3 noviembre 1994
La fiscalía de Yelstin considera que esos bienes pertenecían a Rusia y que los dirigentes del PCUS se apropiaron de ello e incumplieron en delito al enviarlo a países extranjeros
Rusia desvela que el PCUS estuvo mandando dinero al PCE, al PCPE, al PCC y a CCOO de Madrid entre 1971 y 1990
Hechos
- El 30 de agosto de 1992 el diario El País publicó la denuncia de la fiscalía de Rusia sobre el dinero que el PCUS había estado enviando a España.
- Los días 3 y 4 de noviembre de 1994 el diario ABC repitió la acusación y adjunto copia de los recibos que había remitido la fiscalía de Rusia a España.
Lecturas
¿FINANCIACIÓN SOVIÉTICA A LOS PARTIDOS COMUNISTAS DE ESPAÑA?
DOCUMENTOS QUE REMITE LA FISCALÍA RUSA AL FISCAL GENERAL DE ESPAÑA.
Documento del PCUS reconociendo la ayuda económica a organizaciones comunistas de España.
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Carta del Partido Comunista de España (PCE) pidiendo dinero a la URSS. Firma D. Víctor Cueto.
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Recibo de D. Julio Anguita González (secretario general del PCE desde 1988) tras recibir dinero de la URSS.
Recibo de D. Gerardo Iglesias Argüelles (secretario general del PCE entre 1982 y 1988) tras recibir dinero de la URSS.
Recibo de D. Ignacio Gallego (secretario general del Partido Comunista de los Pueblos de España entre 1984 y 1988, prosoviético) tras recibir dinero de la URSS.
Recibo de D. Román Serradell Pérez (dirigente del Partido Comunista de los Pueblos de España, prosoviético) tras recibir dinero de la URSS.
Recibo de D. Fidel Alonso, secretario general del sindicato CCOO en Madrid hasta su expulsión por prosoviético tras haber recibido dinero de la URSS.
Recibo de D. Víctor Cueto (dirigente del PCE) tras haber recibido dinero de la URSS.
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Tanto EL PAÍS como el ABC publicaron reportajes sobre el tema con el título ‘El Oro de Moscú’.
30 Agosto 1992
El Oro de Moscú. En 1989, el PCE seguía recibiendo dólares de la URSS
150.000 dólares a Julio Anguita, 100.000 dólares a Gerardo Iglesias, 200.000 a Josep Serradell… Tan generosas aportaciones para las cabezas visibles del comunismo español no podían proceder más que del partido hermano de la Unión Soviética. El oro de Moscú regresaba de alguna manera a su origen. Sin embargo, esto no sucedía hace una decena de años, sino hasta fechas tan recientes como 1989. Mientras Mijail Gorbachov buscaba con denuedo inversiones occidentales para su país, el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) se dedicaba a ayudar a los pequeños de la familia comunista, algo que desmienten todos los implicados.
Estos datos, si no conocidos al menos sospechados se confirman ahora con la salida a la luz de documentos altamente secretos del KGB. Entre ellos consta el montante del donativo, el partido destinatario, el receptor físico del dinero y la fecha en que se hace entrega. Curiosamente los perceptores de la ayuda sólo tenían que firmar una hoja en blanco con la fecha y la mención recibí escrita en su propio idioma. Un número de registro en tinta negra dejaba constancia de que tan peculiar recibo correspondía a la entrega especificada en el documento. Con todo, parecen pocas precauciones para movimientos de dinero que en algún caso alcanzaron los tres millones de dólares (donativo al Partido Comunista de Estados Unidos en marzo de 1988).
Los documentos, autentificados por el sello del Comité Central del PCUS, involucran a Julio Anguita y Gerardo Iglesias, en su calidad de sucesivos secretarios generales del PCE y a Josep Serradell, como secretario de organización del Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE). Las fechas de estas entregas van del 26 de enero de 1988 al 10 de mayo de 1989. No figura el lugar donde se realizan los pagos.
De acuerdo, con el material ahora hecho público Anguita recibió dinero en tres ocasiones: el 1 de julio de 1988 (150.000 dólares), el 5 de octubre de 1988 (50.000 dólares) y el 10 de mayo de 1989 (150.000 dólares). Poco antes de que accediera a la secretaría general del PCE, su predecesor, Gerardo Iglesias, recibió otros 100.000 dólares, el 27 de enero de 1988. A Serradell se le entregaron, siempre según la misma fuente, dos remesas de 200.000 dólares, el 26 de enero de 1988 y el 11 de abril de 1988.
Los intentos de recabar alguna declaración de Anguita al respecto resultaron fallidos. Un portavoz de Izquierda Unida comunicó a este diario que no quiere entrar en el tema y que le da igual porque tiene la conciencia tranquila.
