7 abril 2009

Manuel Chaves deja la presidencia de Andalucía tras casi 20 años para asumir la tercera vicepresidencia

Zapatero cambia el Gobierno y asume la gestión de la crisis económica al reemplazar a Pedro Solbes por Elena Salgado

Hechos

El 7.04.2009 el Presidente del Gobierno, D. José Luis Rodríguez Zapatero, realizó un nuevo cambio de ministros, entre los que destacó el nombramiento de Dña. Elena Salgado como ministra de Economía reemplazando a D. Pedro Solbes.

Lecturas

El 7 de abril el presidente del Gobierno D. José Luis Rodríguez Zapatero notifica un cambio en el Gobierno de España. Junto a la anunciada salida de D. Pedro Solbes Mira del Gobierno como vicepresidente económico, cargo en el que es reemplazado por Dña. Elena Salgado Méndez, se incorpora una tercera vicepresidencia que ocupara D. Manuel Chaves González.

Junto con el Sr. Solbes Mira también salen del Gobierno Dña. Magdalena Álvarez Arza (Fomento), Dña. Mercedes Cabrera Calvo-Sotelo (Educación), D. Bernat Soria Escoms (Sanidad) y D. César Antonio Molina Sánchez (Culltura).

D. José Blanco López simultaneará su presencia en el Gobierno con su cargo orgánico en el PSOE donde ocupa el cargo de vicesecretario del partido.

De esta manera se modifica el Gobierno formado en abril de 2008, tras las elecciones (el único cambio desde entonces había sido el del cese del Sr. Fernández Bermejo en justicia).

La configuración del Gobierno queda así:

    • Presidente – D. José Luis Rodríguez Zapatero
    • Vicepresidenta 1ª, Presidencia y Portavoz – Dña. María Teresa Fernández de la Vega Sanz.
    • Vicepresidente 2º y Economía y Hacienda – Dña. Elena Salgado Méndez.
    • Vicepresidente 3º y Relaciones Comunidades Autónomas – D. Manuel Chaves González.
    • Asuntos Exteriores – D. Miguel Ángel Moratinos Cuyaubé.
    • Justicia – D. Francisco Caamaño Domínguez.
    • Defensa – Dña. Carme Chacón Piqueras.
    • Interior – D. Alfredo Pérez Rubalcaba
    • Fomento – D. José Blanco López.
    • Educación – D. Ángel Gabilondo Pujol.
    • Trabajo – D. Celestino Carbacho Chaves,.
    • Industria – D. Miguel Sebastián Gascón.
    • Medio Ambiente – Dña. Elena Espinosa Mangana.
    • Ciencia e Innovación – Dña. Cristina Garmendia Mendizábal.
    • Cultura – D. Ángeles González Sinde
    • Sanidad- Dña. Trinidad Jiménez García-Herrera.
    • Vivienda – Dña. Beatriz Corredor Sierra.
    • Igualdad- Dña. Bibiana Aído Almagro.

SALEN DEL GOBIERNO: D. Pedro Solbes, Dña. Magdalena Álvarez,  D. César Antonio Molina y D. Bernat Soria.

 

ministro_chaves D. Manuel Chaves deja la presidencia de Andalucía que ha ocupado durante 19 años para asumir la vicepresidencia tercera.

ministro_blanco D. José Blanco, el vicesecretario del PSOE reemplaza a la polémica Dña. Magdalena Álvarez.

ministra_sinde Dña. Ángeles González Sinde, la presidenta de la Academia de Cine será la nueva ministra de Cultura reemplaza a D. César Antonio Molina.

ministra_trini Dña. Trinidad Jiménez, la candidata derrotada del PSOE a la alcaldía de Madrid en 2003 será ahora ministra de Sanidad.

ministro_gabilondo D. Ángel Gabilondo, ex rector universitario será el nuevo ministro de Educación.

