14 abril 1980

Rechazan el planteamiento propuesto por el presidente de EFE al Gobierno UCD para que sólo puedan ejercer periodismo aquellos titulados en ello como los médicos o los abogados

50 periodistas encabezados por Juan Luis Cebrián y Pedro J. Ramírez firman un manifiesto contra Anson y su propuesta de ‘carnet obligatorio’ para ejercer el periodismo

Hechos

  • El 14.04.1980 se hizo público un manifiesto firmado por 50 periodistas contra la propuesta de Ley de Información y Estatuto de Profesión Periodística propuesto por D. Luis María Anson, presidente de la Federación de Asociaciones de Prensa, de la Asociación de la Prensa de Madrid y de la Agencia EFE.

Lecturas

D. Luis María Anson Oliart, presidente de la FAPE, propuso al Gobierno de Suárez un ambicioso plan: reglamentar la profesión para frenar el intrusismo periodístico. El proyecto consistía en que solo pudieran ejercer el periodismo aquellos que dispusieran de un carné de prensa otorgado por las Asociaciones de Prensa solo a los titulados en periodismo, para que así no pudiera trabajar en el sector nadie que no se hubiera formado académicamente. El proyecto de Anson Oliart iba a contar con una oposición radical tanto de PRISA de D. Jesús Polanco Gutiérrez como de INPULSA de D. Juan Tomás de Salas Castellano, expresada a través de sus respectivos medios.

Los editores contaron con apoyo entre estrellas del periodismo y el 15 abril de 1980 se huzi público el manifiesto “Oposición al Proyecto de Estatuto de Prensa» firmado por 50 periodistas encabezados por D. Juan Luis Cebrián Echarri y D. Pedro J. Ramírez Codina.

JuanLuisCebrian1herrero_losadaoneto2PedroJRamirez_1982D16 D. Juan Luis Cebrián, D. Antonio Herrero Losada, D. José Oneto y D. Pedro J. Ramírez, cuatro de los periodistas que han firmado el manifiesto contra el Sr. Anson.

“Los firmantes de este escrito, periodistas independientes en ejercicio queremos llamar la atención de la opinión pública sobre lo que consideramos un intento de controlar el acceso a la profesión periodística frente al espíritu y la letra de la Constitución. Esta es la valoración que nos merece los anteproyectos de ley de Información y Estatuto de la Profesión Periodística elaborados por la Federación de Asociaciones de la Prensa que consideramos gravemente limitativos del ejercicio de la libertad de expresión y en abierta contradicción con la situación vigente en los demás países democráticos. Frente a esta concepción gremialista y cerrada, defenderemos el libre acceso a la profesión periodística y la remisión a la legislación ordinaria de cuantos conflictos puedan plantearse en el ejercicio de la misma”.

Firman 50 periodistas entre ellos D. Juan Luis Cebrián (Director de EL PAÍS), D. Antonio Herrero Losada (Director de EUROPA PRESS), D. José Oneto (Director de CAMBIO16), D. Carlos Luis Álvarez ‘Cándido’ (Columnista de ABC y Zeta), D. Pedro J. Ramírez (ABC), D. Javier Pradera (EL PAÍS), D. Carlos Dávila (ABC), D. Germán Álvarez Blanco (Director de SÁBADO GRÁFICO), D. Pablo Sebastián (EL PAÍS), D. Eduardo San Martín (EL PAÍS), D. Eduardo Sotillos (RNE), Dña. Pilar Urbano (ABC), D. Ricardo Utrilla (DIARIO16), D. Augusto Delkader (EL PAÍS), D. Iñaki Gabilondo (Cadena SER), D. José María García (Cadena SER), D. Fernando G. Urbaneja (EL PAÍS), D. Javier González Ferrari (Cadena SER), D. José Luis Gutiérrez (DIARIO16),  D. Fernando Jáuregui (DIARIO16), D. Antonio Jiménez (Cadena SER), D. Julián Lago (Zeta), D. Manuel Martín Ferrand (Zeta), D. Pedro Altares, D. José Maneul Arija, D. Carmelo Cabellos, D. Pedro Calvo Hernando, D. Luis Carandell, D. Diego Carcedo, D. Lorenzo Contreras, D. Xavier Domingo, D. José Luis Martínez, D. José Antonio Martínez Soler, Dña. Piedad Moreno, Dña. Julia Navarro, D. José Antonio Novais, D. Fernando Pajares, D. Pedro Páramo, D. Luis Peiro, D: Santiago Pérez Díaz, D. Ramón Pi, D. José Luis Rubio, D. Amalia Sánchez Sampedro, D. Félix Santos, D. Jaime Sanz, D. Manuel Soriano, D. Roberto Velázquez y D. Juan Pablo Villanueva.