Al comentarle el asunto, Iglesias estalló en una carcajada, «En principio, me suena a película del oeste», declaró todavía entre risas. El ex dirigente del PCE quien desde que abandonara la secretaría general se encuentra alejado de toda actividad política, según señaló con insistencia que durane el tiempo de su mandato «el partido no tuvo como vías de financiación otros partidos». «Precísamente, había numerosas dificultades económicas y tuvimos que salir adelante con créditos o vendiendo propiedades», aclaró desde Gijón en una conversación telefónica. Iglesias añadió además que en esa época ‘las relaciones del PCE con el PCUS eran fatales». De todas formas, no descartó la posibilidad de una entrega puntual por algún motivo que se le pudiera escapar, aunque precisó que tenían dificultades incluso para recibir el dinero de sus militantes residentes en la URSS. Reconoció haber oído hablar del Fondo Internacional de Ayuda al os Movimientos Obreros de Izquierda, pero negó haber recibido ninguna ayuda de él.
«Esa firma que hay ahí no tiene nada que ver conmigo», aseguró por su parte Serradell sin necesidad de echar un vistazo al papel. Los recibí que se atribuyen al dirigente comunista catalán, en nombre del PCPE, están rubricados con una R, tal vez la inicial de Román, el alias por el que se le conocía en la clandestinidad. En su opinión se trata de ‘una buena invención con objeto de perjudicar a gente ajena’. Serradell, de 76 años, no se mostró sorprendido cuando EL PAÍS le llamó para contrastar la información. «Forma parte de la propaganda política», manifestó, «el PCPE, que yo sepa, nunca recibió dinero del PCUS, ni de ningún otro partido». La misma negativa se recogió del veterano comunista Gregorio López Raimundo. «Mientras yo estuve al frente del PSUC [Partido Socialista Unificado de Cataluña] nunca recibí dinero alguno del PCUS, ni de la URSS», aseguró a este diario. López Raimundo, de 78 años, descartó también la posibilidad de que el PCE, de cuya ejecutiva formó parte, hubiera sido perceptor de dinero soviético.
Además de las entregas a comunistas españoles, el libro La Conspiración del Kremlin, incluye fichas del mismo periodo referidas a los partidos comunistas de Estados Unidos, Irlanda y Portugal. Las cantidades destinadas a estos superan mucho los donativos a los españoles. Así, por ejemplo a Octavio Pato, del Partido Comunista de Portugal, recibió cerca de 1.5 millones de dólares, los últimos 500.000 en fecha tan reciente como febrero de 1990.
03 Noviembre 1994
El Oro de Moscú
La copiosa asistencia financiera de la extinta URSS a los partidos comunistas occidentales, a sindicatos afines, y a la tupida malla de organizaciones de fachada era uno de esos lugares comunes que formaban parte de las reglas de juego de la ‘guerra fría’.
Pero una cosa es la convicción y otra la evidencia. Y ABC suministra hoy evidencias documentales de que, entre 1982 y 1990, el PCE, el PC de Cataluña, la escisión pro soviética del Partido Comunista de los Pueblos de España y la Federación Madrileña de CCOO recibieron al menos, cuatro millones de dólares. No quiere ello decir que la asistencia financiera soviética se limitara a esta cantidad. De hecho, en los propios documentos que ABC publica en exclusiva se alude a la entrega del papel para la impresión del órgano del partido fundado por Ignacio Gallego, así como a la existencia de inversiones inmobiliarias y de ‘empresas amigas’, canalizadoras del intervenido comercio exterior, parte de cuyos beneficios estarían afectados al sostenimiento de los ‘partidos hermanos’.
Lo que sí consta es que las firmas de Fidel Alonso de CCOO, de Justiniano Martínez, Ramón Serradell e Ignacio Gallego, del PCPE, y de Gerardo Iglesias, V. Cueto y Julio Anguita, del PCE, aparecen al pie de veinticuatro recibos. El más antiguo de ellos es del 19 de octubre de 1982; el más reciente, suscrito por Julio Anguita, del 21 de marzo de 1990.
Sin duda, el curso de los acontecimientos convierte hoy estos documentos en elementos para el conocimiento de nuestra historia inmediata antes que en razones para el escándalo o argumentos para el debate político. El mismo día en que se anuncia la ruptura del acuerdo de truque de petróleo por azúcar entre Rusia y Cuba sería extravagante suponer que existen posibilidades de que la formación que lidera Anguita pueda seguir recibiendo estas modalidades de auxilio.
Esta reflexión no exime del deber de dilucidar si los partidos que recibieron aquellas ayudas infringieron las normas sobre financiación de partidos y limitación de gastos electorales y sobre cómo hicieron lucir tales aportaciones en la documentación aportada ante el Tribunal de Cuentas.
Pero lo más llamativo es que estas informaciones surgen es que estas informaciones surgen de la petición de auxilio cursada al anterior Fiscal General del Estado por su homólogo de la Federación Rusa, petición clamorosamente desatendida. Desde la perspectiva rusa, se trataba de perseguir penalmente las malversaciones cometidas por el PCUS al disponer ilegalmente de divisas depositadas en el Banco de la URSS. ¿Por qué Eligio Hernández no dio cumplimiento al ruego del fiscal ruso y dejó sin solicitar el testimonio que se le perdía a los dirigentes concernidos? ¿No se ha producido una indefensión de éstos, al privarles de facilitar explicaciones? ¿Se habría preferido reservar esta información para su utilización gubernamental oportunista, electoral o parlamentaria, en lugar de darle su oportuno curso procesal? Las respuestas son inexcusables.