30 diciembre 1935

El diario ABC de Juan Ignacio Luca de Tena considera fracasado el sistema que rige el país desde 1931

Nueva crisis de Gobierno en España: Portela forma el vigésimo octavo en sólo cuatro años de II República

Hechos

El 30.12.1935 se formó un nuevo Gobierno en la II República presidido por el Sr. Portela.

Lecturas

El 30 de diciembre de 1935 el presidente del consejo de ministros D. Manuel Portela Valladares forma un nuevo gobierno, tras una crisis de gabinete producida tan sólo 15 días después de que el Sr. Portela asumiera la jefatura del Gobierno.

La misión del Sr. Portela es gobernar el país durante la celebración de la campaña para las elecciones legislativas convocadas para febrero de 1936. El Sr. Portela concurrirá a esos comicios intentando representar una opción intermedia entre las derechas y las izquierdas.

El nuevo Gobierno tiene la siguiente composición.

  • Presidente de la República: D. Niceto Alcalá Zamora
  • Presidente del Gobierno: D. Manuel Portela Valladares (Independiente)
  • Estado: D. Joaquín Urzaiz (Independiente)
  • Gobernación: D. Manuel Portela Valladares (Independiente)
  • Hacienda: D. Manuel Rico Avelló (Independiente)
  • Justicia y Trabajo: D. Manuel Becerra (Partido Radical)
  • Guerra: General Nicolás Molero
  • Marina: Vicealmirante Antonio Azarola
  • Obras Públicas: D. Cirilo del Río Rodríguez (Partido Republicano Progresista)
  • Agricultura, Industria y Comercio: D. J. M. Álvarez Mendizabal (Independiente)
  • Instrucción Pública – D. Filiberto Villalobos (Partido Liberal Demócrata).

El Gobierno durará hasta que se conozcan los resultados de las elecciones de febrero, cuando dimitirá dando paso a un Gobierno del Frente Popular.

31 Diciembre 1935

Editorial

ABC (Director: Juan Ignacio Luca de Tena)

Leer

Ayer se planteó y rápidamente se resolvió la séptima y última crisis del año. La última porque no es de suponer que hoy mismo surja otra. Todavía no es tan acelerado el ritmo de las mutaciones ministeriales.

Está inédita y parece que así continuará por ahora la parte interna de la crisis. Tenemos a la vista el aspecto lastimoso de algunas páginas de la Prensa de anoche y no sentimos el afán de inquirir y exponer la historia del suceso. Si hay algún detalle disponible lo hallarán los lectores en la información correspondiente. El caso es que la crisis no se produjo en el momento ni en la forma que se decía. Surgió en el Consejo, inmediatamente de la lectura del decreto de disolución.

La parte externa de la crisis está explicada en la nota del presidente de la República. Se ha preferido la composición de un Gobierno que garantice su neutralidad en las elecciones y que aunque lleve a la lucha intereses electorales propios, no se haga beligerante colocándose de uno y otro lado de la oposición de uno u otro lado de la oposición. Estos conceptos de la neutralidad y de la beligerancia son de una tradición mu y añeja en la política española. Los antiguos Gobiernos no se colocaban jamás del lado de ninguna oposición; se limitaban a mantener sus propios intereses electorales, y a pedirle al sufragio, no la creación de partidos, porque los tenían, pero todo lo que pudiera darles.

No hay en el Gobierno formado ayer un solo nombre que representa fuerza política grande ni chica. Sólo representan la hipótesis del partito nonato.