6 junio 1978

El diario de PRISA asegura que su competidor de DYRSA se ha solidarizado con 'ultras' que agredieron a uno de sus periodistas

El diario EL PAÍS califica de ‘matones intrascendentes’ al periódico EL ALCÁZAR y a su dueño, el ex ministro franquista José Antonio Girón

Hechos

El 6.06.1978 el periódico EL PAÍS publicó el editorial ‘Matones Intrascendentes’.

Lecturas

El 6 de junio el periódico El País dirigido por Juan Luis Cebrián Echarri publica el editorial ‘Matones intrascendentes’ descalificando al periódico El Alcázar y al presidente de su Consejo de Administración, José Antonio Girón de Velasco. Pero a la vez se compromete a limitar al máximo posible comentarios sobre la publicación y su editor por ‘su mínima trascendencia’. El 7 de junio el director del periódico El Alcázar, Antonio Izquierdo Ferigüela publica un editorial contra Cebrián Echarri al que se refiere como ‘Janli’ y ‘el trascendente niño de Vicente’, por su condición de hijo del ex director del diario Arriba, Vicente Cebrián Carabias.

Durante el año 1978, en el mes de junio, tanto el periódico de INPULSA como el de PRISA publicaron informaciones contrarias a DYRSA. Comenzó Diario16 aireando que la Fiscalía estaba investigando irregularidades de DYRSA y vinculando a su presidente, José Antonio Girón de Velasco, con el escándalo del Banco Coca. El diario El Alcázar respondió con sendos editoriales a aquellas notas de Diario16. Y a los pocos días PRISA saltándose su, hasta ese momento, costumbre de no polemizar publicó su primer editorial contra los propietarios y profesionales de El Alcázar a los que llamaba «matones intrascendentes» que añoraban el pasado, aunque en el propio texto aseguraba que no tenía intención de volver a hablar de DYRSA o de El Alcázar para reducirles «a la mínima trascendencia» en la vida española. En respuesta, el periódico de DYRSA publicó un editorial en el que calificaban al director de El País como «repelente niño de Vicente», aludiendo a la condición de Juan Luis Cebrián Echarri de hijo de Vicente Cebrián Carabias, para así vincularle a él también con la dictadura franquista.

LA POLÉMICA DE LOS MATONES EMPEZÓ EN DIARIO16.

Una portada de DIARIO16 en la que atribuía a falangistas violencia contra policías enfureció a EL ALCÁZAR, que negaba que la autoría de los crímenes estuviera adscrita a la extrema derecha y culpaba de la violencia a la extrema izquierda y a separatismo. Esa polémica de EL ALCÁZAR contra DIARIO16, pasó a ser una polémica entre EL ALCÁZAR y EL PAÍS cuando estos publicaron el editorial contra el periódico de DYRSA y su propietario, el exministro D. José Antonio Girón de Velasco.

06 Junio 1978

Así miente DIARIO16

EL ALCÁZAR (Director: Antonio Izquierdo)

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Un incidente confuso y en manos todavía de quienes han de esclarecerlo, le ha servido a DIARIO16 para ejercitarse en un triple alarde: de tipografía, de imaginación y de falsedad. Las víctimas del enfrentamiento de la noche del sábado, no son policías, sino alumnos de la Escuela Superior de Policía; y los causantes de las graves lesiones no son falangistas, si por falangistas se entienden las personas afiliadas a las organizaciones nacionalsindicalistas. El desmentido de Televisión Española, en la noche del domingo, y el de LA HOJA DEL LUNES, no han hecho rectificar la posterior edición de DIARIO16. También asegura le colega que la tarde que la agresión se produjo «después de una violenta manifestación de la ultraderecha». Desconocemos en función de qué criterio califica de violento o de derechista el homenaje a la Bandera Nacional, promovido por Falange Española en la tarde del sábado y que alcanzó tan notable éxito de participantes y de espectadores.

