7 noviembre 2023
Dimite primer ministro Portugal, el socialdemócrata Antonio Costa por una acusación de corrupción no demostrada
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D. Antonio Costa dimite como primer ministro de Portugal el 7 de noviembre de 2023.
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09 Noviembre 2023
La dimisión de Costa, revés para España y el socialismo europeo
LA DIMISIÓN de António Costa tras conocerse que estaba siendo investigado por corrupción supone un duro revés para la socialdemocracia europea. El primer ministro portugués, que defiende su inocencia, era el puntal de un socialismo que en la UE ya sólo lidera España y Alemania, en ambos casos con gobiernos de coalición. Tras su alianza con la izquierda radical, la reciente mayoría absoluta de Costa supuso el aval a un modelo de gobernar con el que antepuso a sus inclinaciones ideológicas un proyecto de país compartido y la defensa de las instituciones democráticas, lo que otorgó a su partido una sólida legitimidad.
Durante su mandato, Costa ha impulsado políticas centradas y alejadas del populismo, comprometidas con la seguridad jurídica y con la libertad de empresa. Algunos le acusaban incluso de traicionar los valores del socialismo clásico por su empeño en mantener una presión fiscal baja y abrir las puertas del país al capital extranjero. Lo cierto es que en los últimos años Portugal ha constituido un fuerte polo de atracción para inversores y compañías. De este modo, y a diferencia de la guerra abierta entre el Gobierno de Pedro Sánchez y los gigantes energéticos, Costa supo ganarse al Ibex eléctrico, que ha confiado en su Administración como refugio frente a los vaivenes regulatorios de España.
El primer ministro renunció el martes al verse involucrado en un caso de tráfico de influencias que le salpica directamente: su residencia oficial fue registrada en busca de pruebas y varios miembros de su círculo más estrecho fueron detenidos. Pese a ello, con su rápida decisión ha evitado arrastrar consigo a las instituciones del país y no ha caído en la tentación de cuestionar o atacar a los tribunales, algo lamentablemente habitual en la política española. La «dignidad» de las funciones de primer ministro, advirtió Costa, es incompatible con «cualquier sospecha» sobre su integridad. Recordaba así también en sus horas más bajas que la responsabilidad política conlleva la obligación de ejemplaridad.
Aunque se trata de un país pequeño y alejado del centro neurálgico de la Unión Europea, Portugal goza de una gran influencia internacional: António Guterres ocupa la secretaría general de la ONU y el propio Costa aspiraba a presidir el Consejo Europeo. Su renuncia abre ahora un hondo vacío en un país conmocionado -cuyo presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, decide hoy si convoca elecciones- y en el socialismo europeo, que este fin de semana celebra en Málaga el Congreso de la Internacional Socialista. Tampoco es una buena noticia para Pedro Sánchez, que pierde a su socio energético en Europa y a quien el proyecto de gobernanza de António Costa sitúa ante su espejo invertido.