24 mayo 1993

Se dispara la actividad de los estudios de doblaje en Andalucía y Galicia

Huelga de doblaje 1993: La profesión se congela 101 días en Madrid y Barcelona reventando el ‘statu quo’ del sector

Hechos

Entre 24.05.1993 y el 2.09.1993 los actores y directores de doblaje asociados en las organizaciones APADEMA y APADECA se negaron a aceptar ningún trabajo.

Lecturas

Actores y directores de doblaje de Madrid y Barcelona anunciaron que dejarían de aceptar trabajos hasta que los estudios no aceparan un convenio estatal que impusiera los mismos precios que cobraban los actores y directores de Madrid y Barcelona (los más caros) en el resto de comunidades de España, es decir, en Andalucía, Galicia, Valencia y el País Vasco. Los actores de los estudios ‘nuevos’ rechazaban esa opción por considerar que si cobraban el mismo precio, al no tener la experiencia de 40 años en el sector como Madrid y Barcelona y sus carteras de clientes, no tenían opciones de sobrevivir.

EL ENEMIGO DE LA HUELGA

   Los Estudios de Doblaje de Madrid y Catalunya (Tecnison, Abaira, CineArte, Sonoblok…etc) consideraron que el objetivo de los actores de doblaje madrileños y catalanes era mantener privilegios y monopolio sobre quienes podía y quienes no podía trabajar en el sector en el país. Y defendían el derecho a establecer sus convenios regionales (de acuerdo al Estatuto de los Trabajadores). El portavoz de los empresarios en aquel conflicto fue el dueño de Tecnison, D. José Luis Arbona, el calidad de presidente de AEDYS. Con él estaban D. Elías Rodríguez Varela y D. Miguel Sigueros de Abaira, D. Josep María Pedrós de Sonoblock, Familia Nellie Manso de Zúñiga de Sincronía, Familia Peris Mencheta de Voz de España y D. Guillermo Salamanca de CineArte, principalmente.

ACTORES A FAVOR DE LA HUELGA: MADRID Y BARCELONA CONTRA EL RESTO

 La asociación de Actores de Doblaje de Catalunya (APADECA) presidida por Dña. Marta Angelat con D. Carles Sales como Secretario fue una de las organizaciones convocantes de la huelga. Su reivindicación era un convenio único para cobrar los takes que fuera igual en todo el país. El modus operandi fue acordado en huelga por amplia mayoría de APADECA.

La  Asociación Profesional de Actores de Doblaje de Madrid (APADEMA) fue la otra organización convocante. Su presidente era D. Damián Velasco, su vicepresidente D. Daniel Dicenta y su Secretario D. Vicente Gisbert, que fue su portavoz ante los medios y en las mesas negociadores. En la junta de APADEMA también se sentaban D. Miguel Ayones, D. Eduardo Jover y D. Carlos Ysbert [Carlos Isbert]. Su reivindicación era, al igual que APADECA, un convenio único para cobrar los takes que fuera igual en todo el país. El apoyo a la huelga fue aprobado en asamblea de APADEMA por amplia mayoría a propuesta de la junta.

(Aquella huelga supondría tal desastre profesional que ocasionó el fin tanto de APADEMA como de APADECA).

DESTACADOS ACTORES EN CONTRA DE LA HUELGA

 La Asociación Profesional de Actores de Doblaje de Galicia (APADEGA), que presidía D. Xulio Lago se declaró en contra de la huelga y aceptó que sus miembros realizaran varios de los doblajes que había rechazado Madrid o Barcelona (Conviene destacar que Galicia tenía su propio convenio y que la huelga sólo afectaba al ámbito de Madrid y Barcelona). El director de doblaje de Madrid, D. Ramiro de Maeztu, contrario a la huelga y respaldado por CCOO se trasladó a Galicia a dirigir el doblaje de proyectos que pasaban de Madrid o Barcelona a Galicia. Los actores de Andalucía también rechazaron hacer huelga, aunque en su caso prometieron no hacer trabajos y a asignados a gente de Madrid.

Los Directores Artísticos de los principales Estudios de Doblaje de Madrid, D. Carlos Revilla González de ABAIRA, D. José Luis Angulo de TECNISON y D. Luis Carrillo de CINEARTE, decidieron ejercer su derecho al trabajo y siguieron trabajando realizando ajustes, actuando y dirigiendo a los actores que aceptaran incumplir la huelga dictaminada por APADEMA. Estos actores consideran que Madrid el hecho de que Madrid deje de trabajar sólo fomentará aún más el traslado de trabajos a otras provincias, lejos de impedirlo.