No resulta paradójico. La dialéctica de DIARIO16 roza frecuentemente con la injuria y la calumnia, como en el caso que denunciábamos en estas mismas páginas, y con las afirmaciones gratuitas e inexactas que señalamos. Nosotros somos partidarios de la libertad de expresión, porque somos periodistas, pero entendemos que la libertad de expresión está limitada por una sola cosa: el servicio a la verdad. Quien no lo cumple, transfriere gravemente sea principio de libertad y erosiona el crédito que merecemos y necesitamos a los periodistas. Con independencia del desmentido que puedan suponer estas líneas – dictadas también por exclusivo servicio a la verdad – nos conmueve y nos entristece el afán derrotista o escandaloso de algunos periódicos, aunque se vea paliado por el empeño de elevar su circulación. No es ése el camino, sin embargo. El camino está, justamente, en el libre ejercicio de la profesión; la defensa apasionada de la verdad. De eso DIARIO16 sabe muy poco.

06 Junio 1978

Matones intrascendentes

EL PAÍS (Director: Juan Luis Cebrián)

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Don José Antonio Girón de Velasco encabeza, con mil pesetas, la suscripción que el diario El Alcázar ha abierto para pagar la multa de medio millón que ha sido impuesta al jefe provincial de Falange Española después de que cuatro individuos pertenecientes a la manifestación del pasado sábado en Madrid agredieron a un fotógrafo de EL PAIS. Dice el señor Girón de Velasco que el incidente no ha revestido la más mínima trascendencia para nadie. Estamos entonces en condición de explicar a nuestros lectores que para el señor Girón de Velasco carece de trascendencia que cuatro ciudadanos sujeten por el pelo a un quinto, le aticen patadas y puñetazos en los riñones, otras en la propia cabeza, le rompan el instrumento de trabajo y le insulten. El propio diario El Alcázar señala que la multa es por supuestas agresiones. Por lo visto, los cardenales y los partes médicos que los avalan no son suficiente prueba para nuestro colega, cuya falta de solidaridad profesional contrasta con la evidente parcialidad ideológica con la que demuestra su simpatía por los agresores.Pero tiene razón Girón de Velasco cuando dice que el terrorismo blanco de la derecha ha producido un pequeño incidente en el caso de la agresión a nuestro fotógrafo. Es pequeño, por lo menos, si se compara con el apuñalamiento de dos policías en la madrugada del domingo, o las numerosas agresiones a pacíficos viandantes que se suceden en el barrio de Salamanca y la matonería señoritil de que vienen haciendo gala estos jóvenes practicantes de la dialéctica de los puños y las navajas.

Sin duda tendremos que acostumbrarnos a vivir no sólo con el terror de ETA, si no con el de los añorantes de un régimen que murió como nació, fusilando, y que se empeñan en ultrajar la bandera de todos abriendo cabezas de españoles con sus mástiles.

Pero España no es una Finca, señor Girón, aunque el franquismo hubiera puesto en ella el cartel de propiedad particular. Por lo demás, lamentamos muy mucho cansar a nuestros lectores con historias sobre personajes tan poco interesantes corno éste. Sólo el hecho de la agresión física a nuestro compañero justifica esta reacción. Prometemos en el futuro controlarlos comentarios sobre publicaciones y ex ministros de mínima trascendencia en la vida española.

07 Junio 1978

Las rabietas de los Trascendentes

EL ALCÁZAR (Director: Antonio Izquierdo)

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La trascendente confusión reinante ha provocado que la muestra de virilidad escueta sean confundidas con el matonismo, en el juicio de quienes ha renunciado a dicha virilidad, a la vez que mediante el uso inmoderado del insulto con pretextos trascendentes – por descontado – pretenden raer su propia mismidad de alfeñiques. Cuando, por razones misteriosas, hay hombres supuestos que permiten que les mientan a su madre, pretenden luego que los demás aguanten sin reaccionar esas menciones, intrascendentes para ellos, pero trascendentes para cualquier hombre que no haya renunciado a la dignidad de serlo. Naturalmente, y a través de esa óptica, unas lesiones que se dilucían en un juicio de faltas, se pretenden elevar al heroísmo, y unas contusiones, a señales de gloria imperecedera. O sea, que los señoritos trascendentes dictaminan las intrascendencias y pretenden elevar su propia conducta a paradigma de conductas.

