4 octubre 2005

Según Miguel Ángel Aguilar, Barroso cree que si los oyentes identifican al Partido Popular con el estilo de la COPE eso le restará muchos votos a la derecha

Acusan al Secretario de Comunicación de Zapatero, Miguel Barroso, de potenciar a la COPE para dañar la imagen del PP

Hechos

El 4.10.2005 D. Miguel Ángel Aguilar aseguró que el Secretario de Estado de Comunicación, D. Miguel Barroso estaba fomentando a los anunciantes que apoyaraban a la COPE.

04 Octubre 2005

LA COPE NO SE CALLA

Miguel Ángel Aguilar

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Barroso dijo a los responsables de publicidad de las grandes empresas aquello de 'tenéis que apoyar a Federico (Jiménez Losantos)'.

Preparados porque ‘la COPE no se calla’. Así lo acaba de anunciar Ignacio Villa, director de los informativos de la cadena de los obispos, como quien acuña desafiante una expresión histórica. Ignacio Villa ha rematado con esa frase unas declaraciones donde da cuenta de las indisposiciones del Gobierno cuando ha de oír realidades incómodas y de qué reacciones airadas adopta para presentar a quienes enuncian hechos inesquivables como si fueran campeones de la crispación.

Se impone reconocer que el colega Villa, después de años de cuadoso cultivo de low profile, ha cobrado una imagen pública y se ha convertido durante la última temporada en figura del toreo. Todo ello, gracias a sus celebradas apariciones en el programa de debate de ’59 Segundos’ en la primera cadena de TVE, de la mano de Globomedia y del influyente José Miguel Contreras, tan cercano a tantas cosas. Otra cosa es que algunos se sientas postergados en la escala de afectos del presidente Zapatero, como si les correspondiera sin más un derecho de primogenitura. Sus advertencias a los inductores de ese desvío emocional fueron inútiles porque la escuela de pensamiento dominante en la Moncloa se niega a subrogarse en los odios que profesaron anteriores responsables

Recordemos que el hasta ahora secretario de Estado de Comunicación, Miguel Barroso, tuvo como lema evitar a todo trance que Pedro José tuviera motivo alguno para cultivar el malditismo. Su técnica para reconvertirle a favor de los objetivos políticos del presidente Zapatero se cifraba en la expresión de ‘a Pedro Jota, vamos a matarle a besos’. En esa misma línea, con ocasión de una visita a la Moncloa, Barroso dijo a los responsables de publicidad de las grandes empresas aquello de ‘tenéis que apoyar a Federico (Jiménez Losantos)’.

Craso error el de pensar que semejantes proclividades nacen de aproximaciones ingenuas o de actitudes evangélicas de poner la otra mejilla. Se trata de un frío cálculo de conseguir los beneficios inducidos por el maximalismo de los sembradores del odio, que además acaban dictando la conducta del Partido Popular y le mantienen echado al monte. El miedo (al regreso del aznarismo vengador) guarda la viña.

Miguel Ángel Aguilar

04 Julio 2006

Barroso, nuevo ideólogo de la derecha blandita

Federico Jiménez Losantos

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Cuando en la Secretaría de Estado de Comunicación, algo así como la madre de todas las engañifas zapateriles, tomabas café con Miguel Barroso, las ideas que al borde del té con pastas te transmitía eran esencialmente dos: la primera, que si el Gobierno tomaba medidas radicales es porque le convenía; la segunda, que si la Oposición le hacía la guerra al Gobierno se equivocaba. O sea, que el PSOE hacía lo que le daba la gana y la derecha tenía que disentir pero de mentirijillas, porque la llave de la opinión pública era cosa del PSOE y la derecha tenía como principal función positiva la aquiescencia y, como función negativa, esperar el fallo del contrario.

Para un Gobierno que sólo llegó al Poder gracias al 11M, reconózcase que la audacia ideológica o, más bien, ideologizante de Barroso era tan notable como cabe esperar de un progre barcelonés de los setenta: ilimitada y sin concesiones a la vergüenza, propia o ajena. Pero era su papel: representar el socialismo con rostro humano y no sólo con rostro. Y lo bordaba. Fernando Moraleda es probablemente mucho más decente que Barroso, pero le falta «cabaré», la bibliografía pérfida del novio de la posible ministra de Cultura, otra chica encantadora de la misma glaciación ideológica pero, ay, distinta generación telúrica. Uno es de «El Viejo Topo», la crema de la crema de la progresía setentera; otra viene de las ayer universidades barcelonesas, mañana ikastolas de Montilla. Qué cambio.

Pero, lo que son las cosas, ahora resulta que Barroso está teniendo un gran éxito como ideólogo de la derecha rendida, blandita o de alquiler. El otro día, el director de un periódico que ha sido referencia obligada de la derecha nacional durante un siglo (y ni un día más, como los cien años de honradez del PSOE) adoptaba como propio el truco de Barroso para engañar incautos. El PP, decía, ha perdido las elecciones por enfrentarse duramente a las medidas más radicales del PSOE, que buscan precisamente que el PP se radicalice oponiéndose a ellas y pierda el oremus y la Moncloa. Vamos, que ZP en realidad es un liberal, un católico y un amigo de Washington, pero lo disimula para engañar al PP, forzarlo a oponerse radicalmente y así lo hunde. Tanto es el sacrificio de Zapatero que ha llegado a facturar el infame, anticonstitucional y antinacional Estatuto de Cataluña y ha pactado con la ETA lo que la banda ha querido, todo por engañar al PP, que se ha opuesto a ambas cosas. Ahora bien, en Cataluña se ha opuesto muy poco, y Piqué ha cosechado un descalabro mayúsculo. Claro, como que el modelo Barroso está hecho para que la Derecha se resigne a un papel de comparsa y no de alternativa a la Izquierda. Si en lo de la ETA sigue el PP la línea catalana del perfil bajo y la oposición matizadísima que pide la carcundia abecedaria, el triunfo de Barroso será total. Es el momento de ir a por el sillón de Rubalcaba. Que eso sí sería un avance.