18 enero 2013

Aparentemente es la primera filtración de Bárcenas a la prensa para advertir al PP de la información de la que dispone en caso de que su partido se esté planteando dejarle caer

Estalla el caso sobresueldos en el PP: Inda y Urreiztieta desvelan en EL MUNDO que Luis Bárcenas pagaba sobresueldos en negro a toda la cúpula del partido encabezados por ‘M. Rajoy’

Hechos

El 18.01.2013 el diario EL MUNDO desveló el caso de los sobresueldos en negro a la cúpula del Partido Popular.

Lecturas

El 17 de enero de 2013 se hace público en toda la prensa el banco suizo Dresdner Bank de Ginebra ha comunicado al juez de instrucción D. Pablo Ruz Gutiérrez que el exsenador y extesorero del Partido Popular, aún en nómina del partido, D. Luis Bárcenas Gutiérrrez tiene una cuenta a su nombre con 22 millones de euros, una cuenta en Suiza a nombre del ex tesorero del PP,

Acaso para desviar la atención sobre el origen de ese dinero, el 18 de enero de 2013 desde el entorno del Sr. Bárcenas Gutiérrez se filtra al periódico El Mundo a través de los periodistas D. Eduardo Inda Arriaga y D. Esteban Urreiztieta Núñez que la tesorería del PP pagaba sueldos complementarios en negro a la cúpula de dirigentes de la ejecutiva Partido Popular cuando D. Luis Bárcenas Gutiérrez ejercía como gerente a las órdenes del entonces tesorero D. Álvaro Lapuerta Quintero, que también está siendo investigado, así como otro extesorero del PP, D. Ángel Sanchís Perales.

En la información del día 18 no se cita expresamente qué dirigentes cobraban, aunque si se asegura que esta práctica de sueldos complementarios duró hasta 2009, cuando Dña. Dolores Cospedal puso fin a la misma y que Dña. Esperanza Aguirre Gil de Biedma y D. Alberto Ruiz Gallardón nunca los cobraron. Se especula si esta filtración es una forma de los antiguos tesoreros de advertir a la cúpula del PP que les siga defendiendo o filtrarán más cosas que comprometan a la actual cúpula del PP.

Aunque desde el PP niegan la existencia de sobresueldos en negro, el 21 de enero de 2013 desde el diario El País se difunde una tribuna del exdiputado del PP D. Jorge Trías Sagnier, amigo personal del Sr. Bárcenas Gutiérrez, que asegura que sí existieron esos sobresueldos en negro.

El 22 de enero de 2013 Eduardo Inda mantiene un debate con la política del PP, Alicia Sánchez Camacho, que cuestiona la veracidad de la información de Inda sobre pagos en negro en su partido.  El 23 de febrero de 2013 Eduardo Inda tiene un acalorado debate en 13tv con el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, que reta a Inda a que de los nombres que las personas que hayan cobrado a lo que Inda responde desafiando al político a que se querelle contra él.

El 4 de febrero de 2013 el propio Luis Bárcenas es entrevistado en 13tv negando las informaciones tanto en El Mundo como en El País sobre presunta corrupción en el PP. El presidente del Gobierno Mariano Rajoy, se distancia de Bárcenas asegurando que lleva tiempo sin hablar con él.

DOS CASOS SOLAPADOS EN EL TIEMPO

A los pocos días que EL MUNDO desvelara el caso Sobresueldos en negro a la cúpula del PP por parte de D. Luis Bárcenas cuando era tesorero, el periódico EL PAÍS publicó ‘Los Papeles de Bárcenas’, unas fotocopias atribuidas al propio Sr. Bárcenas que pretenden demostrar que el Partido Popular dispone de una ‘Caja B’ donde gestionaban el dinero negro del partido (no declarado).

18 Enero 2013

Bárcenas pagó sobresueldos en negro durante años a parte de la cúpula del PP

Eduardo Inda / Esteban Urreiztieta

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Luis Bárcenas pagó durante años sobresueldos en negro a parte de la cúpula del PP. Las cantidades que contenían los sobres oscilaban entre los 5.000 y los 15.000 euros mensuales, según han asegurado a EL MUNDO cinco fuentes solventes de las sucesivas direcciones del partido.

