10 enero 2014
El escritor se ha sentido herido por la obra 'La Carne para los niños' donde, aunque no se le cita, cabía deducirse referencias a él
Raúl Argemí, expareja de Cristina Fallarás, la reprocha en Internet que ‘le faltaba dinero para dar de comer a sus hijos pero no para el alcohol ni la cocaína’

Hechos
El 10 de enero de 2014 D. Raúl Argemí publica en su blog errea2013.blogspot.com el artículo «La carne para los niños o el alcohol y la cocaína.’.
Lecturas
Dña. Cristina Fallarás, escritora y periodista, había saltado a la fama tras presentar su desahucio de noviembre de 2012 como una martirio y lograr ser contratada por EL MUNDO, Mediaset y ELDIARIO.ES como una mártir del injusto sistema capitalista, que ponía en peligro sus capacidades para mantener su casa y dar de comer a sus hijos. En su entrevista en ‘El Programa de Ana Rosa’ del 16 de noviembre de 2012 Dña. Cristina Fallarás aludía a su pareja, D. Raúl Argemí, como un escritor sin suficientes recursos como para poder ayudar lo suficiente en esa situación.
En enero de 2014 Dña. Cristina Fallarás estrena su espectáculo ‘La carne para los niños’, cuando ya ha roto su relación con D. Raúl Argemí. En su historia se presenta como una madre coraje que sacrificaba todo por sus hijos, incluso quedándose sin comer para que se alimentaran ellos. En la obra había partes que podían considerarse despectivas hacia el Sr. Argemí sin citarle, al menos este se dio por aludido y decidió responder desde su blog errea2013.blogspot.com con el artículo «La carne para los niños o el alcohol y la cocaína.’.

10 Enero 2014
La carne para los niños o alcohol y cocaína
Cristina Fallarás es una fabuladora que cree en sus fabulaciones. Tal vez ser escritor justifique ese detalle, que sea como los malos actores, que no saben dónde termina su piel o su culo y donde comienza Hamlet, o en este caso Ofelia.
Su reciente espectáculo, con música del bandoneoista Marcelo Mercadante, se titula ‘La carne para los niños’, y es un rejunte de textos o intenciones de sus dos últimos libros, ‘Últimos días en el Puerto del Este’ y ‘A la puta calle’.
No me ocuparía de las fabulaciones de Cristina Fallarás si no fuera que compartí los últimos años con ella y soy el ‘fantasma’ detrás de esos dos libros, a quién se supone que, la ahora monologuista, dirigió en su momento la susodicha frase.
Me consta, porque tengo memoria de elefante, que nunca dijo ‘la carne para los niños’ en el contexto que construye su espectáculo. La frase surgió en una impronta inspiracional, en el curso de una entrevista; como una recreación de ‘lo que me gustaría haber dicho’, algo que suele sucederle a cualquiera. Y luego, como era efectiva, Fallarás la repitió hasta creérsela ella misma.
Me consta que mientras escribía los dos libros, le pudieron faltar monedas para dar de comer a sus hijos, pero nunca le faltó para alcohol y cocaina. Para eso están los amigos. No yo, claro, yo no soy su amigo. Nunca por el alcohol y la cocaina, y ahora en ninguna otra parte.
En fin, que me estoy cansando de los mártires fraguados y sus putos circos, sobre todo si me involucran, aunque sea indirectamente. El espectáculo de Cristina Fallarás es efectivo, me costa, pero es pura ficción. Sólo un país de derecha como España se la puede suponer ‘roja’, lo que en Argentina llamaríamos ‘zurda’.
Es una señora pija – cheta – que llora por haber perdido privilegios que suponía naturales. Tan naturales como los de su rey Juan Carlos, y su parentela. La suya y la del rey.