13 febrero 2008

Rodríguez Zapatero a Iñaki Gabilondo (CUATRO) cuando creía que no se le oía: «Nos conviene que haya tensión»

Hechos

El 13.02.2004 D. José Luis Rodríguez Zapatero fue entrevistado en CUATRO (Sogecable) por D. Iñaki Gabilondo.

Lecturas

Al acabar la entrevista, mientras salían los créditos se escuchó lo que el Sr. Gabilondo comentaba con el candidato del PSOE que aún tenía el micrófono puesto.

D. Iñaki Gabilondo: ¿Cómo os va? ¿Qué datos tenéis?

D. José Luis Rodríguez: Bien, lo que pasa es que nos conviene que haya tensión.

D. Iñaki Gabilondo: A mí me parece que os conviene bastante.

D. José Luis Rodríguez Zapatero: Esta semana voy a tener que empezar a dramatizar. Que si no, la gente no responde.

IÑAKI GABILONDO PIDE DISCULPAS A ZAPATERO POR LA FILTRACIÓN DEL AUDIO

En los informativos de la noche 14.02.2008 D. Iñaki Gabilondo pidió disculpas el Sr. Rodríguez Zapatero en ‘Noticias CUATRO’: «Fue un descuido nuestro. Fallo de mal anfitrión. El contenido de la confidencia es convencional. Un comentario pequeñito, en modo alguno relevante. Algunos colegas ven crecer la hierva que no existe. Algunos con muy poquita cosa organizan una cruzada».

Fernando Sánchez Dragó en el ‘Diario de la Noche’ de TELEMADRID de la noche 14.02.2008 emitió el fragmento de CUATRO: «Acaban de ver ustedes un ejemplo de neutralidad informativa y de periodismo imparcial. Allá Iñaki, que en su derecho está si quiere hacer de su capa de periodista un sallo al servicio del poder».

PIFIA DE LA SEXTA, QUE TUVO QUE RECTIFICAR POR ACUSAR A EL MUNDO DE MENTIR

El guión del programa de LA SEXTA ‘Sé lo que Hicisteis’ interpretado por D. Daniel Mateo el mediodía del 14.02.2008 se burló de EL MUNDO por transcribir la conversación de las frases que según este programa «nadie había podido escuchar». Cuando a la noche de ese mismo día el audio ya se había viralizado en Internet y el propio Sr. Gabilondo lo reconoció como real. En su programa del 15.02.2008 discretamente reconocieron la veracidad de EL MUNDO aunque no se disculparon por haberse burlado de ellos el día anterior.

14 Febrero 2008

La mejor entrevista de Iñaki

Ignacio Villa

Leer

Quién le iba a decir a Iñaki Gabilondo que la mejor entrevista  de su carrera periodística, la entrevista de su vida, la haría a media luz, con los micrófonos teóricamente apagados y sin audiencias millonarias escuchando en directo. Hay que reconocer que no deja de ser frustrante para la vanidad periodística. Después de una hora de entrevista suave, acaramelada y empalagosa al presidente del Gobierno, la clave de la trayectoria política y electoral de Zapatero la escuchó Iñaki Gabilondo cuando Cuatro había dejado de emitir. Al final, mira por donde, ha sido el mismo Iñaki que siempre trata entre algodones a Zapatero quien ha revelado al público que generar tensión y simular dramatismo son el modo que tiene el PSOE de ganar elecciones.

No es algo que pille de sorpresa a nadie. Rodríguez Zapatero lleva así cuatro años, dirigiendo el Gobierno de la agitación, la revuelta y la división. La política del Ejecutivo durante esta legislatura ha sido torticera, lastimosa y destructiva; ha buscado demoler la a todos los que se negaran a aceptan el pensamiento único. De esa manera llegó Zapatero al poder en el 2004 y así ha articulado su política durante todo este tiempo. A nadie se le olvidan las jornadas posteriores al 11 de marzo, aquellos días en los que el PSOE agitó las calles, Rubalcaba violó el día de reflexión, Zapatero intoxicó todo lo que pudo y sus terminales mediáticas se inventaron unos terroristas suicidas. Gabilondo, con total seguridad, recordará todo aquello minuto a minuto. Fue uno de los protagonistas de aquellas horas.

