20 noviembre 1936

El bando sublevado contra la II República lo convertirá en su principal martir

Asesinado el fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera, por orden del Gobierno del Frente Popular por apoyar la sublevación

Hechos

El 20.11.1936 fue ejecutado en Alicante D. José Antonio Primo de Rivera.

Lecturas

D. José Antonio Primo de Rivera, Jefe Nacional de Falange Española de las JONS, recluido en la cárcel de Alicante desde el pasado 6 de julio ha sido fusilado este 20 de noviembre de 1936. En los días anteriores se celebró el juicio contra el acusado de intrigar contra la República.

Todas las peticiones de clemencia han sido del todo desatendidas. Es más, según el presidente del Gobierno, Sr. Largo Caballero, cuando el gabinete tuvo noticia del fusilamiento aún no había sido confirmada la sentencia de muerte. Las autoridades de Alicante parecen haber tenido miedo de que se conmutara la pena. El fusilamiento ha tenido lugar a las 6.20 horas de esta mañana, en el patio de la cárcel de Alicante. D. José Antonio fue fusilado junto a otros dos falangistas y dos carlistas. Su última voluntad fue que, después de su fusilamiento se limpiara el patio de la cárcel para que su hermano D. Miguel Primo de Rivera no se viera obligado a pisar su sangre. La figura de D. José Antonio era la única con verdadero prestigio después del 18 de julio. Hijo del general D. Miguel Primo de Rivera, la dimisión de su padre y la circunstancias que la acompañaron, con la defección de los que antaño se decían sus amigos, marcaron profundamente sus inicios en la vida política. El 2 de mayo de 1039 aceptó la vicesecretaría general de la Unión Monárquica, en un intento de demostrar que su padre había sido un patriota que no había sabido llevar a buen término sus ideas de gobierno al carecer de una clara doctrina política.

A partir de 1933, sus ideas políticas se distanciaron totalmente de la idea del estado liberal, dando prioridad a las alas de patria, como unida y totalidad histórica, y rechazando la lucha de clases o de partidos, en la línea de las ideologías fascistas.

El 29 de octubre del año 1933 se presentó la organización que debía llevar adelantó la organización que debía llevar adelante estos ideas totalitarios, la Falange Española. A principios de 1934, Falange se unió a las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalistas, de Ramiro Ledesma, lo que aportó al movimiento no sólo un gran número de miembros, sino también un cuerpo doctrinal más sólido.

Tras una grave crisis ocurrida en el seno del partido, que culminó con la expulsión de Ledesma, a finales de 1934, José Antonio se convirtió en Jefe Nacional de Falange y en su líder indiscutible. También fundó el periódico ARRIBA, como publicación del partido.

Desde 1935, el partido aumentó notablemente sus efectivos, pero el fracaso electoral de febrero pasado demostró su todavía escasa implantación. En marzo de 1936, Falange fue prohibida y José Antonio pasó a disposición judicial acusado de conspirador.

En teoría el sucesor oficial del Sr. Primo de Rivera como Jefe Nacional del partido debería ser D. Manuel Hedilla.



La condena a muerte fue dictada por un Tribunal Popular formado por partidarios del Frente Popular, le gobierno de la República, contra el Jefe Nacional de Falange Española de las JONS, que estaba detenido por las autoridades del Frente Popular desde el 14 de marzo de 1936, es decir, cuatro meses y tres días antes del estallido del Golpe de Estado que inició la Guerra Civil Española.

«Iltsmo Sr. Tengo el honor de participar a V. I. que en el día de la fecha y en virtud de lo dispuesto por el Comité Popular de Defensa del orden público de esta localidad ha sido ejecutada la sentencia dictada por el Tribunal Popular de esta misma población condenando a muerte a José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, el cual se encontraba a disposición d este Juzgado de Instrucción de su dingo cargo por causa 187 de 1936 sobre tenencia ilícita de armas».

Alicante, 20 de noviembre de 1936

Firmado: Alonso Crespo.

JoseAntonioPrimoCarcel La última voluntad de D. José Antonio Primo de Rivera fue que limpiaran sus manchas de sangre para que no las tuviera que ver su hermano también encarcelado.