19 febrero 2003

Alfredo Urdaci (TVE) acusa al historiador de PRISA de que 'el único bochorno' es él su negocio con la UNED

Carlos Dávila entrevistar en TVE al polémico historiador Pío Moa, exmarxista reconvertido en filofranquista, en ‘El Tercer Grado’, críticas de Tusell en EL PAÍS

Hechos

El 19 de febrero de 2003 el historiador D. Pío Moa fue entrevistado en el programa de D. Carlos Dávila ‘El Tercer Grado’ que se emite en La 2 de  TVE.

22 Febrero 2003

BOCHORNOSA TVE

Javier Tusell

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TVE, al jalear a Pío Moa, no sólo en hora de máxima audiencia sino con anuncio previo en el Telediario, ofende al espíritu de la transición, a la reconciliación entre todos los españoles.

El autor de este artículo forma parte de esa legión de españoles que no tiene decidido su voto ante cualquier contienda electoral. No me preocupa en exceso porque suelo decidir al final y, porque nadie me satisface en plenitud, acostumbro a optar por el mal menor.

Pues bien, ante quien pueda interesar proclamo que en la decisión de mi voto jugará un alto porcentaje que se me dé, al menos, un rayo de esperanza de que TVE va a cambiar. En untuosidad gelatinosa respecto de los que mandan, en sesgo a favor de sus ideas o en ocultamiento de la verdad se ha llegado a unos límites inconcebibles. Si se compara con la primera etapa de mayoría absoluta del PSOE, en absoluto ejemplar, se concluye que entonces hubo un pequeño pero mayor resquicio para transparentar la realidad que ahora. Hoy domina una desfachatez añadida que convierte en insulto personal a todo televidente el mero acto de sintonizar. Se puede pensar que todo partido ha actuado así en el pasado y lo hará en el futuro. Me revuelvo contra esa opinión: la inevitabilidad de esos rasgos no es equivalente a la sucesión de las estaciones a lo largo del año. Hoy existen televisiones públicas más neutrales y hubo un tiempo en que el director de RTVE podía ser de UCD, y el de RADIO NACIONAL del PSOE (mejor es que no pertenezcan a nada).

Me voy a referir a lo que considero una perversión mayor, que nada tiene que ver con la ausencia de debate o con la forma de presentar noticias. La entrevista con Pío Moa con ocasión de la aparición de un libro suyo no sólo responde a una falta absoluta de criterio. El autor citado ha narrado, en unas memorias, su pertenencia al GRAPO y describe de forma vívida como, durante los atentados de septiembre de 1975, uno de los suyos, «enloquecido se ve obligado en la necesidad horripilante de matar a culatazos a su víctima»(sic) porque el arma se le había encasquillado. Moa dejó el terrorismo y dice haber llegado al liberalismo pero, en realidad, ha arribado a las playas del franquismo (de los años cincuenta, no del final).

Ni por lo más remoto es un profesional de la historia; ha leído libros pero lo esencial en Los mitos de la Guerra Civil es una interpretación sistemática en contra de la izquierda y a favor de la extrema derecha adobada con gotas de extravagancia. Hoy, entre los historiadores existe un consenso generalizado. Nadie lo escribiría de igual modo pero todos estamos de acuerdo en que fueron inaceptables todas las sublevaciones contra la República, que la Guerra Civil fue un gran desastre colectivo o que Franco supuso no sólo represión cruel sino retraso en el desarrollo. Llega este amateur y nos informa de que de toda la violencia española del siglo XX fue culpable exclusiva la izquierda, que la libertad idílica de la Restauración fue destruida por socialistas y nacionalistas, que Prieto fue el asesino de Calvo Sotelo y que la represión de la posguerra no fue para tanto.

