27 mayo 1981
El periódico del Grupo16 asegura sentirse amenazado
El periódico DIARIO16 de Pedro J. Ramírez intenta involucrar en el atraco al Banco Central al dueño de EL ALCÁZAR, José Antonio Girón
Hechos
El 27.05.1981 el director de EL ALCÁZAR publicó un artículo firmado por él reprochando su actitud al periódico DIARIO16 en sus informaciones sobre los sucesos en torno a un atraco en el Banco Central.
27 Mayo 1981
Aviso a los intrigantes
Durante los últimos días DIARIO16 se ha venido ejercitando en una escalada de infamias conducentes, suponemos, a dos fines expresos: uno, mantener el estilo del periódico; otro, intentar la peregrina aventura informativa de descargar sobre la llamada extrema derecha la inspiración o la instigación del asalto a la sede del Banco Central en Barcelona. La tecnica, rocambolesca, a lo Enrique Rambal – y no hay desdén en la remembranza al singular cómico – precedida de rayos, truenos, centelas y tracas, tuvo ayer una cumbre que no dudamos en replicar como obra clara y concreta de malnacidos: involucrar el nombre de un caballero – José Antonio Girón de Velasco – con el sorprendente y confuso contubernio que pudiera esconderse tras la autoría del vil atentado de Barcelona.
No se puede discutir con DIARIO16, como no se puede dialogar con locos, borrachos, chulos o macarras, mucho más sí, como en nuestro caso, se conoce el origen de los propósitos, las conexiones, la financiación y los secretos de un periódico nacido con un destino concreto: difundir a la opinión pública y poner sobre la sociedad que venga los gérmenes de una semilla que conocemos perfectamente y cuya revelación por nuestra parte causaría una verdadera conmoción popular. .
Vamos a decir ¡basta! Vamos a pedirle a DIARIO16, a sus oscuros, pero conocidísimos patrocinadores, a sus accidentales aliados y a su director, que nos olviden de una vez y para siempre. Nosotros elegimos a nuestros interlocutores y nuestros amigos. También vamos a elegir a nuestros adversarios. Nos ejercitamos en un periodismo limpio, claro y contundente. No recibimos subvenciones, ni asumimos fondos de reptiles y poseemos los más preciados dones profesionales: la independencia y la libertad. De ahí que podamos permitirnos el lujo de rechazar el bulo, la insidia, el cotilleo o los murciélagos que, en forma de rumores, caen desde sitios bien concretos y definidos, sobre las mesas de DIARIO16.
Si nos recreáramos en esa ínfima forma de hacer periodismo podríamos decir que tenemos sobradas fuentes que señalan la instigación del golpe de Barcelona sobre personas y entidades accidentalmente vinculadas a DIARIO16… Los sucesos de Barcelona mantenían un claro objetivo, tal y como señalaban a EUROPA PRESS sectores militares de toda solvencia: desprestigiar a la Guardia Civil. Unos encapuchados asaltan un banco y secuestran a trescientas personas. Llaman a algún periódico, dan vivas a España, dicen que son guardias civiles y que tomaron parte en los sucesos del 23-F. Solicitan la libertad de unos jefes sometidos a procesamiento y prisión preventiva en la conciencia de que ninguno de ellos aceptará el juego. ‘Fracasad’ el intento, solicitan ser trasladados a un aeropuerto, tomar un avión y emprender un viaje con rumbo desconocido. ¡Todo perfectamente planificado! Obra de expertos que envidiarían algunos servicios de inteligencia… Eso lo sabemos nosotros y lo sabe el mundo entero. No queremos, sin embargo, dialogar con mequetrefes, con iletrados que confunden a toda plana el sustantivo rapto con el de secuestro, con vacilantes que un día acusan a la policía de ‘homicidio’ por la muerte del terrorista Arregui, y otro día, bajo los efectos del pavor, piden a gritos que se maten a los terroristas allá donde se los coja, sin juicio previo y con la pena capital abolida.
