13 agosto 1940

La aviación británica ofreció una resistencia superior a la esperada que ha obligado a Hitler a aplazar su deseada ocupación de las islas inglesas

Alemania bombardea Reino Unido pero no consigue iniciar su esperada invasión

Hechos

El 13 de agosto de 1940 la aviación alemana inició una serie de ataques contra Reino Unido.

Lecturas

Alemania ya había  derrotado Francia.  Su siguiente objetivo era Reino Unido.

LOS ARTÍFICES DE LA RESISTENCIA

_Winston_Churchil  JorgeVI  El primer ministro del Reino Unido, Winston Churchill y el Rey Jorge VI, lideraron la resistencia para que, a pesar de la derrota de Francia, se mantuviera la moral de su pueblo. Algo que consiguieron a pesar de las múltiples bajas que sufrieron los británicos (en Londres murieron 1.000 personas en una sola noche).

PRIMER TROPIEZO DEL III REICH

ru_1940_hitler_goering El Führer de Alemania, Adolf Hitler y el jefe de la aviación, el mariscal Hermann Goering, han visto como sus bombardeos no han logrado el resultado esperado y, de momento, han tenido que renunciar a ocupar Reino Unido siguiendo lo ocurrido en Francia. Es el primer revés militar que tiene Hitler desde que inició su campaña de expansión. El dirigente nazi que actuará de manera más extraña será Rudolf Hess, que caerá en paracaídas en Reino Unido para tratar de conseguir una paz imposible. 

El siguiente paso de Italia será invadir Grecia.

Alemania empezará a plantearse invadir la URSS. 

El Análisis

Las islas que no cayeron

JF Lamata

La maquinaria militar del Tercer Reich ha tropezado, por primera vez, con un límite: el cielo de Gran Bretaña. Durante semanas, la poderosa aviación alemana de la Luftwaffe, dirigida por Hermann Goering, descargó fuego y acero sobre Londres, Coventry y otras ciudades del Reino Unido con un único objetivo: allanar el terreno para una invasión terrestre, al estilo de la rápida campaña contra Francia. En un momento en que los ingleses no tenían el apoyo ni de los franceses (que con Petain han pasado a colaborar con Alemania) ni de los americanos (que no desean verse involucrados). Pero esta vez, el cálculo de Adolf Hitler ha fallado. La Batalla de Inglaterra, como ya la llaman, no ha terminado en victoria relámpago para Alemania. Al contrario, ha dejado a los alemanes con su primer revés militar significativo desde el inicio de la guerra.

En medio de las ruinas humeantes y las sirenas de alarma, dos figuras se han alzado como símbolos de resistencia para el pueblo británico: el rey Jorge VI, tartamudo, pero firme en su decisión de quedarse con los suyos en Londres; y el primer ministro Winston Churchill, cuyo verbo vibrante ha suplido con coraje lo que el país perdió en soldados y aliados. Con Francia ocupada y Estados Unidos todavía reacio a intervenir, el Reino Unido ha quedado solo, enfrentado al coloso nazi. Y sin embargo, no ha caído. La Operación León Marino, el plan de invasión de Hitler, ha sido aplazada indefinidamente. El canal de la Mancha ha resistido como frontera de la libertad.

El valor de los pilotos de la RAF, la determinación civil y el liderazgo político han devuelto a Europa una certeza que parecía perdida: Alemania no es invencible. En este agosto de 1940, Londres no ha sido una nueva Varsovia ni una nueva París. Ha sido una barricada moral, una trinchera aérea que marca el principio de un nuevo pulso en esta guerra. Hitler ha probado el sabor amargo del fracaso. Inglaterra ha probado el acero del orgullo.

J. F. Lamata