9 julio 1983

Raventós, designado embajador de España en Francia ocupará la presidencia del PSC a modo honorífico

Raimon Obiols se convierte en el nuevo líder del Partit dels Socialistas de Catalunya (PSC-PSOE) reemplazando a Joan Reventós

Hechos

  • El 10.07.1983 se celebró el Congreso Extraordinario del PSC-PSOE en el que D. Joan Raventós fue elegido Presidente y D. Raimon Obiols como Primer Secretario.

Lecturas

D. Joan Raventós era primer secretario del PSC-PSOE desde su constitución en julio 1978. Su liderazgo en el socialismo catalán quedó sentenciado desde su derrota ante D. Jordi Pujol en las primeras elecciones autonómicas catalanas en 1980.

JOAN RAVENTÓS SERÁ PRESIDENTE DEL PSC

Raventos_1980 Mientras que D, Raimon Obiols ocupará el cargo de ‘Presidente del PSC-PSOE’, cargo honorífico, al tiempo que será nombrado embajador de París (Francia) del Gobierno de D. Felipe González.

UNA NUEVA ERA EN EL PSC.

D. Raimon Obiols asume el cargo de primer secretario del PSC con la misión de ganar a D. Jordi Pujol las elecciones autonómicas de 1984 aprovechando la ola favorable al PSOE a nivel nacional, pero no logrará cumplir su misión y será derrotado.

Pese a lo cual permanecerá en el cargo durante doce años. Siendo el último congreso del PSC en el que fue reelegido el de 1994.

Su mandato al frente del PSC finalizará en 1996.

21 Mayo 1983

La salida diplomática de Reventós

EL PAÍS (Editorialista: Javier Pradera)

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EL NOMBRAMIENTO de Joan Reventós como embajador español en Francia fue interpretado en su propio partido, el PSC, tanto como un intento de salida diplomática para los espinosas relaciones bilaterales entre París y Madrid (pues el dirigente socialista catalán tiene buenas relaciones personales con el presidente francés, François Mitterrand), como Una diplomática salida personal para Joan Reventós en el momento de replantear los protagonismos del socialismo catalán.En estos momentos, cuando Joan Reventós ya está en la capital francesa, ambos objetivos, tienen puntual actualidad. Por un lado, nuestras relaciones con Francia están necesitadas de esclarecimiento tanto en el plano de las estrategias generales -el alineamiento con Francia, en muchos terrenos, frente a terceros países- como en el de las relaciones bilaterales, lo que vuelven a poner de relieve estos días los incidentes protagonizados por los campesinos franceses. De la misma manera que no es conveniente agitar los sentimientos antifranceses de la opinión pública española y llevar nuestros complicados problemas bilaterales al terreno de la irracionalidad, las autoridades francesas han de garantizar con todo el vigor preciso que un camión español pueda atravesar el territorio vecino sin que el recorrido se convierta en un safari y no precisamente fotográfico.

La marcha de Reventós a París no deja, por ello, de tener otras lecturas en la vida política catalana. La victoria de los socialistas en las municipales, coronada con la guinda de su triunfo en la batalla de Barcelona, les obliga a actualizar su estrategia ante las elecciones autonómicas, a favor de las que intentarán desplazar a Jordi Pujol de la presidencia de la Generalitat, al tiempo que les exige la fabricación del rostro electoral con el que se presentarán a las urnas. En este sentido, en el momento en que se hizo público el nombramiento amplios sectores del PSC consideraban que la imagen de honradez y seriedad que había adornado a Joan Reventós en las primeras elecciones autonómicas carecía, sin embargo, para la izquierda, del carácter carismático que posee Jordi Pujol para su electorado, hasta el punto de que se atribuía al líder socialista un trauma Poulidor, o de eterno derrotado, que recortaba las posibilidades objetivas de victoria de su partido.

Todas estas circunstancias obligan a recordar el papel trascendental de Joan Reventós en el proceso de unificación llevado a cabo durante los últimos años del franquismo, entre todos los grupos socialistas y socialdemócratas que existían en Cataluña. Su influencia y su credibilidad personal, junto con la de Josep Pallach, fueron decisivas para hacer converger ordenada y eficazmente a las corrientes españolistas y nacionalistas en un delicado proceso que luego cristalizaría en lo que ahora es el PSC: un partido socialista catalán vertebrado con el PSOE. Con todo, a pesar de este éxito, Reventós, hombre de carácter poco enérgico, nada intrigante, muy sugestionable por su entorno, resultó menos brillante como líder de lo que esperaban de él quienes le acompañaron en la clandestinidad. Sus limitaciones afloraron en la campaña electoral autonómica, y se coronaron al mostrarse dubitativo a la hora de la verdad, en el momento en que, tras conseguir Convergència la mayoría minoritaria en aquellas elecciones, le ofreció un pacto entre ambos partidos para dar una mayoría estable al Gobierno de la Generalitat. Entonces Reventós prefirió acorralar a Pujol en la derecha, posibilitando su apalancamiento en el poder autonómico y la proyección a toda España de esa política victimista que tanto ha lastimado la imagen de Cataluña ante el resto de España.

Frente a Pujol, Reventós no ha sabido crearse una imagen atractiva para las masas. Ha ido potenciando a su sombra toda una promoción de jóvenes líderes socia istas, como Narcís Serra, Ernest Lluch, Raimon Obiols, Pasqual Maragall, Francesc Martí, mientras él vivía el drama de su atonía personal. Por eso, aunque los socialistas le habían reservado para protagonizar la batalla de la Generalitat, en el momento en que esa pugna va a en trar en la verdadera cuenta atrás, Reventós ha salido de Barcelona hacia París con el cargo de embajador bajo el brazo.