 Algunos veteranos actores de doblaje de Madrid como D. Simón Ramírez, D. Salvador Arias o D. Francis Dumont se declararon contrarios a la huelga de doblaje de APADEMA y APADECA. El Sr. Dumont – famoso por su papel de ‘Tio Phill’ en ‘El Príncipe de Bel Air’ pasaría a dirigir series en Andalucía, donde se pasarían trabajos que hasta ese momento se hacían en Madrid. D. Simón Ramírez haría lo mismo en Galicia.

D. Iván Muelas (voz de Will Smith) ha optado por seguir trabajando al estar contratado por el estudio CineArte para su labor en el príncipe de Bel Air.

El prestigioso actor y director de Barcelona, D. Joaquín Díaz, dueño de su propio estudio (Diálogo) decidió también seguir trabajando junto a su hija, Dña. Azucena Díaz. Se trasladaría a Francia desde donde se desviaron algunos trabajos que se iban a hacer en Barcelona. El grupo encabezado por el actor-sindicalista D. Albert Díaz, también se posicionó en contra de la huelga desde Catalunya. Conforme se alargara el conflicto, aumentaría la división entre los actores.

CABALLOS DE LA BATALLA: EL CAMBIO DE MENTALIDAD

El año 1993, marcado en doblaje por el conflicto citado, también un año decisivo para el sector, porque sirvió para cambiar la mentalidad de que sólo en Madrid y Barcelona los profesionales estaban capacitados para hacer doblajes en calidad profesional.

 ‘El Último Gran Héroe’ – Los actores de doblaje de APADEMA y APADECA llamaron al boicot de la película Last Action Hero de Columbia que, ante la huelga de directores de doblaje en Madrid y Barcelona lo encargó a un estudio de doblaje gallego con D. Antonio Cancelas de protagonista. El audio no generó especial rechazó en el público y Columbia aseguró que para ellos había sido un gran descubrimiento conocer a los artistas gallegos. Importantes películas del año 1993 serían dobladas en Galicia como ‘Daniel el Travieso’, causando un fuerte enfrentamiento entre profesionales de Madrid y Calicia.

  ‘El Parque Jurásico‘ – La gran película del año de ‘Universal Studio’ dirigidapor Steven Spilberg no pudo doblarse en castellano ante la huelga de directores de doblaje, pero se pudo entregar en fecha al doblarse en Francia. En su reparto participaron importantes actores de doblaje catalán y gallego como D. Tasio Alonso o D. Joaquín Díaz. Aunque APADEMA puso en duda la calidad del doblaje, el audio no generó especial rechazo en el público y ningún crítico relevante puso especial acento en que hubiera el menor problema con el audio de aquella película.

La película de Disney «Las Aventuras de Huckelberryfinn» asignada al Estudio Abaira, se trasladó de Madrid a Andalucía, y su doblaje fue realizado en Sevilla bajo la supervisión del director de doblaje D. Carlos Revilla, que la había ajustado, y de D. Juan Francisco Fernández. Su doblaje causó muchos elogios en el sector y el propio Sr. Revilla se felicitó del talento de actores andaluces como D. Antonio Villar.

 La película humorística francesa Les Visiteur (‘Los Visitantes, no nacieron ayer’) que iba a ser doblada en Barcelona por el estudio Sonoblock pasó a realizarse en el Estudio de la Comunidad Valenciana Tabalet protagonizado por el periodista D. Sergio Capelo, que fue el encargado de poner la voz al actor Sr. Jean Renó. Al grabarse su secuela, pasaría a hacerse en Barcelona, pero el cliente pediría que las voces protagonistas volvieran a ser las valencianas (incluyendo el Sr. Capelo como Renó) por su gran satisfacción a la forma en que lo había hecho.

TRIUNFAN LOS ANDALUCES EN EL DOBLAJE DE ANIMACIÓN

 Grandes series de animación emitidas durante el año 1993 (La Familia Biónica, James Bond Jr o El Capitán Planeta) de Ted Turner, se doblaron en Andalucía y tuvieron un gran éxito entre el público infantil demostrando que la calidad de los actores de doblaje andaluces era tan buena como la de los madrileños.

