7 mayo 1945

La capital del país, Berlín, fue conquistada por el Ejército rojo

Alemania se rinde ante Estados Unidos y la Unión Soviética poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial en Europa

Hechos

El 8.05.1945 Alemania firmó la capitulación sin condiciones ante la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y los Estados Unidos de América (EEUU).

Lecturas

Una semana después de la muerte de Adolf Hitler, Alemania, un país totalmente arruinado, se rinde de manera incondicional ante todos los aliados encabezados por EEUU y la URSS.

DOS ACTOS DE RENDICIÓN POR SEPARADO:

7_5_1945_eisenhower  El General Alfred Jodl firmó, en nombre de Alemania, la rendición de su país ante los Estados Unidos, representados por el General Dwight D. Eisenhower.

keitel_yukov  El Mariscal Wilhelm Keitel firmó, en nombre de Alemania la rendición de su país ante la Unión Soviética, representada por el mariscal Georgui Zhukov (Yukov).

churchill_1945  El primer ministro de Reino Unido, Winston Churchill, es vitoreado tras conocerse la rendición de Alemania.

Los nuevos dueños de Alemania

churchill_stalin_truman Los líderes de los países vencedores Winston Churchill (Reino Unido), Harry Truman (Estados Unidos) y Stalin (Unión Soviética) han resuelto que sus ejércitos mantengan ocupada Alemania, dividida en zonas de dominio de cada uno de ellos. Los occidentales controlarán la zona occidental y los soviéticos la oriental incluida la mayor parte de Berlín. De la foto de la victoria no tardará en caer Churchill, que perderá las elecciones, un riesgo que no tiene Stalin.

JAPÓN ANUNCIA QUE SIGUE EN LA GUERRA EN SOLITARIO

kantaro_suzuki A pesar de la rendición de los aliados, el primer ministro de Japón, Kantaro Suzuki, a rechazado la exigencia de los Gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido y China de que se rinda para poner fin a la Segunda Guerra Mundial y ha asegurado que su nación continúa en guerra contra los aliados. La rendición de Japón no llegará hasta agosto a base de bombas atómicas.

10 Mayo 1945

La rendición incondicional de Alemania ha sido ratificada en Berlín

ABC (Director: José Losada de la Torre)

Leer

Hoy hace exactamente cinco años que Alemania lanzó la casi totalidad de sus fuerzas contra Francia, a través de Luxemburgo, Holanda y Bélgica. En el Este no tenía la menor preocupación. Stalin era todavía colaboracionista. No había temor para los alemanes de que tuvieran que dividir sus ejércitos como en 1914 y que se repitiera otro milagro del Marne. Ya hubieran podido realizar sin dificultad el famoso plan estratégico de Schlieffen envolviendo desde el Oeste la totalidad de las tropas aliadas.

El Alto Mando francés no había sacado la menor enseñanza de la campaña de Polonia; no había ocmprendido nada de la importancia de las divisiones motorizadas, a pesar del libro profélico publicado por De Gaulle cinco años antes. La línea Maginol no protegía sino el Este, cuando todos sabían que ‘el camino natural de la invasión de Francia cruza los Píses Bajos, en el amplio sentido de la palabra’, conforme escribió ABC al día siguiente de la agresión (11 de mayo). Los ocho meses de tregua extraoficial hubieran podido y debido ser aprovechados, por lo menos para fortificar las Ardenas y los demás acceso al corazón de Francia. Pero nada fue hecho en ese sentido y el célebre escritor político francés ‘Pertinax’ incluye al generalísimo Gamelin entre los sepultureros de su país. Cuando se piensa que las Ardenas fueron cruzadas sin la menor dificultad, que los alemanes encontraron intacto un importante puente del Mosa, que ocuparon el mismo día Arras, Amiens y Abdeville, ya no sabe uno qué pensar. La ofensiva de Ludendorff en la primavera de 1918 debía haber sido aleccionadora, pero, como se ve, ninguna enseñanza fue aprovechada. Por el contrario, el Alto Mando germano había utilizado la doctrina del entonces coronel De Gaulle y se presentó en Francia con tal superioridad en tanques y aviones que la resistencia hubiera sido imposible, aun en el caso de que la actitud de Gamelin y Weygand no hubiese sido tan pasiva y descorazonadora. EL concepto estratégico de los alemanes fue tan genial como su ejecución. En vez del movimiento envolvente por la derecha, preconizado por Schlieffen, rompieron el frente por el centro, en Sedan; luego en vez de marchar sobre París, torcieron hacia el Oeste para alcanzar los puertos del Paso de Calais y separar del grueso del Ejército aliado la totalidad de las divisiones que habían subido demasiado al Norte con el propósito de socorrer a los belgas. De este modo se formó la gigantesca bolsa cuya tragedia ha sido simbolizada por la palabra ‘Dunkerque’. Ya el cuarto día de la campaña la batalla de Franica estaba ganada por los alemanes, pero ni ellos, ni los franceses partidarios del a capitulación debían haberlo confundido con el final victorioso de la guerra.

El Análisis

Fin de la guerra en Europa:

JF Lamata

El 7 y 8 de mayo de 1945, Alemania firmó su rendición incondicional ante los Aliados, poniendo fin a la mayor y más devastadora guerra jamás vivida en el continente europeo. La firma ante el general estadounidense Dwight D. Eisenhower, a manos del general Alfred Jodl en Reims, y la repetición protocolaria ante el mariscal soviético Gueorgui Zhukov en Berlín, con Wilhelm Keitel como representante del alto mando alemán, sellaron oficialmente la derrota total del Tercer Reich. Apenas una semana antes, Adolf Hitler se había suicidado en su búnker, dejando como efímero sucesor al almirante Karl Dönitz, cuyo último acto de gobierno ha sido una rendición sin condiciones tras el fracaso de su intento de negociar una paz separada con los estadounidenses para evitar la humillación final a manos del Ejército Rojo.

Con esta firma no solo ha terminado la guerra en Europa y el norte de África; ha caído todo un sistema político. El país queda dividido en zonas de ocupación bajo control estadounidense, británico, soviético y francés. Las ruinas de Berlín y Dresde, los campos de exterminio liberados, y la detención inmediata de Dönitz, Jodl y Keitel —últimos rostros visibles del mando alemán— son testimonio del colapso definitivo del régimen nazi. Alemania, arrasada y sin gobierno propio, será administrada por sus vencedores. El Tercer Reich ha dejado de existir.

Pero mientras Europa comienza a contar a sus muertos y vislumbrar una dolorosa reconstrucción, la guerra continúa en el otro extremo del mundo. Japón, encabezado por el gobierno del primer ministro Kantaro Suzuki, no muestra signos de rendición. En su lógica, aún es posible forzar una negociación con Estados Unidos que preserve su dignidad imperial. Pero los aliados, tras una guerra que ha dejado tantos muertos, han dejado claro que solo aceptarán la rendición incondicional. El precio de prolongar la guerra en el Pacífico podría ser catastrófico. Alemania ya es historia; Japón aún está a tiempo de evitar el mismo destino de ruina total.

J. F. Lamata