Luis Bárcenas controló esta práctica tanto durante los casi 20 años que ejerció de gerente del partido, como en el año escaso que permaneció como tesorero. El dinero procedía de comisiones cobradas a constructoras y compañías de seguridad y de donaciones anónimas.

Bárcenas ha amenazado con sacar a la luz esta contabilidad B si el partido no le ayuda a librarse de las consecuencias penales del caso Gürtel, que podría acarrearle una condena de cárcel.

El ex gerente y ex tesorero del PP Luis Bárcenas pagó durante años sobresueldos en dinero negro a la cúpula del partido y otros altos cargos. Los beneficiados con el reparto de sobres tenían un salario orgánico en A -en muchos casos, también uno institucional- y una cantidad adicional en B.

Desde que estallase el caso Gürtel a principios de 2009, Luis Bárcenas, que aparecía en la contabilidad paralela de la trama dirigida por Francisco Correa como Luis el cabrón, ha venido amenazando a las más altas instancias del PP con identificar a los perceptores de los sobresueldos si no le libraban de «comerse el marrón judicial». Al más puro estilo Diego Torres, advierte que, o le buscan un atajo para sortear la cárcel, o arrojará «las bombas atómicas» que obran en su poder.

Hay que recordar que el hombre que gestionaba las finanzas del partido está imputado por el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional. Anteayer se hizo público que llegó a tener, «junto a otras personas» cuya identidad no ha revelado, 22 millones de euros en el Dresdner Bank de Ginebra a través de una sociedad panameña. Un detalle: según su versión, esta cuenta opaca al fisco español data de antes de 1990, que es cuando se inició el abono de sobresueldos irregulares.

La bomba atómica que posee Luis Bárcenas, de 55 años y un auténtico pata negra del PP -empezó a llevar las cuentas con el efímero Antonio Hernández-Mancha en 1987-, se llama «contabilidad B del PP».

Y esa contabilidad B, que asegura tener a buen recaudo, recoge todos los salarios en negro que abonó durante años a la cúpula del partido y altos cargos de Génova 13. Hasta cinco fuentes diferentes han confirmado a EL MUNDO lo que Bárcenas relata entre bastidores. Que los sobres en negro a la cúpula iban desde los 5.000 euros al mes para los secretarios de área, a los 15.000 que percibían las más altas instancias. Existía un nivel salarial intermedio de 10.000 euros.

Esta costumbre procede de la época en que Manuel Fraga presidía Alianza Popular. En aquellos momentos, era tradición en todas las formaciones políticas el empleo de dinero en metálico para llevar a cabo la mayoría de las remuneraciones internas.

Con la llegada de Francisco Álvarez-Cascos a la Secretaría General del PP en enero de 1989, esta costumbre se estandarizó dentro de la contabilidad de Génova 13 que, a partir de entonces, tenía una vertiente oficial y declarada a Hacienda y otra en dinero negro plenamente sistematizada. Tras el Congreso de Sevilla de 1990, en el que se oficializó el relevo de Manuel Fraga por José María Aznar, el político asturiano prosiguió con su costumbre de los sobresueldos en B. Álvarez-Cascos tenía como tesorero a Rosendo Naseiro, que tuvo que dimitir en 1990 por un escándalo de posible corrupción y, como gerente, es decir, como el auténtico cerebro en la sala de máquinas de la financiación, a Luis Bárcenas, un licenciado en Ciencias Empresariales por la prestigiosa universidad de los jesuitas Icade. El aparatchik andaluz ascendió en el partido gracias a la convergencia de tres factores: su gran dominio de los números, su discreción y su amistad con Luis Fraga, sobrino del fundador, con el que Bárcenas estuvo a punto de coronar el Everest en agosto de 1987 -se quedaron a 150 metros de la cima-.

Bárcenas era el encargado del trabajo sucio. Tarea para la que fue confirmado en su puesto por Javier Arenas, que aterrizó en la Secretaría General del PP en 1999. El democristiano sevillano permaneció en este puesto hasta el otoño de 2003, en que le sucedió un Mariano Rajoy, que ejercía de presidente de facto más que de secretario general real. Por una sencilla razón: el presidente continuaba siendo José María Aznar, pero de iure. Más que nada, porque era un político con fecha de caducidad (marzo de 2004). Según las fuentes consultadas, Rajoy nunca cobró esos sobresueldos.