 Ya antes de 1993, en 1991 (año en el que también hubo conflictos en el sector, por las huelgas de 1990 y 1991, en la que participaron directores y actores de doblaje en Catalunya) la popular serie de animación ‘Bola de Dragón’ (‘Dragon Ball’) se había trasladado de Catalunya – donde se hizo la primera temporada – a Andalucía. D. Manuel Corbi trasladó su negocio a Andalucía con la esperanza de que CANAL SUR le encargara los doblajes de esta comunidad. El reparto andaluz de la popular serie japonesa, encargada del doblaje desde la segunda temporada hasta el final fue acogido con gigantesca satisfacción por el titánico público de serie de anime más reconocida en todo el mundo.

18 Julio 1993

Voces en huelga

Pilar Díaz

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El paro, que comenzó el 24 de mayo, ha provocado que los empresarios del sector hayan trasladado el doblaje de varias series y películas a otros estudios se distintas comunidades autónomas, donde no se secunda el paro. La medida no sólo afecta al mundo de la televisión, sino también al del cine, y varios de los estrenos más importantes del año podrían retrasar su aparición en la cartelera,. entre ellos Parque jurásico de Steven Spielberg. El último gran héroe, de Arnold Schwarzenegger, Máximo riesgo con Sylvester Stallone o Daniel el Travieso se han visto también amenazados por éste paro, al que se han sumado 1.100 profesionales del doblaje, y que ha paralizado la actividad de 46 empresas de Madrid y Barcelona. No sólo los espectadores se sienten ofendidos ante los cambios de voz de los actores. Gabriel Giménez, la voz de Dylan en la popular serie de Tele 5 Beverly Hills 90210. Sensación de Vivir, señala que mientras a los empresarios no les preocupa mucho la alteración, «a nosotros, los actores, sí nos importa, ya que en la interpretación de los personajes que doblamos ponemos parte de nosotros mismos, es algo que nos toca en lo más íntimo». Santa Bárbara, una serie de Antena 3 Televisión con 1.060 capítulos emitidos, ha protagonizado el episodio más significativo del enfrentamiento y ha rodado por tres estudios diferentes por lo que sus seguidores han conocido tres vóces distintas a cada uno de los personajes. Hasta hace unos meses más de mil capítulos habían sido grabados en el estudio madrileño Cine Arte. «Desde el inicio de la huelga -recalca Vicente Gisbert, miembro del comité de huelga y la mesa negociadora- Guillermo Salamanca, director general de Cine Arte, decidió llevarse la serie a un estudio de Sevilla, donde no secundan la huelga y continuar el doblaje de la misma. Ante tan preocupante situación, algunos huelguistas se trasladaron a Sevilla para evitar que continuara la estratagema y, tras una asamblea que duró desde las nueve de la noche hasta las cuatro de la mañana, los propios actores sevillanos individualmente reflexionaron y decidieron secundarnos». Termina señalando que la serie se dobla actualmente en Estudio 1, de La Coruña. Por su parte, Miguel Campos, Cruz Castillo en la serie Santa Bárbara, afirmó que ellos tienen unos derechos adquiridos desde que firman un contrato en los que se contempla la ilegalidad del cambio de voces y además e expresó su indignación por «el cambio de voz del personaje que he creado a lo largo de tantos años». Miguel Campos termina diciendo que «no es cierto que se gane tanto dinero como se dice, ya que es un oficio en el que se suele trabajar por libre, por convocatorias, y eso resulta muy inestable». Los actores de Madrid y Barcelona secunaan la huelga con la intención de firmar un convenio conjunto que unifique los intereses laborales y las cuotas de todas las provincias en las que están radicados los estudios de doblaje. Por el contrario, los trabajadores de otras comunidades, como Galicia, País Vasco, Valencia o Andalucía, no secundan el paro. Con la llegada del video doméstico y las televisiones privadas, el peso que tenían Madrid y Barcelona en el área del doblaje desde principios de los años 30 se ha extendido a Galicia, el País Vasco y otras comunidades autónomas.