Por eso, cuatro años después, en esa grabación que nunca pretendieron que se diera a conocer, se percibe tanta complicidad entre ambos personajes. Nada hay en esa conversación de «colegiales», como la ha calificado el propio Gabilondo, que nos pueda sorprender. Zapatero e Iñaki saben perfectamente de lo que están hablando. Conocen muy de cerca la tensión y el dramatismo. De ahí que se entiendan a la perfección y coincidan en su diagnóstico sobre la necesaria estrategia ante las elecciones de marzo de 2008. Al fin y al cabo, no consiste en otra cosa que repetir la estrategia de hace cuatro años. Fue entonces todo un éxito para el PSOE y, naturalmente, piensan que volverá a serlo.

¿Que hay que hacer para ganar? Zapatero lo sabe: tensionar y dramatizar. Es decir, crispar e insultar; descalificar y sacar del mapa político al adversario. Ese es su objetivo y en eso se emplean sin descanso.

14 Febrero 2008

El martillo de crispadores quiere «tensión»

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

Leer

Zapatero ayer en un mitin en Sevilla: «Es el momento de decir un no rotundo e implacable a la oposición de la crispación». Zapatero hace tres días en una conversación informal con Iñaki Gabilondo, recogida por un micrófono fuera de antena: «Yo creo que lo que nos conviene es que haya tensión… a partir de este fin de semana yo voy a dramatizar». Ambos planteamientos son frontalmente contradictorios, pero permiten entender cuál ha sido y es la verdadera estrategia del PSOE y del Gobierno. El mismo presidente que pide en público un voto de castigo contra «la oposición de la crispación», confiesa en privado que sus expectativas pasan por un incremento de la «tensión» en la vida política, y por «dramatizar un poco». Así se entiende que este domingo Rodríguez Zapatero tachara al Partido Popular de «xenófobo, machista, homófobo y excluyente». La táctica no por cínica ha dejado de ser efectiva para un Gobierno que ha hecho lo posible por polarizar a la sociedad, a fin de movilizar a sus votantes. Además, el Partido Socialista no ha dudado en achacar hipócritamente al PP esa misma crispación que tanto «conviene» a sus intereses. Lo más grave no es ya convertir la confrontación en filosofía política y de Gobierno, sino poner al servicio de esta estrategia cuestiones de Estado como la lucha antiterrorista, las relaciones con la Iglesia, el concepto de nación, el orden autonómico, o las heridas de la Guerra Civil.

16 Febrero 2008

Todo un talante 'tensionador' el de ZP

Víctor de la Serna Arenillas

Leer

La cadena Ser trompeteaba el miércoles cómo Rodríguez Zapatero le gritaba al PP (en Sevilla) eso de «¡serán fariseos!» por -según él- prometer que con ellos en el poder acabará «la crispación». Lo malo para él fue que a esas horas ya habían circulado como un reguero de pólvora las frases del presidente sobre su interés en la «tensión» y en su intención de «dramatizar», frases reveladas por Veo TV y por elmundo.es (cosa que casi todos los demás medios, por cierto, obviaban al reproducirlas…). ¿Quién es el fariseo?

Al día siguiente, ABC explicaba: «Lo cierto es que Zapatero viene a reconocer con sus palabras que el PSOE está interesado en tensionar la campaña para movilizar a su electorado, algo que los estrategas de Ferraz consultados por ABC creen haber conseguido».

Es fundamental resaltar que la primera frase de Zapatero sobre «la tensión» se conoció antes de sus palabras completas, con la coletilla dramatizadora, que deja bien claro a qué tipo de tensión se estaba refiriendo y quién la está provocando.

Así lo narraba este periódico: «A continuación fue cuando Zapatero desveló sus próximas intenciones: ‘…Yo voy a empezar a partir de este fin de semana a dramatizar un poco’. Tras un ‘ya’ de Gabilondo, el presidente incidió en su mensaje: ‘…Pero nos conviene mucho. Si no la gente… bueno…’, acaba diciendo Zapatero, antes de separarse de Gabilondo para abandonar el plató».

Y opinaba EL MUNDO: «Así se entiende que este domingo Rodríguez Zapatero tachara al Partido Popular de ‘xenófobo, machista, homófobo y excluyente’. La táctica no por cínica ha dejado de ser efectiva para un Gobierno que ha hecho lo posible por polarizar a la sociedad, a fin de movilizar a sus votantes. […] Lo más grave no es ya convertir la confrontación en filosofía política y de Gobierno, sino poner al servicio de esta estrategia cuestiones de Estado como la lucha antiterrorista, las relaciones con la Iglesia, el concepto de nación, el orden autonómico, o las heridas de la Guerra Civil».

