30 mayo 1985
La decisión fue tomada por el director de La 2, Enrique Nicanor, de acuerdo con José María Calviño
TVE decide suprimir el programa ‘Estudio Abierto’ de José María de Iñigo, que rechaza presentar los últimos programas
Hechos
El 30.05.1985 el programa ‘Estudio Abierto’ de La 2 (TVE) dejó de emitirse por la negativa de su presentador D. José María Iñigo a realizarlo tras comunicarsele la decisión de RTVE de cancelar el programa a partir de la siguiente temporada.
Lecturas
En mayo de 1985 fue suprimido el programa de TVE ‘Estudio Abierto’ de D. José María Íñigo en medio de una gran asonada. El Sr. Íñigo llevaba 18 años en TVE. La decisión de suprimir el programa era responsabilidad del responsable de la segunda cadena de TVE, D. Enrique Nicanor, con el visto bueno del Director General de RTVE, don José María Calviño.
El plan del Sr. Calviño era suspender el programa discretamente al acabar la temporada en junio, para la siguiente temporada. Pero en cuanto el Sr. Iñigo se enteró, decidió darle un fin fulminante y renunció a presentarlo el mismo 30 de mayo de 1985, lo que causó que toda la profesión periodístico y se hiciera eco del ‘¿Por qué?’.
25 Junio 1985
Una lenta y estúpida agonía
Como en las muertes más triviales – muertes por agonía o simplemente por apolillamiento – la desaparición del programa de Tola sólo producirá alguna tibia esquela en las secciones especializadas de los periódicos. Para eso más le valía morir de un tiro en la sien, a ser posible propiciado por Enrique Nicanor, responsable de la beatificación profesional de José María Iñigo, un hombre que por si solo jamás hubiera llegado a los altares. EL martirio es el camino más directo a la gloria. En esto Tola no ha tenido suerte. Su programa muere aparentemente reconfortado con los auxilios espirituales de Televisión Española, pero todo es una engañifa, una burda comedia para simular que las cosas van bien y que al estilo de los matrimonios civilizados se separan como buenos amigos.
El abrazo de la muerte le impedirá a Tola subir a los titulares de los periódicos y levantar movimientos a favor de solidaridad en su favor. Iñigo, que es un maestro del pataleo, debería darle unas cuantas lecciones. Yo dudo mucho que la autenticidad de este tipo de reacciones. Me consta, sin embargo que ilustran el curriculum y mantienen la cotización en un nivel envidiable.
A Tola la muerte de ‘Si yo fuera presidente’ le pilla con el cuerpo hecho cisco por el trabajo acumulado a lo largo de tantos meses. Está el hombre que no puede ni con su alma. Comprendo su abulia. Pero si él no se reivindica, lo haremos los demás. No es bueno que Tola muera, y mucho menos con la bendición de su santidad Calviño. Hay que desconfiar por sistema de las promesas de Televisión Española y de esas palmaditas en la espalda que acompañan al inevitable ‘vuelva usted en septiembre’. Se impone una protesta, un toque de atención, un meneo, un algo. Es justo y necesario, que dicen en misa.
El programa del señor Tola ha sido la única ventana televisiva abierta de verdad a las gentes de la calle. En ‘Si yo fuera presidente’ han expuesto sus problemas pensionistas madres de familia, parados, funcionarios, navajeros, putas, genios frustrados y personal de la más diversa condición. Puesto a negociar con TVE la posibilidad de volver tras el paréntesis veraniego, Tola es partidario de hacerlo con el mismo programa o por lo menos con otro de fórmula similar.
Asimismo, en el paquete negociador, Tola sitúa en lugar preferente la estimación laboral de los profesionales que componen su equipo. El inspirador de ‘Si yo fuera presidente’ supedita cualquier nuevo proyecto de programa a los intereses de sus compañeros. No es un gesto de quijotismo aislado, sino una muestra de sensatez elemental. Ahí radica su principal diferencia con Iñigo y otras vedettes histéricas que han pasado por la tele.
Carmen Rigalt
El Análisis
En principio no tiene ninguna particularidad que al acabar una temporada de televisión o radio, los responsables de la programación decidan no contar con el espacio a la vuelta de septiembre, lo que es ya menos normal es que, enterado de que a la vuelta de septiembre la historia ya no seguía, el presentador deje de presentar el espacio en esos últimos programas.
Justo es reconocer que ‘Estudio Abierto’ era un programa especial, era el programa ‘familiar’ por excelencia, aquel en el que se juntaban todos para ver que talento oculto había encontrado el equipo que dirigía el Sr. Íñigo. Desde su llegada a la Dirección General de RTVE al Sr. Calviño se le había atribuido un supuesto plan para ‘limpiar de franquistas’ TVE. No era un programa político, aunque hubiera políticos, pero sí era un programa ‘tradicional’. aunque la audiencia en aquel momento no era algo especialmente importante, al existir sólo un canal, su audiencia era masiva en comparación con otros programas que obtenían tan buenas críticas en prensa en aquel momento como el ‘Si yo fuera Presidente’, una audiencia y una acogida (fuera de los círculos intelectuales) era más limitada.
Por tanto, la principal novedad de suprimir ‘Estudio Abierto’ es que se acababa con un símbolo tradicional de TVE, con un programa que apareció en la TVE de los años setenta haciendo célebre al presentador de los grandes bigotes, aunque – irónicamente – en el momento de ser retirado el programa, no los tenía. El mismo año TVE perdía sus dos programas más tradicionales: ‘Estudio Abierto’ y ‘La Clave’.
J. F. Lamata