Lo peor es lo que se nos dice al final de su libro, que transcribo literalmente: «La victoria de Franco salvó a España… su régimen la liberó de la Segunda Guerra Mundial, modernizó la sociedad y asentó las condiciones de una democracia estable». Tal sentencia es directamente contradictoria con la resolución sobre el golpe de 1936 que el Congreso aprobó en noviembre de 2002 con apoyo de todos los grupos políticos, incluido el PP. Costó mucho porque han pasado décadas sin llegar a una redacción unánime. En ella se dice que «nadie puede sentirse legitimado, como ocurrió en el pasado, para utilizar la violencia con la finalidad de imponer sus convicciones políticas».

No tiene mayor importancia que Pío Moa tenga esas ideas porque su libro no merecería una línea de reseña. Pero TVE, al jalear su libro, no sólo en hora de máxima audiencia sino con anuncio previo en el Telediario y durante el programa en que Ana Botella informó de su decisión de dedicarse a la política, se cisca en el Congreso de los Diputados, en todos y cada uno de los que hoy lo son. Y ofende al espíritu de la transición, a la reconciliación entre todos los españoles. ¿Es esto el centro? ¿Es esto lo que queremos que aprendan nuestros jóvenes, a quienes Moa dedica su libro?

Javier Tusell

05 Marzo 2003

PSOE e IU, club de amigos de la censura

Pío Moa

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Últimamente van del brazo a todas partes el PSOE e IU, es decir, un partido que se ha democratizado a medias -amenazó gravemente las libertades cuando estuvo en el poder- y otro que no se ha democratizado en absoluto, aferrado a las supersticiones marxistas y a sus simpatías por regímenes como el de Fidel Castro. A su vez, ambos van del brazo del PNV y del BNG, otros dos campeones de las libertades, muy interesados, además, en mantener la armonía y la unidad entre los españoles.

Uno de los aspectos de esa amistad entre todos ellos, que no es nueva en la historia, me afecta directamente, aunque sus implicaciones van mucho más allá de mi modesta persona. Tras mi entrevista con Carlos Dávila en TVE-2, el miércoles 19 de febrero, IU y PSOE montaron una protesta, tachando el programa de «escandaloso, preconstitucional y franquista», simplemente porque en él se expresaron ideas contrarias a las de esos demócratas. Sus dicterios ocultaban muy mal su deseo de establecer una censura, y su chantaje contra los autores del «desaguisado». Los mismos argumentos, por llamarles de algún modo, utilizaba Tusell en EL PAÍS, y en la SER se pasaron tres o cuatro días insultándome y pidiendo la cabeza de Dávila.

Leo ahora que estos adalides de la libertad van a presentar una proposición no de ley para destituir a Urdaci de la televisión.

Según ellos, la imagen de RTVE ante la ciudadanía se encuentra en el peor momento de su historia democrática. Aunque es cierto que la televisión pública revuelve el estómago, como las privadas, y, salvo contados programas, yo creo que se encontraba algo peor cuando trataba de encubrir la oleada de corrupción aportada por el PSOE en sus tiempos de gloria. No les falta razón a los sociatas al criticar algunos aspectos de la manipulación televisiva del PP. Pero cuando descendemos a detalles, vemos claramente cuál es el objetivo real de esa denuncia: amordazar cualquier opinión disidente no izquierdista.

Así (vuelvo a lo mío), en el punto octavo de su protesta señalan la selección de entrevistas arbitraria, partidista y en ocasiones poco justificable como la emitida por el ex grapo Pío Moa.

Si bien en lo político el PP manipula la televisión a su favor -con mucha torpeza, también-, en el aspecto cultural la manipula mucho más, pero completamente a favor del PSOE e IU. Los programas culturales y de contenido ideológico de la televisión parecen estar casi por completo en manos de la izquierda o de simpatizantes de ella, entre otras cosas porque la derecha cree que ese campo no tiene mayor importancia.

Tanto en la televisión pública como en otras, el mensaje cultural, por así llamarlo, una vez más de la izquierda, predomina de modo abrumador.