En la anterior huelga de 1990, en estos lugares tan solo doblaban las lenguas autonómicas. Ahora lo hacen también en castellano a un precio muy inferior que en los estudios de Madrid y Barcelona. Según Damián Velasco, presidente de la Asociación Profesional de Actores de Doblaje de Madrid (Apadema), «por primera vez nos hemos unido las asociaciones profesionales de actores de doblaje de Madrid y Cataluña, Apadema y Apadeca, para poner en marcha un convenio estatal con la necesaria ayuda de UGT y CCOO, ya que nosotros representamos al 60% de la profesión y somos los únicos que hemos conseguido tener convenios serios, donde se especifican todas las cuestiones técnicas y laborales del sector». La Asociación Empresarial de Doblajes y Sonorización (Aedis), que agrupa a 15 empresas de Madrid, Cataluña y Euskadi, no comparte esta posición. «Madrid y Barcelona han caído en un pecado de soberbia», matiza José Luis Arbona, presidente de Aedis, «ya que este colectivo gana por convenio un 30% más que en otras provincias, y pretenden, por medio de la intimidación y la amenaza, una subida que supondría el 27%>. Los empresarios insisten en afirmar que la huelga puede provocar la quiebra de muchas empresas y hace peligrar la continuidad de puestos de trabajo. Los profesionales del doblaje son acusados frecuentemente de obtener una elevada cantidad de dinero por su labor, pero, cómo en todas las actividades independientes, la moneda tiene su cruz: las fluctuaciones o la inestabilidad del trabajo. El doblaje se organiza, dentro de su vertiente.artística, en cuatro especialidades: director de doblaje, actor, adaptadorajustador y ayudante de dirección. El director de doblaje es el encargado de velar por la calidad del producto, y por tanto, es una de las figuras claves en el conflicto.. Miguel Ayones, director y miembro de Apadema, denuncia que las propias empresas pretenden reducir las competencias dé control de los trabajadores sin contrato fijo. Las grandes empresas, que mayoritariamente pertenecen a Aedis, se consideran autosuficientes en estas labores. Asimismo, y relacionado con lo anterior, se acusa a las empresas de la «japonización» de una actividad de naturaleza artística, ya que en la actualidad se ha pasado de unos 75 takes (o unidades de doblaje) por jornada hasta los 90 o 100 en algunas ocasiones. Casi el 98% de los actores trabajan de forma libre, esto es, por convocatorias, y se quejan del bajo sueldo de sus compañeros fijos, alegando que una empresa puede llegar a ahorrarse unas 75.000 pesetas por utilizar un sistema u otro. El cobro como independiente consiste en un fijo por convocatoria (mañana, tarde o capítulo inferior a media hora) de 6.180 pesetas brutas más 643 por take realizado. Ello supone, según Vicente Gisbert, unas 10.000 pesetas de media por jornada, cobradas diariamente. El empresario Guillermo Salamanca, declara que «los sueldos pagados son muy altos, en algunos casos superan los 10 millones de pesetas anuales, y que aún así, estos mismos trabajadores, tan solicitados, son los que, reclaman ahora una subida por todos los conceptos (incrementos, reducción de jornada, reducción del número de líneas por take, etc)». De cualquier modo, siempre es paradójico comprobar que quien ha doblado a Arnold Schwarzenegger, que ha ingresado por su última película 2.500 millones de pesetas, solamente ha percibido alrededor de 60.000 pesetas, aun cuando la voz es considerada un 50% del personaje. De cualquier modo, se espera que el conflicto llegue pronto a su fin y estos profesionales, tradicionalmente ocultos tras la imagen de un gran actor y que ahora han salido de detrás de sus atriles para enfrentarse a una crisis, devolverán lo mejor de sus voces a los distintos personajes. A ninguno de nosotros nos gustaría escuchar la voz de Woody Allen en boca de James Bond. Y así, la voz de nuestros mitos se valorará a la hora de calificarles como magníficos actores.

