14 febrero 1980

Dario Giménez de Cisneros se despide de la revista reconociéndose 'jodido'

El propietario de INTERVIÚ, Antonio Asensio, despide al director para poner fin a la crisis motivada por el ‘caso Vinader’

Hechos

En el número de la revista INTERVIÚ correspondiente a la semana del 14 al 20 de febrero de 1980 se anunció el nombramiento de D. Eduardo Álvarez Puga como nuevo director.

Lecturas

En el número de la revista INTERVIÚ correspondiente a la semana del 14 al 20 de febrero de 1980 se anuncia el nombramiento de D. Eduardo Álvarez Puga como nuevo director por parte del presidente del Grupo Zeta D. Antonio Asensio Pizarro tras ser despedido el hasta ese momento director D. Darío Giménez de Cisneros (que ocupaba el cargo desde mayo de 1979). Es la consecuencia del llamado ‘caso Vinader’ que había despertado una gran animadversión contra la revista INTERVIÚ desde sectores de la población que la acusaban de responsabilidad en las muertes de D. Jesús García y de D. Alfredo Ramos.

D. Eduardo Álvarez Puga será director de INTERVIÚ hasta noviembre de 1984. 

 

 

14 Febrero 1980

El país que nosotros queremos

INTERVIÚ (Editor: Antonio Asensio Pizarro)

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Desde nuestro difícil nacimiento al mundo de la información, desde nuestros primeros pasos por un país que, de un modo incierto y vacilante, con avances y retrocesos, asistía al despertar de un pueblo libre y responsable, consciente de sus derechos y obligaciones, desde esos tiempos que ahora nos parecen va lejanos pero que están todavía a la vuelta de la esquina, luchamos por un nuevo sistema de convivencia, limpio de los traumas de la dictadura y abierto realmente a todos sin discriminaciones ideológicas, religiosas, sociales o políticas.

Desde nuestros inicios luchamos con nuestros modestos medios por un país sin penas de muerte, sin amenazas, sin coacciones, en el que la libertad de cada uno no tuviera más límites que la libertad de los restantes conciudadanos. Un país sin muertos en las cunetas, sin cárceles para quienes discrepan de las ideas de los que mandan, sin atentados contra los agentes de la autoridad y los funcionarios públicos. Un país en que el Estado se encuentre al servicio de todos los ciudadanos y cuya autoridad respalde y garantice el ejército de las libertades ciudadanas. Un país que sea consciente de que los problemas no se solucionan apuntando con las pistolas, apretando gatillos, segando vidas.

Desde siempre soñamos con un país limpio de corrupciones, sin parcelas de poder económico, social y político inmunes a las críticas de todos los ciudadanos, sin caciques campando por sus respetos y atropellando derechos y manipulando voluntades. Un país capaz de gritar en la plaza pública de la prensa sus injusticias, sus vejaciones, sus lacerantes desigualdades. Un país sin silencios complacientes, sin mentira, sin trampas engañosas.

Nunca nos ha gustado la moral que se mide por los centímetros de piel que el cuerpo humano deja a la contemplación de los demás, que se escandaliza con un desnudo o con un beso, pero que calla ante la inmoralidad descarada de una tortura, de una vivienda indigna de un ser humano, ante un niño sin escolarizar o un subnormal profundo carente de toda asistencia médica y social. Deseamos un país en el que los jubilados tengan pensiones justas, los parados trabajo, los hambrientos pan

Queremos un país sin ídolos falsos, sin depositarios exclusivos y excluyentes de la verdad, sin compatriotas que se empeñan en ‘salvarnos’ a toda costa organizando ‘cruzadas’ redentoras, sin terroristas cuyo valor se mide por el número de personas que han acertado a matar. Un país que nos reconozca a todos el derecho a equivocarnos alguna vez, el derecho a errar, el derecho, en definitiva, a ser hombres, con nuestras debilidades y nuestras flaquezas, en toda nuestra plenitud.

Soñamos con un país alegre, amante de la vida, apasionado por la libertad, generoso con los demás y tolerante con quien discrepa de las ideas. Un país en el que el ‘otro’ no sea un enemigo, sino un compañero, en el que todos arrimemos el hombro según nuestras posibilidades económicas, físicas e intelectuales. Un país sin holgazantes, ni parásitos, sin mercaderes de un falso patriotismo.