En octubre de 2004, con la toma de posesión de Mariano Rajoy como presidente del PP y de Ángel Acebes como secretario general, tampoco se interrumpió la entrega de sobres a la cúpula del partido y a buena parte del organigrama de la sede nacional de Génova 13. Eso sí, el debate, que llevaba años abierto, aumentó exponencialmente en virulencia. El ahora presidente del Gobierno sí tomó la determinación de prescindir de la trama Gürtel a la hora de organizar los actos y las campañas del partido, al menos, a nivel nacional.

Fue María Dolores de Cospedal, abogada del Estado excedente, y a instancias de Rajoy, la que dijo «basta ya» al reparto de sobresueldos en B en el partido tras acceder a la Secretaría General del partido en el Congreso de Valencia de junio de 2008. La actual presidenta de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha adoptó en 2009 la draconiana decisión de poner fin a más de 20 años de salarios en negro y de declarar al fisco hasta el último euro que entraba y salía del partido, nóminas incluidas. Desde entonces, todas las personas que cobran sueldos orgánicos lo hacen pagando sus impuestos correspondientes.

Tres cuartos de lo mismo sucede con los dirigentes populares que compatibilizan sus cargos institucionales -presidencias autonómicas, alcaldías, Congreso de los Diputados o Senado- con los orgánicos. La diferencia entre la era Cospedal y las anteriores es que ahora ni un solo euro escapa a Hacienda.

También se tiraba de dinero negro para satisfacer con sobresueldos tanto a trabajadores cualificados del partido, como para fidelizar a los escoltas, tanto los que prestaban sus servicios dentro de la casa como los que se dedicaban a proteger a amenazados por ETA.

¿Y de dónde salían estas ingentes cantidades de dinero negro? El dinero para estos sobresueldos procedería, según varias fuentes consultadas, del pago de comisiones por parte de constructoras tras recibir contratos públicos o a cambio de adjudicarles obras en las numerosas sedes que el PP tiene a lo largo y ancho de la geografía nacional. La segunda vía de financiación procedía de las compañías de seguridad que trabajaban para el PP o para administraciones públicas que controlaba la formación de centroderecha.

18 Enero 2013

El PP no tiene más remedio que hacer su propia catarsis interna

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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SI AYER ya decíamos que la dirección del PP estaba obligada a hacer un ejercicio de transparencia, tras conocerse que el ex tesorero del partido tenía una cuenta en Suiza con 22 millones de euros, hoy debemos decir lo mismo por partida doble. La revelación que hace este diario de que Luis Bárcenas pagó durante años sobresueldos en dinero B a los miembros de la cúpula del partido hace imprescindible una investigación interna a fondo. Son dignos de elogio en este sentido tanto el compromiso de la dirección del PP de colaborar con la Justicia para llegar al fondo del escándalo de las cuentas suizas de Bárcenas, como las declaraciones de Esperanza Aguirre de depurar las responsabilidades «caiga quien caiga». Todas las personas que hayan incurrido en estas prácticas deberían ser apartadas del partido, que, llegados a este punto, no tiene más remedio que llevar a cabo su propia catarsis. En cuanto a la polémica de Bárcenas con Hacienda -que ayer desmintió que se hubiera acogido a la amnistía fiscal- sería lamentable que el ex tesorero se pudiera haber beneficiado de algún subterfugio para eludir el delito fiscal.

19 Enero 2013

Era mejor la prima de riesgo que esto

Lucía Méndez

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CASI seguro que si le dan a elegir, Mariano Rajoy preferiría seguir teniendo como enemiga a la prima de riesgo que a esto. Esto da pena, da miedo y da asco. Esto es más difícil que bajar el déficit, más duro que pedir sacrificios y más pringoso que la pez. Esto empieza a resultar insoportable. Esto amenaza al sistema político. Esto ya pasa de castaño oscuro. Esto hace que la gente piense que el país se irá a la mierda. Esto lleva a pensar que todos los políticos llevan la marca de la corrupción en la frente, lo cual es una mentira, una injusticia y una cabronada para la mayoría de los políticos que, equivocada o acertadamente, trabajan de forma honrada y cobran en dinero A.