10 Agosto 1993

Quién doblará los estrenos

Alberto Ubeda

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HOY se celebra la reunión definitiva entre los actores de doblaje y los empresarios para solucionar el conflicto que sostienen desde el pasado 24 de mayo. Películas como Parque Jurásico, Aladino, o Cliffhanger, con Sylvester Stallone, han retrasado su fecha de estreno a causa de la huelga. Las reivindicaciones de los actores se centran en la firma de un convenio nacional que regule las condiciones de trabajo en los próximos años. Hasta ahora existían acuerdos parciales con Apadema (Asociación de dobladores de Madrid) y Apadeca (Asociación de Cataluña), pero no regía ningún tipo de normativa con el resto de comunidades en las que se dobla (Andalucía, Galicia, País Vasco y Valencia). En estas comunidades autónomas se venía percibiendo un 40% menos que en Madrid y Barcelona.«Se dan situaciones sangrantes», afirma Miguel Ayones, portavoz de Apadema y con un amplio currículum como actor dramático en televisión, teatro y cine y ahora dedicado al doblaje. «No se respeta al profesional y se fomenta la negligencia. Es necesario llegar a una calidad uniforme en el trabajo y a una equiparación en los salarios». Actores y empresarios llegaron a un principio de acuerdo en las cantidades fijadas para los profesionales libres: 6.143 pesetas por convocatoria de trabajo; 643 por «take» (división de tiempo para doblar las películas); 7.452 por ajuste y dirección del doblaje. El verdadero problema surge al hablar de los actores contratados, pues hay serias diferencias entre ambas partes en el contenido de los contratos. Al respecto, Ayones dice que «los empresarios quieren ahorrarse entre 600.000 y 1.000.000 de pesetas por actor, el cual cobrará 120.000 pesetas al mes y hará un trabajo extra que no le corresponde».Ante la falta de entendimiento, los empresarios han acudido a Galicia (los estudios gallegos están divididos en el seguimiento de la huelga) para doblar películas con voces distintas a las habituales. El estreno el próximo día 20 de El último gran héroe no podrá contar con la participación de Ernesto Aura, doblador de Arnold Schwarzenegger, y es una incógnita el juego que dará su nueva voz. También se dobló en Galicia La maté porque era mía de Patrice Leconte, cuyo estreno en versión castellana fue muy contestado por los actores en huelga. Para Pablo Ruiz-Castillo, voz de Tyrone Power en un reciente ciclo televisivo y doblador de El amante de Jean Jacques Annaud, «lo que intentan los empresarios ofreciendo a actores sin experiencia papeles que solemos hacer nosotros es claro: meternos presión para estar así obligados a aceptar sus condiciones». El sector del doblaje se tipificó en España con la Ley de Cinematografía de 1948. La mayor creación de estudios en Barcelona hizo que Madrid sufriera un desfase en las normativas de trabajo y salarios. Tras dos huelgas, en 1979 y 1982, ambos colectivos se equipararon; pero con la llegada del vídeo y los canales autonómicos la situación cambió por completo y se hizo necesario acceder a un convenio nacional en el que, entre otros aspectos ya expuestos, se exigiera un control de calidad del doblaje. Daniel Dicenta, conocido actor de televisión y teatro e inconfundible voz de Freddy Krueger (Pesadilla en Elm Street), comenta: «España está a la cabeza del mundo en cuanto al doblaje de películas. Ese lugar lo podríamos perder si no racionalizamos el trabajo, si no volvemos de algún modo a la labor artesanal que se hacía por ejemplo en los años sesenta». José Luis Arbona, director de Tecnison y representante de la facción más dura de la parte empresarial, afirma que «no es posible superar la oferta que hemos hecho para la contratación de actores (120.000 pesetas al mes e incrementos anuales del 5% más IPC)». Un factor más de discrepancia ha sido la entrada de las centrales sindicales en el conflicto, que no ha sido bien vista por los empresarios. Mientras tanto, los clientes -productoras y televisión pública y privada- sólo desean que se desconvoque la huelga, sin decantarse por ninguna de las dos partes. Voces tan populares como la de Constantino Romero (Clint Eastwood), Ricardo Solans (Sylvester Stallone), Marta Angelat (Ches), Paloma Escola (Glenn Close), Héctor Cantolla (Burt Reynolds) o Matilde Conesa (la Angela Channing de «Falcon Crest») serán sustituidas por otras, con las que surgirá la inevitable comparación, si no se llega a un acuerdo que asuman plenamente empresarios y actores. «De lo contrario -dice Miguel Ayones, la profesión se verá abocada al desastre. Habrá gente dispuesta a trabajar no ya por un 30% sino por un 40 ó 50% menos, y así sucesivamente.

12 Agosto 1993

La voz de su amo

Román Gubern

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La prolongada huelga de dobladores que está castigando al comercio cinematográfico local ha servido para demostrar que, aunque el cine es imagen en movimiento, la ausencia de voces yugula el espectáculo. Aunque se trate de las controvertidas voces de de los dobladores, de quienes decía Jean Renoir que en la edad media serían quemados en la plaza pública por brujería, por dar voz a un cuerpo que no era el suyo.

Los dobladores han constituido siempre en España un gremio compacto y poderoso, amamantado por la obligatoriedad del doblaje que Franco, imitando a Mussollini, impuso en abril de 1941, por supuestas razones patrióticas y reales razones censoras. Los dobladores han actuado siempre con un gran espíritu corporativo, pero su huelga se ha encontrado con un factor nuevo e imprevisto. Este factor es un subproducto del nuevo mapa descentralizado español, que ha hecho aparecer estudios en el País Vasco, Valencia y Galicia. De manera que lo que no quieren hacer los dobladores de toda la vida en Barcelona o en Madrid se está haciendo en la periferia de la industria audiovisual. Incluso se ha hablado de doblar las películas en Portugal, Irlanda o El Caribe aprovechando los bajos costos de estos países.