De los firmantes podemos decir que en la lista vemos a enemigos clásicos del Sr. Anson, como el que era en ese momento su principal competidor: D. Antonio Herrero Losada, de EUROPA PRESS. Pero también llama la atención la presencia de personas periodísticas muy próximas al Sr. Anson en lo personal, aunque no en lo ideológico como D. Carlos Luis Álvarez y D. Lorenzo Contreras, este último sería luego un destacado colaborador del Sr. Cebrián.

Si hubiera que comentar algo sobre los periodistas, todos ellos de innegable peso, pero en el fondo son básicamente de cuatro tribus: primeros espada de EL PAÍS, de DIARIO16, de la Cadena SER y del sector aperturista de ABC.

Lo que no puede dejar de reseñarse son los que no firmaban el manifiesto. Ningún director de periódico que no fuera el Sr. Cebrián había firmado del manifiesto. Ninguno de los representantes ‘clásicos’ de ABC: como D. Guillermo Luca de Tena, D. Jaime Campmany o el que en esos momentos era uno de los principales comentaristas del momento D. Pedro Rodríguez, ninguno de los de la tribu del YA (Sr. Castaño, Jiménez Quilez), ni los de Radio Popular / COPE, ni D. Luis del Olmo, ni los de INFORMACIONES o PUEBLO.

La bronca era casi una pelea generacional entre los periodistas ‘clásicos’ acaudillados por el Sr. Anson y los renovadores encabezados por el Sr. Cebrián y Ramírez.

Aunque una movilización como la que hubo en ese manifiesto viene a evidenciar la fuerza del Sr. Anson si tantos profesionales (y tan fuertes) debían unirse para hacerle frente. El Sr. Anson mandó un comunicado que sería recogido por LA HOJA DEL LUNES, ABC, YA de réplica (abajo reproducido) y toda la Junta Directiva de la Asociación de la Prensa de Madrid respaldó al Sr. Anson. Con lo cual, a parte de la apoyo de las asociaciones regionales, eso también le daba al Sr. Anson el apoyo de importantes apellidos. En ese momento el Staff de la APM era el siguiente:

Presidente D. Luis María Anson (EFE). Vicepresidente: D. Alfonso S. Palomares (LA HOJA DEL LUNES) Vocales periodistas: D. Alvaro López Alonso (LA HOJA DEL LUNES), D. D. Alejandro Fernández Pombo (YA), D. Miguel Ángel Aguilar (EL PAÍS), D. Javier María Pascual (EFE), D. Luis Prados de la Plaza (YA), D. Andrés María Travesí (ABC), D. Miguel Pérez Calderón (TVE), D. Óscar Núñez Mayo (Radio Cadena), D. Manuel García Montenegro, D. Orestes Serrano, D. Basilio Gassent, D. Enrique de Aguinaga, D. Manuel Pérez Barriopedro y Dña. Raquel Heredia Scasso. Vocales por la Facualtad de Ciencias de Información: D. José Felipe Alonso, D. Francisco Javier Davara, D. Juan Antonio de Lucas, D. Ricardo Medina, D. Miguel Portilla, D. Eugenio Sagrado y D. Leopoldo Seijas.