EL NUEVO MINISTRO ÁNGEL GABILONDO ENTREVISTADO EN CUATRO POR SU HERMANO, IÑAKI GABILONDO

El día 17.04.2009 al poco de tomar posesión como ministro de Educación y Universidades, D. Ángel Gabilondo fue entrevistado en ‘Noticias CUATRO’ por el presentador estrella del canal del Grupo PRISA, D. Iñaki Gabilondo, que, se da la circunstancia, era hermano del nuevo ministro.

08 Abril 2009

Prioridad a la economía

EL PAÍS (Director: Javier Moreno)

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La salida de Solbes, que ha dirigido la política económica en tres legislaturas diferentes, en dos de ellas con éxito notable, es el cambio más significativo de la remodelación de su Gobierno anunciada ayer por Zapatero. Su sustitución por Elena Salgado, una gestora con experiencia en el sector público y en el privado, es el segundo dato significativo, seguido por el de la recuperación de Chaves, sobreviviente de la generación felipista.

Las tres decisiones fueron explicadas por Zapatero como efecto de la prioridad otorgada a la economía; o sea, al impulso político necesario para acelerar la superación de la recesión y poner las bases para un modelo de crecimiento basado en las nuevas tecnologías, la educación, las energías renovables y la modernización de las infraestructuras y de los servicios públicos. Un discurso acorde con la ola Obama, aunque no queda claro si las prioridades determinan los cambios o la necesidad de cambiar a ciertos ministros ayuda a definir las prioridades.

La salida de Solbes no sólo estaba cantada sino que era condición para abordar medidas que su presencia obstaculizaba. Fue el teórico de la relativización de los efectos de la crisis en las legislativas de marzo de 2008, y el responsable de unos presupuestos inadaptados a lo que ya se sabía en el siguiente otoño; además, había exteriorizado su cansancio personal y político al decir que todo lo que podía hacerse contra la crisis ya estaba hecho, lo que transmitió un mensaje negativo a los agentes económicos.

Ahora se intenta transmitir uno de impulso y energía, aunque no es posible ocultar el componente defensivo de los movimientos realizados: se recurre a un socialista de la generación de González para intentar poner orden en las relaciones entre comunidades autónomas dirigidas por socialistas y enfrentadas por la financiación. Zapatero argumentó que se necesita a alguien capaz de engrasar la concertación territorial en paralelo a la social. Chaves es un buen componedor capaz de cuadrar redondeles, pero cuenta con el lastre de que pueda ser visto en otras comunidades como juez y parte tras sus dos décadas como presidente de la andaluza. Aporta peso político, pero queda la duda de si su nombramiento, con el rango de vicepresidente, no ha estado tan determinado por la necesidad de acelerar el relevo al frente del socialismo andaluz como por lo que se espera de él en Madrid.

Por otra parte, las encuestas reflejan la debilidad política de un Gobierno, varios de cuyos ministros carecen de relevancia pública. El reforzamiento político del equipo de Zapatero era necesario también para hacer frente a la pérdida de aliados parlamentarios. Para atraérselos, lo primero es tener capacidad para tomar iniciativas, especialmente contra la crisis, a las que sea difícil oponerse; y para ello se necesitan ministros que conozcan su negociado, tengan suficiente autonomía y sean capaces de explicar esas iniciativas.

La renovación personal era necesaria, por tanto, y lo que ahora queda por demostrar es que los descartes y elecciones son los adecuados para recobrar el pulso. La principal apuesta, Elena Salgado como vicepresidenta segunda y ministra de Economía, cuenta con el aval de su buen desempeño como gestora eficaz, poco dada a las dudas. José Blanco pasa de gestionar el partido a administrar el ministerio con mayor presupuesto: son dos cometidos que requieren diferentes aptitudes, pero hay precedentes. Trinidad Jiménez llega a Sanidad con experiencia política, pero no en esa materia, al revés que González Sinde y Gabilondo, que conocen de lo suyo pero carecen de trayectoria política. Y que Deportes se asigne a Presidencia del Gobierno es una salida improvisada para salvar el también improvisado compromiso personal de Zapatero, ante el capitán del equipo español de Copa Davis, de crear un Ministerio de Deportes.

