2 septiembre 1969

El Ejército proclama una República socialista árabe y anuncia que cualquier oposición será castigada con la pena de muerte

Un Golpe de Estado derriba la monarquía del Rey Idris en Libia y la reemplaza por la dictadura socialista del coronel Gadafi

Hechos

1.09.1969 un Golpe de Estado depuso al rey de Libia, Idris I, que fue reemplazado por el gobierno del coronel Muamar el Gadafi.

Lecturas

Un grupo de oficiales jóvenes, del ala izquierda del ejército, dirigidos por el coronel Muammar el Gaddafi, ha derrocado al rey Idris, que está en Marruecos en viaje oficial, y ha instaurado un Consejo Supremo de la Revolución.

Según un portavoz del consejo militar, la revolución tiene por objeto devolver el poder al pueblo bajo el lema de ‘Unidad Popular y Socialismo’.

También advirtió que cualquier intento contra la revolución sería aplastado y que desde ahora el país se llamaría República Árabe de Libia.

El príncipe heredero Hassar El Reda anunció por radio Trípoli que había abdicado y que apoyaba la nueva dictadura de Libia encabezada por Gaddafi.

02 Septiembre 1969

Beneficio para la Unión Soviética

Miguel Torres

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El golpe de Estado que ha derribado la Monarquía en Libia puede tener gravísimas consecuencias en estos momentos. Por su situación en el Norte de África, por su larga costa mediterránea, por el codiciado valor estratégico de sus puertos y por la importancia económica de sus yacimientos petrolíferos, Libia puede desempeñar un papel muy importante en esta hora de recrudecimiento de la tensión en Oriente Medio y de masiva presencia naval soviética en el Mediterráneo.

Un brusco viaje del país hacia las formas del socialismo árabe (bien sean implantadas por Nasser en Egipto o las más revolucioonarias del basismo sirio y también del irakí) alteraría inmediatamente el precario equilibrio de fuerzas en la región. La actitud conciliadora del Rey Mohamed Idris el Senussi, sus cordiales relaciones económicas, políticas y militares con Occidente (aunque en 1967, y presionado desde el exterior, exigió de los Estados Unidos y la Gran Bretaña la evacuación de las bases militares que tenían en su territorio, evacuación que no se ha cumplido del todo) había convertido desde hace tiempo al país en objetivo de conquista revolucionaria. Aprovechando una larga ausencia del anciano Rey Idris, que se halla en el extranjero para recibir tratamiento médico, los jóvenes turcos del Ejército libio se han impuesto al heredero, príncipe Hassan Al-Rida, sobrino del Monarca, pues éste carece de descendencia directa.

La caída del régimen libio hay que desdoblarla en dos vertientes, que son las de los dos posibles beneficiarios del golpe. En primer lugar están los países árabes progresistas, que intentarán canalizar en beneficio de su causa las enormes riquezas petrolíferas – unos cien millones de toneladas anuales de petróleo bruto – del país y que recabarán una activa participación libia en la lucha contra Israel.

El segundo beneficiario probable es la Unión Soviética, a la caza de bases para su despliegue naval por el Mediterráneo.

La nota oficial hecha pública por el Consejo revolucionario que se ha hecho cargo del Poder no admite dudas sobre el carácter del golpe de Estado. Anuncia el establecimiento de un régimen revolucionario, socialista, progresista, anticolonialista y antirracista, que se propone ablir todas las instituciones del antiguo sistema y que castigará con la pnea de muerte cualquier protesta contra la revolución triunfante.

Miguel Torres