25 mayo 1981

De Giles trabajó en el pasado en EL ALCÁZAR

Alfonso Guerra insinúa que Fernando de Giles pudo hacer el reportaje de TVE con parados falsos aposta para perjudicar a Iñaki Gabilondo por ser «de extrema derecha»

Hechos

El 22 de mayo de 1981 el vicesecretario del PSOE D. Alfonso Guerra González aludió al periodista de RTVE D. Fernando de Giles y este replicó desde LA HOJA DEL LUNES.

25 Mayo 1981

Carta abierta a don Alfonso Guerra

Fernando de Giles

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Señor D. Alfonso Guerra:

El viernes pasado en el programa de TVE ‘La Clave’ usted se permitió  una afirmación arbitraria y gratuita: identificó al autor de los reportajes sobre e lparo – detonante, al parecer, del cese de Iñaki Gabilondo – como de extrema derecha y de EL ALCÁZAR. Todo el mundo conoce en este país su estilo pugnaz a la hora de emitir un juicio, generalmente bien respaldado, pero en este caso tengo la impresión de que ha sido usted muy malévolamente informado. Es decir, que ha metido la pata.

Si no fuera usted una relevante personalidad de la política que cualquier día puee llegar a ocupar un puesto importante en la administración de este país, yo me hubiera tomado la cosa a broma. Pero si no se acostumbra usted a hablar con absoluta seguridad de lo que dice puede caer en errores más trascendentales y eso sería malo para la comunidad. En mi profesión acostumbramos a constrastar las informaciones al menos tres veces, según la regla clásica, antes de ofrecerlas a la opinión pública. Usted, que se encuentra dos puntos por encima en la escala de poder, debería contrastarla al menos cuatro veces. Porque la acusación que me hace es grave por lo que tiene de injuriosa, y con respecto a mis ideas, es, además, insultante, ofensiva y ultrajante.

Que yo sepa, nunca he cambiado una palabra con usted y dudo mucho que usted posea un curriculum vitae de mi persona. Tampoco creo que haya usted visto alguno de mis reportajes ni que antes del viernes hubiera usted oído hablar de mí. Como soy persona amable y tolerante, que es lo mejor que he sacado del oficio, le voy a proporcionar unos datos: Desde hace casi siete años trabajo única y exclusivamente en TVE, primero en ‘Los Reporteros’, después en ‘Dossier’, luego, en ‘Primera Página’, y hasta hoy, a las órdenes directas de Iñaki Gabilondo como reportero internacional; lo del paro fue un cambio circunstancial en mi especialidad.

Hace siete años trabajé en EL ALCÁZAR como confeccionador y como enviado especial a temas internacionales. Cualquiera de mis amigos puede decirlo cómo y por qué dimití de ese diario: la necesidad de un sueldo tuvo menos importancia que mi conciencia profesional. Antes estuve en GACETA ILUSTRADA, trabajo que ha ocupado la mayor parte de mi vida de periodista. También estuve en ‘El Ruedo’, revista taurina, o en ‘Trinca’, revista de cómics…, en fin como ve, todo muy variado, para que sólo se acuerde de EL ALCÁZAR.

Cualquiera que me conozca bien – y en su partido hay más de cinco – sabe que no milito en ningún partido del espectro político español y que doy gran importancia a mi independencia de criterio. Tal vez porque desde hace más de diez años mi campo de trabajo ha sido fuera de ls fronteras españolas. De mi honestidad informativa pueden hablarle los archivos de TVE, dese la guerra de Nicaragua hasta Videla y ‘las locas de Plaza de Mayo’, por no hablar de ‘Cuba veinte años después’ – pregunte en la embajada – y las decenas de reportajes que puede visionar cuando le plazca.

Todas estas explicaciones se las doy porque estoy convencido de que le han goleado bien en su buena fe. Yo comprendo que si un relevante miembro de la prensa le ha ce un comentario sobre un eriodista de a pie usted no tiene por qué dudar. La duda suele estar más arraigada en mi profesión que en la suya… ¡imágínase cuándo alguien participa de las dos!

No es casualidad – y voy al caso – que cuando usted hacía esas equivocadas manifestaciones en ‘La Clave’ el cámara nos proporcionaba la otra clave de su información: Juan Luis Cebrián, director de EL PAÍS, subrayaba sus palabras asintiendo con la cabeza, muy sonriente. Esto es imperdonable, señor Guerra, porque Cebrián está más obligado que usted a contrastar la información sobre las personas y las cosas. ¿No es así?

Bien, yo le pediría, señor Guerra, que la próxima vez que se encuentre con Juan Luis Cebrián le sugiera que antes de dar una opinión sobre mi persona – es que ya van dos veces – pregunte. Lo tiene fácil: dos redactores jefes de su periódico, grandes amigos y compañeros desde hace muchos años y un subdirector, también de EL PAÍS, y también amigo de antaño. En fin, que está fácil y sin salir de casa.

En cuanto a usted, señor Guerra, pregunte entre los compañeros de su partido político. No le voy a dar nombres, pero no tendrá dificultades. Después le rogaría me diera una pública satisfacción. Si lo cree a bien. Si no, tampoco tiene mayor importancia, porque, como le dije antes, soy muy comprensivo con los engañados.

Suyo afectísimo y sin rencor.

Fernando de Giles.