Esto se deduce de un destemplado – y absolutamente antidemocrático, aunque trascendente – editorial del diario EL PAÍS donde con un singular – aunque probablemente ‘trascendente’ – desparpajo, se predica la extinción de este periódico y la desaparición íntegra de un capítulo de la Historia de España, posiblemente con el fin – naturalmente ‘trascendente’ – de que tal desaparición lleve consigo la de la historia de algunos que – y se nos va a permitir nuestras propias expresiones – ayer bien remunerados, formaron en la caterva de los aduladores del régimen de Franco, que es una historia menuda, aunque ¡menuda historia!.

Para ello, aunque en plan trascendente, se maneja la calumnia, se atribuyen intenciones y se apostrofa desde la gratuidad. Por ejemplo, se nos califica de añorantes de un régimen ya fenecidos, cuando los añorantes son ellos – aunque ‘trascendentes’ no faltaba más – incapaces de argumentar nada sin recurrir al pasado a través de la práctica de la dialéctica del insulto y el terrorismo intelectual. Nosotros trabajamos para hacer un presente de todos y un futuro liberado de servidumbre partidistas y divisiones oblgiatorias. Nosotros no podemos añorar un pasado que hizo posible la turbia y remunerada oficialmente existencia del hasta ahora llamado el repelente niño de Vicente, mediante un verdadero abuso en la adjetivación, aplicada al niño de Vicente cuando le correspondía a Vicente, y a quien hoy llamaríamos en un tropo de difícil captación, pero de verdadera matización, el trascendente niño de Vicente. Pensemos en que, gracias a los que hoy insulta y difama, el trascendente niño de Vicente tuvo limosneada fiesta de Primera Comunión, se educó en los colegios de la élite y se caso de chaqué. Por supuesto, a cuenta de abandonar lealtades obligadas y adular al universo muchos: hay trayectorias vitales que no sirven ni para integrar novelas picarescas. Que después de ello se pretenda ningunear la labor de un político que revolucionó la sociedad española, y que no necesita ninguna clase de exégesis, porque ahí están las colecciones del Boletín Oficial del Estado y los recuerdos de los no desmemoriados por Real Decreto, es algo que, por lo menos tiene una lógica evidente. Acaso por esa lógica se utiliza el insulto rastrero – trascendentalizado, se sobreentiende – con arreglo a una metodología que ni aún así demuestra su eficacia.

Es posible que Janli esté que trina – trino trascendente, claro está – porque ni con estos métodos consigue que los posibles lectores de su diario no capten su plomizo contenido y vayan descendiendo día tras día, mientras aumenta la tirada de publicaciones de mínima trascendencia en la vida española, en su opinión, que ya veremos cómo sale de la profecía apresurada (de todas maneras, cuando vengan a vernos el trascendente niño de Vicente y Vicente, que vendrán, no faltaba más, los acogeremos sin rencores. Aquí somos otra gente).

Por lo demás, ya saben ustedes que movimiento político cuenta con muertos desde el último advenimiento de la democracia, con lo cual no es necesario señalar dónde están los matones. Y nosotros sentimos mucho que la historia se repita y que el editorial de EL PAÍS tenga antecedentes en otra época y casi con la misma situación. Si a la trascendencia fuese unida una cultura elemental no tendríamos nosotros que recurrir a la erudición anecdótica, cuando tantos temas importantes nos requieren a cuenta de cómo desgobiernan los herederos y añorantes del franquismo que, a la vez y por ‘trascendente’ paradoja, son los fustigadores de sus triunfos y los perpetuadores de sus fracasos. Por eso, y en contraste con los propósitos de EL PAÍS, nosotros comentaremos cuando haga falta a este tipo de publicaciones de mínima trascendencia en el futuro de España. Por una sencilla razón: porque, frente al matonismo trascendentemente y supuestamente intelectual, no renunciamos a las virtudes de la virilidad. Si el editorialista repasa esas virtudes, es posible que nos ahorre el trabajo verdaderamente fatigoso en estos tiempos de tener que ejercerlas.