Aunque con menos entusiasmo que EL PAÍS, el periódico DIARIO16 también optó por combatir aquel proyecto y se arropó en aquella carta de los 50 periodistas contrarios al Estatuto:

Al final el presidente de la FAPE / EFE / APM perdió el pulso y el gobierno no se atrevería a poner en marcha nunca el Estatuto de la Prensa, lo que acabaría costando la muerte del proyecto. Con ello se perdía la última oportunidad de que la FAPE y la Asociación de la Prensa fueran un poder fáctico decisivo en la prensa: todo el poder quedaba en mano de los empresarios periodísticos para decidir quién era periodista y quien no, pero los asociados no podían negar al Sr. Anson que había hecho lo que había podido para impedirlo.

15 Abril 1980

Replica al manifiesto

Luis María Anson

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Respeto la opinión de los cincuenta compañeros que han hecho pública su discrepancia con el proyecto de ley de Información elaborado por la Federación de Asociaciones de la Prensa de España. Hay otros muchos que también discrepan, pero la inmensa mayoría se ha manifestado a favor.

Lo fundamental en una democracia es respetar a las minorías, pero en el momento de elaborar los proyectos de ley de Información y Estatuto de la Profesión periodístico predominó, como es lógico, la mayoría que en un porcentaje aproximadamente el 90% se manifestó en favor de los textos aprobados.

Los proyectos de la Federación de Asociaciones de la Prensa que han sido considerados como plenamente positivos por muy diversas organizaciones, responden al espíritu y a la letra de la Constitución, que exige la elaboración de una ley de Información. La redactada por la Federación de Asociaciones de la Prensa es muy similar a la de países de indiscutida libertad de Prensa y de características culturales cercanas a las nuestras, como Venezuela, Colombia, Costa Rica o Ecuador.

La libertad de expresión es un derecho de todos los ciudadanos, a cuyo servicio está la profesión del periodismo. Los que a estas alturas hacen un planteamiento de liberalismo decimonónico erosionan la libertad de expresión de todos, pues con esa fórmula sólo un pequeño grupo de propietarios terminaría pudiendo hacer uso de la libertad de expresión.

26 Mayo 1980

PERIODISMO ORTEGUIANO

Luis Núñez Ladevece

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Con retraso considerable, como ocurre con muchas cosas importantes en nuestro país, se están manifestando los síntomas de una profunda crisis en el periodismo, y más especialmente con la prensa. Crisis que no significa necesariamente peligro sino más propiamente transformación. En realidad no se trata de un hecho global, sino de varios fenómenos diferentes y no siempre relacionados entre sí. Junto a una crisis económica del medio escrito, y una crisis de calidad del medio audiovisual, hay también una crisis profesional que nada o poco tiene que ver con las anteriores y que es, posiblemente, más profunda y más importante.

El problema es: ¿Quién es periodista? Y se levantan diversos corifeos con distintas versiones y que responden a variados intereses. ¿Será posible prescindir de los intereses y ofrecer una reflexión, una descripción y un diagnóstico desinteresado? Lo voy a intentar en dos artículos. El primero tiene como tema ‘el periodismo de Ortega’ y espero que resulte ilustrativo de los cambios que han ocurrido en la profesión y, en general, en la actividad periodística, y que, además han ocurrido porque tenían que ocurrir.

Quiero decir con esto que aquí ya hay una batalla decidida aunque algunos todavía no hayan sabido ver el resultado. Por lo demás espero también ilustrar acerca de qué se defiende con determinado tipo de argumentos favorables a un periodismo bohemio y de aparente libertario; y si vale la pena defender lo que, según mi apreciación, ya está caduco aunque haya sido muy noble y aunque fuera desde luego muy digno de defensa.