Esto no puede ser. No puede ser que la dirección del PP diga que Luis Bárcenas es un OVNI que aterrizó en la sede y estuvo por allí hasta que llegó la comandante María Dolores de Cospedal, se acabó la diversión y mando a parar. Si esto fuera verdad, ¿por qué le mantuvo como tesorero desde 2008 hasta julio de 2009? ¿Por qué le despidió con un comunicado oficial en el que se decía que el ex tesorero era «un ejemplo de profesionalidad y buen hacer»? Tomar a los ciudadanos por tontos no es una buena idea nunca, y mucho menos cuando la indignación ha sobrepasado ya todos los límites. Luis Bárcenas era uno de ellos. Aunque en el despacho de al lado no tenían un tesorero que administraba el presupuesto, como ellos creían, sino a Gordon Gekko, el protagonista de Wall Street. Hasta se da un aire a Michael Douglas. La codicia es buena y el dinero nunca duerme. Los millones de Bárcenas, según cuentan los empleados del banco suizo, no dormían. Aquel senador español tan pinturero llamaba desde exóticos lugares de vacaciones para mover los millones como si fueran fichas de dominó.

¿Qué hago? ¿Qué hacemos? Éstas son las preguntas que se hacen todos los dirigentes del PP desde que estalló la bomba. Fácil no lo tienen y las luchas internas aún lo ponen más difícil. Su ex tesorero parece dispuesto a hundir al PP en la misma mierda en la que se ha hundido él. Hace un año, en la clausura del XVII Congreso, Mariano Rajoy dijo que quería gobernar para «las madres solas con hijos a su cargo que hacen milagros todos los días para llegar a fin de mes» y para los padres de familia en paro. ¿Qué pueden pensar ellos de los 22 millones?

20 Enero 2013

Antes y después

EL PAÍS (Director: Javier Moreno)

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Los escándalos obligan al partido gobernante a reabrir la investigación sobre sus finanzas

Mariano Rajoy aseguró ayer que, de conocer alguna irregularidad interna en su partido, él sería el primer interesado en actuar. No hizo comentarios sobre las cuentas suizas del extesorero Luis Bárcenas, ni sobre las sospechas de que este había organizado un sistema de pagos en dinero negro a dirigentes del PP, remitiéndose a las declaraciones de otros dirigentes que se refugian en el “no me consta” o al trabajo que haga la justicia al respecto. Pero la hora es grave, y está muy claro que las últimas revelaciones marcan un antes y un después. La respuesta obligada a los últimos escándalos era la apertura de una investigación interna sobre la gestión de Luis Bárcenas como gerente y tesorero del partido, y en general sobre las cuentas del PP, y ese fue el anuncio realizado por la secretaria general, María Dolores de Cospedal.

La iniciativa es coherente con una afirmación anterior de Rajoy, “no me temblará la mano”, y parece indicar que el presidente del Gobierno se ha dado cuenta de la responsabilidad que le alcanza: están en juego su credibilidad y su futuro político. O las afirmaciones del entorno de Bárcenas son ciertas o son falsas: lo inadmisible era instalarse en la ficción del no saber o de que se trata del asunto de un particular. ¿Cómo espera el partido gobernante que un país sumido en una profunda crisis pueda confiar en quienes decían no haberse enterado de la presunta trama de corrupción en su sede central?

Rajoy tiene que resolver la responsabilidad política por el caso Bárcenas y el partido debe introducir los cambios necesarios, a fin de asegurar la transparencia y legalidad de la financiación del PP. Rajoy preside esta formación desde octubre de 2004, cargo al que accedió tras un año como secretario general. Es decir, coincidió casi seis años con Bárcenas en la cúpula, quien además ascendió de gerente a tesorero en 2008, antes de dimitir en 2009 tras 28 años en el partido. Demasiado tiempo como para que nadie más se diera cuenta de que tan destacado dirigente había acumulado una fortuna lejos del fisco español, en absoluto explicable por su salario oficial. Eso sin contar con la pésima señal enviada al exterior, una más de las muchas notas negativas que España emite hacia los que siguen nuestra crisis económica y política.

Al Gobierno le compete aclarar también si Luis Bárcenas se ha acogido a la impunidad facilitada por la amnistía fiscal del Ejecutivo. Los abogados del extesorero aseguran que sí, mientras el Ministerio de Hacienda se ha arriesgado a rozar la violación del deber de confidencialidad de los datos tributarios para desmentir que eso sea cierto. Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, está obligado a explicar de arriba abajo los resultados de la amnistía fiscal.