08 Abril 2009

La constatación de un fracaso

ABC (Director: Ángel Expósito)

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Los cambios anunciados ayer por Zapatero nacen amortizados por dos razones. La primera es la lamentable gestión informativa que los ha precedido en los últimos días,a raíz de que ABC desvelara el pasado domingo la inmediatez de la crisis. La segunda es la manifiesta inadecuación de algunos de los nombres elegidos para los objetivos que ayer fijó el jefe el Ejecutivo. Los días previos a la crisis de gobierno han dañado la imagen de Zapatero, a quien todo se le ha ido de las manos. La espantada generalizada de dirigentes del PSOE, de ministros y del presidente del Gobierno, cancelando, unos y otros, todas sus agendas, es demostrativa de una preocupante falta de profesionalidad ante un trance tan delicado como es siempre una reestructuración ministerial. La sensación que queda es que difícilmente se puede hacer frente a una crisis económica y social como la que padece España cuando Zapatero ni siquiera es capaz de manejar la crisis de su propio Gobierno.
En cuanto a los nombramientos y ceses, es evidente que Rodríguez Zapatero ha calculado los altos riesgos que corre en las próximas elecciones europeas, sobre todo, después de la derrota en Galicia y del pacto con el PP en el País Vasco, auténtica derogación del veto antidemocrático contra los populares. Por eso, el Gobierno ha sido puesto al servicio del PSOE, dando entrada a su presidente, Manuel Chaves, y a su vicesecretario general, José Blanco. Las interpretaciones sobre estas incorporaciones son muy diversas, pero todo apunta a que el PSOE está desestabilizado por la falta de iniciativa política, la ausencia de alternativas y las malas expectativas electorales. Ahora no sería extraña una segunda crisis, esta vez en la cúpula socialista, salvo que Leire Pajín sea la baza de Zapatero para dirigir realmente el partido.
Si el objetivo de los cambios es afrontar la recuperación económica, el acceso de Elena Salgado a la vicepresidencia económica plantea serias dudas. Al margen de sus virtudes políticas,está por ver si reúne condiciones de autoridad en la materia para mantener una interlocución firme ante los sectores económicos y sindicales, así como en los foros internacionales donde se están decidiendo las políticas globales contra la recesión. Quizá el fin último de su designación sea enmascarar el control directo que la Presidencia de Gobierno ejercerá sobre la política económica, una vez queSolbes – cesante desde hace un año- desaparece de escena. Por otro lado, la nueva estructura del Gobierno lleva dentro la semilla de la discordia, porque tres vicepresidencias es un número excesivo yporque se ha formado un cerco alrededor de María Teresa Fernández de la Vega que acabará provocando nuevos conflictos de coordinación interministerial. Basta comprobar que Salgado y Chaves -cuya salida de la presidencia de la Junta de Andalucía es una apuesta de alto riesgodel propio Zapatero-asumen competencias horizontales que requieren una constante labor de organización interna del Gobierno.
No ha habido gesto de austeridad -siguen Ministerios prescindibles como Vivienda e Igualdad- y sí utilización del Gobierno para pagar servicios, como los prestados por actores y cineastas, reconocidos en la nueva ministra de Cultura. El cese de Bernat Soria, aun siendo plausible, parece una contraprogramación de última hora, y la decisión de Zapatero de asumir la secretaría de Estado para el Deporte, la confirmación de otra promesa incumplida.En definitiva, esta crisis de Gobierno es el reflejo de la verdadera crisis política que sufre el jefe del Ejecutivo y la constatación de su propio fracaso personal.

08 Abril 2009

Dos errores, dos compromisos y varios caprichos

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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Zapatero, consciente de que el tiempo jugaba en su contra, hizo público ayer el desenlace de una crisis de Gobierno que se llevaba gestando desde hace algunas semanas, como él mismo reconoció.Hay sorpresas con las que nadie había contado, como los nombramientos de Angel Gabilondo y Angeles González-Sinde, pero en conjunto cabe calificar de decepcionantes unos cambios que no van a contribuir a aumentar la cohesión del Gobierno ni su efectividad en la lucha contra la crisis económica y que, por el contrario, van a radicalizarlo política e ideológicamente.