El nuevo mapa televisivo ha creado unas condiciones nuevas para las reivindicaciones de los dobladores de Barcelona y de Madrid, quienes se han encontrado con una competencia barata e insolidaria. El mundo está lleno de voces y con las voces se regatea en todas partes. Después de este cortocircuito de las reivindicaciones de los dobladores veteranos, las cosas del doblaje jamás serán ya iguales. Porque detrás de toda voz hay un blsillo y hasta una familia que mantener.

Román Gubern

28 Agosto 1993

Carta de APADEMA

Daniel Dicenta

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Se están produciendo actualmente en prensa, radio y televisión una serie de cruces informativos en relación con la actual huelga que los actores de doblaje de Madrid y Barcelona sostenemos desde hace 98 días. Leemos o escuchamos en dichas informaciones que nuestra huelga sólo es “en función de no perder nuestro monopolio sobre el doblaje”.

Niegan que ‘las equiparaciones económicas y laborales sean las que centren nuestra convocatoria de huelga’. Argumentan que ‘sólo empezamos a preocuparnos por su situación laboral cuando ellos empezaron a doblar al o en castellano’.

Nos llaman ‘familias santonas’ que tememos perder nuestro ‘poderío’. También dicen que ‘resulta paradójico que los que cobran más, se preocupen ahora por los que cobran menos.

Dicen que ‘Galicia tiene su propio convenio, que nuestra huelga no está hecha para respaldar a todo el mundo, etcétera…’.

Quiero, en representación del colectivo de doblaje de Madrid y Barcelona, clarificar algunas de estas acusaciones.

Nunca hemos tenido un monopolio sobre el doblaje. Simplemente, en el resto de España no se hacía, supongo que porque no se les ocurrió o porque carecían de infraestructura, cuando nuestro colectivo funciona desde hace sesenta años.

Dicen que Galicia, por ejemplo, tiene su propio convenio desde hace siete años; nosotros tenemos los nuestros desde hace décadas y ni se molestaron en consultarnos a título informativo para redactar el suyo. Simplemente, las empresas les pusieron ‘algo’ a la firma y ellos, amablemente, aceptaron y firmaron.

Naturalmente, al trabajar por un cuarenta por ciento menos que nuestro colectivo, el trabajo, sutilmente, se fue deslizando hacia otras autonomías, pero no en función de la calidad, sino en función del bajo precio.

¡Claro que nos preocupamos ahora por los que cobran menos! Porque al trabajar por menos nos quitan el trabajo a los que cobramos no simplemente más, sino lo que a lo largo de muchos años fuimos consiguiendo.

Nuestra huelga sí está concebida para respaldar a todo el mundo, porque un convenio nacional que iguale, tanto en percepciones económicas como en derechos y deberes, respalda e iguala a todo el mundo.

¿Por qué se vería reducido ese trabajo? Porque al unificar los salarios a percibir, primaría la calidad y no como ahora, que prima la baratura en detrimento de la calidad?

¿Por qué los que nos acusan no tienen la honestidad de confesar de una vez que están trabajando por el cuarenta por ciento menos que el histórico colectivo Madrid-Barcelona, al que llaman ‘familias santonas’?

Sólo les pedimos a los trabajadores de doblaje de otras Comunidades que se arriesguen a trabajar por los precios conseguidos a través de años por las familias santonas. Supuesto que no dudamos de su calidad artística, el trabajo se repartirá equitativamente  a criterio de los que los distribuyen. Pero siempre está en función de la calidad. Nunca es el bajo precio.

Esto es todo. Aunque no quisiera dejarme en el tintero que, si me llamaran esquirol, me sentiría muy mal.

Los componentes del colectivo Madrid-Barcelona nunca lo seremos.