Pero el caso Bárcenas solo es uno entre los muchos que afectan al PP. Unos 200 políticos, principalmente conservadores, pero también socialistas o nacionalistas catalanes, están implicados en investigaciones por conductas relacionadas con la corrupción o el delito fiscal. Cortar esa escalada exige medidas contundentes: controles profesionalizados sobre las finanzas de los partidos, publicación inmediata de datos respecto a los fondos que reciben (públicos y privados) y obligatoriedad de auditar las cuentas en los meses siguientes al cierre de cada ejercicio, no al cabo de varios años, como hace ahora el Tribunal de Cuentas. Y si este órgano no dispone de medios suficientes o no se le dota de la agilidad procedimental necesaria, habrá que recurrir a auditorías privadas.

Todo antes de consentir que el sistema democrático se convierta en víctima de cualquier oportunismo populista, un riesgo cierto si los partidos centrales de la democracia no se conducen con mucha más seriedad y rigor.

20 Enero 2013

La manta

Almudena Grandes

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Si tú cuentas lo mío, yo cuento lo tuyo

Forma ya parte de nuestras vidas. Que si Camps, que si Fabra, que si Costa, que si te digo yo que no, que si la trama madrileña, que si Gürtel, que si Brugal, que si Campeón… Desde que el juez —que ahora ya no lo es, ¡qué curioso!— Garzón empezó a seguirle la pista a los abogados de Correa, todos sabíamos que alguien, algún día, iba a tirar de la dichosa manta.

Ese pedazo de tela rancia y pestilente parecía encubrir la culpa de los corruptos, el entramado de responsabilidades compartidas por quienes han esquilmado este país en su propio beneficio, ladrones de guante blanco capaces de invocar la soberanía popular y el Estado de derecho para afirmar en público su inocencia, mientras en privado recurrían a un principio mafioso, mucho más eficaz. Si tú cuentas lo mío, yo cuento lo tuyo. Entretanto, aquí ha pasado de todo, tribunales recusados, fiscales desautorizados, sentencias incomprensibles, leyes redactadas a la carta, sumarios que se perdían, testigos que se arrepentían, procesos que explotaban en el aire como pompas de jabón… Así hemos llegado a este amargo final.

El abogado de Bárcenas ha dicho que su cliente aprovechó la amnistía fiscal de Montoro para blanquear su patrimonio personal, 10 millones de euros de los 22 que tenía en Suiza. Hacienda intentó desmentirlo y Bárcenas tiró de la manta, recordando en voz alta los sobres llenos de dinero —¿y por qué no dice quién se lo daba?— que repartió durante años, mientras ocupó el cargo de tesorero, por los pasillos de la sede del PP. Esa revelación resuelve el misterio de que haya ganado 10 millones en tan poco tiempo, desde luego, pero plantea un enigma más perverso. Porque, al salir volando, la manta ha dejado al descubierto la insoportable sensación de que quienes seguimos viviendo en la intemperie somos los ciudadanos de a pie. Los de siempre.

21 Enero 2013

¿SOMBRAS O CERTEZAS?

Jorge Trías Sagnier

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Todo son lugares comunes pero nadie, ni desde el Gobierno o los partidos afectados, ha dado una explicación convincente de lo que está ocurriendo. Quizás, la vicepresidenta Santamaría: “A mí, que me registren”. Porque ella, y algún otro u otra ministra o ministro, sí que están limpios de polvo y paja. Este asunto viene de lejos y no se ha querido —porque se pudo— resolver. Ahora ya no es tiempo de lamentos sino de explicaciones. Y rápidas.

En la primera legislatura de Aznar, la VI, había una Comisión o Subcomisión en el Congreso a la que yo pertenecí en la que estaban el diputado socialista Fernández Marugán, Jaime Ignacio del Burgo y alguien más que no recuerdo. El escándalo Filesa, que tanto azuzó el PP —y Rato especialmente—, era aún un asunto muy cercano. Los socialistas lo habían pagado caro y Marugán, hombre cabal, barbado y honesto, era muy consciente de ello. Decidimos que había que modificar el sistema de financiación de los partidos políticos y la ley que lo regulaba.