Pero el mismo miércoles, cuando sólo se conocía la frase de la «tensión», La Moncloa se aferraba a su posible ambigüedad y filtraba interpretaciones más caritativas. Encontramos su eco, claro, en la información de El País: «La expresión del presidente del Gobierno refleja el interés que tienen los socialistas por lograr una alta participación en las próximas elecciones generales. Miembros de la Ejecutiva socialista explicaron ayer que al PSOE le interesa una campaña intensa para que haya una movilización suficiente ‘porque el Partido Popular juega a que haya una baja participación’». ¿Especulación suya, o dictada desde La Moncloa, en plan bombero? Ya es curioso que otro periódico progubernamental, La Vanguardia, publicase una versión casi idéntica, también sin atribución alguna: «Zapatero aludía así a la necesidad de movilizar a su electorado huyendo del triunfalismo y alimentando el antagonismo con el PP».

Arcadi Espada, en su blog EL MUNDO por dentro de elmundo.es, dejaba el asunto visto para sentencia: «La palabra clave de este diálogo no es tensión, sino dramatizar. Dramatizar un poco. Arte dramático. Es letal, porque conecta sin intermediarios con la peor idea que tiene el ciudadano de la política: la política como farsa».

20 Febrero 2008

Los Zetasunos

Federico Jiménez Losantos

Leer

Apenas ha pasado una semana desde que Zapatero le confiara a Gabilondo (y éste asintiera, cómplice y complacido) que les «conviene que haya tensión» y que él «iba a dramatizar un poco». En tan pocos días ya hemos visto a los titirigays de Boris cercando la sede del PP (aunque fueron tan escasos los asistentes que apenas dio para un corro de la patata, como el de los GAL en la cárcel de Guadalajara) y ya se cuentan nada menos que tres agresiones a tres mujeres importantes de la política española -María San Gil, Dolors Nadal y Rosa Díez- en tres universidades distintas: Santiago, Barcelona y Madrid. Las tres bajo la férula del nacionalismo, del socialismo o del nacionalsocialismo. ¿Rectores? Cuando no gabilondos, zapateros; cuando no zapateros, gabilondos; y como mano de obra, naziños gallegos, filoterroristas catalanes y extrema izquierda en general. Todo se desarrolla según el guión. Y si no fuera por Bermejo, ese nuevo Roldán electoral capaz de desilusionar a los izquierdistas más feroches, y por la decadencia del noveloso Izaguirre, ya teníamos a los preparados «espontáneos» de 2004 tapando la calle. Aunque la calle de verdad sólo la llenen la AVT, el PP y los obispos.

En cambio, la Universidad, donde hay cada vez más jóvenes liberales, pero en donde el PP se ha mostrado pánfilo como nunca, es decir, como siempre, es más fácil de llenar y manipular. Bastan dos docenas de cafres bermejones o 40 chequistas ricos disfrazados de palestinos pobres para abrir un telediario, siempre contando con la activa inhibición del rector, gabilondo o zetapondo. En Santiago, y en contra de la decana de la facultad asaltada por las hordas neonazis de Breogán, el rector se negó a que entrara la policía para impedir que pasara lo que, según el PSOE, el PP sabía que podía pasar. Lo que los socialnaziños dejaron que pasara. En Barcelona hubo más diligencia policial, pero dentro de la impunidad habitual; y en Madrid, el rector de la Complutense, Carlos Berzosa, que es de la PATAPAZ, la plataforma de apoyo a Zapatero a patadas, no abrirá investigación sobre el boicot y agresión a Rosa Díez, perpetrada con el beneplácito del propio Berzosa. Ya tienen los de Cuéntame platós humanos y extras a porrillo para explicar la típica inhibición de los rectores de la Universidad franquista. Casi todos eran berzosas, pero ayer ante los berzotas de su extrema derecha y hoy ante los de su extrema izquierda. La batasunización del zapaterismo es total. No se distingue a los extremistas red skin de los extremistas gubernamentales. Unos van de Doc Martens por abajo y otros de Prada por arriba, pero son todos zetasunos. Blanco dice que espera que «tras las elecciones» -no antes- la cosa se calme. O sea, que la calmará él. Y gabilondos y berzosas compiten en el casting de Girón de Velasco, añoso líder de la Revolución Pendiente.