21 febrero 1995
El Coordinador General de la nueva federación serán Ferrán García Fructuoso
El CDS cambia de marca electoral: pasará a denominarse Unión Centrista para las las elecciones municipales y autonómicas de 1995 y para las generales de 1996

Hechos
El 4.02.1995 el Comité Nacional del CDS presidido por D. Rafael Calvo Ortega, acordó integrarse en la federación Unión Centrista, junto a las formaciones
Lecturas
El 18 de septiembre de 1994 a través de la agencia EFE el CDS anunció que negociaba a través de su secretario general D. Ferrán García Fructuoso, la creación de una federación de partidos denominada Unión Centrista.
El CDS presidido por D. Rafael Calvo Ortega (que preside el partido desde septiembre de 1991) ha decidido buscar nuevos aliados (tras la disolución de FORO) para las próximas elecciones municipales y autonómicas que se celebrarán el próximo 10 de Junio, estos aliados serán Unión Social Liberal que encabezan D. Bernardo Rabasa y D. Abel Cádiz y el Partido Verde que preside José Luis Barceló. Aunque todos estos partidos son residuales y carentes de peso electoral alguno.
En un acto conjunto, los tres partidos han creado la coalición Unión Centrista (UC), la coalición estará dirigida por una dirección colegiada formada por los tres partidos. El Coordinador General será D. Ferrán García Fructuoso. Por su parte D. Rafael Calvo Ortega se mantendrá como presidente del CDS.
UC presentará candidatura en todas las provincias donde los centristas tuvieron presencia, menos en Asturias, donde se presentarán bajo las siglas CAS (Centristas Asturianos)
D. Rafael Calvo Ortega estará al frente de Unión Centrista hasta octubre de 1998.
El Análisis
Rafael Calvo Ortega se había quedado con el espíritu del CDS de 1986, de un partido que se presentara no como bisagra, sino como alternativa al bipartidismo y, asumiendo que la marca CDS se había desgastado propuesto una marca alternativa ‘Unión Centrista’. En realidad aquella importaba entre poco y nada. Para la mentalidad colectiva del electorado el CDS se había disuelto en 1991 con la dimisión del Duque de Suárez por lo que podía cambiar de nombre todas las veces que quisiera sin que a nadie le importara.
Pero modificar de nombre el cadáver era un movimiento poco producente. Lo único que al CDS le quedaba por hacer era vender sus siglas al único comprador posible: el PP, deseoso por apropiarse de la memoria del Duque, por lo que el partido no tardaría en volver a su antiguo definición.
J. F. Lamata