Recuérdese que estaban permitidas entonces las donaciones anónimas. Así se financiaban, además de las asignaciones públicas, prácticamente todos los partidos, lo cual daba lugar a todo tipo de corruptelas, enjuagues y corrupciones. No fue posible entonces acabar con ese sistema. No se quiso poner el cascabel al gato. Y, desde luego, había gato encerrado. CiU, de quien dependía el PP para poder gobernar, se opuso rotundamente. Si mi memoria no me falla, las donaciones anónimas terminaron en la etapa de Zapatero, que no todo lo hizo mal, ni mucho menos ahora el PP, y especialmente su extesorero Luis Bárcenas —con quien he recorrido montañas, he tenido larguísimas conversaciones y a cuya amistad no renuncio sea cual sea su futuro—, están sometidos a un escrutinio lógico. Deben, pues, aclarar y explicar el sistema de financiación para que podamos creerles. Y la oposición, toda ella, debe también contar públicamente —el Partido Socialista especialmente— si usaban, así mismo, de esas malas prácticas.

Hace aproximadamente un año publiqué un artículo en este diario que tuvo una enorme repercusión en el que contaba algunas cosas que sabía por haber intentado ayudar al juez Pedreira, enfermo y sin medios materiales en el juzgado, que intentó realizar una investigación clara. Pudo a medias. En el PP sentó muy mal ese artículo mío. Afortunadamente, ahora, el juez número 5 de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, siguiendo la estela de lo que había iniciado su antecesor Baltasar Garzón, intenta aclarar el escándalo de la financiación del Partido Popular. Confiamos muchos en que ni la Fiscalía Anticorrupción ni el juez se arredrarán ante las presumibles presiones que van a sufrir. El fiscal general es hombre cabal y con arrestos, y el juez es hombre lento, pero seguro.

Este asunto viene de lejos y no se ha querido (porque se pudo) resolver

¡Vaya historia!: el juez que inició la investigación, honrado en toda Hispanoamérica y en la Corte Penal Internacional, Baltasar Garzón, fue apartado y condenado por unas escuchas que, a mi juicio, fueron muy limitadas y estaban más que justificadas. Y el juez del Tribunal Superior de Justicia, Antonio Pedreira, quedó postrado en el lecho del dolor y olvidado. La dignidad tiene su precio. Pero la verdad se va abriendo paso.

Sigamos, pues, con lo que quiero decir. Al margen de lo que hagan los fiscales y jueces, el Partido Popular tiene que explicar con pelos y señales los medios con los que se financiaban. Francisco Álvarez-Cascos, ex secretario general; Ángel Acebes, excoordinador general; Javier Arenas y María Dolores de Cospedal, sucesivos secretarios generales del PP; líderes autonómicos afectados por este caso u otros; y, por supuesto, José María Aznar y Mariano Rajoy, presidentes sucesivos del PP, deben dar una explicación convincente. Por supuesto, también deben hacerlo Álvaro Lapuerta, Luis Bárcenas, otro tesorero cuyo nombre no recuerdo que le sucedió interinamente, Romay y la actual tesorera.

No podemos tener esa desagradable sensación de que fuimos ingenuamente engañados quienes les defendimos en medio del tornado. Ellos tienen los documentos o información suficiente. Llevaban esa contabilidad B, cuando la hubo, de las donaciones personificadas y de las anónimas —legales hasta hace unos cuatro o cinco años— y de a quiénes o a qué menesteres se destinaba ese dinero. No pueden esconderse ni mentir.

Y todos los destinatarios deberían hacer públicas sus declaraciones de renta para que la Agencia Tributaria determine si estaban declaradas. Y en el caso de que no lo hubiesen sido, y si incurrieron en un posible delito fiscal, que la Agencia Tributaria envíe el asunto al Juzgado numero 5 que, según parece, es indiscutiblemente el competente.

Por lo que yo pude saber, y ya conté en estas páginas de forma sucinta, sí se entregaban sobres con dinero en efectivo que servían como complemento del sueldo que percibían algunos dirigentes. Creo que la cantidad máxima eran unos 10.000 euros al mes o su equivalente en pesetas antes de la moneda única. De ahí hacia abajo se percibían cantidades menores, según los cargos y responsabilidad. La mayoría de diputados y dirigentes del PP no percibía nada de esas cantidades. Y es por ellos, y especialmente por quienes les votaron, por lo que deberían dar una explicación, tanto Cospedal como Rajoy, que son quienes ahora dirigen el partido.