El presidente ha cometido dos graves errores en esta remodelación.El primero se llama Elena Salgado, una persona sin el prestigio y los conocimientos necesarios para suscitar confianza como nueva responsable de la política económica. Zapatero tenía en su entorno dirigentes con mucha más autoridad y competencia, que habrían transmitido un mensaje de determinación para combatir la crisis, pero ha preferido recurrir a una burócrata ideologizada cuya capacidad plantea importantes incógnitas.

El segundo de los errores reside en la recuperación de Manuel Chaves, que vuelve al Gobierno casi 20 años después de haberlo dejado para presidir la Junta de Andalucía. El felipista andaluz, látigo de herejes y de vocacion clientelista, es la única incorporación con peso político propio. Se va a ocupar de negociar la financiación autonómica, un aspecto clave para que el Gobierno pueda disponer de apoyos en las minorías nacionalistas en el Parlamento.

Zapatero se mostró ayer escéptico respecto a la posibilidad de llegar a grandes acuerdos de Estado con el PP tras afirmar que los pactos de La Moncloa pertenecen a una época ya superada.Ni Salgado ni Chaves son las personas adecuadas por su perfil y su trayectoria para llegar a un entendimiento con la oposición en materia económica y territorial.

Zapatero ha optado por un Gobierno para la confrontación y el maniqueísmo, en el que encaja perfectamente José Blanco. Tras ocho años al frente de la organización del partido, Zapatero ha cumplido su compromiso de premiarle con una cartera importante como es Fomento. Carece de experiencia como gestor y del currículo adecuado para el cargo, pero es un hombre de partido al que Zapatero encomienda las contrataciones públicas en infraestructuras. Igual agradecimiento ha demostrado hacia Trinidad Jiménez, que fue uno de sus primeros apoyos en el PSOE. El presidente paga con ella una vieja deuda al nombrarla ministra de Sanidad pese a su total desconexión con el sector.

Además de estos errores y compromisos, Zapatero ha tomado decisiones que sólo cabe calificar de meros caprichos. El más llamativo es, tal vez, la destitución de Mercedes Cabrera, que ha tenido escaso tiempo para una labor tan difícil como es reformar la educación. ¿Acertará Gabilondo, vinculado familiarmente a Prisa, donde ya han fracasado sus dos predecesoras y también Cristina Garmendía, que pierde Universidades?

Igual de caprichosa parece su decisión de mantener a Miguel Angel Moratinos en Exteriores tras una gestión errática y repleta de errores. Moratinos es uno de los tres ministros, junto a una debilitada Fernández de la Vega y Elena Espinosa, que sigue desde el primer Gobierno de Zapatero. Da la impresión de que el presidente se encandila con sus fichajes a la misma velocidad con la que se desengaña. Ahí están los relevos de Bernat Soria, una estrella que se ha apagado rápidamente, y de César Antonio Molina. El pecado de éste ha sido, tal vez, su enfrentamiento con la industria del cine español, un poderoso lobby que ha conseguido situar a Angeles González-Sinde al frente de Cultura. Ello hace temer un fuerte aumento de las subvenciones para su sector y un mayor proteccionismo de los derechos de autor a base de impuestos preventivos, en línea con los intereses de la SGAE.

Zapatero podría haber aprovechado la ocasión para reducir gastos, eliminando ministerios sin apenas competencias como Vivienda, Cultura o Ciencia. Pero no lo ha hecho, lo que disminuye la credibilidad de su discurso contra la recesión.

Estamos ante un Gobierno que acentúa todos los vicios del anterior sin potenciar ninguna de sus virtudes. Zapatero ha optado por reforzar la presencia de miembros destacados del aparato del partido, confiriendo un «sello político» cada vez más sectario al Gabinete. Todo apunta a que busca una confrontación con el PP -y con la España conservadora o liberal en general- con la esperanza de movilizar a la izquierda, estrategia que hasta este momento le ha funcionado pero que resulta cada vez más arriesgada en una situación de crisis como la actual.