los discursos que pensábamos mejor hilados. Su columna era de esas que se abandonan moviendo la cabeza ligeramente a un lado y a otro, con frecuencia disconformes con lo leído pero con una nueva duda bullendo en el cerebro; ese tipo de artículo que nos hace más sabios, menos intransigentes, más abiertos y mucho menos esclavos de discursos o ideologías precocinadas. Se le echará de menos; esperemos que ese cambio de estrategia hacia ofrecer menos gafas coloreadas y más información transparente compense ésta y otras pérdidas, y que en su conjunto eldiario.es mejore. Tanto los lectores como el defensor de la comunidad miraremos por que así sea.