Mi entrevista fue simplemente una excepción, una brecha que quieren cerrar a toda costa haciendo rodar cabezas y escarmentando a quien haya que escarmentar en nombre de la libertad y el pluralismo. Porque la habilidad de estos señores, ahora como en la República, que ellos mismos destruyeron, consiste en buscar la censura bajo el lema de la libertad, y la dictadura bajo la bandera de la democracia.

Me pregunto si habrá una reacción contra esta seria amenaza, o si seguiremos deslizándonos hacia la ciénaga.

URDACI RESPONDE A TUSELL

Alfredo Urdaci

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Libro 'Días de Ruido y Furia' (2005)

A principios del año 2003 nos vimos envueltos en una polémica gria y gesticulante a cuenta de un programa en el que Moa explicó la tesis de su última obra, ‘Los mitos de la Guerra Civil’. A los pocos días Javier Tusell escribió una columna en EL PAÍS que titulaba ‘Bochornosa TVE’. El artículo termina con este párrafo: No tiene mayor importancia que Pío Moa tenga esas ideas porque su libro no merecería una línea de reseña. Pero TVE, al jalear su libro, no sólo en hora de máxima audiencia sino con anuncio previo en el Telediario y durante el programa en que Ana Botella informó de su decisión de dedicarse a la política, se cisca en el Congreso de los Diputados, en todos y cada uno de los que hoy lo son,

Así que el bochorno de TVE del que habla Tusell es en realidad el enrojecimiento del censor, del profesor universitario que un día de 1996 llamó a la puerta de la FAES para escaldar peldaños en el aznarato como los había escalado en otros tiempos, franquismo incluido. Su patética reacción ante la presencia de Moa en Torrespaña se explica si tenemos en cuenta que a Tusell le gusta tener muy controlado su monopolio de historiador oficial de la profresía. Él puede censurar a gusto desde su puesto de catedrático de la UNED. La Universidad de Educación a Distancia es la única que tiene textos obligatorios. […] Los alumnos de Tusell tienen que pasar todos, por el aro de sus obras. La versión que conocen de la historia contemporánea es la de don Javier .Esto le reporta a Tusell pingües beneficios. Sumen que su esposa y su hija son también profesoreas de la misma materia en la misma universidad. ¿Decía usted bochorno?

Quizá ustedes no sepan que Tusell intentó incoar un expediente disciplinario al profesor Cortázar, el marido de Pilar del Castillo, por colaborar con el Partido Popular… ¿Sería porque Gortázar le cerró la puerta de FAES cuando el arribista intentó escalar los muros y colarse en el jardin de los nuevos gobernantes? ¿Alguien dijo bochorno?

Alfredo Urdaci.

El Análisis

¿LA TVE DE 2003 OFENDE EN COMPARACIÓN A LA DE 1981?

JF Lamata

Los argumentos del historiador Sr. Tusell son dignos de comentario. Dice que el hecho de que TVE invite a un historiador pro-franquista como D. Pío Moa era ‘ofender a la transición’, a la reconciliación y a todos los jóvenes, pero para ser un historiador no parecía conocer mucho la historia de TVE. Reivindica la etapa en la que había simultáneamente un Director General de RTVE de UCD y un director de RNE del PSOE, se refiere a la etapa de los Sres. Castedo y Sotillos, de 1981. En aquella época TVE invitó sin problemas a destacados periodistas franquistas como D. Antonio Castro Villacañas, fiel colaborador del Sr. Utrera en ‘La Clave’ o el director de EL ALCÁZAR, D. Antonio Izquierdo, para que acudiera a defender a los golpistas del 23-F (Al igual que vino gente a defender a la Unión Soviética como Viktor Afanasiev). Por tanto… ¿invitar a franquistas a TVE  de UCD era señal de pluralidad y hacerlo en la TVE del PP era una ofensa. No cuela. Salvo en lo referido a los defensores de la violencia, lo bochornoso no será tanto invitar a unos u a otros, lo malo será, en todo caso, excluir.

El Sr. Tusell volvería a la carga contra TVE unos meses después, y contra el Sr. Moa un año después.

J. F. Lamata