30 abril 1931

Ángel Herrera Oria funda Acción Popular para liderar la oposición a la II República desde la derecha católica

Hechos

El 30 de abril de 1931 el periódico El Debate dirigido por D. Ángel Herrera Oria anuncia la creación de un nuevo partido político: Acción Nacional.

Lecturas

El 30 de abril de 1931 el periódico El Debate dirigido por D. Ángel Herrera Oria anuncia la creación de un nuevo partido político liderado por él, denominado Acción Nacional, con el objetivo de liderar la oposición desde la derecha la nuevo Gobierno provisional republicano presidido por D. Niceto Alcalá Zamora. El partido político será conocido como Acción Popular. Sus principales valores son «Religión, Patria, Orden, Familia, Trabajo y Propiedad».

Su objetivo es unificar a la derecha católica ante las elecciones constituyentes frente al creciente republicanismo anticlerical.

Acción Nacional (posteriormente denominada Acción Popular) es la base de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA).

El Análisis

Un partido, un periódico, una misión

JF Lamata

El anuncio de la creación de Acción Nacional —pronto rebautizado como Acción Popular— marca un hito importante en el reordenamiento político de la derecha española tras la proclamación de la Segunda República. Su impulsor, Ángel Herrera Oria, director del influyente periódico El Debate, ha decidido dar el paso de convertir su tribuna de pensamiento en una fuerza política organizada, dispuesta a representar los intereses de los católicos españoles y a hacer frente al nuevo Gobierno republicano de Alcalá Zamora. En un momento en que amplios sectores de la población conservadora, especialmente ligados a la Iglesia, sienten incertidumbre ante posibles derivas anticlericales del régimen —como más adelante lo confirmarán los trágicos sucesos del 11 de mayo—, Acción Nacional pretende ser la voz firme, pero legalista, de quienes no se resignan a quedar fuera del tablero político.

Sin embargo, la decisión de Herrera de pasar del análisis editorial a la acción partidista plantea cuestiones relevantes sobre la independencia del periodismo y su función en una democracia. Aunque no es un fenómeno nuevo —ya en el reinado de Alfonso XIII y durante la Restauración numerosos directores de prensa ocuparon cargos públicos, de Francos Rodríguez a Leopoldo Romeo—, la figura de Herrera Oria inaugura una nueva etapa: El Debate, más que un diario confesional, se convierte ahora en el órgano de expresión de un partido concreto. Esta transformación supone una renuncia implícita al papel del periódico como plataforma plural de reflexión y lo convierte, en la práctica, en un periódico de partido, algo que podría limitar su capacidad de influir más allá de sus ya convencidos lectores.

La aparición de Acción Nacional confirma que la República no caminará sin contestación desde los sectores más tradicionales del país. Pero el reto para Herrera y los suyos no será solo movilizar al electorado católico, sino articular una derecha moderna y democrática capaz de defender sus principios sin nostalgia reaccionaria ni tentaciones autoritarias. Si Acción Nacional logra representar con responsabilidad los intereses del catolicismo político sin caer en la cerrazón dogmática ni en el revanchismo, podrá tener un papel decisivo en la España que hoy comienza. Si, por el contrario, se convierte en una barricada contra el nuevo régimen desde posiciones inmovilistas, su influencia podrá ser considerable… pero su legado será fugaz.

J. F. Lamata