27 mayo 2025

Pelaez aseguraba que Simón había dicho “a mí no me sirvió de nada ir a la Universidad” para poder vincularla con 'protestas falangistas' contras las universidades

Raquel Peláez atribuye un entrecomillado falso a su compañera de EL PAÍS, Ana Iris Simón, para criticarla y es forzada a rectificar

Hechos

El 27 de mayo de 2025 Dña. Raquel Pelaez publica el artículo de EBAU contra el fascismo.

Lecturas

Dña. Raquel Peláez dedica su columna de EL PAÍS del 27 de mayo de 2025 a denunciar los ataques a la Universidad que, según ella, coinciden con el resurgir del fascismo-falangismo. En su artículo alude a esa joven obrerista muy leída que dice “a mí no me sirvió de nada ir a la Universidad”.

Aunque no dice su nombre, la aludida es la también columnista de EL PAÍS, Dña. Ana Iris Simón, a la que la Sra. Peláez ya dedicó un artículo a atacarla el 25 de mayo de 2025 cuando dijo que se estaba convirtiendo en «la musa de los opinadores más carcas del panorama nacional«, en un ataque conjunto el mismo día, dado que coincidió que el Sr. Maestre publicaba en la web de La Sexta un artículo comparando los argumentos de la Sra. Simón con los de la extrema derecha francesa.

En el artículo de ‘EBAU contra el fascismo’, por tanto, se vuelve a asociar a la Sra. Iris Simón con Falange, en la misma línea de lo que ya defendía la Sra. Peláez en su artículo de 2021.

ACTUALIZACIÓN POR PARTE DE EL PAÍS

Al contrario que en mayo de 2021, cuando la Sra. Simón no formaba parte de la plantilla de EL PAÍS, ahora si lo forma, y aunque eso no ha impedido que se sigan publicando ataques como en 2022 el del Sr. Nacho Corredor, en esta ocasión se da la circunstancia de que la columna ha sido actualizada y la dirección de EL PAÍS, en un recuadro, ha reconocido que el entrecomillado inicial no era veraz, evitando – eso sí – dar el nombre de la persona manipulada, lo que permite suponer que ha habido alguna indicación por parte de la aludida o alguno de sus colaboradores de que la cita no era veraz.

Y lo inicialmente era  «esa joven obrerista muy leída que dice ‘a mí no me sirvió de nada ir a la Universidad’, pasó a ser «esa joven obrerista muy leída que, me ha parecido a mí, deja entrever en su obra, que la Universidad no mejoró su vida material».

Además la dirección de EL PAÍS de la Sra. Pepa Bueno incluyó la nota: «Fe de errores, en una versión anterior en este artículo se citaba una frase entre comillas que respondía a una interpretación de la autora y no a una cita literal».

LA PRIMERA VERSIÓN:

LA VERSIÓN ACTUALIZADA:

27 Mayo 2025

EBAU contra el fascismo

Raquel Peláez

Leer

El viernes pasado fui a ver un concierto de un tipo que cantaba con lamentos añorantes a los amaneceres de la mano de su abuela en la lonja de una ciudad de puerto fiero donde la reconversión, según él, hace tiempo que acabó con una forma de vivir durísima pero libérrima. Como para mí la libertad es vivir sin miedo (al hambre, al dolor, a la injusticia, a la violencia) le pregunté al amigo que me llevó al recital si él sabía a qué se refería: “Bueno, es que es rojipardo”. Comprendí: libertad para barnizar de romanticismo los trabajos manuales, pero luego los cursillos de albañilería que los hagan los rumanos del pueblo. Cada vez que aparece un poeta nostálgico del deslome ajeno me acuerdo de esa joven obrerista muy leída que dice “a mí no me sirvió de nada ir a la Universidad”. Está España llena de licenciados acostumbrados a pedir un Glovo hasta para conseguir droga asegurando que el título no les ha servido para nada; y el mundo abarrotado de necios que cuando ven un móvil, en lugar de identificar una puerta mágica de acceso a toda la sabiduría humana solo ven un ventilador perfecto para esparcir mierda. Ahora que lo pienso, todo este descrédito a la Universidad y al conocimiento avanzado se produce justo cuando vuelve a estar permitido que Falange se manifieste por las calles con pancartas que reivindican trabajo para los de aquí. A mí, mi abuelo, el que trabajó en una empresa cuyo carbón terminaba en el puerto fiero, me subió de niña al tren de vapor que aún funcionaba entre Ponferrada y Villablino; pero de mayor me acompañó a buscar pensión a Santiago de Compostela, la ciudad donde cursé estudios superiores y aprendí a amar. Tengo una foto que nos hicimos juntos en el mirador de la Alameda. Allá al fondo se alza la catedral y a un lado ondea la bandera del Rectorado. Por algo el gaudeamus igitur dice: mueran la tristeza y los que odian.