12 enero 2013
Fue director de la televisión pública vasca
Íñigo Urkullu cede la presidencia del Partido Nacionalista Vasco (PNV) a Andoni Ortuzar Arruabarrena

Hechos
El 12 de enero de 2013 D. Andoni Ortuzar Arruabarrena es elegido nuevo presidente del Euskadi Buru Batzar (EBB).
Lecturas
El 12 de enero de 2013 D. Andoni Ortuzar Arruabarrena es elegido nuevo presidente del Euskadi Buru Batzar (EBB), la ejecutiva nacional del Partido Nacionalista Vasco. Su elección ha sido unánime. El Sr. Ortuzar sustituye a D. Íñigo Urkullu Rentería, presidente del PNV desde septiembre de 2007 y ahora es lehendakari (el reglamento del PNV impide que un lehendakari sea simultáneamente presidente del partido).
El Sr. Ortuzar y el Sr. Urkullu serán las caras visibles del PNV hasta que en noviembre de 2023 el EBB retira su confianza al Sr. Urkullu.
El Sr. Ortuzar será el presidente del EBB del PNV hasta febrero de 2025.


13 Enero 2013
Misión del nuevo PNV: 'construir' nacionalistas
Andoni Ortuzar (Abanto y Ciérvana, Vizcaya, 1962) terminó ayer su primer discurso como presidente del PNV volviendo a sus inicios. Finales de los años 70, zona minera de Vizcaya, territorio del socialismo vasco. «Tendríais que ver cómo estábamos hace 35 años en aquella zona, éramos un partido casi testimonial».
«Hoy», prosiguió, «todas las alcaldías de Meatzaldea están en manos del PNV». Entre una y otra situación, el partido «se abrió» a esa sociedad no nacionalista y atrajo «a gente que estaba muy distante y que ahora no sólo vota sino que siente también abertzale».
Ortuzar fue elegido ayer presidente del PNV según el procedimiento abreviado tras la toma de posesión de Iñigo Urkullu como lehendakari y para mantener la bicefalia que contemplan los Estatutos.
La ilusión era palpable entre los militantes que acudieron al atrio del Palacio Euskalduna de Bilbao: el PNV ha recuperado Ajuria Enea y ha alcanzado la unidad que ayer puso en valor su nuevo presidente, porque «la unión», dijo, les hace «fuertes». La elección fue unánime. Votaron por el único candidato 95 de los 99 apoderados con capacidad de voto en la Asamblea Nacional (los otros cuatro no estuvieron presentes).
Su predecesor y amigo Urkullu le miraba con orgullo desde la primera fila, acompañado de los ex lehendakaris José Antonio Ardanza, sonriente, y Juan José Ibarretxe, más serio. Ambos escucharon una larga intervención de Ortuzar, pronunciada en su mayoría en castellano y muy centrada en los temas identitarios. Lo social estuvo poco presente, más allá de subrayar el carácter «humanista» del partido, la necesidad de ser «solidario» con quienes lo pasan mal y su intención de gobernar pensando en «las personas».
El eje indudable fue el «sueño» independentista. El PNV, sostuvo, es un «partido-instrumento para construir la nación vasca». Su «misión», además de gobernar «con eficacia y justicia social», es lograr «que más ciudadanos y ciudadanas» del País Vasco «se reconozcan en esa identidad nacional vasca». «Hacer que cada día la identidad nacional vasca prenda en más y más vascos y vascas hasta conseguir la libertad absoluta de nuestro país», abundó ya fuera de guión. Se entiende que cuantos más nacionalistas haya, más ciudadanos votarán sí a la independencia.
El enfoque identitario le sirvió a Ortuzar para ordenar casi el conjunto del discurso. Primero, reivindicó la necesidad de «abrir las ventanas de los batzokis» para estar cerca de la gente y expandir su cosmovisión. Una de las críticas del aparato vizcaíno al guipuzcoano que pilota Joseba Egibar -cabeza del alma soberanista del partido y heredero de Xabier Arzalluz, ayer ausente del acto- ha sido la falta de conexión con la calle.
Ortuzar situó además el reciente cese definitivo de ETA -cuya violencia, aseguró, nunca entendieron- como un deseo cumplido que, sin embargo, no basta para alcanzar la «libertad» si el País Vasco no logra el reconocimiento del «derecho a decidir». Eso sí, dentro de Europa. (Sortu debate precisamente en su proceso de constitución si el hipotético estado vasco debería integrarse o no en la Unión Europea).
¿Cómo se hace la nación vasca? No hay «fórmulas milagro», dijo, sino dos «claves». Dos capacidades con las que resumió bien la filosofía del PNV -tocada en la etapa de Ibarretxe-: adaptarse « al nuevo mundo» y «llegar a acuerdos con otros, dentro y fuera de Euskadi», precisó.