13 octubre 1996

Josep María Salas, procesado en el 'caso Filesa' seguirá en la ejecutiva del partido

Congreso del PSC-PSOE – Narcís Serra nuevo Primer Secretario reemplazando a Raimon Obiols, que pasa a ser Presidente

Hechos

El 13.10.1996 el congreso del PSC-PSOE eligió a D. Raimon Obiols como Presidente y a D. Narcís Serra como Primer Secretario.

Lecturas

En el congreso del PSC-PSOE de octubre de 1996 se pone fin a largo mandato de D. Raimon Obiols como primer secretario del PSC, cargo en el que estaba en ese cargo desde julio de 1983, poniendo fin a un mandato caracterizado por un periodo triunfal para CiU y para D. Jordi Pujol en todas las elecciones catalanas.

El nuevo primer secretario del PSC es el exVicepresidente y exministro de Defensa D. Narcís Serra.

A pesar de que D. Narcís Serra tuvo que dimitir de sus puestos en el gobierno por el escándalo de las escuchas ilegales del CESID, ahora inicia una segunda etapa política que durará hasta el congreso del PSC de junio de 2000. 

11 Octubre 1996

PSC: cuando la renovación depende de Serra o Sala

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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Este fin de semana se celebra el Congreso del PSC-PSOE. Los socialistas catalanes, condenados a una oposición inoperante en el Parlamento catalán dominado por CiU y lastrados por el descrédito del PSOE, se enfrentan a un futuro difícil. La regeneración del partido es urgente y, sin embargo, los tres hombres que luchan por conducirla están marcados por las derrotas y los escándalos. Con tres comicios autonómicos perdidos ante Pujol, Raimon Obiols no tiene posibilidades de continuar en el cargo de secretario general. Quienes tienen los boletos son Narcís Serra y Josep Mª Sala, el hombre que domina el «aparato». El problema es que estos supuestos paladines de la renovación son los menos indicados para emprenderla, habida cuenta su turbio historial. Serra dimitió como vicepresidente bajo sospecha por el escándalo de las escuchas del CESID y pesa sobre él la amenaza de ser imputado por el Supremo (junto a González y Benegas) por el «caso GAL». Y Sala, la otra alternativa, está procesado en el sumario Filesa. Triste paradoja.

14 Octubre 1996

Ensayo general con todo

Raúl Heras

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El ascenso de Narcís Serra a la secretaría del PSC, y el pacto logrado entre las tres grandes corrientes socialistas de Cataluña, representadas por Raimon Obiols, Josep María Sala y Pascual Maragall, cuadran a la perfección con los deseos de Felipe González de cara al futuro Congreso Federal del PSOE. El ex presidente del Gobierno ha querido que sean sus compañeros catalanes los que realicen un gran ensayo general del modelo que desea implantar en el Partido Socialista a nivel estatal: Más abierto al liberalismo económico, más integrador de las autonomías, y con menos influencia de la burocracia organizativa a la hora de elegir candidatos electorales.

González tiene el encargo de la Internacional Socialista de preparar la ideología de la «nueva izquierda» para el siglo XXI y va a empezar por su propia casa. Frente a los que deseaban una Ejecutiva con menos miembros, no ha dudado en dar su visto bueno a Serra para que la amplíe lo suficiente de cara a que convivan en ella todas las tendencias, y todos los deseos de protagonismo de los líderes regionales y hasta locales. Al mismo tiempo ha buscado la unidad de todos los militantes como base de operaciones frente al exterior.

Las próximas semanas, a nivel jurídico; y los próximos meses, a nivel político, no sólo tiene que salir bien del primer envite en el Tribunal Supremo, también tiene que lograr que desde Izquierda Unida no le vuelvan a «dinamitar» el discurso de progreso, y que desde el Partido Popular y el Gabinete de José María Aznar no le golpeen impunemente: ni en el tema de los GAL, ni en el tema de los fondos reservados, ni en el de la deuda histórica heredada como coartada de la actual política económica.

Para que no le hagan un segundo Suresnes, de la misma forma que se lo hicieron él y Alfonso Guerra a Llopis, está dispuesto a cambiar al PSOE, pero desde el poder. Y para ello necesita contar en las distintas federaciones del partido con hombres de su confianza, que controlen la organización, toda vez que la estructura creada por el todavía vicesecretario general se ha desmoronado, y la actual Ejecutiva Federal tiene escaso peso en toda España.

Habrá pues un gran continuismo en los nombres y un cambio en las actitudes y propuestas. Se potenciará a aquellos que tienen una buena imagen a nivel nacional, mientras se potencian a nivel autonómico y regional a nuevos valores que sustituyan a los que tienen imagen de perdedores. Felipe González desea a su lado un círculo de fieles centuriones que hayan dejado el socialismo histórico en el baúl de los recuerdos.

14 Octubre 1996

Apertura socialista

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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LOS SOCIALISTAS catalanes han conseguido, al fin, iniciar la apertura de su partido hacia la sociedad, después de una larga crisis que ha venido enfrentando a los partidarios de una profunda renovación -identificados con su hasta ahora primer secretario y a partir de ahora presidente, Raimon Obiols- y a los partidarios de cerrar filas en tomo a la identidad y a la estructura partidaria -identificados con el hasta ahora secretario de organización, el senador procesado por el caso Filesa, Josep Maria Sala. El PSC (Partit dels Socialistes de Catalunya) es el primer partido que decide, en el ámbito español, someter a sus principales candidatos a unas elecciones primarias en las que participarán los militantes y los simpatizantes. Otra decisión aperturista ha sido la aprobación de un código ético que limitará la contratación de obras, servicios y suministros públicos por parte de los cuadros socialistas, sean electos o no.La elección de una comisión ejecutiva de integración, en la que los seguidores de Obiols cuentan con una buena representación, y la propia elección del hasta ahora secretario general como presidente son también dos signos más del éxito político de las ideas renovadoras. El éxito organizativo del congreso ha quedado, sin embargo, en el saldo positivo de los salistas y su corte de capitanes o dirigentes territoriales, que han conseguido el objetivo aparcado en el anterior congreso, celebrado en febrero de 1994 en Sitges. Los capitanes quisieron derribar entonces al primer secretario, Raimon Obiols, y no tuvieron más remedio que aceptar la apertura de un paréntesis, ahora clausurado en este congreso.

La presencia de los capitanes en la nueva dirección es abrumadora, pero el precio que han tenido que pagar es su sometimiento a la disciplina del nuevo secretario general, el ex vicepresidente del Gobierno Narcís Serra, y la aceptación de estos primeros pasos de apertura del partido hacia la sociedad. La fórmula de integración fraguada en los meses previos al congreso ha conducido a colocar a Serra en la primera secretaría, como clave de bóveda que permite sostener a sectores y posiciones enfrentados a veces hasta la crispación. Desde esta posición, Serra deberá intentar la difícil contorsión de potenciar el discurso político renovador de los obiolistas apoyándose en la práctica organizativa de los salistas.

El historial político de Serra en la alcaldía de Barcelona y en el Ministerio de Defensa permite pensar que cuenta entre sus habilidades una cierta eficacia en la neutralización de conservadurismos corporativos. No es el caso de su paso por la vicepresidencia del Gobierno, cuya estela puede constituir todavía un lastre en su papel de nuevo líder del socialismo catalán y permite albergar algún escepticismo sobre su capacidad de renovación. Está por ver si será capaz de hallar un espacio de acción propia y autónoma, sobre todo, frente a los sectores mas ensimismados en la política de partido.