Daniel Dicenta

02 Septiembre 1993

Finalizó la huelga de dobladores

Esteban Hernández

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LA huelga de actores de doblaje quedó desconvocada en la tarde de ayer, tras el acuerdo al que llegaron representantes de las asociaciones de actores de doblaje de Madrid (Apadema) y Barcelona (Apadeca) con los empresarios del sector. La firma del convenio estatal en el terreno económico ha puesto fin al conflicto cuando se cumplían 101 días de su inicio. Los puntos principales del acuerdo se centran en el mantenimiento de los precios al alza frente a las prácticas que se llevaban a cabo en Galicia y Valencia -ámbito en que los precios descendían un 40%- y la supresión de las primas que los dobladores catalanes percibían. La prima es un extra que se concedía al actor que realizaba más de 40 unidades de trabajo. Ambas partes manifestaron su satisfacción por la resolución del conflicto. Vicente Gisbert, de Apadema, afirmó que «el acuerdo es altamente positivo aunque no hayamos podido lograr todas las reivindicaciones. En el aspecto negativo, debemos lamentar las deserciones que se han producido en el transcurso de la huelga». Finalmente, el sueldo del actor contratado ha quedado fijado en 145.000 pesetas y 14 pagas por año, frente a las 114.000 que percibían antes de la firma del acuerdo. El director y el adaptador de diálogos percibirán 169.810 pesetas, lo que supone un incremento, según fuentes empresariales, de un 26,52%. La jornada de trabajo será de seis horas y media diarias en jornada de mañana o tarde de lunes a viernes. En el terreno normativo, una de las principales reivindicaciones de los actores de doblaje no ha existido acuerdo alguno, pero se ha estipulado la creación de comisiones técnicas que negocien los temas pendientes. El plazo concedido a las comisiones finalizará a primeros de octubre. Los dos temas centrales serán «definir las figuras, funciones y derechos del director de doblaje y el adaptador de diálogos, además de establecer como necesaria la presencia de un director en todo trabajo de doblaje». Rafael López, representante de la Asociación de Empresarios de Doblaje y Sonorización (AEDYS), señaló que «el convenio estatal aportará cierta seguridad a las productoras, que antes temían darnos trabajo». El convenio no entrará en vigor en todo el territorio nacional. Madrid y Barcelona serán los lugares en los que se aplique en su integridad, así como en las autonomías que no posean su propio convenio. El resto, caso de Galicia o Valencia, podrán acogerse a los términos pactados una vez haya expirado el plazo de duración de sus convenios. Sin embargo, la estabilidad del acuerdo está garantizada, ya que entre Madrid y Barcelona se alcanza la cuota necesaria (60%) para acceder a la firma de un convenio para todo el Estado. Resaltó además el carácter puramente económico de los acuerdos conseguidos y destacó el perjuicio de la extensa duración de la huelga que, aún afectando a ambos sectores, «nos produjo grandes pérdidas globales. Mientras los actores sólo dejaban de percibir el sueldo, nosotros teníamos que pagar las nóminas de técnicos y administrativos y los gastos de estructuras fijas». Los dobladores habían afirmado que la huelga producía un perjuicio mínimo a las empresas, puesto que subcontrataban los trabajos en lugares como Galicia o Valencia, donde los precios eran más bajos. Rafael López aseguró que «nadie ha hecho subcontratas en Barcelona. Además, en los casos en que así se ha producido, fue porque los empresarios asumieron una responsabilidad que no era suya e intentaron solucionar el problema en cualquier sitio. Fue un sacrificio añadido». Expresó, asimismo, su extrañeza porque «quienes cobraban un 40% más caro sus servicios fuercen una huelga para conseguir un convenio estatal».

03 Septiembre 1993

La vuelta del doblaje

ABC (Director: Luis María Anson)

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Al cumplir cien días, la huelga de actores de doblaje ha sido desconvocada. Si bien se ha llegado a un principio de acuerdo, los tres meses largos que duró el conflicto ha permitido actualizar un asunto particularmente complejo como es el doblaje de las películas. El caso español, junto al italiano, ocupa un lugar especial en la distribución y exhibición de películas extranjeras. Ambos son dos países europeos que doblan la versión original de los filmes. En España el doblaje forma parte de la propia historia cinematográfica. Se han doblado películas desde que existieron los medios técnicos para hacerlo. Bajo la dictadura franquista el doblaje tuvo un papel esencial en cuanto al control ideológico y otros. Sin embargo, se olvida que si el doblaje cuajó tan pronto y de manera tan firme en España, la razón no era otra sino el elevado índice de analfabetismo de la población que impedía, lógicamente, seguir cualquier versión subtitulada. Después de la necesidad se hizo costumbre y surgió una excelente escuela de dobladores. Quizá la irrupción de nuevas generaciones de españoles plenamente

Es probable que la tenacidad demostrada por los actores de doblaje durante la huelga no sea ajena a ese futuro.