Es posible que ellos acabasen con esas malas prácticas, es posible, pero también deberían explicar si al principio de sus mandatos respectivos percibieron alguna cantidad de esa opaca procedencia. En resumen: queremos saber la lista de donantes y la de receptores. Nos la deben quienes fueron nuestros dirigentes, amigos algunos de ellos, e incluso aquellos que, pase lo que pase, lo seguirán siendo.

Es posible que ninguno de los perceptores, si no hubiese declarado esas cantidades que recibían en metálico, haya incurrido en delito fiscal, pues la cuota posiblemente defraudada, por lo que yo conozco, no llega al límite del delito. Pero en cualquier caso el escándalo está servido y España y los españoles, tenemos derecho a conocer lo que se hizo con ese dinero público. Y Bárcenas, que tiene un buen abogado, debería explicar de dónde salía ese dinero y si las empresas que se acogieron a la amnistía fiscal eran suyas o de más personas, pues probablemente, y como consecuencia del generoso sueldo que cobraba, pueda tener una explicación que le aparte definitivamente del delito. Callar, a veces, es complicidad. Otra cosa son las responsabilidades políticas, que el PSOE, con Rubalcaba a la cabeza, debe pedir con firmeza y no con la boca chica como lo viene haciendo hasta ahora, pues da la sensación de que ellos también tienen algo que ocultar.

El sistema constitucional español es lo suficientemente fuerte para soportar una crisis política de esta magnitud. Hay personas muy cualificadas, tanto en el Gobierno, en el PP, y en el PSOE, para sustituir a quienes deban caer, con delito o sin delito, por este monumental escándalo. “Que cada palo aguante su vela”, afirmó la secretaria general, María Dolores de Cospedal. Efectivamente, y ella la segunda. Pues el primero que nos debe una explicación es el jefe del PP, Mariano Rajoy. Es una cuestión de patriotismo y de ejemplaridad, como diría el filósofo Javier Gomá. Y de honor. Si no creemos en quienes gobiernan la nación, ¿cómo podrán soportar los ciudadanos tantos sacrificios como se les están exigiendo?

Jorge Trías Sagnierr.

26 Enero 2013

Trías conspiró para ser Defensor del Pueblo

Graciano Palomo

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Cuando la semana pasada el exdiputado por voluntad directa y única de José María Aznar y Álvarez Cascos, Jorge Trías Sagnier, acusó a la dirección anterior y actual del PP de recibir sobres y sobresueldos entregados por Bárcenas, se podía describir con gruesos trazos y epítetos concretos al que un día se sentó entre sus escaños.

Exigía en primera persona al comandante en jefe de las mesnadas popularesuna explicación, y de paso que dijeran si habían trincado dinero sucio (además de negro), porque él aseguraba que había sido una práctica habitual. No daba nombres, aunque fuentes próximas a Trías aseguraban que este aseguraba a su vez que tenía una lista con nombres concretos.

La primera en lanzarse en tromba a la yugular del que todo el mundo considera “sospechoso” abogado fue la secretaria general, María Dolores de Cospedal, anunciando la interposición de una demanda. Llovía sobre mojado: la número dos del PP tenía ya en su despacho una sentencia en el que se condenaba al citado abogado por delitos contra el honor.

Lo que no han hecho público, todavía, es una presunta factura por valor de 60.000 euros que presuntamente Trías Segnier habría presentado en su día al PP en concepto de asesoramiento jurídico a Bárcenas por una importante cantidad de dinero, factura que Cospedal devolvió “porque nadie le ha pedido ese asesoramiento y porque abogados ya tenemos muchos…”. ¿La carta en El País -en esta ocasión parece que era auténtica- era la vendetta por no haber respondido a sus demandas económicas?

Lo que tienen claro es que Trías hablaba por cuenta de su antiguo amigo, aunque unas horas después Bárcenas le dejara con el trasero al aire cuando negó en Intereconomía que hubiera pagado sobres o sobresueldos en negro a nadie. Al fin y al cabo, lo que decía el exdiputado en el diario de PRISA no era otra cosa que los mismos mensajes que el extesorero hacía llegar un día sí y otro también a la actual dirección del partido en el gobierno.

“Puedo asegurarte que sí”, contesta una fuente popular, “pero la factura no te la doy…. por ahora”. Pero hay más. Resulta que Trías se ofreció y conspiró ante la dirección del PP para ser nombrado Defensor del Pueblo. ¡Que no, Jorge, que no…!