Queremos un país en el que los quiosqueros puedan ejercer su honrado y trascendente oficio de vender cultura y noticias a los ciudadanos, sin manos incendiarias que busquen quemar la libertad o encender nuevamente la trágica dialéctica de la violencia. Un país en el que los que se crean agraviados o injuriados se limiten a ejercitar sus derechos ante jueces y tribunales para conseguir una solución imparcial y justa. Un país en el que nadie pretenda tomarse la justicia por la mano. ¿Acaso es mucho pedir?

14 Febrero 1980

Adiós

Darío Giménez de Cisneros

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Jodido, pero contento, abandono el puesto en que me he ganado la vida durante los últimos cuatro años. Me he quitado de encima dos enormes pasos: el de una responsabilidad política y social superior a las fuerzas de un simple periodista y el de un miedo personal insoportable fuera de las trincheras.

He querido poner mi cabeza como precio con que pagar la loca insensatez de unos fanáticos cuyas consecuencias amenazaban la supervivencia de INTERVIÚ y la vida y el puesto de trabajo de varios miles de compañeros trabajadores. Sentimentalmente, ha sido doloroso porque amo a esta revista, como un padre a la hija demasiado joven, demasiado libre, demasiado sincera, demasiado hermosa para ser verdad en medio de tanta mentira política, tanto miedo social, tanta vejez ideológica, tanta basura… la amo aunque no me pertenece a mí, sino a los cientos de miles de lectores que la esperan cada semana: por favor, no permitan que nos maten.

Dario Giménez de Cisneros

14 Febrero 1980

Hola

Eduardo Álvarez Puga

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A la natural alegría que despierta en el ánimo de todo periodista el encuentro con tantos y tan cualificados lectores, como tiene nuestra revista, se une el peso de la tremenda responsabilidad que supone relevar a un hombre, como Dario Gíménez, que en poco tiempo ha sabido elevar este medio informativo al primer lugar, en difusión, entre todos los de habla hispana de su mismo género. Uno tiene la sensación de que se está asomando a un gigantesco escenario para ser contemplado y leído por centenares de miles de lectores En este primer contacto quiero prometer que la línea de nuestra publicación, de vuestro semanario, no será desviada lo más mínimo de la línea independiente y honestamente agresiva que la ha venido caracterizando desde un principio. Toda innovación que se produzca responderá al deseo de profundizar en el camino emprendido para complacer la exigencia de nuestros lectores, tal y como se ha hecho desde su nacimiento.

Eduardo Álvarez Puga

El Imperio del zorro

Santiago Miróo

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Diez meses después de sustituir a Álvarez Solis en la dirección, Dario Giménez se encuentra con uno de los embarazos más serios de INTERVIÚ.

Al volver de un largo viaje a China, VInader es enviado como especialista en asuntos de la extrema derecha, al País Vasco en donde realiza varios reportajes. “Xavier sabía como acceder a ETA – comenta Elvira – Los etarras le tenían cierta confianza y le habían filtrado una serie de noticias. Yo sólía acompañarle, pero en esta ocasión en que debía entrevistarse con el ex policía, Ros Frutos, a quien conocía Vinader, fue con otro fotógrafo”

Tras estos reportajes, publicados y firmados sólo por Vinader el 20 y el 27 de diciembre de 1979, la reacción fue totalmente inesperada. Dos de las personas cuyos nombres habían aparecido directa o indirectamente en el texto publicada son asesinadas: Jesús García García el 5 de enero del 80 y Alfredo Ramos Vázquez, a manos de ETA.

La reacción no se hace esperar. En Madrid los fachas queman cuatro kioskos y hay un movimiento general de protesta contra INTERVIÚ. Los fachas llenan las calles de Madrid de pitnadas, mandan una circular a las agencias de publicidad, pidiendo que no se financie a esa revista roja que ha matado  a dos españoles nacionales y vuelcan algunos camiones ruteros.

La revista se queja de que, en el diario EL PAÍS se diga que INTERVIÚ no ha dado todavía explicaciones convincentes sobre el reportaje. EL ALCÁZAR y otros medios como EL IMPARCIAL, ABC, SÁBADO GRÁFICO arremeten contra la publicación acusándola de haber contribuido al asesinato. (Adolfo Prego, inductores asco)

El contacto más íntimo que tuvo Darío con Asensio fue el previo al día 14 de febrero de 1980, día en que presenta su renuncia a seguir al frente de INTERVIÚ. “en el mismo lecho de presentar mi dimisión a bombo y platillo para que los fachas se calmasen, Asensio me preguntó por un posible sustituto. Le sugerí a Puga, un hombre mayor, en principio, de izquierdas, gallego, abogado y sesudo, con una imagen muy acertada para dirigir la revista en aquellos momentos, pero me equivoqué”.