El monopolio intelectual

Decía Ortega en EL SOL en un artículo “Sobre el poder de la prensa” que “se trata de una fuerza histórica elemental y tremenda sobre la cual tenemos que meditar todos”. Este artículo, escrito el 13 de noviembre de 1930, era una respuesta polémica del pensamiento a un editorial aparecido en el propio EL SOL contra ciertas opiniones orteguianas en las que, resumidamente, se mantenía la siguiente tesis: la prensa está monopolizando el poder espiritual de la sociedad en detrimento de otras instituciones, especialmente de la Universidad; es preciso destruir este monopolio. EL SOL contestó airado contra el profesor. Y Ortega replicó desde el propio periódico del siguiente modo (y aquí está el tema que hoy nos afecta):

“(Denunciaré) la ficción que el propio editorial de EL SOL emplea para contestarme. Me trata él reiterada y acentuadamente como profesor de Universidad, es decir, como un extraño que desde fuera de la prensa opina sobre ella. Con esta ficción se gana la mitad del camino para que, en efecto, parezcan mis frases un ataque oriundo de la una clase intelectual – los catedráticos – émula o envidiosa del poder que goza otra clase de intelectuales – los periodistas –“. Y concluye: “Es, pues, vano que EL SOL finja contestar a un señor que es profesor universitario y habita la casa de enfrente. No; contesta a un periodista que tiene sobre la prensa ideas distintas de las suyas”.

Profesionalización de la prensa

Y ésta es la cuestión: ¿Contestaba EL SOL a un periodista o a un profesor? Depende del punto de vista. Ortega tenía razón si juzgaba el presente desde el pasado: La gran prensa nacional había sido hecha por escritores bohemios y por intelectuales de envergadura. No sólo Larra fue periodista, sino también Clarín y Balmes. Nada que objetar. Desde el futuro, sin embargo, Ortega no tenía razón. ¿Llamaremos intelectuales a los columnistas de HOLA, TELE-RADIO o MARCA? No digo que sea imposible, pero es preciso reconocer que el halago orteguiano resulta excesivo. Y a la inversa: ¿Llamaremos hoy periodista a Ortega? Me parece que sólo a fuerza de retorcer mucho las cosas.

Mi conclusión es la siguiente: La prensa se ha ido profesionalizando, ha ido surcando con mayor profundidad su actividad. Naturalmente está transformación – como toda transformación – favorece a unos e hiere a otros. Hay muchos Ortegas pero generalmente más pequeñitos, que sólo encuentran el beneplácito de la prensa para demostrar su capacidad intelectual y que, como no pueden ser lo que pretenden – intelectuales, escritores – viven del periodismo y se autotitulan periodistas con lo que no sólo usurpan un título, sino que adulteran una profesión. El periodismo es hoy una profesión, no una afición, que es preciso demarcar. Ser periodista no es lo mismo que ser escritor, pensador o publicista. Todo ciudadano puede escribir y colaborar en un periódico, pero no todo el que escribe o colabora en un periódico es por ello periodista.

Ejercer desde el medio

Actualmente no hay partidismo orteguiano aunque lo haya habido en el pasado. Hoy habría que decirle a Ortega que no tenía razón, que no es periodista. De admitirle tal título, los perjudicados serían los profesionales, los que trabajan en periódicos, razón por la cual EL SOL se irritaba contra el filósofo. Porque supondría el reconocimiento de dos especies de periodistas: los que escriben desde fuera de la redacción y opinan sobre la base de su prestigio intelectual o social y los que hacen información y elaboran el periódico.

Es decir, los grandes periodistas que están fuera y los periodistas de segunda, que están dentro.

Pero no. El periodismo es una profesión y sólo se puede ejercer desde el medio, en el medio y para el medio de comunicación. Los otros son aficionados que escriben bien o mal, y que son o no una autoridad en un tema. Pero ser autoridad en una materia no equivale a ser periodista. Muchos todavía lo confunden, aunque no es ésta la principal confusión.

Pues hay un equívoco más lamentable y pernicioso: aquel que creyendo defender un periodismo orteguiano defiende en realidad un periodismo provinciano raquítico y menesteroso. El de la señora duquesa: ¡Pobrecitos, que pasen y coman! Lo curioso es que se defiende desde las páginas y con similares argumentos. Pero de esto hablaré otro día.

Luis Núñez Ladevece