Si los rectores del sistema democrático en que vivimos inmersos considera que el ejercicio del derecho de expresión y la libertad de prensa residen en la promoción del libelo, en la tolerancia de la infamia, en la pasividad ante la calumnia y en el cerco sistemático, inconfesable y coactivo al adversario leal, sufren un craso error y un día pueden ver como gentes pacíficas, dialogantes, amigas de la tertulia, de la palabra y de la idea, se ven forzadas a la agresividad, a la réplica contundente frente al insulto de que son objeto. Búsquense ese día las responsabilidades en el origen. En la lejana categoría y no en la inmediata anécdota.
Es probable que los viejos mineros de León o los estibadores de Valencia o la muchedumbre de españoles que circuló por las Universidades Laborales y por las Escuelas de Capacitación Social, se hayan desternillado de risa al contemplar a José Antonio Girón de Velasco situado, inmisericorde, en la extrema derecha. Es probable, también, que este caballero de porte noble y palabra escuela, contemple con una sonrisa irónica toda la agitación del burdel en que ha venido a convertirse gran parte de la llamada clase política. Más allá de cualquiera de estas silenciosas réplicas quienes conservamos el brío necesario para permanecer en la vigía, podemos garantizar con serenidad, que de hoy en adelante no vamos a tolerar ni una sola palabra más que no se ajuste a la verdad, que no responda a una crítica limpia, que no se ciña a los módulos universales del periodismo político… La ofensa para cualquier hombre bien nacido sólo tiene un campo de réplica.
Antonio Izquierdo
28 Mayo 1981
¡Pobre España!
Es verdad. Tenemos que reconocerlo. Esta vez el diario EL ALCÁZAR ha conseguido impresionarlo.
Como tantas otras personas e instituciones respetables, estábamos acostumbrados a sus mentiras e insultos, a sus calumnias y befas. Es el precio de la libertad, pensábamos una y otra vez, y seguíamos adelante, mirando para otro sitio.
Por desgracia hoy no podemos hacerlo, porque cuando existe una incitación expresa alataque físico a la agresión armada, al asesinato incluso, es imposible eludir el acuse de recibo.
La simple inserción de la noticia, atribuida de manera explícita a dos fuentes parlamentarias diferentes, según la cual Girón podría ser interrogado por la Policía, ha empujado el individuo que figura como director de EL ALCÁZAR a escribir que ‘no se puede discutir con DIARIO16, como no se peude dialogar con locos, borrachos, chulos o macarras’.
Hasta ahí nada nuevo, pues sabido es que su repertorio de insultos excede la propia dimensión de su vocabulario. Muy grande debe ser el miedo a la vida de quien tanta hiel anida en el alma.
Asegura, luego, que ‘tenemos sobradas fuentes que señalan la instigación del golpe de Barcelona sobre vinculadas y entidades accidentalmente vinculadas a DIARIO16’.
Eso es verdad. La propia redacción del periódico se turnó en la excavación del túnel de la Diagonal y entre los miembros del comando que asaltaron el Banco Central figuraban algunos de los accionistas mayoritarios. Contra la paranoia, no hay nada como el teatro del absurdo, si bien es cierto que Peter Weiss concibió su Marat Sade con el manicomio como escenario.
Pero hay otras afirmaciones de don Antonio Izquierdo que por desgracia no podemos tomarnos a broma. «Un día pueden ver cómo gentes pacíficas dialogantes… se ven forzadas a la agresividad, a la réplica contundente frente al insulto de que son objeto» asegura su amenaza. «La ofensa para cualquier hombre bien nacido sólo tiene un campo de réplica».
¿Qué es lo que quiere don Antonio Izquierdo? ¿Le basta que nos den una paliza o desea que nos maten? ¿Unirá su pistola a las de quienes actúen siguiendo sus conisgnas o reservará sus energías para escribir al día siguiente que nos lo estábamos buscando?
Poca resistencia encontrarán sus amigos terroristas. Aquí nada sbaemos de armamento. Nuestra única fuerza es la palabra y venimos reservándola para predicar la fe y la esperanza en la España nueva, la España fraternal, alegre, tolerante, racional, feliz en su libertad.
Esa pobre Patria nuestra que hoy nos duele al verla inacabada y escasa de defensas ante el acoso del fanatismo de quienes, como don Antonio Izquierdo tienen infestada el alma por el negro demonio del rencor y de la rabia.
Esa pobre Patria nuestra que no dejaremos de amar desesperadamente por mucho que pinten bastos, e incluso si brillan las espadas.