04 Septiembre 1993

...Y convenios ejemplares

Editorial (Director: José Luis Gutiérrez)

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Los dinosaurios, en España, se habían quedado afónicos durante ciento un días. Los actores que dotan de voces a una gran parte de las películas extranjeras – y también españolas – que se exhiben en cine y TV, estaban en huelga, y la importante industria del doblaje cinematográfico (dicen que el español figura entre los mejores, tal vez por no haber habituado a sus espectadores, como en otros países de Europa, a la versión original) buscaba fórmulas para continuar su producción, sin ceder a las demandas de las mujeres y hombres que nos suenan asociados al rostro de Sharon Stone o Robert de Niro. Bien está lo que bien acaba, y por fin se llegó a un acuerdo entre las empresas, los trabajadores y, con ellos, UGT y Comisiones Obreras. Los empresarios podrán seguir con su negocio, los actores mejorarán sus condiciones laborales y nuestro público disfrutará del resultado.

La huelga puede parecer una huelga cualquiera, y el acuerdo también, pero en ambos se han dado circunstancias bastante especiales, que merece la pena observar; sobre todo en momentos evidentemente marcados por el desacuerdo a gran escala con que se está alumbrando el pacto social comentado arriba y también por la polémica de autonomías suscitada con la cuestión del 15% del IRPF.

Los trabajadores implicados no son, en primer lugar, unos trabajadores industriales ‘al viejo estilo’, con su contrato fijo y su relación estable con una empresa, sino miembros de una profesión artística contratados ordinariamente por cada labor que realizan. En segundo lugar, no se hallaban sindicados en una de las grandes centrales, sino que pertenecían a asociaciones regionales de tipo corporativo, o profesional, si se prefiere. Ambas circunstancias se prestaban a la desregulación laboral y a ese género de competencias entre los actores de las Comunidades Autónomas, que se puede calificar como ‘dumping’.

Así sucedió que, cuando los actores de doblaje de Madrid y Barcelona reclamaron mejoras salariales, los empresarios intentaron recurrir, como es su derecho en una economía de mercado, a ofertas más favorables existentes en otras Comunidades Autónomas. Mal hubieran ido las cosas para los que planteaban sus exigencias laborales de no haber sido por la sensata actitud de sus compañeros andaluces o vascos, que optaron por no aceptar ofertas perjudiciales para el conjunto de la profesión, aun cuando favorecieran aparentemente a sus propios intereses inmediatos. También ellos estaban en su derecho.

El recurso a UGT y CCOO inicialmente pensado para una simple cobertura legal, acabó unificando criterios de todos los trabajadores implicados y, finalmente, se ha firmado un convenio de ámbito estatal, que afecta beneficiosamente a casi todos los profesionales del doblaje. Desde una situación atípica y dispersa se ha llegado a una fórmula articulada de cariz netamente sindical.

Indudablemente, no cabe extraer conclusiones para la negociación del difícil pacto social, muy distinto a la simple negociación de un convenio. Como hemos dicho, el pacto social no es un convenio. Pero sí que se puede concluir, en cambio, que el acuerdo y la negociación articulados son posibles en cualquier sector, por encima de intereses corporativos o regionales; incluso en uno tan atípico y especializado como el de los actores de doblaje.

El Análisis

Respeto e Información sobre ‘los artistas ignorados’

JF Lamata

La profesión existía desde la II República. Potenciada a partir de los años cuarenta y cincuenta (ayudado por la prohibición del cine en versión original) y por el ‘boom’ del cine doblado en España, pero hasta 1993 apenas había tenido espacio en los periódicos más allá de algún reportaje anecdótico dominical.

Aquellos días EL PAÍS, DIARIO16, EL MUNDO, EL CORREO vasco o EL PERIÓDICO y LA VANGUARDIA catalana tuvieron que prestar atención al colectivo ignorado del que dependía casi toda la producción audiovisual tanto como otros colectivos (sin voz, no hay filme o serie). Los periodistas informaron con respeto hacia  los trabajadores de Madrid y Barcelona que luchaban con aquella huelga por defender su posición (nadie está sin trabajar 100 días por nada) como respetaron a aquellos que quisieron no hacerla. Igualmente los medios también respetaron a los actores de doblaje de Galicia, Euskadi o Andalucía que luchaban por entrar en un sector tan competitivo como el audiovisual.

Ningún periodista en la España de 1993 tenía conocimiento suficiente para saber qué postura era la correcta, si la huelga era necesaria o no, si los actores que estaban a favor o los que estaban en contra,  tampoco era su misión hacerlo. Su labor no era ‘juzgar’,  su labor se limitó, pues, a informar y respetar lo que pasaba y en ese sector y de los argumentos que se planteaban (Y luego, quizá alguno de aquellos medios se pararía a hacer examen de conciencia sobre por qué habían tardado tantos años en prestar atención a un sector que merecía la misma atención que otros colectivos de artistas).

Federico García Jiménez & J. F. Lamata